Un triunfo y algunos fracasados

Premio Biblioteca Breve 2010: El oficinista, de Guillermo Saccomano. Rosa Montero, miembro del jurado, declaraba: “una novela de ciencia ficción antiutopista, aunque también es una novela política, moralizante, ética".

Premio Herralde 2009: La vida antes de marzo, de Manuel Gutiérrez Aragón. De la contraportada: “Dos extraños se encuentran en un tren que viene de todas las estaciones y se dirige a varios sitios a la vez. Es el año 2024, y dos mil vagones forman la serpiente metálica de este enorme trasto.”

Fue finalista Providence, de Juan Francisco Ferré: “Providence es una miríada de novelas, todas ellas sorprendentes y originales: relato de terrores y terrorismos post-11S, novela de campus pornográfica, reverso tenebroso del american way of life, reescritura no cinéfila de del cine; retrato, en fin, de una conspiración global para imponer el mundo virtual al mundo real.”

Lleva ocupando páginas en los principales periódicos, y está entre los diez más vendidos en varias listas, el primer libro de David Monteagudo, Fin. Es la historia del fin del mundo desde el punto de vista de nueve personajes corrientes, españoles cuarentones de a pie. Ya escribí aquí sobre El límite del cielo, de Rodrigo Fresán, una obra fundamentada en un aplastante conocimiento del género.

El año anterior, Félix Palma se llevó el Ateneo de Sevilla con El mapa del tiempo, obra de viajes temporales, y José Carlos Somoza el Ciudad de Torrevieja con La llave del abismo, “thriller de ambiente futurista” según la promoción. Incluso el Minotauro, al fin tras varias ediciones de fantasía y las últimas de basura macgufera, ha recaído en una obra de ciencia ficción pura, de la mano de Víctor Conde.

Todos estos libros suman cientos de miles de ejemplares vendidos. Ninguno -a falta de ver el Minotauro- emplea el término “ciencia ficción” en su promoción, ni se publica en colecciones especializadas. Alguno incluso es realmente bueno.

En España se han celebrado en los últimos años, por primera vez, varios congresos literarios dedicados a la ciencia ficción, con cientos de participantes. Se elaboran tesis doctorales. Los suplementos culturales citan como referentes a Ballard o Dick. Incluso por primera vez existen algunos ejemplos de cine dignamente ejecutado que puede inscribirse en el género.

Es decir, estamos en el mejor momento de la historia en España para lo que hemos dado en llamar ciencia ficción. Sin paliativos

Pero todos los hechos positivos citados más arriba siguen sin ser advertidos por la comunidad de seguidores de la ciencia ficción. Los libros mencionados –salvo el de Palma, autor procedente del “cogollo” del género- han sido generalmente ignorados. A los congresos de ciencia ficción acuden cada vez menos asistentes, y en ellos dominan géneros alternativos como el terror. Desaparecieron todas las publicaciones serias, y algunas de las existentes producen sonrojo a cualquier lector con unos mínimos conocimientos sintácticos y ortográficos. La mayor parte de lo que se publica bajo la etiqueta de cf, nacional o traducido, es metarreferencial y carente de valor literario. Además, no le importa absolutamente a nadie fuera del escaso millar de fieles supervivientes.

Los triunfos arriba explicados son vistos por algunos lectores, y sin duda por bastantes de los escritores que se han especializado en el género, como una oportunidad. Aunque bien es cierto que los temas que están proliferando son los pertinentes a la coyuntura social que vivimos: distopías oscuras, obras sobre un futuro incierto y sin esperanza que encuentran eco en las preocupaciones cotidianas del lector medio, en muchas ocasiones plasmadas en formas literarias complejas. Todo muy lejos de la tecnofilia y las historias de triunfo del héroe o de la humanidad que dominan en la cf "ortodoxa", así como de las narraciones planas o rimbombantes que han sido mayoritarias también en el género en España. Toca, tal vez, adaptarse, pero los más avispados, que por suerte hemos tenido escribiendo cf en España a unos cuantos en las últimas décadas, pueden ver que la puerta ya está abierta.

Pero este triunfo de una parte de la llamada cf también está siendo percibida por otros -no sólo escritores, también "notorios" del fandom- como una amenaza a su hegemonía "de cabeza de ratón". Tras años asegurando que los escasos lectores o seguidores de sus proyectos se debían al terreno de juego en malas condiciones y la persecución arbitral, otros ganan el mismo partido en condiciones similares y les dejan en evidencia. Y hay egos largo tiempo envanecidos que ahora se enfrentan a la constatación pública de su fracaso.

Aguardan tiempos interesantes. Tal vez sin convenciones, sin revistas, incluso sin libros fácilmente reconocibles por su etiqueta. A estas alturas, me da lo mismo: lo que me gusta es leer obras que me hagan disfrutar, y todo hace indicar que no va a faltarme material en los próximos años.

117 comments

  1. Premio Primavera de Novela 2010: «Todo el amor y casi toda la muerte» de Fernando Marías. Según el autor, en la novela «hay intriga y elementos de ciencia ficción».

  2. Tan de acuerdo en todo que me lo has pisado. Hay mercado, hay interés, hay reconocimiento. Lo que no hay ya es excusa.

  3. Pongamos el ejemplo de la literatura negra. El thriller es, quizá, el género más expansivo que existe, pues se ha colado de lleno en la literatura generalista. No obstante, hay en teoría dos tipos de thrillers: el que surge de las colecciones de género, escrito por autores de género, y el que aparece en las ediciones generales, escrito por autores no adscritos al género. La pregunta es: ¿existen muchas diferencias entre ambos modelos de thriller? Y la respuesta es que no. De hecho, los autores que militan en ambos bandos son perfectamente intercambiables. Por ejemplo, John Connolly, un autor de pura novela negra, ve su serie del detective Charlie Parker puntualmente publicada en España por Tusquets, una editorial generalista. Y algo similar sucede con otro autor de parecido apellido, Michael Connelly, cuyas obras aparecen indistintamente publicadas en colecciones especializadas, como Zeta Policíaca, o en editoriales generalistas como Roca y Ediciones B. Y hay muchos más ejemplos.

    ¿Puede decirse lo mismo de la ciencia ficción? Rotundamente no. Hay un abismo entre la cf que aparece en colecciones generalistas y la cf que actualmente se publica en colecciones especializadas. Un lector generalista, que puede leer sin problemas «La Carretera», «Fin» o «El mapa del tiempo», ¿sería capaz de leer con igual desenvoltura las novelas que aparecen habitualmente en Nova o La Factoría de Ideas? La respuesta, evidentemente, es NO.

    Me parece que esa desconexión entre estas dos ramas del género evidencia un enorme problema. Y también me parece que, mientras no se resuelva ese problema, no hay motivos para echar las campanas al vuelo. Una posible pista de por dónde van los tiros: la cf más pura, o al menos más nítida, que se escribe ahora ¿es ciencia ficción o literatura futurista? Porque ambos términos no significan exactamente lo mismo.

  4. Efectivamente, César. Y de ahí mi distinción entre cf -un género no muerto, pero sí irrelevante, sin importancia para la cultura actual- y literatura prospectiva, que es donde se encuadrarían estas obras de éxito.

    Por otra parte, los escritores de cf que ahora van siendo recuperados por los suplementos culturales, como Ballard, también escriben un tipo de cf que ha sido menospreciado en el género, pero que es valorado fuera. Igualmente, prospectivo.

    Y es una misión interesante para mí que sean recuperados de la misma forma escritores como Disch o Silverberg, con méritos literarios no menores en parte de su obra.

  5. Por matizar, lo de John Connolly tiene más miga: es un autor de terror -mucho terror- y novela negra que se ha colado en Tusquets, pero en su colección Andanzas, en la que mete casi todo lo que tiene, o se parece al género.

  6. Cuando se escribe por ahí de «críticos pseudointelectuales», ya todo el mundo asume que se refieren a mí, entre otros… Pero tampoco nos mencionan, supongo que por no dar visitas a esta web.

    Que, por cierto, va estupendamente. En las últimas semanas ya hemos superado el millar de visitas únicas diarias. Aún una cifra corta, pero interesante para el panorama especializado.

    Aunque, pensándolo mejor, sí que damos nombres con frecuencia, cuando se reseñan trabajos que carecen de valor. O bien cuando no se reseñan, porque no hay nadie con ánimo para leer según qué cosas…

  7. Bastante de acuerdo con lo expuesto. No creo que personalizar lleve a parte alguna, lo escrito no lo veo como un ajuste de cuentas.

    Me sorprende que al mencionar Ensayo sobre la ceguera de Saramago, muchos lectores aficionados a la cf mencionen una y otra vez El día de los trífidos. Porque la literatura no es la penicilina. Importa poco quien escribiera primero sobre un apocalipsis de invidentes. Importa si alguno o ninguno o los dos deja un libro que merezca la pena leer. Entrando en el terreno de la opinión personal, creo que Saramago -por estilo, por profundización en la idea, por sus personajes, por cómo hipnotiza al lector- gana por goleada.

    Quizá que la historia transcurra en el oeste americano o en Marte hace cien siglos es lo de menos. Ahora que tantos adeptos han aparecido de la obra de McCarthy, habría que recordar que La carretera es puro McCarthy, que hablamos de un escritor que está ahí desde hace más de cuarenta años, y que el éxito de esa novela no se debe a la distopía postnuclear, sino a la historia de amor de un padre y un hijo.

  8. O sea, que sigues sin atreverte a nombrar a los que somos unos fracasados que no entramos por tu aro, amigo mío, ¿O es ex-amigo?

    Si te refieres a los comentarios en el blog de David acerca de lo que se dijo aquí (y que se menciona en los mismos comentarios), en este maravilloso sitio, en ningún momento me he referido a ti. Recuerda que tú eres, para tus némesis, «ese periodista deportivo». Cosa que, por cierto, no comparto. Tampoco te considero un pseudointelectual, ya puestos.

    Pero sí considero que, como en tantas otras cosas que has criticado, con argumentos o sin ellos, te sobran los aguijonazos a babor y a estribor. Fíjate, sin ese parrafito donde obviamente no aludes a nosotros, estoy muy de acuerdo con lo que dices en este artículo… como estoy de acuerdo en lo que decía el otro dia el follonero sobre la calidad general de mucho de lo que se publica… pero allá los editores se jueguen sus dineros como quieran.

    Un abrazo aunque no te lo creas.

  9. Gracias por estar de acuerdo, RM, a pesar de llamarme pseudónimo (incluso después de poner mi biografía, supongo que es lo que le reclamas a Julián) y de ir comentando por ahí que la idea general de mi columna era «Español Caca, Extranjero Bueno» y que los que decíamos eso éramos elitistas intelectuales. Me podía haber ahorrado entonces la de palomitas que he tomado estos días, no creas. Desde luego, 10 años de Morancos en teles públicas y autonómicas han afectado irreversiblemente el sentido del humor en este país.

    Daniel, si algún aficionado al género fantástico no considera a Saramago un escritor maravilloso, me preocupa. Que se diga «es que El día de los trífidos es anterior a Ensayo sobre la ceguera» directamente me apena. No se trata de buscar la vuelca de tuerca al argumento, pienso yo, se trata de usar las herramientas del género ya establecidas (todo menor de 30 años es básicamente friki hoy en día, sabe lo que es un clon, un robot, una nave espacial…) como metáfora. Claro que aquí algunos hablamos de literatura y otros de vender libros, que es como hablar de música y de Emilio Estefan. Externamente se parecen, pero no son lo mismo.

  10. ¿»Mi aro»? ¿Cuál es «mi aro»? ¿Dónde he instalado un aro, en qué consiste, qué pido para acceder a él?

    ¿El blog de David? ¿Qué David?

    ¿Periodista deportivo? Caray, hace ocho años que lo dejé (con los viajes que me pegaba y lo fácil que era el curro, snif, qué tonto fui)

    En fin, no estoy muy conectado últimamente, pero la verdad es que no puedo decir que lo eche de menos, cuando parece que todo sigue bastante igual…

  11. Vale, veo que prefieres hacerte el tonto, Julián. Me temo que no se de ta bien.

    Y sí, todo sigue igual. Cíclicamente igual. Los que no aprendemos y los que no escarmentamos.

    Joserra: no creo haber dicho que esa fuera la idea general de tu columna. Sí que todo el mundo tiene derecho a intentarlo. Y a fracasar intentándolo.

  12. Tu única respuesta a mi columna fue poner mi biografía, Rafa, y cuando te repliqué, callarte y comentar indignado «otras» cosas en «otros» lugares. Si quieres que sigamos con ese debate, los comentarios están abiertos para ello.

  13. No. Mi respuesta fue intentar hacerte ver que no puedes estar en los dos bandos a a vez, en la crítica y en la creación. No sabía si eras o no eras quien firmaba con ese pseudónimo que me parece (opinión personal, los autores también la tenemos, ¿no?) tan desafortunado, y por eso pregunté.

    Contestaste y me di por satisfecho con tu epxlicación. Ese otro lugar, el blog de David Mateo, a quien por cierto parece que no se puede mencionar, salió el tema y comenté. Punto pelota. Nothing more.

    Me temo que yo me indigno ya por pocas cosas.

  14. A mí en persona es la primera vez que me dices lo de «no se puede ser crítico y creador». Es más, ni me has comentado que te pareció una explicación satisfactoria. Sobre si no se puede ser «crítico» y creador: Bruce Sterling, Harlan Ellison. Por no hablar de Marinetti o tantos otros vanguardistas que publicaban manifiestos.
    Lo del Follonero es un título para una columna (título que ni siquiera puse yo), que firmo con mi nombre y a cara descubierta, sin ocultarme. Tonto sería firmar con pseudónimo Y poner mi nombre al lado.
    A mí me parece muy bien que me repliquen SI me nombran y SI se atreven a dejar un link para que haya constancia de la réplica, ya que no hay comentarios.
    Ya te digo que podemos seguir con los comentarios de ESE texto en su sitio correspondiente y dejar este libre para que se hable de lo que pone en él, pienso.

  15. RM, por favor, en serio, deja de enturbiar el ambiente de esta página, que pretendemos dedicar a la literatura y que en la mayor parte de las ocasiones en que has intervenido se convierte en algo poco grato.

    ¿Por qué no se puede mencionar a David Mateo? Yo no sabía que te referías a él. ¿Pretendes transmitir que aquí hay algún tipo de censura?

