Entrevista a Carlos Atanes

Carlos Atanes es lo más parecido a un director especializado en cf que tenemos en España. Poco convencional en sus gustos y en sus formas de trabajo, se ha convertido en un outsider sin apenas reconocimiento, pese a que sus dos largometrajes de cf (FAQ y Próxima) han tenido una cierta difusión en festivales. Nos responde sobre ambos, así como acerca de sus proyectos futuros.

¿Cómo valoras tu experiencia tras haber dirigido dos largos y varios cortos de ciencia ficción en España?
Pues es una experiencia bastante distópica. Como sabrás, tanto FAQ como Próxima han tenido mucha mejor acogida fuera de España que dentro. Aquí no caigo muy simpático. Los distribuidores, las televisiones y los festivales me confunden con un cobrador de morosos, por eso no me cogen el teléfono ni me responden los e-mails. Amontonan mis películas en algún cuarto trastero, sin verlas. ¡Menos mal que hay otros países ahí fuera! Allí hay gente que ve lo que se hace, y luego opina al respecto. A veces para bien y otras para mal, pero primero lo ven. ¿A que parece increíble? Pero yo no me quejo. He disfrutado rodando mis películas y seguiré disfrutando rodándolas. De vez en cuando alguien me felicita por mi trabajo y eso me procura satisfacción y ánimo para seguir insistiendo en algo tan trasnochado como hacer, en España, cine independiente, raro y, encima, de ciencia ficción. No vayas a pensar que todo son halagos, también me ponen de vuelta y media, pero en la variedad está el gusto. El piropo más bonito y frecuente que he recibido es que mis películas no parecen españolas, lo que dicho hoy en día es todo un piropazo. Eso sí, pienso largarme en cuanto pueda. Volveré cuando sea viejo a recoger el Premio Príncipe de Asturias y a que me den sepultura en un bosque caducifolio cerca del río Miño.

FAQ es una distopía, un género que me interesa especialmente. ¿Por qué crees que se practica relativamente poco, cuando la situación social precisamente invita a ese tipo de reflexiones?
¡Pero si se practica mucho! Lo de tener que pedirle al del bar que te encienda la máquina de tabaco con su mando a distancia cada vez que quieres comprar un paquete es digno del IngSoc. Bueno, es que ni Orwell llegó a concebir algo tan disparatado. Sin embargo, es verdad que hay relativamente pocas películas distópicas. En España no se hacen, pero es que aquí no se hace ciencia ficción. Si la haces te expones a que te quiten puntos del carné de conducir o algo parecido. En América se hacen más, pero menos de las que declaran, según mi parecer. Por ejemplo, nunca he entendido por qué siempre me encuentro con Blade Runner en las listas de películas distópicas. ¿Pero qué tiene Blade Runner de distópico? Hombre, sí, no muestra un futuro muy halagüeño. De hecho se parece bastante a nuestro presente. Pero si nos ponemos así la distopía acabará abarcando hasta los programas de teletienda. A mí me gusta acotar un poco más los conceptos. La verdad es que no te puedo responder con mucho rigor, se me escapan las razones por las que los demás hacen o dejan de hacer las cosas. En general a la gente no la entiendo mucho, se mueve por impulsos muy extraños. Lo que sí parece es que, por muy empapados que estemos de autocrítica (a veces justificada, otras muchas no), pesimismo y rencor contra nosotros mismos, Occidente (porque de Occidente hablamos, es aquí donde se ha cultivado el género distópico) no es el mismo Occidente de la primera mitad del siglo pasado. Zamiátin, Huxley, Ayn Rand y Orwell vivieron en un mundo peor. Peor, nos pongamos como nos pongamos. Vale que en la actualidad el newspeak está a la orden del día, pero Occidente no está viviendo ese delirio colectivo que vivió entonces, esa vergonzosa historia de amor con las utopías totalitarias, ese fanatismo indolente y criminal. Lo que no significa que no queden nostálgicos, los hay a montones. Y el hombre siempre ha temido la libertad, la propia y la ajena. El totalitarismo siempre está al acecho. Las cosas pueden dar un giro de 180 grados en un santiamén. Mañana puede saltar todo por los aires, puede haber una guerra atómica que se extienda por todo el planeta, pueden implantar un sistema global donde lapidemos a nuestras madres por no ponerse un burka. Pero si eso ocurre hacer películas será la última de nuestras preocupaciones.

