Historia alternativa vol. II, varios autores

Hace un par de décadas, la ucronía era una herramienta poco empleada; hoy se ha convertido en un subgénero con sus propios premios y practicantes especializados, y un flujo regular de novedades en el mercado. Como consecuencia, parece haber perdido parte de su originalidad, de su capacidad de sorpresa; y a cambio sólo muy ocasionalmente ofrece obras con empaque en cierta forma encorsetada aún por convencionalismos.

Esta antología viene a ser un buen testimonio de esa situación. Los cuentos, si miramos los honores acumulados en forma de premios o candidaturas, son de lo más granado posible. Igualmente son conocidos los autores representados. Sin embargo, no hay ninguna historia especialmente memorable. Escasean las sorpresas y la coherencia histórica resulta endeble; es curioso en particular que algún autor hard, tan cuidadoso con la verosimilitud científica, pergeñe mundos alternativos basándose en relaciones causa-efecto un tanto peregrinas.

Es el caso por ejemplo de “El misterio del Pacífico”, de Stephen Baxter, seguramente el relato más sugerente del volumen; se desarrolla en los años 50 tras una Segunda Guerra Mundial alternativa, en un mundo en el que no se ha conseguido atravesar el océano Pacífico. El cuento en sí es interesante y tiene aroma, pero la idea de que un planeta imposible de circunnavegar tendría como consecuencia una victoria del Eje surge como fruto de una reflexión cuando menos poco verosímil.

También es interesante, pero tampoco se sostiene demasiado, “Recuperando el Apolo 8”, de Kristine Kathryn Rusch. Aquí, esa expedición –que en nuestra realidad terminó felizmente- resulta un desastre con la pérdida de toda la tripulación, lo que tiene como peculiar consecuencia un mayor desarrollo de la carrera espacial. La historia del multimillonario obsesionado por recuperar la nave sí resulta convincente.

“Los ojos de América”, de Geoffrey Landis, es la otra historia de más relieve, con una carrera electoral en 1904 entre Thomas Edison y un candidato respaldado por Nikola Tesla, con Mark Twain como invitado de honor. En cuanto a “Lo desconocido” de William Sanders, una atractiva historia desde el punto de vista indio de la llegada a América de un hombre blanco que resulta ser William Shakespeare, suspendo su juicio ante la imposibilidad de resultar imparcial con una historia destrozada por la traducción: hay párrafos que se presentan como escritos por Shakespeare en inglés antiguo que se reproducen en una supuesta versión equivalente de castellano bastante inverosímil. (Porque, una vez más, y ya es absurdo abundar en el asunto cuando hablamos de esta editorial, la traducción y edición del libro es deficiente por completo: ni siquiera faltan erratas debidas a correcciones automáticas de Word, como el clásico "Maniatan" por "Manhattan").

“El frente humano”, de Ken McLeod, resulta como todo lo que he leído de su autor: a priori podría ser interesante, pero en la práctica es una nadería. “El imperio invisible”, de John Kessel, y “Misivas del futuro posible 1”, de John Scalzi, no pasan de chistecitos. Como muchas antologías, es pues un volumen irregular, pero además lastrado por sus carencias editoriales.