    ¿Por qué porque pregunto cosas que no me respondes «estoy haciéndome el tonto»? ¿Pretendes transmitir de nuevo que en realidad tengo algún tipo de plan oculto, ese de «pasar por el aro»? ¿En qué consiste?

    ¿Por qué pones en boca de «mis némesis» presuntas descalificaciones contra mí en lugar de asumirlas tú mismo?

    En fin, demasiadas acusaciones veladas lanzadas al aire para alguien que abrió su participación quejándose de que tiro la piedra y escondo la mano. Bastante desagradable.

    Ya hubo que ponerte bajo moderación en el pasado; la única ocasión en que se ha hecho esto en Prospectiva en un año, y mira que ha habido textos que han alcanzado el centenar de comentarios. Te ruego que no provoques una situación similar esta vez y se pueda proseguir con un debate normal sobre cuestiones literarias.

    (Por cierto, pongo RM puesto que es como firmas, no porque haya censura tampoco hacia tu nombre. Creo que, dado el papelón que haces, no seré yo quien desvele tu (obvia) identidad).

  16. David Mateo hace Fantasía y más cosas, pero no le veo yo haciendo CF. Esto es importante, la CF y la Fantasía se parecen pero su mercado editorial es radicalmente distinto. Dicho lo cual debo decir que me parece un profesional como la copa de un pino.

    Yo (Luis Besa) sí hago y hasta publico CF. Y cuando se publica se hace con una vocación comercial, de tratar, al menos, de garantizar un retorno de inversión al señor editor.

    La tesis de Julián me parece la mar de respetable y bien expuesta, considera que hay una CF, que aquí llamamos prospectiva que apuesta por un calidad narrativa o que supera los estandares cualitativos puramente comerciales de la CF al uso y que igualmente resulta atractiva comercialmente. Que a él eso le pone más y que contribuye a prestigiar el género. Quizá lo que más duele es que Julián la coloca, así por axioma, en editoriales «de fuera del fandom». Pero vamos, básicamente es cierto que en CF (en Fantasía creo que no) hay una literatura extrafandom que toca temáticas afines a la CF y que va bien, tiene su mercadete (tampoco hay que exagerar), cuenta con los parabienes de una cierta crítica y trasciende el público meramente de género. El y follonero, antes, defienden abiertamente esta línea, dicen que es el futuro y tal… Yo discrepo, creo que no es así. Bueno, algo deberemos decir los que pensemos que no sólo en Anagrama vive la verdad y la luz, y cuando digo algo pienso en algo que no sea entrar en cosas ad hominem o recordar historias antiguas… Joder, revienta ver que de estos debates del que se puede extraer tanto terminas en dimes y diretes personales, y amigos y examigos por aquí y allá…

    Hombre, agradecería eso sí, un poco de respeto, que no se nos llame cacosos, estercoleros, montañas de residuos así como así… sólo por publicar aquí o allí… que la gente tiene su corazoncito. Y como autor (autorcete en realidad) que va de un determinado palo pues ya trataré de replicar lo mejor que pueda aquí mismo (si me dejan, claro).

    Entre tanto, sosiego y no hagamos del debate una cruzamiento de hostias personales (en lo posible), que lo mismo sacamos algo en claro.

  17. Sí, Julián, ya sé que en tu particular reescritura de la pequeña historia del género en España yo ya no existo, ni me mencionas, ni te hago ninguna gracia. Soy, como ya me dijiste a la cara hace dos años, un fracasado. Y a mucha honra.

    O sea, soy Rafael Marín Trechera, por si alguien no lo sabe. El imbécil que una vez fue tu amigo… como fueros tus amigos toda esa gente que has dejado por el camino, Julián Díez.

    Todo sigue igual. Pero tú eres quien se ha peleado con todo el mundo.

  18. Con todo el mundo, no. Algunos nos consideramos buenos amigos suyos pese a nuestras profundas diferencias de opinión en muchas cuestiones, tanto literarias como extraliterarias.
    Dicho esto, y viendo que prácticamente todo el mundo estaba de acuerdo con el texto de Julián y, parece, con el de Joserra (en líneas generales)…
    ¿Por qué se está discutiendo en estos términos?
    Se pide:

    1. Buenos filtros para lo que se publica, de manera que el género se enriquezca.
    2. Que eso no implique que no se publique nada.
    3. Que se pueda criticar con criterio y rigor.
    4. Que se acepte que estamos en un momento bueno para el género.
    5. Que no se acepte algo solo por ser español ni se critique solo por ser español pero que tampoco se critique con menor rigidez..
    6. Que no se acepte algo solo por ser extranjero ni se critique con menor rigidez que lo español.

    ¿No estamos todos de acuerdo?

    ¿No se había resuelto todo esto ya en tropecientas discusiones anteriores?

  19. A ver, a esos ofendidos tan rápido por la comparación con abono orgánico obtenido a partir de excrementos de animal, hay un dicho por todos conocido: «quien se pica…». Yo no me he metido con nadie por publicar en Sirius, ya que sois de Sirius los dos, o de AJEC, de hecho defiendo la labor de Raúl Gonzálvez. He dicho que la manía de las series malas, que son malas desde el inicio, es COMO SI un comprador prefiera comprar sacos de estiércol de 25 kg mejor que de 5. ¿Ejemplos?
    – Caballo de Troya, de JJ Benítez
    – Continuaciones de Dune por el Hijo 1
    – Servilletas encontradas en el lavabo de Tolkien, por el Hijo 2
    – Salvatore & co.
    El extraño proceso mental que lleva a la gente a pensar que hablo de esas personas concretas POR publicar en una editorial determinada (¿por qué Sirius? ¿Cuándo he hablado yo mal de Sirius? De hecho estoy convencido que he criticado más a AJEC que a Sirius) me resulta muy gracioso.
    Lo que no me resulta tan gracioso (y me parece casi una ofensa personal) es que se transmita a los demás que YO he hecho eso. Que me meto con Sirius (aunque tenga libros suyos) y que prefiero a los autores extranjeros a los españoles. Aunque mira, sí, prefiero a Jorge Baradit antes que a muchos españoles, sin ir más lejos. Llámame antipatriota si quieres.

  20. Yo sólo quería decir que estamos mezclando hilos, aunque ambos puedan estar, de alguna forma, relacionados en la mente de los lectores.
    Uno es la necesidad de un filtro más severo en la publicación de libros (en cualquier género), que conlleva también un filtro de crítica más seria fuera de amiguismos y absurdas palabras de apoyo a textos que no lo merecen.
    Ese ha sido escrito por Jose Ramón Vázquez. Sin seudónimo. La columna se llama El Follonero. No el autor. Y no es este hilo.
    Este hilo es el que hace referencia al buen momento que vive el género, al que parecen ajenos los autores que publicamos en editoriales del fandom.
    No veo relación directa entre ambos hilos, más allá de querer interpretar toda reflexión escrita en LP como un ataque a un presunto «otro bando» que yo, como participante de esta web, desconozco.
    Yo soy amigo de Julián.
    Yo no pertenezco a ningún bando.
    Es absurdo juzgar nuestros propios problemas como autores con falacias ad hominem. Se piense lo que se piense de Julián y de Joserra, hay dos cosas que, al menos para mí, son ciertas:
    a) Se publica mucha literatura fantástica en la actualidad, y mucha de ella no ha aportado nada. Su publicación no ha sido beneficiosa para el género
    b) Existe un reconocimiento social en lo literario para la literatura de ciencia ficción del que la mayoría de los autores que provienen del fandom no están participando. Sí lo hace Félix J. Palma, por ejemplo, pero hay otros nombres, como Santiago Eximeno, que no lo están aprovechando.

  21. Un detalle.
    Rafa, quería agradecerte que hayas continuado aquí la conversación. Esta web es el origen de ella, y aunque quizá lo mejor sería poder compartirla en un foro (o en bar con unas cervezas), por eso de ni en tu casa ni en la mía, creo que es mucho más adecuado que continuarla desde la distancia, en un blog personal, como ha preferido hacer David Mateo. Entiendo que David quiera hablar desde su blog a sus lectores, pero hubiera sido, creo yo, buena idea, incluir un link a LP, solamente para que sus lectores pudieran descubri a (y cito literalmente)

    «los cuatro voceras que se creen que el mundo literario es un tablero del estratego y mueven sus fichas como rancios generales de la posguerra»

    o

    «la incapacidad mental de algunos paletos que no tienen ni puta idea de cómo funciona este mundillo.»

    Sería interesante también meditar sobre la reflexión de David Mateo:

    «La situación actual de la literatura fantástica podría calificarse de enferma: no hay lectores, no hay dinero, así que no hay beneficios. »

    Que muestra, cuanto menos, esa ceguera del fandom de la que se queja amargamente LP. La literatura fantástica está llena de lectores. Y da beneficios. Todo es cuestión de verlo desde una perspectiva amplia, no limitada a lo que uno mismo vive.

  22. Ha pasado desapercibido, quizá, pero Daniel Pérez Navarro ha comentado en este hilo. Autor español «primerizo» que ha sacado un libro que ha pasado «desapercibido» en general. Sin embargo ha quedado finalista de varios certámenes de esos supuestamente vedados a la cf como el Cosecha Eñe o el José Saramago. Y sin padrinos.
    Si alguien quiere «hacerse rico y famoso» mediante la literatura de género debería fijarse en él, o en Monteagudo, por ejemplo.

  23. Que no está reñido con jugar también dentro del fandom; si no recuerdo mal ganó el premio Avalon. Creo que, como han demostrado él y otros muchos escritores, se puede mirar a ambos «mundos» (sé que no lo sugieres pero quiero reafirmarlo). Lo importante es, como se está sugiriendo, cambiar la visión, la perspectiva, dejar el victimismo. Porque, como escribe Julián, los tiempos son muy interesantes. Y se puede jugar a grande, a pequeña, a pares…

  24. Uf, se va uno a comer y madre mía…

    No entiendo nada. La misma persona me acusa de no ser capaz de decir las cosas de viva voz, dos contestaciones más abajo me acusa de habérselo dicho en persona dos años atrás. Todo es rarísimo.

    Lo que está claro es que es difícil ser profesional con esa actitud. O con la del blog de David Mateo, que ahora sí, he leído.

    No sé por qué, no consigo imaginarme a un escritor profesional echándole culpa de sus pocas ventas a la crítica. Es que no me cuadra. Ninguno de los escritores profesionales a los que conozco es así.

    Entretanto, en el mundo real, como citaba Ismael al principio, las temáticas de cf se anotan otro premio literario en España…

  25. Yo también me acuerdo de esa reunión hará un par de años, Julián, en la que nos dijiste a Rafa y a mí que éramos unos fracasados. Yo no le di más importancia, porque un amigo me la tiene que hacer muuuucho más gorda para que me enfade realmente con él (además, sospecho que la cosa no ha ido nunca contra mí, pero lo dijiste). Se te veía bastante nervioso por algún tema anterior, así que lo achaqué a eso y a que habías hablado sin pensar. Y la verdad es que la cosa fue bastante desagradable, con César delante, que estaba por entonces un poco chungo y había hecho un esfuerzo para acudir, y yo lo miraba avergonzado de que tuviera que tragarse ese rifirrafe fandomita. Cuando la verdad es que habíamos dejado pasar una cena a la que estábamos invitados para pasar ese rato contigo (y con César), y no veas el mal rollo. Rafa salió de esa cena bastante mosqueado, y yo intenté (este julio pasado) que nos viéramos los tres de nuevo un rato, para ver si se aclaraban las cosas. Pero ni tú ni Rafa estabais por la labor, así que lo dejé correr.
    Pero ahora insistes con lo de los “fracasados”, así que me gustaría saber, desde el punto de vista de un crítico serio (y lo eres, aunque te dejes llevar cada vez más por tu reverso tocacojones), ¿qué es eso de “fracasados”? ¿Cómo se mide?
    El año anterior a que Paco Roca publicase “Arrugas” cualquiera hubiera valorado su carrera como un “fracaso”. Había tenido muy malas ventas de sus álbumes anteriores (aunque también bastantes buenas críticas), y de repente ¡Zas! Premio Nacional de Cómic, y ahora mismo uno de los historietistas más conocidos en España.
    Así que cómo mides tú lo de “fracasados”. Tengo curiosidad. Porque yo he visto a algún autor (de los que ahora consideras como triunfadores de la literatura general que se acercan al género), decirle a Rafa en la Semana Negra que su “Juglar” era maravilloso. No sólo eso, sino que en el Minotauro en el que quedó finalista, algún jurado se sintió ofendido porque no ganase y dio la espantada (aunque aclaro, lo siento Rafa, que a mí me gusta más “Señores del Olimpo”). Rafa Marín tiene calidad literaria de sobra, y así se lo reconoce cualquier entendido, y con un poco de suerte algún día le va a llegar el momento (lo tengo tan claro como siempre lo tuve con Paco Roca)
    El Minotauro de Paco Lorenzana era una oportunidad de oro de hacer algo digno dentro del fantástico español. Una idea por la que tú siempre has apostado. La cosa salió mal, pero al menos lo intentamos. Rafa con “Juglar” y yo con “Rihla”, que francamente no creo que sean malas novelas. Si la cosa no funcionó, no fue por nosotros, así que me parece tan injusto tu calificativo. Tan injusto que no creo que ni lo pienses realmente. Este es un ejemplo más de cómo se tratan las cosas en el fandom, argumentando siempre desde los extremos más alejados.

  26. Yo me lo plantearía de otra manera.

    Supongamos que soy español y escribo ciencia ficción y, en cosa de dos años, me encuentro con que el género escrito en español empieza a copar premios de la primera división nacional (el Primavera o el Ateneo de Sevilla), empieza a entrar en el canon (hables con quien hables, los referentes de todo cristo, sea friqui o no, son Gibson, Ballard, Dick y Lem) y, mucho más importante para mí, leo con pasmo y asombro que no sólo ha dejado de estar mal considerado por las editoriales importantes (Plaza o Mondadori) sino que ¡además les mola sacarla! Y, por si fuera poco, me encuentro con que hay cada vez más editoriales pequeñitas, que editan libros de manera impecable, y que sacan títulos de ciencia ficción con cierta regularidad, e incluso consiguen que se hable de ellos en medios y en la red (y por el boca a boca, en el paroxismo del proceso).