¿Crees que el tema que trata FAQ (con una crítica hacia la corrección política y ciertos convencionalismos imperantes) ha podido recortar su difusión en España?
No. La difusión es España es dura por otros motivos. Sería muy largo enumerarlos, pero si piensas, por ejemplo, en que los distribuidores ni siquiera ven las películas que les envías cuando no te conocen y que la mayoría de los festivales importantes aún no proyectan largometrajes en cine digital, te puedes imaginar en qué estado se encuentra el panorama vernáculo. Próxima trata temas muy diferentes y se ha encontrado con los mismos problemas que FAQ, o más. Es comprensible: si hago cine al margen de eso que llaman industria seré un cenutrio si confío en que eso que llaman industria me eche luego un cable. Es un círculo vicioso, tanto por su parte como por la mía. Es como el sexo, una vez que empiezas no puedes parar y las interrupciones te incomodan.

Las limitaciones para el género en nuestro país, ¿son presupuestarias y genéricas del cine español, o más ligadas a prejuicios y falta de confianza en este tipo de proyectos?
Supongo que está todo relacionado. Verás, intento no pensar mucho en ello. Prefiero ocuparme de mis cosas, que me exigen mucho tiempo y dedicación. Pero cuando veo el cine que se hace actualmente en España, ese cine que apenas interesa a nadie, me pregunto por qué lo hacen y por qué lo siguen haciendo. Pero no encuentro una respuesta. Dinero hay, sin duda. Aficionados a la ciencia ficción, a lo fantástico y a lo extravagante también. Gente hastiada de la postguerra y de los melodramas de denuncia, ávida de propuestas diferentes, por supuesto que también. ¿Entonces? No sé. O sí lo sé, en realidad es muy sencillo: si la oferta está separada de la demanda, si el dinero que se invierte es “el de todos”, ¿por qué vamos a dejar de hacer lo que hacemos? Y además, claro que hay prejuicios. Los géneros son una cosa de fuera, de bárbaros. Aquí hemos nacido por y para el costumbrismo. A los españoles nos encanta fustigarnos y nivelar a la baja. Y el cine se hace por caridad. Caridad pública. Es como si el Estado recaudara para pagarte por cagar. Oiga, que yo produzco unas heces muy bonitas. Ah, pues tenga esta subvención y vaya al excusado. Pero cuando termine tire de la cadena, que nadie lo vea, total, seguro que a nadie le interesa. Guarde una para nosotros y vuelva mañana, que le pagaremos para que haga más. Mientras esto siga así, borboteando al margen de la demanda, nada cambiará. Estamos condenados al tedio.

¿Qué opinas de los otros -escasos- trabajos de cf cinematográfica españoles?
Ahora sí que voy a quedar fatal. Sólo me viene a la mente Los cronocrímenes y no la he visto. Perdóname, Nacho Vigalondo, prometo verla pronto. He oído hablar muy bien de ella.

He leído que estás preparando un nuevo largometraje, ¿es también de cf?
Si es que no puedo evitarlo. Yo no lo busco, es sólo que sufro una especie de síndrome palilálico que no me deja cambiar. Me pasa con el cine, con el teatro, con casi todo lo que escribo. Por eso creo que se trata de algún tipo de disfunción relacionada con el lenguaje. Entre por donde entre acabo haciendo ciencia ficción de una u otra forma. A veces es casi imperceptible, pero está ahí. También estará relacionado, supongo, con que hago un cine muy alegórico y muy poco realista. Y esto entronca directamente con mi concepto de ciencia ficción, que es ante todo y por encima de todo alegoría. La ciencia-ficción, la buena por lo menos, o la que me interesa, es una metáfora de nuestra realidad. Es un laboratorio filosófico, por decir algo que invite a que me llamen pedante. Pero lo pienso de verdad. Es sueño (o pesadilla) y metáfora a la vez. Si no hay metáfora habrá fantasía, pero seguro que no ciencia ficción. En fin, que sí. Que lo próximo que haga también será raro, alegórico y exigirá actividad mental al espectador. O sea, que me perpetuaré en la indigencia.

¿Cuáles son tus escritores de referencia en el género?
Lem, Lovecraft y K. Dick. Los amo. Por cierto, ¿conoces la historia de Lem y Dick? Stanislaw Lem despreciaba toda la ciencia ficción que se hacía al otro lado del Atlántico con una sola excepción: la de Philip K. Dick, a quien admiraba. Así que le invitó a ir a Polonia. Dick, que vivía inmerso en una distopía permanente, se mosqueó y acudió al FBI para denunciar un complot comunista orquestado por alguien llamado “Lem”, a quien ni  siquiera concedía existencia individual. De haber vivido en esa época, Lovecraft, más asustadizo que Dick si cabe, tampoco hubiera acudido a la cita. Fueron tres tipos excepcionales y sus obras me han hecho muy feliz.

9 comments

  1. Qué bueno. Cadá día se descubre algo. Mira que no saber de la existencia de este personaje.

    Por cierto y ya que la menciona el entrevistado, ¿alguien comparte mi opinión de que los Cronocrímenes es deleznable?

  2. Este señor es un criak, ouede ver Próxima y me quedé alucinado, No por buena o mala, si no por diferente. La recomiendo.

Comments are closed.