Nexus, de Steve Rude y Mike Baron

Nexus podría haber sido un cómic de superhéroes más, protagonizado esta vez por un personaje que recorre la galaxia eliminando asesinos. Un mero trasunto estelar del Castigador. Sin embargo está vestido con una serie de capas que "colorean" el estereotipo hasta el punto que han convertido el título en uno de los iconos del cómic estadounidense de los años 80.

El comienzo de su historia es, desde luego, trágico. Nacido en un planetoide adonde han huido sus padres, hijo de un general que ha aniquilado millones de vida, pronto queda huérfano de madre. Criado en compañía de unos extraños alienígenas que le proporcionan poderes, padece terribles sueños en los que aparecen las atrocidades cometidas por su padre. Sueños que sólo se conjurarán una vez que asesine a aquel que los originó. Así que mata a su padre y, a partir de ahí, se convierte en un vigilante que extermina mafiosos, dictadores, esclavistas… por todo el Universo. Un héroe atormentado que combate contra los poderes fácticos que se aprovechan del poder físico, político, social, tecnológico, religioso… para explotar al ser humano, sin importar que este sea humano o alienígena.

Nexus surge del delicado equilibrio establecido entre sus creadores: Mike Baron, un guionista en las cercanías ideológicas de Robert Heinlein, y Steve Rude, un ilustrador de tintes clásicos muy influenciado por artistas como Alex Toth o Jack Kirby. El primero siempre a la busca de plasmar sus inquietudes políticas, a veces de forma sutil, caso de la sempiterna lucha entre individuo y estado/grupos de interés, otras hundiéndose en el panfleto más pueril. Mientras el segundo, muy influenciado por El fantasma del espacio (Space Ghost), es más aficionado a las historias de aventura pura.

De este diálogo crece una de las space operas más fértiles que se pueden encontrar en el mundo del cómic; un viaje por escenarios exuberantes, alienígenas extravagantes y personajes carismáticos que combina un decorado de un exotismo rayano en lo naif con múltiples conflictos éticos. Una lucha constante contra las instituciones religiosas, las organizaciones que intentan socavar los regímenes políticos no afines a su ideología, las empresas que explotan sin miramientos los recursos naturales o las sociedades basadas en el más rancio comunismo soviético, donde también hay sitio (y mucho) para la camaradería, el amor, la familia, los celos… y el sentido humor.

La serie ha tenido una publicación caótica en España. A finales de los años 80 Ediciones B publicó unos cuantos cómics, que no comenzaban desde el inicio de la serie, y a finales de los 90 Norma hizo lo propio con otros más recientes, sin que el público se sintiese atraído por ellos. Esta última editorial reinició hace dos años y medio la publicación de las historias de Nexus desde su origen siguiendo los Archivos que Dark Horse viene publicando en EE UU. Hasta el momento han aparecido cuatro volúmenes. Quizás la edición no esté todo lo cuidada que debiera, algo sobre todo apreciable en lo maltratado que están los vivaces colores de Les Dorscheid, apenas retocados tras los escaneos realizados para recuperar el material del que no había originales. Pero merece la pena el desembolso para descubrir uno de los tebeos de ciencia ficción donde la aventura se ha destilado en su forma más pura.

4 comments

  1. Obra totalmente recomendable y que me ha hecho volver a comprar algo de Norma tras MUCHOS años de boicot personal…

  2. Yo era muy fan de Nexus cuando salió en aquella breve edición de los tebeos de First que salieron…, ¿a finales de los ochenta, principios de los noventa?, todavía conservo aquellos tebeos, el corte de la colección me llevó a conseguir todos los números americanos que pude. Me gustaba mucho el sentido del humor (¡Badger!), los diálogos tan extraños y secos de Baron y detalles bastante adultos para ser un tebeo de superhéroes (la violencia se presentaba crudamente, la «novia» del héroe mantenía una relación lésbica con una amiga, el propio protagonista tenía tres hijas «ilegítimas…»). Y claro, el dibujo de Rude, que era fantástico, como fantástica la colorida ambientación de futuro de serie de dibujos animados de los sesenta. Nunca me molestó el posicionamiento «libertarian» de Baron, que, en general, se portaba. Era una pena que este tebeo se haya publicado una y otra vez sin conseguir el favor del público, es algo que siempre me resultó incomprensible.

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