    Supogamos también que mis amigos están quejándose todo el rato de que la cosa está cada vez más chunga, de que sólo se beneficia a los autores extranjeros y que, desde que Minotauro cerró el grifo a los autores del fándom, aquí no hay dios que publique ciencia ficción.

    ¿Qué hago? ¿Me fío de mis amigos, por mucho que los quiera, o de lo que veo en la librería, la prensa y en la red? A título personal, yo me arriesgaría y perdería el miedo a enviar mis originales a agencias, editoriales y premios. Igual no me como una mierda, pero por intentarlo que no quede. Lo peor que puede ocurrir es que me quede como estaba.

    No sé si es el mejor momento de la historia de la ciencia ficción en España o no. Lo que sé, porque lo veo, es que la coyuntura es favorable para publicar ciencia ficción en editoriales generalistas, mientras que las especializadas están bastante de capa caída. Pero no lo están porque no se las cuide (de hecho, creo que el exceso de autocomplaciencia ha hecho muchísimo daño, y las consecuencias se están viendo ahora) o porque existan siniestros complots para favorecer al producto extranjero a toda costa (en tiempos de crisis, cualquier editorial va a ser conservadora, lo cual pasa por ir sobre seguro, es decir, apostar lo que funciona… y en ese saco de «lo que funciona» hay autores españoles, por ejemplo Javier Negrete; ergo el argumento no me vale), sino porque me da la impresión de que no han sabido reaccionar a la crisis y porque, reconozcámoslo, parecen diseñadas en contra del posible comprador y, como dice Julián en una frase que nadie ha comentado, «producen sonrojo a cualquier lector con unos mínimos conocimientos sintácticos y ortográficos».

    La cuestión no estriba en debatir acerca del proteccionismo a ultranza y el discurso victimista o en glosar las bondades de la verdad que está allí afuera, sino en cambiar la actitud. ¿Queremos vender lo suficiente como para que esto salga a cuenta? Joder, pues ofrezcamos un producto atractivo que llegue a más lectores y, atención, nos permita conservar los que aún nos quedan. Que los libros no se le caigan de las manos al posible comprador. Que los argumentos no suenen a trillado. Que abras por cualquier página y no te encuentres con un atentado contra las normas elementales de la gramática española o de la composición de textos. Que los editores sean capaces de decir al autor: «Mira, tal como está yo no te puedo publicar esto, de modo que ya sabes lo que tienes que hacer en los próximos meses». Que los autores tengan la suficiente capacidad de autocrítica. Que la ciencia ficción española publicada por las colecciones especializadas, además de ser profesional, lo parezca.

    Durante los años noventa y principios de esta década lo era y, además, lo parecía. La situación fue de bonanza. Ahora no sé si lo es, pero, desde luego, no lo parece, y ni siquiera atrae a los autores que deberían publicar en las editoriales especializadas. La situación es mala. ¿En serio que nadie ve la relación?

  27. Lo de fracaso, Juanmi, se mide conforme a los planteamientos que tenga uno sobre lo que hace, y en el fondo es bastante personal.

    Si uno escribe cf para divertirse, y opta por escribir lo que le gusta aún a sabiendas de que pueda o no ser comercial, no fracasa. Porque disfruta de lo que hace, apuesta por ello. Digamos que no le importa tanto el destino como ver el paisaje del camino.

    Déjame, Juanmi, que desvele alguna conversación privada que hemos tenido tú y yo. ¿Cuántas veces te he dicho que lo que escribías no era comercial, que debías intentarlo con juveniles, con tecnothrillers, con enviar a otras editoriales…?

    Y no lo has hecho, jamás. Cuando te pusiste a escribir un technothriller, acabaste haciendo cf hard. Y estoy seguro de que lo disfrutaste, jodío. Y yo, como lector, también.

    Pero no lo has intentado, en serio, jamás.

    Pero tampoco te he escuchado quejarte jamás, ni escribir disparates faltando a la gente, ni echarle la culpa a los críticos, a las editoriales, o a una conspiración elitista que impide tu acceso a otros públicos.

    Haces lo que te gusta. Y a mí me gusta también, no siempre, pero bastantes veces. Sigues tu camino, disfrutas del paisaje. Mereces todo mi respeto.

    Pero así, y tú lo sabes, es muy difícil que salgas de determinados círculos. No imposible, pero…

    Y el ejemplo que pones de Paco Roca es extremadamente significativo. Cuando, tras años de publicar buen material, consiguió un éxito a mayor escala, fue una vez que hizo un cómic sobre ancianos con Alzheimer. Es decir, sobre un tema de interés general y con atractivo para los medios. Si hubiera seguido haciendo género puro y duro…

    Y si alguien no entiende todo esto, que lea la novela que lo resume: La carretera, de Cormac McCarthy. Ni una sola novedad temática. Ninguna explicación a lo que ocurre. Simplemente, un tema de cf pero comprensible para cualquier lector, emociones y una escritura de límpida brillantez. Una obra maestra que AVERGÜENZA por contraste a la cf contemporánea, en particular a la anglosajona.

    Por lo demás, Juanma, como de costumbre, lo ha explicado todo mejor que yo.

  28. Por alusiones aunque no se me alude: yo jamás he dejado de intentarlo. Y de intentarlo en serio. Nunca he escrito nada donde no pusiera el alma. Unas veces me ha salido mejor, otras peor. Unas veces ha sido un placer y otras un dolor. Unas veces he intentado ser más comercial y otras me he dado el gustazo de escribir para nadie.

    He intentado hacer libros comerciales. Jo, si lo he intentado. ¿Y…?

    Que sigo en el mismo sitio, comiéndome los mismos mocos de siempre, escuchando acusaciones de fracaso (me las digo yo mismo todas las mañanas). O, cuando escribo juvenil (sin ningún éxito, dicho sea de paso), escuchando que me he comercializado y la cosa no tiene chicha.

    El mundo editorial es un misterio. Nosotros, los escritores, no controlamos nada. Escribes tu libro, cobras con suerte tu anticipo, y el libro se pierde en los miles de libros que se publican. Y no hay otra opción.

    Luego está la suerte, como otros tienen la belleza. Yo no la tengo. Lo sigo intentando. Dos novelas estoy escribiendo ahora mismo, una de ellas con Juanmi, lo mejor que he escrito nunca: necesito la frescura que Juanmi me proporciona. Otra, en solitario, para mí, para mis amigos, para ese RM que era un niño que quería ser poeta. ¿Tendrán éxito? No lo tendrán. Ninguna de las dos. No porque no sean comerciales (la escrita a cuatro manos lo es, y mucho), sino porque hay cosas que no podemos controlar. Quién sabe si no tendrán que quedarse en el disco duro del ordenador, donde tengo… ¿cuántas? Ah, sí, una novela juvenil policíaca (pero, ay, no es de vampiros), una de terror (pero, ay, no hay vísceras), una juvenil también a cuatro manos (pero, ay, si es supercomercial y al socaire de Avatar podría incluso convertirse en un pequeño boom patrio a poco que se publicara). Debe de haber alguna más, no tengo ganas de buscar.

    La mejor novela de Juanmi, la más comercial, la más divertida y asequible, La red de Indra… ya véis, mal distribuida, como si no existiera. Y anda que no le echó cojones, e ilusión, y esperanzas.

    Fracasamos, vale. Pero no somos unos fracasados. Lo mismo es que ni siquiera existe el karma.

  29. Coño con la carretera… La empecé a leer y la mandé a la biblioteca del pueblo allá por la página 60 por cutre y porque era un dramón sensiblón de niño con gore. Es como el niño rayado del pijama pero en gore. ¿Ese es el arquetipo? Es que esa es otra. Se habla mal de la música de pachanga y se dice, esto es lo guay : Murakami o como sea (no sé a cuantos chinos empecé a leer en 2008 y todos han ido a parar a la biblioteca del pueblo menos Kawabata. Oiganme bien, bodrios sangrientos, eso era todo), pero están de moda, es lo que hay.

    Me paro a pensar en lo leído en 2009, me leí un monton de españoles que no van a ningún sitio, según parece, y encontré cosas bien buenas, mejores que la Carretera y el señor que no queria a las mujeres y tal… desde mi punto de vista, sin niños ñoños ni gilipolleces. Por cierto, entre otros a Juanmi Aguilera y el Informe Monteverde, de la Sra. Robles, de lo mejor de la añada, si me permiten ser pelota, tan buenos sino más que la Pell Freda, verbigracia.

    Me da que las inercias del fandom son calcaditas a las del gafapasdom, la metafísicadom y toda la capellanía definitoria de la cultura contemporánea. Y que lo que en el fondo ocurre son malos rollos personales.

  30. Mi padre tenía mucha fe en la colección «Futuro», pero acabó siendo un fracaso. Las colecciones de cf que vinieron después, incluso las más longevas, se limitaron a ocupar nichos residuales del mercado editorial con muy escasos -cuando no nulos- beneficios. Y esto ha sido así no sólo en España, sino también (aunque menos, claro) en los países anglosajones, donde la cf siempre ha sido minoritaria.

    Por otro lado, la cf nunca ha sido aceptada en el «parnaso», nunca ha encontrado su hueco en el mundillo de la literatura general. Cuando lo intentó, allá por los 60 y 70, fue una catástrofe. Y después… ¿cuántas décadas lleva la cf perdiendo terreno ante el fantasy? En los 90 oí hablar mucho de la cf europea, era la gran esperanza, pero ¿dónde está la cf europea, que no la veo? Al cabo de casi cien años de cf moderna, sólo un puñado de autores -que se pueden contar con los dedos de una mano- han obtenido el reconocimiento general.

    Pues bien, teniendo en cuenta todo esto ¿hablamos de escritores fracasados? Por favor, lo que ha fracasado es el género; todo él, de arriba abajo con honrosas excepciones. Al menos, de momento, claro.

    Y, cambiando de tema, ¿qué tiene de malo que se publique en pequeñas editoriales vinculadas al fandom a mucho autores noveles y muchos textos infumables? Coño, si algo bueno tiene el fandom es que sirve de campo de pruebas y aprendizaje para muchos escritores en ciernes. ¿Que la mayor parte fracasarán? Claro, como ocurre con casi todo. Pero ese es el semillero y de él acabarán surgiendo algunos de los escritores que enriquecerán en el futuro nuestra literatura fantástica. De hecho, ya está empezando a suceder.

  31. No pensaba intervenir en la discusión (ha sido sorprendente, por cierto, comprobar cómo todo esto, que me habría alterado, quizá, hace unos meses, hoy lo iba leyendo y me daba cada vez más de lado), pero, bueno, por posicionarse y todo eso.

    Hace tiempo que llegué a un acuerdo conmigo mismo. Quiero escribir lo que me venga en gana, como me venga en gana y cuando me venga en gana. Si tengo suerte y algo de eso resulta lo bastante comercial para llegar a vivir de ello, ¡oye, cojonudo! y si no la hay, pues mira, el plato en mi mesa me lo pone todos los días otra cosa, así que tampoco pasa nada. Más se perdió cuando lo de Cuba, qué coño.

    El motor que me mueve para escribir es que es la cosa más condenadamente divertida del mundo (bueno, casi). Y, mientras escribir me siga causando placer y me las siga apañando para encontrar lectores (ojalá fueran millones, pero si son pocos, bienvenidos esos pocos) seguiré haciéndolo.

    El resto… lo encuentro cada vez más irrelevante la verdad.

    Todo esto con las matizaciones oportunas respecto a que es una posición personal, intransferible, totalmente subjetiva y sin la menor pretensión de ser otra cosa.

  32. Los hechos están ahí. De la enorme camada de buenos escritores que salieron del fandom de los 80 y 90, todos, con alguna notable excepción, emigraron, se pusieron a escribir otras cosas. Yo siempre he reconocido que tenía su lógica. El mercado no parecía estar para eso, y para colmo, la salida rápida que era el Minotauro puso la zanahoria delante para acabar de convencer, a quien aún dudara, de que se fuera de un género que no ofrecía réditos. Lo doloroso es que la mayoría de esos escritores, al igual que la de lectores que conozco, comenzó su idilio con el fantástico con la ciencia ficción; es el género del que la mayoría partimos.
    El caso es que luego, según pasaba el tiempo, hemos ido viendo que ciertas novelas de ciencia ficción comenzaban a encontrar su sitio, a venderse espectacularmente bien, e incluso a recibir críticas muy elogiosas e incluso numerosos premios. Los datos los tenéis ahí arriba, en el excelente artículo de Julián. Es innegable, lo cual quiere decir que alguien se equivocó. Porque cuando cierro la lectura de Fin, de un tal David Monteagudo, currito en una fábrica de cartones, y recuerdo además La piel fría, Clara y la penumbra, La llave del abismo, Cazadores de luz o Tokyo ya no nos quiere, lo que me pregunto es: coño, ¿dónde está toda aquella plétora de buenos escritores? Y en un ataque de nostalgia y de fandomismo, llego incluso a planteármelo así: ¿coño, dónde están los nuestros?
    Es decir, que sí, que la cosa pintaba mal, pero resulta que sí que había sitio, y posibilidades de pillarlo. Sólo había que cambiar la calidad de lo que se estaba escribiendo, y los modos. Eso es lo que veo perfectamente reflejado en este artículo, y con cuyo contenido estoy absoluta y totalmente de acuerdo. Y lo veo más como un lamento (que yo comparto) que como un desprecio, que es como algunos en los foros se emperran en interpretarlo. Un escritor es libre de actuar y escribir como le salga de las narices. Tan libre como lo es alguien que ama el género para valorar y calificar ese hecho.
    Y hasta ahí llego, porque en el tema de las formas ya no puedo ni quiero meterme. Eso concierne al autor, al que no veo esconderse, sino dar argumentos.

  33. Enlazo con el tema del artículo. Gracias a Joserra y a Nacho por acordarse de esta ballena blanca. Sí, esa ha sido mi opción, y creo que es válida para cualquier escritor de hoy: no hay fronteras. Se puede intentar que un relato de corte fantástico aparezca publicado en ngc, pero también en Narrativas. Sí, se puede uno presentar al certamen José Saramago y al Avalon, sin renunciar a lo fantástico en el primer caso. ¿Por qué no? Creo que se puede soñar con Anagrama y Tusquets, aunque la realidad diga que está muy difícil. Se les puede mandar a distintas editoriales «generalistas» la misma novela, las posibilidades de publicar en unas y otras no me parece que necesariamente dependan del género escogido. Los filtros -en algunas editoriales, casi insalvables- son otros, no veo una relación directa entre el rechazo de un manuscrito y su adscripción a la cf. Microrrelatos, relatos largos, poesía, novela… Ezines, periódicos, blogs, editoriales tradicionales, ebooks… Opciones muy diferentes, para principiantes o consagrados, de mayor o menor calidad. El territorio es amplio. A veces (libro electrónico), casi virgen. Se puede explorar en varias direcciones. Creo que las vallas a veces están en la cabeza.

  34. Leo y releo los artículos de Joserra y Julián y no los veo tan polémicos. Joserra hace hincapié en algunos problemas del modelo de edición fandomita. El fandom por su propio origen y sus características tiene ventajas e inconvientes, pero eso ya lo sabíamos todos. A estas alturas, no le vamos a pedir peras al olmo. Es lo que hay: algunos centenares de escritores, editores y lectores, escribiéndose, editándose y leyéndose entre ellos. Lo negativo de este modelo no es lo reducido del número de lectores (un escritor puede sentirse igual de realizado con 300 lectores que con 10.000, ya que lo gratificante es tener un público, aunque sea muy reducido). Lo negativo es que es un mundo muy indulgente y poco exigente. Basta con echar mano al google y comenzar a buscar reseñas negativas de libros de autores de este mundillo. Casi no existen, más allá de esos breves párrafos que recopilan muy muy rápidamente «los puntos menos buenos» del libro. Una crítica negativa te puede costar acusaciones de ser un trol, un amargado, un frustrado que se divierte destruyendo el «trabajo» de los demás o un gafapasta (el insulto favorito del fandomita recalcitrante). Debido a esta poca exigencia, el fandom es un lugar ideal para fogonearse como escritor, pero peligroso para quedarse para siempre. Eso lo sabemos todos, aunque en el fondo esta ciénaga nos gusta porque algunas veces nos da libros que molan, como Madrid de Daniel Mares (que tras leerla no sé si es buena o mala, pero mola). En resumen, desde mi punto de vista, lo más polémico y provocativo del artículo de Joserra es el título de la sección: «El follonero».

  35. En cuanto al artículo de Julián, tampoco le veo la polémica, más allá de que algunos necesitan una persona concreta a la que dirigir los golpes. Pensad en literaturaprospectiva o en la revista hélice, y en el gran número de colaboradores y buenos artículos que van acumulando. Es evidente que estos proyectos son la suma de un valioso y preparado grupo de personas, entonces ¿por qué algunos siempre están dando la bara con esa imagen de Julián gurú, adoctrinador de acéfalos, general rancio?
    Una muestra. Aquí lo vemos vestido de gurú espiritual:
    http://asturcon.estaciondenieblas.net/2005/02/14/la-veterania-es-un-grado/
    (el tratamiento del resto de los personajes reales en la serie de viñetas es respetuoso, y en algún caso incluso hagiográfico)

  36. Desde mi punto de vista ni Joserra, ni Julián están indicando un camino único para los escritores (lo que alguien ha denominado «el aro» de Julián por el que hay que pasar), sólo están señalando otra posible vía.
    Cuando surgió la ciencia ficción campbeliana se impuso al pulp. Eso no quiere que el pulp no continuara teniendo autores y lectores (Savater reivindica el pulp), pero la cf novedosa y predominante era de otro tipo. Cuando apareció la New Wave, la cf volvió a cambiar. Eso no quiere decir que la cf campbeliana se esfumara en la nada, siguió teniendo sus autores y sus lectores, de hecho, después de unos años tuvo un repunte (Los propios dioses, Cita con Rama, Mundo anillo). Y así con cada nueva corriente que ha ido surgiendo.
    Ahora esta sucediendo algo parecido. Gana fuerza la «literatura prospectiva» o como-queráis-llamarlo, que es consecuencia de que Dick, Lem, etc. son ya patrimonio del mainstream, y cualquier lector de menos de 40 años puede aceptar elementos como los viajes en el tiempo, lo clones, etc. Pero, igual que sucedió en el pasado, una nueva corriente o moda no hace desaparecer a la anterior. No desaparecerá el fandom pero si que perderá interés y lectores, como ya está sucediendo.
    La posición de Rudy (autoeditarse, pasar de este asunto, etc.) es muy digna y respetable. Es como un Asimov que no quiso o supo adaptarse a la New Wave (sé que está comparación le gustara). Para los escritores jóvenes, que todavía no han fosilizado su carácter, es muy valioso un artículo como este.

  37. Agradezco a Joan Carles sus comentarios respecto a Hélice y coincido con el resto.
    En cuanto al comentario de Javier… Errr… Muchos seguíamos a Ishiguro (Los restos del día, Cuando éramos huérfanos), Roth (Pastoral americana, Me casé con un comunista) y McCarthy (Meridiano de sangre) mucho antes de escribir cf. Incluso me atrevería a afirmar que estando tú presente en conversaciones, por lo que me sorprende bastante esa afirmación. Solo se ha hablado de ellos en el fándom cuando han escrito cf porque en los foros de fándom solo se suele hablar de género (normal, por otro lado). Que escribieran cf fue una sorpresa para todos los que los seguíamos, como si ahora Coetzee escribiera cf.
    Y los premios se tratan porque quitan la falaz «excusa» del «rechazo del público». Pero aquí se ha hablado también de varios autores no premiados, como Piñol, Fresán o Monteagudo (a menos que se me escape algún premio que no recuerde).
    Una vez más: aquí se critican libros con el mayor rigor y honestidad posible. Los insultos de mucha gente sobran. Cansa ya esto de que quienes trabajamos concienzudamente las críticas recibamos/reciban insulto tras insulto sin responder en los mismos términos. La entrada que ha copiado Santiago Eximeno es una entre muchas pruebas.
    Santiago Eximeno, Joan Carles, Kaplan, Julián, Juanma y yo mismo, entre muchos otros en otros lugares, respondemos siempre con la mayor educación. Pedimos lo mismo.

  38. Aclaro, por si acaso, que ni el artículo me parece especialmente ofensivo ni estoy demasiado en desacuerdo que la tesis que en él se manifiesta.

    Por otro lado, decidirr ir a tu bola y considerar tener tropecientos lectores y alcanzar consideración crítica objetivos interesantes pero no necesariamente relevantes o fundamentales, no implica renunciar a conseguirlos, dejar de moverte por donde puedan (sean editoriales grandes, pequeñas, medianas, generalistas, fandomitas, extraterrestres…) ni… ¿cómo era? fosilizar el carácter.

  39. No entiendo la deriva de los comentarios de un tiempo a esta parte, que creo que retrata el de Guybush. Me parece normal que cuando uno señale un lugar la gente comienza a discutir sobre si es la vía adecuada, se debe ir a ese sitio o incluso si lo hace con el dedo de los ex-presidentes del gobierno. Lo que no me parece normal es que se empiece a discutir de quién es el señalador, que antes era mi amigo y ahora no y se empiece a hablar de cosas privadas y alusiones personales que al debate que a mí me importa no es que aporten poco, es que lo aniquilan. Por tanto, voy a pasar de eso.
    Sin embargo me gustaría reseñar que hay una especie de lugar común que dice que la literatura «cultureta» (por salir del manido gafapasta) es aburrida y pedante. En esta página colgué una reseña de «La broma infinita», libro que parece la cumbre de todo eso y me lo pasé pipa leyéndolo. Raro que es uno, supongo. Además hablamos de que lo que se quiere es llegar al mayor público posible y vender y para eso hay que ser «populachero» (David Mateo dixit, para que veais que no tengo problemas en nombrarle, si queréis lo hago tres veces frente a un espejo) y que Anagrama o Tusquets no son la luz que nos debe guiar.
    Pues bien, Anagrama ha logrado que los libros de Kapucynski, que son de no-ficción, vendan un montón. Un uno y cinco ceros detrás. Anagrama sacó un libro de un indio que no creo que leyera ni Dios y tras una peli llamada Slumdog Millionaire está en todos los estantes. O Lengua de trapo con Celda 211. Por no hablar de Murakami, también mencionado, o McCarthy. Lo cierto es que, en general, eran libros «secretos» para el gran público que en su momento lograron ocupar el lugar que merecían.
    En lugar de pensar que el tiempo pone a cada uno en su lugar lo que sucede, como decía el añorado Andrés Montes, es que el talento está bajo sospecha. Se piensa que intentando ser «academicista» uno pierde más que gana. Yo opino lo contrario, sinceramente. Es mi vía, es la que intento explicar y comentar. No digo a nadie «no, es que se viene por aquí», le digo «mira, se puede ir por aquí».
    Y podrá parecerme mal X o Y, o incluso una mierda y decirlo, igual que a X o Y José Ramón Vázquez le parecerá un pedante y que ha escrito una mierda y además putrefacta. Pues nada, porque a los dos nos guste esto del futuro en la literatura no tenemos que ser «grandes amigos» y acudir a nuestras bodas. Ni tampoco realizar conjuros vudú para que al otro le sucedan todos los males. Ni decir, «tú eras mi amigo» mientras a nuestro lado los padrinos ceban las pistolas para el duelo al sol. Con la actitud de «hermandad cerrada» que una vez más ha salido a relucir es como no se logra progresar, y que la gente de fuera te mire raro.
    P.D.: Gracias por las apreciaciones Joan Carles.

  40. De hecho, mi editorial preferida en cuanto a cf publicada estos últimos años es Mondadori. Dudo que cualquier otra pueda competir en catálogo con La carretera, El fondo del cielo, La conjura contra América y El sindicato de policía yiddish.

  41. A mí el artículo me parece acertado.
    Claro que no soy más que un gallego en peyorativo, como diría la Rosa… y encima al margen de mundillos.
    Perdonad mi interferencia, entonces.
    Por otra parte, hablando en pedante, aconsejería leer más a Epicuro y confiar menos en Platón. La gente se evitaría muchos complejos.

  42. Llego tarde a buena parte de las conversaciones (es lo que tiene la saturación de trabajo, en fin) así que me centro únicamente en el artículo:

    >Es decir, estamos en el mejor momento de la historia en España para lo que hemos dado en llamar ciencia ficción. Sin paliativos… Pero todos los hechos positivos citados más arriba siguen sin ser advertidos por la comunidad de seguidores de la ciencia ficción

    Sí a lo primero, no a lo segundo. Y esta web es un claro ejemplo de que se habla de estos libros ¿no? Sí coincido con otros comentarios en el sentido de que el libro-fandomita vive horas bajas; la mayoría de lo que ha publicado últimamente ha sido -digamos- manifiestamente mejorable, pero así y todo algunas rosas han crecido en el cieno. Hablo de fantástico en general.

    Julián ha mencionado varios libros de autor español que han ganado premios. No sé cuantos de nosotros hemos leído esos títulos (joer, no se puede leer todo) pero tampoco es oro todo lo que reluce. Si hay que sacar los colores al autor primerizo con más razón se debería denunciar el vestido de aire del emperador. No quiero poner ejemplos, aún, pero de los títulos mencionados algunos me han defraudado, y mucho. ¿Soy mal crítico por no saber apreciar su valor? Je, me temo que no llego ni a esa categoría. Pero sí me considero un lector interesado y como tal creo que es bueno argumentar y dar al César lo que es del César.

    Finalmente, coincido en la conclusión: el mercado está abierto, existe la oportunidad de publicar en sellos hasta no hace mucho vetados, y sólo falta que los autores digamos de la «ola de los 90» les apetezca intentarlo de nuevo. Lectores se ha demostrado que los habría en esos nichos de mercado y aquí tenemos esta web (entre otras) para fomentar las valoraciones constructivas.

  43. Un último detalle que se me ha olvidado indicar y me interesa recalcar:

    Que una obra cuente con elementos de ciencia ficción (básicamente de escenario más o menos futurista) ¿la convierte automáticamente en una obra de género? ¿Es el camino a seguir para publicar en determinados sellos? Según Manuel Gutiérrez Aragón, en una entrevista en RNE, su novela NO es ciencia ficción, aunque utilice como telón de fondo el tren infinito en un año futuro; es decir, y a su juicio. un detalle absolutamente circunstancial a la historia.

    Me congratulo de que elementos otrora tan avantgarde de cf, como la clonación, el desastre ecológico, el fin del mundo, sean aceptados hoy día por un público mayoritario (siempre y cuando el tratamiento sea adecuado para ese público mayoritario, claro), pero creo también que debe centrarse el debate en el sentido de que la oportunidad de publicar en sellos generalistas grandes está ahí, abierta y accesible, más que pensar en poner ejemplos concretos de obras paradigmáticas que, tal vez, no lo sean tanto.

  44. Por pasarme por un hilo de comentarios que más bien ha parecido una película americana de reunión familiar en el día de Acción de Gracias, estoy de acuerdo con Javier Esteban. Y es que noto un «esto ya no es lo nuestro» en el fandom que siempre me ha molestado. Lo de Cormac McCarthy que no es cf porque no explica, o que los telépatas son difícilmente ciencia ficción simplemente denota que hay muchos que buscáis únicamente cierta ciencia ficción que tenga tal y tal cosa, y no tal otra.

    Y la forma de tratar a todos estos libros que, sí, son cf, me recuerda a la forma tan injusta en la que se trató al ahora-que-estoy-muerto-soy-guay Thomas M. Disch.

  45. Y bueno, es que comparto un poco esa teoría de que la ciencia ficción no es tanto temática como las formas.

  46. Centrándome en los libros:
    La vida antes de marzo no es CF, transcurre en un 80 % antes del 11-M y está protagonizada por dos adolescentes, lo que ocurre es se encuentran ya de adultos y claro hay que situarla en el futuro pero eso, en mi modesta opinión, no es suficiente para calificarla de CF.
    Providence se centra casi exclusivamente en las aventuras sexuales de un profesor español en una universidad de E.E.U.U. (se acuesta con todo lo que se mueve). Lovercraft y las conspiraciones para dominar el mundo son tangenciales a esta trama y si no hubiesen aparecido ni se habría notado. Al final hay un cyborg y una transferencia de personalidad a un ordenador. No sé, igual son las 10 últimas páginas de un tocho de casi 600 que se hace muy, muy pesado (con una buena poda…). Y, sinceramente, poco aportan a la trama. Me recordó al Houellebecq de La posibilidad de una isla y eso, para mi,no es una buena referencia.
    De El mapa del tiempo y La llave del abismo ya hablé en otros sitios, en mi opinión obras menores de dos buenos autores que apenas aportan nada de interés.
    La conjura contra América de Roth y Nunca me abandones de Ishiguro son buenas novelas pero como creo que ya senaló Julián tiempo ha no son precisamente buena CF. Roth es muy bueno describiendo la vida de un adolescente judío en los E.E.U.U. de Roosvelt pero su tratamiento de la ucronía y su forma de devolver la novela al curso histórico actual resultan bastante pobres.
    Ishiguro se pasa de sensiblero en mi opinión y queda muy lejos de la emoción contenida de, por ejemplo, Lo que queda del día.
    Se podría hablar de otras decepciones similares como Cunningham, el de Las horas, que hizo un buen libro con Días memorables pero que tampoco deslumbra.
    No puedo decir nada de Fin, La carretera o El sindicato de policia yiddish. Están en la pila e irán cayendo pero, sinceramente, los casos anteriores o no son CF o son una CF bastante endeble.
    Me lo he pasado mucho mejor leyendo, por ejemplo, Jonathan Stange y el Señor Norrel de Clarke (vale, no es CF pero mola), o Danza de tinieblas de Vaquerizo, o Señores del Olimpo de Negrete, o Las edades de la luz de McLeod, A barlovento de Banks, Cismatrix de Sterling, Jitanjafora de Serigo Parra, Carbono alterado de Richard Morgan, y, para que quede claro que lo mio no es el sectarismo, La mujer del viajero del tiempo de Niffennegger, Cazadores de luz de Casariego y Escritos fantasmas de David Mitchell.
    Resumiendo, que no seamos papanatas, hay buenos libros en las editoriales generalistas, buenos libros en las fandomitas y truños en todas ellas, pero juzgar a unos y otros por ver donde se publican no me parece oportuno.
    Y, por acabar, hay una parte de la CF que el gran público jamás podra paladear, por las razones que sean, y que siempre estará condenada a ser publicada por editoriales fandomitas, tipo la space opera de Banks, y nadie me va a hacer creer que ese tipo de libros son malos o vulgares. Puede que no sean comerciales pero tampoco veo al Ulises de Joyce entre los más vendidos…

  47. Esto… Lo siento :(
    De todas formas, no te creas que hay tanto spoiler, el meollo del libro va por otro lado y, sinceramente, no sé si recomendartelo, se mehizo pelín largo (insisto en la poda).

  48. Bien, entramos en el escabroso campo de la definición del género, algo que ni tras más de un siglo se ha acabado por dilucidar. En mi opinión, todo eso sí es ciencia ficción desde el momento en que hay un hecho científico inexistente diferenciador. Siempre he considerado obras como Flores para Algernon o Muero por dentro como ciencia ficción (y todos), así que no sé por qué debería de dejar de hacerlo ahora.
    Y otro asunto crucial. Declarar que una novela es buena, pero a la vez mala ciencia ficción es abrir la puerta a su reverso, reconocer que puede haber malas novelas que sean buena ciencia ficción. Y lo siento, pero me niego por principios a aceptar algo así. Me es imposible disociar la calidad literaria de la novela de los valores que presente dentro de un determinado género. O la novela es mala (si se maneja mal en ese género lo es) o es buena. En este caso, los clones son absolutamente necesarios para la novela; sin ellos, de hecho, no hay novela, puesto que sería imposible que el elemento alegórico llegara como llega. ¿Que no se revelan? Bien, hay posibles explicaciones para quien las busque, o ninguna para quien no lo haga, y quien no las encuentre no podrá afirmar tampoc que son malas o falsas, porque para él no las hay. El elemento común de esta «cf mainstream» reciente es que no necesita autoexplicación, y ese es el problema, porque la cf campbelliana es la que ha dominado el espectro durante más de medio siglo. Pero no es la única. Hay otras igual de válidas.

  49. >Declarar que una novela es buena, pero a la vez mala ciencia ficción es abrir la puerta a su reverso, reconocer que puede haber malas novelas que sean buena ciencia ficción. Y lo siento, pero me niego por principios a aceptar algo así.

    No veo por qué no. Te pongo otro ejemplo: una novela literariamente horrible puede funcionar muy bien como divulgación científica. ¿Es buena literatura? No. ¿Tiene elementos de interés para otras áreas del conocimiento? Puede que sí.

  50. Kaplan, si te has leído los libros de Gutiérrez Aragón y Ferré y sigues afirmando que son CF entonces dejamos aquí el tema por que nuestra idea de que es o no CF no coincide y así es imposible el diálogo. Cuando fuimos jurados del Xatafi, y ya ha llovido de aquelo, tampoco nos pusimos de acuerdo con otro libro, Leile.exe, no sé si te acuerdas. En todos estos casos tú hablas de una cosa y yo de otra, y así no hay manera.
    En cuanto al libro de Roth, ¿le hacía falta meter la ucronía para demostrar que los E.E.U.U. de los años 30 podían haberse deslizado hacia el nazismo? Personalmente creo que no. Podría haber narrado esa historia sin esa carga, sólo como los recuerdos de un niño judío que veía que sus vecinos le miraban mal y se sentían fascinados por Hitler. El apaño de las últimas páginas es, sencillamente, una chapuza, las explicaciones y los tejemanes para que al final todo encaje con nuestro hilo temporal son,si me apuras, un insulto a la inteligencia de los lectores indigno de un gran escritor como Roth. Un autor de CF fandomita de tercera lo habría hecho mejor. No, evidentemente el grueso de la narración del libro, pero sí ese tornillo final, sin el cual, a mi, el libro se me desmorona. Sin negar, por supusto, que es una novela muy apreciable y con trozos memorables pero donde la CF… pues eso, que me chirría.
    Y, ojo, que no estoy diciendo que ninguno de esos libros sea malo, están mejor escritos que muchos de los libros de CF habituales y, en mi opinión, La vida antes deMarzo es muy buena novela pero, repito, no es una novela de CF y, a fin de cuentas, de CF trata esta página. Vamos, digo yo.

  51. Por otro lado, en le caso de Ishiguro yo no discuto tanto la parte de CF como su calidad intrínseca dentro de la obra de este autor. A mí me pareció sensiblero en exceso e inferior a otros libros suyos. Y, si me apuras, la parte especulativa tampoco estaba muy brillantemente conseguida. De hecho Ishiguro no habla de un futuro donse se usen los clones como de bancos de órganos si no de un presente donde eso ya ocurre por que en un pasado ¿alternativo? se desarrollo la tecnología necesaría al respecto.
    Lo siento, me suena demasiado alambicado y complejo. Nuevamente un autor corriente de CF lo habría resuelto de una forma, en mi opinión, más realista.
    Lo que no quita para que Nunca me abandones esté muy bien escrito y tenga trozos magníficos pero se me cae de las manos por su credibilidad. En mi opinión que un libro esté bien escrito no sólo es cuestión de estilo, hay otros factores que yo suelo definir como arquitectura narrativa y que incluyen una coherencia, una lógica interna y una credibilidad realista que, y una vez más recalco en mi opinión los libros de Ishiguro y Roth no resuelven de forma satisfactoria.
    Quizá por eso hay tantos buenos poetas que fracasan como narradores, por qué el estilo no lo es todo.

  52. A mi de Roht, el Lamento de Portnoy, hilarante. Lo demás y comparado con, cacucha… El bueno de Philip no ha vuelto a escribir nada mejor.

  53. El público compra y valora el producto que llega a sus manos. Aquellas editoriales que controlan los canales de distribución tienen siempre la ventaja de hacer que sus libros (o sea, sus productos) sean más visibles que otros. Esos serán entonces los que el público comprará y juzgará. Si una editorial no posee buenos canales de distribución o éstos son insuficientes, por mejor que sea su edición, por buenos que sean sus libros, no pasará de un exiguo tamaño, que no tendrá mucho que ver con la calidad real o supuesta de sus autores. He ahí uno de tantos motivos del por qué algunos libros no llegan a ese gran público.
    Las editoriale, por otra parte, tienen sus líneas de publicación y se atienen a ellas. Aquello que se sale mucho de esa línea no es considerado dos veces. No se trata de que sea bueno o malo, que sea de un novato o de un veterano. Simplemente no encajará con el particular punto de vista del editor en cuestión y se acabó. Si no se le ajusta, no lo publica, aunque sea una obra maestra.
    Por otro lado, si ese prejuicio tan extendido de que el «gran» público no lee por principio temáticas de género fuera tan cierto, no habría manera de explicar por qué los clásicos del género como Asimov o Clarke, u otros nombres igualmente publicitados, siguen vendiendo tan bien en el mundo hispano. Significa que no es un puñado de frikis los que compran la literatura de género solamente. Significa que son autores apadrinados por una industria editorial poderosa que llega a todos los rincones posibles. No es, entonces, problema de la temática. Es problema de las fuerzas del mercado.
    Un ejemplo simple: el año pasaod leí dos obras de fantasía que me parecieron estupendas. Una era «El Camino del Acero» de Andrés Díaz. La otra «El Nombre del Viento» de Patrick Rothfuss. La primera fue editada por una pequeña editorial que quebró hace tiempo. Ya no se la encuentra. Yo tenía el ejemplar porque me lo gané en un concurso. La segunda, en cambio, fue publicada por Plaza & Janés. Adivinen cuál sigue en el mercado y cuál no. Adivinen cuál ha vendido más de 90 mil ejemplares sólo en España y cuál sólo unos cuantos cientos. ¿Será que porque una es buena y la otra no? ¡Ni por asomo! Ambas son excelentes. Ambas son originales. Ambas poseen protagonistas carismáticos y aventuras interesantes. Ambas son buenas obras. Y ambos autores son bastante «nuevos». El problema no es de calidad. El problema es de suerte: cuál editorial tenía la distribución, la promoción y el dinero para financiaras. Hay multitud de obras de fantasía que se publican año con año. Algunas son excelentes, otras no tanto. Pero sólo aquellas que lograron una distribución excelente prosperaron. Y si me dicen que la fantasía es más vendible que la CF, es caer en el mismo círculo de presunciones. Por supuesto que no. Para el gran público una nave espacial es más o menos lo mismo que un dragón. Lo que interesa es el grado de enganche de la historia. Si se engancha, poco le importará la etiqueta. El problema para la industria es llegar a ese público.
    Honestamente, pienso que lo mejor que puede hacer un autor con su obra es ser sincero con ella: escribir lo que quiere y puede y hacerlo de la mejor manera posible. Nada de escribir guiado por los dictados del público, pues éste nunca sabe realmente qué comprará en la librería la próxima vez. Lo sé, porque también he sido lectora y compradora.

  54. Iván, no debiste de entenderme bien. No he léido las dos que mencionas, pero sí las otras. Repito: el gran problema es que la ciencia ficción dominate en el pasado siglo, la que hemos mamado todos, la que a mí me volvía loco, fue la que impuso Campbell y refinaron las grandes revistas de los 50. Una cf cuya principal obligación era autoexplicarse, especular con situaciones científicas improbables, sacarle el jugo al ítem ciencia en las narraciones. Lo demás estaba supeditado. Pero que haya sido la dominante no quiere decir que sea la única. Hay otro tipo de ciencia ficción, tan ciencia ficción como la anterior pero distinta, que por lo tanto no puede ser valorada con el mismo baremo.
    Dices que especulativamente Nunca me abandones no es muy allá. Supongo que te refieres a especular con el gadget científico, con los clones. Pero es que a Ishiguro el gadget científico le importa menos que una bosta de vaca. Lo que le interesa de los clones es su semejanza con los humanos, su vida limitada y su usabilidad para la sociedad en desprecio del individuo. Le interesa para crear una alegoría de nuestras vidas breves y nuestra servibilidad, y los clones son un vehículo para ello formidable. pero son una herramienta literaria, ni necesita explicarlos. A ti te parece edulcorado, yo lloré emocionado pensando en mi propia mortalidad.
    McCarthy coloca a un padre y a un hijo en un escenario determinado porque le conviene, porque lo que le interesa llevar al extremo el amor que profesa un padre por su hijo, y hablar de paso de la supervivencia propia y del ser amado como instinto primario. Qué mejor escenario que el postapocalíptico. Pero a McCarthy le importa una bosta de vaca qué causó la catástrofe o en qué condiciones queda el planeta o si se regenerará la Tierra. No le dedica ni un párrafo a esa explicación, lo que le importa es el ser humano. Los seguidores de la cf (campbelliana) se mosquean porque no se sabe cuál ha sido la catástrofe, qué falta de seriedad. Yo, sin embargo, lloro (sí, soy muy llorica, qué le vamos a hacer) con el último ser humano, el portador de la luz, de la civilización, de la esperanza: un niño, solo, desamparado en un camino.
    Roth escribe una historia en la que la realidad se tuerce durante tres años en plena Guerra Mundial. Le interesa estudiar la reacción de una América opuesta, racista, nazi, escrutar cómo reaccionaría su sociedad bajo el mandato del fascismo, ver una América fascista, ver las reacciones de su nación contra los judíos (él es judío, bien que nos lo recuerda continuamente), rascar el barniz civilizador de la sociedad más democrática del mundo (!) y echar una ojeada debajo. Qué mejor escenario que la 2GM. Pero, en realidad, la ucronía le importa un carajo, es sólo una herramienta que utilizar para poner en juego lo que él sabe tan bien hacer, exprimir lo que se esconde dentro de nosotros, conocer las reacciones de los suyos, de él (de hecho, él mismo es el protagonista) bajo una tiranía fascista y racista. El seguidor de la cf campbelliana dice que qué descaro, que decir que ha inventado la ucronía (y qué mierda de ucronía, que no va a ningún lado ni aporta nada nuevo). perolo cierto es que Roth dijo que lo que había hecho era nuevo, y de hecho, casi estoy por darle la razón, porque no es una ucronía, no es una línea abierta hacia el infinito, sino un pequeño desvío de tres años tras el que todo vuelve a su cauce. No le interesa esa especulación histórica, le interesa el individuo.
    La posibilidad de una isla: no le interesa cómo acabó el mundo, no lo explica, lo que le interesa es cómo afecta al ser humano. Y el efecto de las sectas en ello. Y siendo Houellebecq, mucho folleteo y la inutilidad de la existencia, por supuesto.
    Fin: Monteagudo pone en juego a 9 españolitos para hablar de sus miedos personales, de los aburguesados cuarentones del 00 y sus juguetitos, del remordimiento y de la capacidad del tiempo para transformarnos, y como escenario elige el fin del mundo, un fin del mundo cuyo misterio funciona tan bien que la intriga no te deja abandonar el libro. Y como aderezo, un terror a pleno sol tan logrado que sientes frío leyendo. Pero, ooops, el tipo no explica el misterio, aunque resuelve la historia con maestría. Pero si no lo explica…, que especulación científica más mala.
    La piel fría: Piñol quiere entrar en el concepto de la animalización del otro, de la búsqueda de la alteridad como salvación de la Humanidad. Para ello, qué mejor que enfrentar a un ser humano con otro ser… de aspecto animal. No, esta novela no sería posible, no tendría el efecto que tiene si el agresor fuera un individuo de otra raza, como palantean algunos. Sin esa especie desconocida, lovecraftiana, es imposible que la novela alcance esa profundidad que tiene. Pero claro, como es eso, su capacidad como herramienta, y no otra cosa, lo que interesa a Piñol, éste no se molesta en explicar nada de los citauca, lo que a ún campbelliano…
    Es decir, resumo: clones, postapocalíptico, realidad alternativa, postapocalíptico de nuevo, fin del mundo y especie no humana.
    Vale, si para ti eso no es cf porque ninguno explica la parte científica, para mí, sin duda alguna, lo es. Como así fueron catalogadas en su día las dos que mencioné, y que me gustaría que me dijeras si las concideras cf o no: Flores para Algernon y Muero por dentro. Y ya que estamos, también me podrías dar tu opinión sobre Ballard, porque ese es el cogollo del asunto. La serie de las catástrofes naturales es cojonuda, y sin embargo, vaya, ni se explica de dónde ha salido esa jungla semiacuática de El mundo sumergido, ni qué narices es El mundo de cristal, de dónde proceden esas extrañas geometrías cristalinas o por qué proceso llegaron a eso, etc, etc.
    Si algo me he cansado de ver repetido en los ensayos sobre el género es que no hay una definición concreta. De hecho, todo ensayo comienza así, con las frasecitas de marras de Asimov, la ocurrencia de Spinrad o alguna cosa complicadísima de Todorov o similares. Así que, que tú y yo contemplemos distintas definiciones del género es hasta normal. Lo que sí es exigible es la coherencia. Si estas novelas nuevas procedentes del mainstream no son ciencia ficción, o la obra de Ishiguro es mediocre porque la especulación científica, el asunto de los clones, no está explicado, tendrás que revisar cosas del pasado como Ballard. Y si no, tendrás que darles a estas nuevas novelas procedentes de fuera la misma categoría.

  55. Kaplan, completamente de acuerdo (con la salvedad de que, diga lo que diga Roth, lo que él ha hecho en su novela no me parece nuevo, aunque tal vez él desconozca otros referentes).

    No obstante y afortunadamente, los libros son polisémicos, caben múltiples lecturas, y es factible una interpretación de «ciencia ficción campbelliana» como la llamas. Así, es cierto que el libro de Roth cojea en su historia alternativa, o que los clones de Ishiguro sean psché. Lo bueno es ser consciente de esas posibles lecturas, y apreciarlas en su (justa aunque subjetiva) medida.

    También coincido con la reflexión de Laura. Cuando habla de las ventas de clásicos del género como Asimov o Clarke, y lo une a su suerte en la publicación con una u otra editorial, querría apuntar que vivimos en una sociedad que premia el Star System; cada vez más, el marketing se encarga de vender(nos) tal o cual producto del escritor/actor/director «X», más hablar de productos independientes como La Fundación, Avatar o Dune. Es decir, se vende un nombre como producto comercial, en letras bien grandes, pues está demostrado que así vende más. Todo ello, independientemente de su calidad, obviamente. Para el enfoque mercantilista, si vende mucho es bueno, pero aquí hablamos de otra cosa.

  56. Llevo leyendo con mucho interés este hilo desde su inicio y, como en la casi totalidad de páginas donde se discute sobre literatura, las discusiones respecto a lo que es o a lo que no es literario acaban en el estado más lamentable. Siempre ha habido y siempre habrá formas de crear literatura que parte del público considera fallidas mientras que otra parte las aplaude calurosamente. Y como nos gusta tanto la literatura las diatribas se vuelven viscerales, la gente toma partido por una de las formas de entender la literatura, se acaba enquistando en reuniones en las que no se aporta absolutamente nada a nadie, no se admiten otros puntos de vista ni se sustentan objetivamente los propios, los ataques se suceden y progresan hacia lo personal, los grupos se autoaíslan o se autoinmolan. Pero pocas veces se transforman en algo más.
    Artículos como este ponen en evidencia lo apuntado anteriormente, salvo que en este caso hay una diferencia. La tesis que sostiene Julián, por cierto desde hace mucho tiempo, compete a la literatura. La tesis, en algunos casos la ha habido, sostenida en las respuestas no compete a la literatura sino a los gustos individuales o grupales. Ambas dan los dos enfoques con los que se puede afrontar el estudio de un género.
    Un género literario es parte de la literatura y sobre todo, es algo vivo, existe una retroalimentación entre la literatura y cada una de sus partes, como es obvio. Y alegrémonos de que las formas de hacer literatura dentro de un género sean observadas por el resto, imitadas y, al fin, utilizadas para seguir haciendo literatura.
    ¿Eso significa el fin del género?
    Acabará muriendo, como tal género, si no es capaz de evolucionar y seguir abriendo fronteras. Espero que todos los géneros tengan gente trabajando en las fronteras (a pesar de que no vayan nunca a ser tratados como literatura) y de esa forma poder seguir descubriendo cosas nuevas que a su vez serán posteriormente utilizadas por los demás; ya que ese es el objetivo.

    Adalberto

  57. Yo entiendo que los sentimientos que uno experimenta hacia una novela, a la que le has dedicado meses o años de trabajo, no son exclusivos de la creación literaria. Yo he comprobado cómo Alejo, por ejemplo, siente algo parecido por su trabajo como editor, lo he visto en colegas diseñadores, que se toman lo del diseño como yo me tomo lo de escribir. E imagino que lo mismo os sucede a muchos de vosotros con la realización de esa página, en la que sin duda ponéis mucha ilusión y ganas de hacerlo bien. Así que es normal que cualquier crítica hacia la página o hacia vuestro trabajo os la toméis como una agresión personal y, quizá producto del resentimiento de un autor que por algún motivo tenéis en contra.
    Desde ese punto de vista, yo creo que no soy sospechoso de estar resentido con vosotros y por ello estoy cualificado para haceros una crítica constructiva, porque:
    A) Me habéis tratado en bien en vuestras críticas. Las de mi última novela fueron críticas amables y simpáticas, que agradezco.
    B) Entre vosotros hay gente a la que aprecio de verdad y de la que me siento orgulloso de conocer. Gente como Mariano, Kaplan, Aburreovejas, Julián, y algún otro. Algunos con sus propias páginas de crítica literaria, que son un ejemplo de profesionalidad y buen hacer.
    C) Estoy muy de acuerdo con muchos de vuestros planteamientos. Creo (como ya he tenido la oportunidad de decir en alguna entrevista que me habéis hecho) que la ciencia ficción fandomita está muerta, pero que la ciencia ficción como género tiene ahora más oportunidades que nunca, pues empieza a se aceptada en la corriente general como un día lo fue la novela negra. (Por cierto, permitidme aquí un inciso, pero es que aún estoy alucinado: Este viernes pasado di una charla de diseño a alumnos de un instituto, de 16 ó 17 años. En un momento dado usé la palabra “fanzine”, y ninguno conocía su significado. Tuve que explicarles que un fanzine era como un blog impreso en papel para que me entendieran. Lo dicho, este mundo está muerto y embalsamado)
    Habéis hablado de Somoza, y a mí, personalmente, es un autor que me fascina. Su “Llave del abismo” contiene algunas de las imágenes más poderosas, y con más sentido de la maravilla, que he leído últimamente. Rafa y yo hemos tenido la oportunidad de hablar largo y tendido con él sobre estos temas, y os aseguro que aunque no pertenezca al fandom, ama la ciencia ficción. Es una enciclopedia con patas sobre Lovecraft, y un convencido de que la ciencia ficción tiene un camino en las colecciones no-especializadas. Yo veo un futuro optimista (si conseguimos sobrevivir al libro electrónico, claro), y una página como “Literatura prospectiva” podría ser un referente en ese “nuevo orden”.
    Por eso es tan incongruente un personaje como “El follonero” en vuestra página. No me imagino a Somoza visitando esta página en busca de un contenido “serio” para estos temas y encontrándose con alguien así. No sólo es que sus opiniones sean ridículas y demuestren un profundo desconocimiento de lo que está hablando (esto sería en todo caso opinable, claro) sino que además lo hace con un leguaje soez y buscando continuamente la polémica. Vamos, que si hay un estilo “fandom”, ese está perfectamente representado por “el follonero”.
    Y su último artículo es pasmoso. Para empezar (y por una vez) estoy de acuerdo con muchas de las cosas que dice, es verdad que hace falta unos mejores filtros en algunas colecciones, pero lo hace con un lenguaje chabacano e insultante en el que no busca otra cosa que la típica polémica fandomita. Y en esto se le ve el plumero de una forma tan evidente que hasta da vergüenza ajena. Le dice a Rafa que se alegra de que esté siguiendo su trabajo. Pobre chaval. A ver, nadie está siguiendo tu trabajo, hombre de Dios, no te des tanta importancia que no creo que Rafa se haya leído tu relato, tan sólo estamos pasmados de cómo se puede ser tan incongruente (y he borrado varios adjetivos para quedarme con el menos ofensivo posible) como para insultar a los que ahora intentan lo que tú una vez intentaste, que es empezar a publicar. Nada más.
    Puede que por polémicas como esta “el follonero” os genere un montón de visitas de gente del fandom que siempre ha husmeado con placer este tipo de polémicas. Pero a al vez está alejando a la gente que de verdad os interesa, que podría intervenir en este foro y enriquecerlo con opiniones ajenas al fandom.
    Los que me conocéis de verdad sabéis que estoy siendo sincero y que no tengo ningún mal rollo pendiente con nadie, sino todo lo contrario. Tengo buenos amigos en Literatura Prospectiva, gente a la que respeto y a la que quiero, y por ello me gustaría que esta página se convirtiera en un lugar de referencia en ese futuro tan prometedor del género.

  58. Hay una diferencia entre usar un elemento «cienciaficcionero» (clones, el apocalipsis, la ucronía, los agujeros de gusano… lo que sea) y usarlo como simple excusa, como pivote a partir del cual construir lo que te interesa y, por tanto, ni explicarlo ni importarte un carajo la explicación… y entre usar esos mismos elementos y usarlos mal. Y creo, que me corrija él si no es así, que Iván iba más por ahí.

    Es como si yo escribo una novela ambientada en la Roma del siglo II y la lleno de anacronismos porque no me he molestado en documentarme y afirmo luego que lo de la Roma del siglo II era una mera excusa, un simple decorado para contar lo que quería realmente. Coño, vale, no tienes por qué desplegar ante nosotros el panorama completo y preciso de Roma en el siglo II, pero los elementos de esa época que uses asegúrate al menos de que son de esa época, están metidos donde deben y no chirrían. O sea, no me seas perezoso.

    No he leído muchas de las novelas que mencionáis (ni la de Roth ni la de Ishiguro) pero sospecho que las objeciones de Iván van más no porque no uno no explique cómo se produce el cambio histórico o el otro no explique de dónde salen los clones, sino porque no son capaces de usar esos elementos (que serán excusas narrativas, pero incluso ésas tienes que saber usarlas bien, escribas CF o lo que sea) de una forma adecuada y convincente. Con o sin explicaciones.

    Me parece, vamos. Claro que igual me equivoco.

    Resumiendo: si metes clones en una novela, no te pido que me expliques su ciclo biológico. Si no quieres dar explicaciones, porque no vienen a cuento, no tienes por qué darlas, pero, coño, si te pones a hacerlo, hazlo bien.

  59. Y ya que estamos, llamadlo «visión demasiado fandomita del asunto», pero desde mi punto de vista, si escribes una novela ambientada en el mundo, no sé, de los médicos actuales en San Francisco, y tu novela está llena de elementos que demuestran que no tienes ni idea de cómo es ese mundo, ni de medicina, ni de cómo funciona el departamento de neurocirugía donde has ambientado la novela… bueno, si pasa eso, puedes tener un estilo de puta madre, una trama cojonuda y unos personajes del carajo… pero has escrito una mala novela, te pongas como te pongas. Las has escrito no por falta de capacidad literaria (que la tienes) sino por pereza, pero lo has hecho.

    Y no me valen tus excusas de que usaste ese ambiente como simple excusa narrativa para contar lo que querías. No existen las «simples excusas narrativas». Lo que uses, úsalo bien. O no lo uses.

    Lo cual, aclaro, no tiene nada que ver con explicaciones pormenorizadas en plan «ladrilo-hard-campbelliano».

  60. Hola, amigos.

    Cuando leí por primera vez la reflexión de Julián Díez, me formé mi propia opinión, como debemos hacer todos, y me planteé exponerla aquí cuando tuviese un rato. Sin embargo, cuando acudí de nuevo a este lugar y advertí el cariz personal que estaban adquiriendo los comentarios, no pude evitar sentir primero tristeza y luego reluctancia a participar. Esta renuencia se debía a que, por una parte, el hilo había devenido en un intercambio privado más bien desagradable entre autores a los que yo, como la mayoría (o todos) de los de por aquí, hemos leído y admirado; no parecía que mi intervención viniese mucho a cuento. Por otra parte, la relevancia literaria e implicación en el mundillo de la gente que, por una razón o por otra, había convergido en estos setenta comentarios era tan patente que a alguien como yo, Fernando Lafuente, al que cualquiera que consultara su biografía en la Red calificaría de un don nadie, le daba cierto reparo opinar.
    Sin embargo, por fortuna, considero que la tensión se ha relajado y el rumbo de los comentarios ha vuelto a su dirección original. Si a esto añadimos que me identifico bastante con las últimas aportaciones, ya no tengo excusa para dar mi humilde parecer respecto al debate.
    Está claro que hay muchas maneras de entender la SF. Algunos autores son amantes de la vertiente más hard del género, más científica, mientras que otros simplemente se amparan en ambientes o recursos futuristas para justificar un análisis de la naturaleza humana o un mero punto de partida para sus tramas. Incluso los hay, como decíais antes, que navegan por las inciertas y controvertidas fronteras del género, combinando con más o menos acierto SF y fantasía, SF y terror, etc. Para mí todo esto es válido con tal de que se cumpla una serie de premisas básicas que no siempre se dan y que también apuntabais con anterioridad. Por ejemplo, y no se puede ser más concreto, es inadmisible que en los textos del género encontremos con frecuencia incorrecciones sintácticas y faltas de ortografía. Las hay, y demasiadas. Así no podemos esperar que se nos tome en serio. Por otro lado, las historias han de tener una mínima coherencia y destreza narrativa. Y por último, el autor no debe olvidar que con su obra busca entretener, sorprender o conmover al lector, y que las armas para la consecución de este objetivo son variadas. Si una novela o colección de relatos satisface estos requisitos, su repercusión posterior dependerá ya sólo de gustos, distribución, coyuntura económica… y las críticas que genere no deberían centrarse tanto en si es ciencia ficción diluida, concentrada o saturada como en si provocan reacciones positivas en el lector. Por muy puristas que podamos ser, si un texto consigue eso algún mérito ha de tener. Al fin y al cabo se lee para sentirnos un poco más «llenos», si bien el significado de esa palabra varía con cada persona.
    Me viene a la mente una analogía de forma natural. En los años ochenta, «convivieron» tres estilos dentro del heavy metal: el hard rock, el thrash metal y el propio heavy tradicional. Los seguidores de cada subgénero se atrincheraron en sus dominios y se dedicaron a denostarse unos a otros, acusándose, según el caso, de «moñas» , «zafios sin técnica alguna», «falsos», «clones sin inspiración», «ruidosos sin melodía», etc. En eso estaban cuando llegó el grunge y los fagocitó a todos, propinándoles un revés del que muchos dudamos que pudieran recuperarse. Y, con todos los respetos a Kurt Cobain y compañía, la mayoría de la música grunge no les llegaba, a ninguno de los subestiles anteriores supuestamente antagónicos, ni a la suela de los zapatos. Años después, fue sobre todo un tipo de metal quizá más accesible, acaso más comercial, el que devolvió al género al candelero: el power. Pero nadie se quejó, claro; ni se le pasó por la cabeza. Desde ese momento el metal ha vuelto al lugar que le corresponde (sigue sin aparecer en los medios habituales de nuestro país, pero es bien sabido que Spain is different) y se ha diversificado tanto (progresivo, black, death, doom…) que es complicado que sea borrado del mapa en un futuro próximo. La oferta está ahí; luego cada oyente elige.
    Bueno, ya disculparéis el rollo. Pero creo que se capta la idea.

    Un afectuoso saludo a todos los autores y lectores.

  61. Rudy, ese es el meollo de la cuestión. He hecho dos afirmaciones con respecto a la novela de Ishiguro:
    Una, que no concibo que se hable de ella como buena novela pero mala ciencia ficción. Como dije, si la parte correspondiente al género está mal trabajada, no es una buena novela. Punto. La obra de Ishiguro es paradigmática en el asunto de la incoherencia de la crítica, porque mucha gente que ha hecho hincapié en ese detalle adora, sin embargo, la figura de Ballard. Y en la serie de las catástrofes, el contenido de cf tiene tan escaso tratamiento como en la novela de Ishiguro.
    Dos, que es falso que el tratamiento de la cf en la novela de Ishiguro sea pésimo. Primero, dedica un tercio entero del libro a la educación de los clones en un centro especializado, algo que supongo nadie creerá ocioso. Aunque no se haga explícito, es de suponer que allí los aleccionan desde el nacimiento para que tengan las reacciones que tienen de renuncia a la rebelión. Segundo, no es que trate mal el asunto clónico, es que ni se mete en él. Puedes utilizar los clones como herramienta sin la necesidad de meterte en berenjenales explicativos. Y esa es la parte que molesta al, para entendernos, campbelliano. Si no hay una explicación, por razonamiento directo ésta no puede ser ni buena ni mala. Es una herramienta literaria, sin más. Y esa es la gran diferencia, que la cf que hemos mamado utiliza la ciencia como centro de la narración, y por tanto su explicación como objetivo primordial, pero esta otra cf la usa como herramienta para crear uno de los muchos elementos de la trama. En la novela de Roth, lo básico en el asunto ucrónico o alternativo está enormemente bien trabajado, superdocumentado en la épòca que trata, pero con el objetivo de hacer creíble la narración y la respuesta de los personajes, no para hacer creíble la línea alternativa.
    Es decir, que lo que se considera mala explicación es, sencillamente, la ausencia de tal cosa. El elemento de cf no es el centro, es una herramienta más, y como tal sólo exige ser creíble, no superexplicarse.
    Juanmi, por mojarme del todo, pienso igual. Ese tono, como el que utilizaba Alberto Cairo en su día en la ¿extinta, durmiente? Gigamesh, a mí también me sobra. No comulgo mucho con esa sección por las formas, como me ocurría con la de Gigamesh, aunque muchas veces contengan verdades como puños. Las formas e internet componen una mezcla explosiva, que cuando se tuerce es muy perniciosa. Porque estoy con Fernando: cuando las cosas se calman aparece siempre el debate más provechoso.

  62. Juanmi, de verdad, te aseguro que toda esa respuesta a RM es sarcástica. No me imagines en casa emocionado porque me lea. Quieres criticarme por las formas del Follonero, me parece correcto (ahí tienes a Kaplan, y lo considero una crítica adecuada y posible), quieres criticarme por lo que digo, me parece correcto. No me digas «Pobre chaval. A ver, nadie está siguiendo tu trabajo, hombre de Dios, no te des tanta importancia» porque es que, francamente, ni lo pienso ni me doy más importancia de la que tengo.

  63. Rudy, ¿Por qué Roth e Ishiguro utilizan mal el tema de las ucronías y los clones?

    ¿Qué deberían haber hecho para hacerlo bien? ¿Por qué no son capaces de usar esos elementos bien?

    Si hago una novela sobre Roma o sobre médicos en San Francisco, debo documentarme. ¿Qué documentación les hacía falta a Roth e Ishiguro? ¿Ishiguro tenía que haber leído a John Varley antes de escribir sobre clones? ¿Y si los intereses de Varley e Ishiguro son distintos y su forma de utilizar estas herramientas o excusas también?

    Una vez leí críticas similares al uso de la telepatía en Muro por dentro de Silverberg. ¿Por qué está mal utilizada la telepatía en Muero por dentro y no en Segunda Fundación de Asimov?

    ¿Qué es lo que hace que esos elementos sean bien o mal utilizados?

    Confieso que no me encuentro cómodo con estos ejemplos porqué La conjura contra América y Nunca me abandones no me gustaron. Pero, ¿no está bien utilizado el tema del apocalipsis en La carretera? ¿no está bien utillizada la ucronía en El sindicato de policía yiddish?

    ¿No son los elementos de la cf elementos fantásticos? ¿O su uso tiene que ser igual de riguroso y rígido que los detalles de contexto de una novela histórica o realista contemporánea.?

    ¿No utilizaba Dick los elementos de la cf como le daba la gana? A veces con una especie de lógica lateral, difusa, con una incoherencia muy poco científica. ¿Ballad y Disch usaron «bien» la cf?

    Todas estas preguntas no son mal intencionadas, ni trato de polemizar. Ni siquiera puedo decir que estoy en desacuerdo con Rudy porqué no acabo de comprender qué quiere decir (eso sí, nunca me las he dado de rápido).

    Y una pregunta relacionada con este hilo. ¿Por qué a finales de los 90 y principios de la década siguiente hubo esa idea generalizada que los lectores y colecciones generales nunca se interesarían por la cf? Con la mejor generación de escritores de cf españoles «de dentro» que jamás hemos entendido, se implantó la idea de que la cf nunca interesaría a un público amplío, y se repetía el tópico ese de: «la cf nunca saldrá del ghetto… pero ¡ojo la fantasía sí que tiene posibilidades». Luego ha venido la normalización, y menuda oportunidad hemos perdido, aunque seguro que vienen otras.

  64. Sobre Roth y «La conjura contra América», que es de los que me he leído, entiendo que a algunos ese final en plan «y me levanté y descubrí que todo había sido un sueño» de redacción de 2º de ESO les decepcione. Yo tengo una lectura imagino que equivocada, en la cual Roth no habla (solo) de los judíos perseguidos por el pronazi Lindbergh o cómo se pudo llegar a esa situación (que también). Habla de, en general, la exclusión social a un grupo de seres humanos por razones de credo, color de piel u orientación sexual. En EEUU en concreto, los afroamericanos, pero también los musulmanes.
    A mí, personalmente, es una de las cosas que me llena de la CF. Que puedan usarse argumentos suyos como metáforas. Que los calamares de Distrito 9 hablen del apartheid (antes de ponerse a lanzar misiles), por ejemplo. Entiendo que muchos buscan otras cosas. Especulación o divulgación científica o simplemente un héroe salvando a la raza humana. Pero los que no, según la idea de Julián y la Literatura Prospectiva, parece que tenemos que buscarlo fuera de editoriales fandom. No lo comparto, pero puede ser cierto. En los últimos tiempos se prima más esas dos visiones que la metafórica, al menos dentro de colección especializada.

  65. Tal vez no sea éste el hilo más adecuado, pero estoy con Juanmi en lo que respecta a la sección del follonero. Entiendo su utilidad: hacer reflexionar sobre diversas situaciones fandomeras, precisamente mediante el empleo de herramientas fandomitas o, cuando menos, haciendo uso del recurso de la hiperbole y la alegoría más o menos descarada. Imagino que funciona un poco como la columna Patente de Corso de Pérez Reverte en XLSemanal: el autor no necesariamente comulga con las ideas expuestas en todos sus extremos, es más una posa para hablar de un fondo… o tal vez no. Eso sólo Joserra lo sabrá.

    Pero, desde luego, el lenguaje soez y/o descalificante, a mi juicio sobra. Aunque no vaya dirigido contra personas concretas sino contra actitudes entendidas por algunos como deleznables. Lo de los kilitos de estiercol ha levantado muchas ampollas, cuando esa imagen era fácilmente sustituible por otro concepto menos ofensivo y con el que, estoy seguro, muchos estaríamos de acuerdo. La reflexión falla porque no suma sino que divive, en este caso el formato confunde el mensaje.
    Esa es, al menos, mi opinión.

  66. Entre otras muchas cosas, yo también vi eso en el libro de Roth, Joserra. Al igual que vi el reflejo del momento en el que fue escrito, cuando ir contra la administración Bush y su cruzada de la protección a costa de la libertad era considerado antipatriota, cuando los Demócratas mismos fueron puestos bajo sospecha. Sin embargo, el mismo Roth se encargó de desmentirlo varias veces, diciendo que esa era una lectura sesgada de lo que él había querido decir. Lo que pasa es que yo creo en las obras por encima incluso de los autores, y opino que ni él pudo abstraerse de la situación y lo reflejó involuntariamente en el libro.

  67. En realidad Mariano, a mí lo que más me ha molestado es lo de «mejor ni lo intentes», porque si algo se merece un chaval que empieza es intentarlo y que alguien le de una oportunidad. Luego ya se verá si se pega una hostia o no (y entre los chavales nuevos que están saliendo hay gente muy interesante, como José Miguel Vilar-Bou, por poner un ejemplo). Es muy injusto decir eso de que «ni lo intentes». Es posible que lo de «el follonero» sea una representación que no tiene por qué corresponderse con la personalidad real del chaval que está detrás de la sección, que quizá es un tío de puta madre. Pero, en mi modesta opinión, su sección a lo que está perjudicando realmente es a esta página, porque ni siquiera estando de acuerdo con el fondo de lo que dice (sí, hay que exigir más calidad y más selección a los pequeños editores), se puede aceptar la forma.

    Por otro lado estoy muy de acuerdo con todo lo demás que estáis comentando. El futuro de la ciencia ficción está en las colecciones no especializadas. Y hay gente que está haciendo grandes cosas. Recuerda que en la comida de navidad te recomendé el libro de Alfonso Mateo-Sagasta: «Las caras del tigre». No sé si lo has leído ya, pero a mí me parece un tecnothriller fabuloso, completamente distinto a lo que hubiéramos escrito dentro del género, y a la vez (por lo que comentaba Rudy), con un profundo conocimiento del tema científico que está tratando.

  68. Perdonadme que no haya intervenido más para contestar a las muchas cosas interesantes que habéis comentado desde mi último comentario, con mención especial para Adalberto, viejo compadre de fatigas del que siempre disfruto tener nuevas noticias.

    Gracias a todos por reconducir la discusión.

    Sería inviable responder todos los puntos de interés que encuentro.

    Sólo os digo una cosa: en serio, no desperdiciéis esto aquí. Muchos de los comentarios que habéis escrito deberían ser la génesis de textitos para Prospectiva, tal vez con un coste de esfuerzo muy similar al que os supone hacer los comentarios.

    Me gustaría leer un texto de Kaplan, no necesariamente extenso, sobre por qué Nunca me abandones es una buena novela -a mí me pareció un coñazo-. Igual me convence. Ya que no pudo con Luz… aunque qué buen artículo hizo al respecto, el jodío.

    Me encantaría que publicáramos un texto en el que Rudy desarrollara sus muy sólidos respetables para seguir escribiendo cf a la que no se le ve salida comercial, a contracorriente, para el disfrute de los que leemos esta página y unos cuantos más. Me gustaría saber cómo lo ve, qué espera, por qué lo disfruta.

    Quisiera que Juanmi escribiera un artículo crítico sobre los contenidos de esta página. Que, desde su perspectiva de persona con experiencia y moderada, nos ofreciera su visión para poder mejorar.

    Desearía que Joan Carles o Laura invirtieran el mismo tiempo consumido en desarrollar su propia postura no como respuesta, sino como argumentación articulada y propia.

    Me gustaría que Iván hiciera un ensayo separando lo que a él le parezca grano de paja entre las obras de temática de cf publicadas en el mainstream.

    Etcétera.

    El problema real del fandom actual es que todo el mundo está presto a entrar en una polémica, a lo que se ha dado en llamar «fandomear», pero no a invertir ese mismo tiempo en aportar algo realmente valioso al debate, pensado, analítico, que sume de verdad, y que no se quede en un desahogo rápido para participar en una gresca como fue esto al principio o en un foro como se ha convertido al final.

    Chicos, os necesitamos. Tanto esta página, como la mejora del mundillo en sí.

    Por mi parte, predico con el ejemplo. Os leo, os disfruto, tomo notas. Y escribiré otro textito cuando tenga un rato.

  69. Vamos a ver, Kaplan ¿Tú de dónde sacas que yo estoy defendiendo la parte científica de la CF y que mi objetivo es sostener el paradigma campbelliano? He releído mis aportaciones y no veo por ningún lado ese sesgo que tú le das a mis palabras. Me imagino que debe ser cosa de lo difícil que es a veces comunicarse por internet.
    Si hay una CF que me gusta es la de la New Wave, la de Aldiss, Silverberg, Ellison y gente así. Aprecio a Asimov, Heinlein y Clarke en lo que valen pero sé de sobra que ese tipo de CF pasó y que los tiempos han cambiado.
    Lo que me niego a ceptar es que la CF buena sea la escrita fuera del fandom y la mala la escrita dentro del fandom. En todas partes cuecen habas y me parece un tanto infantil emocionarnos por qué Roth e Ishiguro escriben CF, la gente los compra, los críticos les alaban y nosotros nos sentimos al fin reivindicados después de años de ser vistos como los frikis del barrio.
    Sinceramente, si el rescate de la CF viene de libros como los de Roth e Ishiguro prefiero que no me rescaten y me dejen como estoy.
    Si alguien me pregunta por una buena historia de clones le puedo remitir a Kate Wilhem y «Donde solían cantar los dulces pájaros» o a Ursula K. LeGuin y su cuento «9 vidas». Ahí si que tienes ejemplos de historias potentes y bien hechas sobre lo chungo que es ser un clon. Y, repito, Ishiguro se me cae de las manos por sensiblero y me jode por qué sé que puede hacerlo mejor. Y se me vuelve a caer con ese truco de plantearnos una clonación AHORA no dentro de 20-30 años ¿Qué le pasa¿ ¿Qué le dió pereza recrear un futuro cercano y prefirió quedarse con una ambientación ya hecha? Eso, para mí, no es hacer bien los deberes.
    Y lo mismo con Roth y su ucronía. Si realmente quería criticar lo cerca que estuvieron los E.E.U.U. de volverse nazis ¿Por qué no siguió con su idea hasta las últimas consecuencias? ¿Por qué no dejar que E.E.U.U. y Alemania ganen juntos la Segunda Guerra Mundial y acabar con un último capítulo donde el protagonista vaya camino de un campo de exterminio en Dakota? Pues no, es más fácil decir, tranquilo señor lector, Dios bendiga a América, al final todo fue una mal sueño y Roosvelt volvió y colocó las cosas en sus sitio. Bueno, sí, la guerra, tardamos un año más en entrar en ella pero dio igual al final ganamos. Eso sí, si algún lector tiene algo de idea de como fue de verdad la Segunda Guerra Mundial igual ve un poco increible que Inglaterra y la U.R.S.S. hubiesen aguantado sólos un año más, pero eso es secundario, claro.
    Rudy me entendió bien, escribir una novela no es sólo estilo, es ambientación, es coherencia, es no meter la pata con cosas así, evitar anacronismo y falsas ambientaciones, es no ser arrogante y creer que como eres el mejor escritor estadounidense vivo no hace falta rematar las piezas de tu última novela.
    No puedo juzgar los libros de Piñols, Monteagudo, McCarthy o Chabon por que no los he leído. En general me fio de tu criterio, Kaplan, sí dices que son buena CF y buena literatura me lo creo por que no sólo de fandom vive el hombre :)
    pero admite tú también que las editoriales fandomitas también sacan cosas buenas de vez en cuando y que no todo el catálogo de Anagrama, Tusquets, Mondadori o Alfaguara es una maravilla.
    Sólo por editar la obra de Banks y Carroll a la Factoría de Ideas habría que hacerle un monumento, o por re-editar libros canónicos de Asimov, Heinlein, Farmer, Brunner o Silverberg. Que sí, que son unos chapuzas en muchas cosas pero eso son puntos a su favor y, sinceramente, no veo a Anagrama re-editando «El mundo del río» ni a Tusquets animándose con la próxima space-opera de la Cultura. ¡Joder! si tu alabada Mondadori tuvo los derechos de Banks durante años y sólo se animó a publicar sus obras mainstream.
    Y enlazando con lo comentado por Joserra en su columna del follonero, AJEC (por poner un ejemplo) publica un montón de morralla, que duda cabe, pero todo el mundo publica morralla, ¿o a nadie le suena el principio de Sturgeon?
    Y yo al menos he tenido la suerte de leer algunos títulos buenos de CF española en sus colecciones que no sé si hubiesen salido en otro sitio. Por ejemplo «El enviado» de J. E. Álamo, «Jitanjafora» de Sergio Parra, «La moderna Atenea» de Concepción Regueiro o «Mágnifica víbora de las formas» de Madrigal. Puede que no sean una maravilla estilísitca pero sus autores conocen bien la sintaxis y la ortografía del castellano, son originales y cuentan sus historias de una forma correcta, aseada e, incluso, novedosa. De vez en cuando hay perlas entre el estiercol.

  70. Pues no, aún no ha caído, Juanmi, pero caerá seguro. Y, sí, a mí también me parece injusto ese «ni lo intentes», paternalista además. Ciertamente, es lo que pensamos de muchos manuscritos cuando caen en nuestras manos, pero afortunadamente en esta vida hay oportunidad de enmienda. Yo he descubierto casos de escritores noveles que, años más tarde, me han sorprendido; algunos muy gratamente, y otros todo, de promesas a la nada. Pero, ante todo, hay que saber mantener las formas.

    Aunque no veo perjudicial la sección del follonero; si te interesa, la sigues y si no, pues a otra cosa. La web es plural y no creo que -mosqueos personales aparte- nadie vaya a rechazar esta web, u otra, por una sección que no le guste o crea minusvalora el conjunto.

    Y no des por difunto el género en sellos especializados, hombre. Tenemos ejemplos de editoriales que lo están haciendo francamente bien, publicando títulos más que dignos y abiertos incluso a un público general no especializado. Unos mejoran y otros se estancan.

  71. Joan Carles, si hubieras leído con atención mi comentario verías que reconozco no haber leído la novela de Roth ni la de Ishiguro. Malamente puedo, entonces critiar el uso que haga en ella de cualquier elemento que utilice. Me limitaba a aventurar por dónde podían ir las, llamémoslas así, quejas de Iván al respecto. Eso es todo.

    Cuando lea esas novelas, si las leo, decidiré por mi cuenta si el uso que hacen los autores de esos… «gadgets cienciaficcioneros» es adecuado (en el único sentido en que para mí son adecuadas las cosas en la literatura: que te las crees) o no.

    Hasta entonces, me temo que todo lo que dices en tu comentario, directamente no veo a cuento de qué viene. En ningún momento he afirmado nada de lo que pareces dar a entender que afirmo.

  72. En realidad, Julián, lo que hago es muy fácil de explicar, tanto que ni merece la pena malgastar tiempo en un artículo.

    Disfruto escribiendo muchas cosas distintas. A algunas les veo una posibilidad decente de una salida comercial en el «gran mundo», digámoslo así. E intento que encuentren esa salida. Sin descorazonarme por las puertas cerradas, los tropezones en el camino y los fracasos puntuales. Esas cosas pasan.

    Con otras, en cambio, soy consciente de que su salida comercial es limitada. Son productos «para friquis», por usar una expresión que creo que no necesita más comentarios. No son, creo, ni mejores ni peores que las otras. Simplemente, tienen unas características que las hacen minoritarias de partida.

    Y, como no estoy dispuesto a renunciar a escribir nada de lo que me apetece, simplemente llega un momento en que decido liarme la manta a la cabeza e intentar darle salida a ese segundo tipo de cosas yo mismo. Y ver qué pasa.

    Como ves, muy sencillo.

  73. Nada, Iván, que no pillas lo que quiero decir. Es una cuestión de expectativas, ni más ni menos, y para muchos, al igual que parece ser que es tu caso, una cuestión irrenunciable. Lo de los clones tendrás que aclarármelo, porque no sé de qué otra forma se puede interpretar que la parte especulativa concerniente a ellos no está conseguida. ¡Es que no hay parte especulativa! Al menos desde el punto de vista que creo que pides. No hay un interés científico en indagar en la clonación, hombre, por eso no puede estar mal, porque ni siquiera existe. Pero es que, y aquí radica la diferencia, para mi modo de ver, tampoco tiene por qué. Ese es el error, Iván, y la prueba de ello es que sigues con repitiendo algo que es denominador común en los aficionados al género: exigir que la novela indague en las cosas en las que tu crees que debería indagar. Y espero no ser ofensivo, pero es que creo que no has leído bien lo que expliqué: Roth no tiene por qué explicar nada, no tiene que hacer una ucronía al uso como le gusta al aficionado, no tiene por qué. Ishiguro no tiene por qué plantear absolutamente nada concerniente a la génesis de los clones, sea científico o de otra fomra, no tiene por qué.
    Esa es la cuestión: el escritor NO TIENE POR QUÉ CONSTRUIR SU NOVELA SEGÚN TUS EXPECTATIVAS. Unas expectativas de género, claramente. Que no, que Ishiguro, Roth, McCarthy utilizan esos temas porque les interesa hacerlo, pero no como centro, sino como herramienta añadida para hacer creíble lo que ellos consideran el centro de la novela. Que Nunca me abandones no es una novela sobre clonación, es una novela sobre nuestyra finitud, sobre el amor, sobre el sistema sobre el individuo. No va de clones. Pedirle que los utilice mejor es pedirle a Asimov que explique los entresijos de la psicohistoria, que no, q

  74. ue es una herramienta, no el centro. Y además, la novela no lo vende nunca así, es honesta. Tú, como lector de cf, le buscas el entresijo cf, pero éste es parte constructiva del todo, no el centro del todo.
    Y dices que «cuándo he dicho yo…». Yo también te lo digo, porque ya me dirás cuándo y quién ha dicho que «la CF buena sea la escrita fuera del fandom y la mala la escrita dentro del fandom». No se lo he oído a nadie. Hay obras buenas a ambos lados. Para mi gusto, que ahora se deleita más con la calidad literaria que con el gadget científico, ahora hay mejores novelas fuera que dentro. Pero es que esa no es la cuestión que nos mueve al comentar este artículo. De lo que se trata es de constatar que sí había mercado, que sí había posibilidades, que sí se podía sacar a la cf de donde siempre ha estado escondida, y que han venido a hacerlo gentes de «fuera» para sacar los colores a algunos de «dentro», que lo dieron por imposible.
    Y en cuanto a lo de hacer caso a cuatro críticos de fuera que lo digan, eso ya sí constituye un acercamiento más personal, porque sugiere que yo considero bien a esas novelas por la opinión de terceros, cuando no es así. A MÍ me parecen novelas magníficas, y así lo he escrito, después de haberlas leído. De hecho, ese sentimiento de «es que están diciendo que todo lo de fuera es bueno y lo de dentro malo» procede, precisamente, del defecto de carácter del fandom, puesto que yo eso no lo he leído en ningún sitio, y sin embargo ya lo he visto en boca de unos cuantos en forma de queja. A eso me refiero cuando hablo de victimismo.

  75. Las mayúsculas, por cierto, sirven para resaltar ciertas frases, no son alzamientos de voz. Es que no sé cómo meter cursivas.

  76. Para meter cursivas:

    frase en cursiva
    o
    frase en cursiva

    Los guiones bajos no se ponen, obviamente. Los he introducido para que el navegador no interprete los tags de html.

  77. Pues va a ser que no:

    símbolo menor que + i símbolo mayor que
    frase en cursiva
    símbolo menos que + / + i + símbolo mayor que

  78. Pues sí, me habría ahorrado un par de comentarios ridículos, sin duda.

    En cualquier caso, todo blog que esté alojado en WordPress o que use WorPress como gestor de contenidos acepta html sin problemas en los comentarios. Creo que blogspot también, pero no estoy seguro.

  79. Creo que este comentario es clave de mucho de lo que ha generado polémica, con el que estoy de acuerdo:
    «Esa es la cuestión: el escritor NO TIENE POR QUÉ CONSTRUIR SU NOVELA SEGÚN TUS EXPECTATIVAS. Unas expectativas de género, claramente. Que no, que Ishiguro, Roth, McCarthy utilizan esos temas porque les interesa hacerlo, pero no como centro, sino como herramienta añadida para hacer creíble lo que ellos consideran el centro de la novela. Que Nunca me abandones no es una novela sobre clonación, es una novela sobre nuestra finitud, sobre el amor, sobre el sistema sobre el individuo. No va de clones.»

    Muchas de las novelas mencionadas y que han sido aceptadas por un público amplio son obras en las que el contenido de cf es lo accesorio, un marco, un decorado. Cuando tantos autores se niegan a encasillar su obra como cf, creo que lo que les molesta es que se desenfoque lo que han escrito, que se pierda la figura en favor del fondo. También posible que aficionados de género se decepcionen cuando esas obras no apuntan en las direcciones que buscaban.

    Los juicios de valor sobre la calidad de las obras publicadas en Anagrama o Mondadori también los veo accesorios: la idea que generó la polémica apunta a la apertura del género hacia otras editoriales. Si son mejores o peores las que publican Bibliópolis, Ajec, Gigamesh o la recién nacida Sportula es una cuestión distinta y entra de lleno, otra vez, en el terreno de las afinidades: yo podría afirmar lo contrario, que aunque me gusta la cf de de las novelas de Banks, como literatura la veo a años luz de los elementos fantásticos, cuando aparecen, en las novelas de Saramago o McCarthy.

    Acerca de algo comentado muchos mensajes atrás: sí, claro que muchos habrán leído a McCarthy e Ishiguro antes de que los aficionados al fantástico los ingresaran entre sus filas, pero me extrañaría mucho equivocarme al suponer que buena parte de los aficionados a la cf que alaban La carretera no había leído antes Suttree o Ciudades de la llanura, espléndidas y mccarthyanas hasta la médula. Que las obras anteriores no se comentaran porque no eran de género es asumible, pero sospecho que los tiros van por otro lugar, y es lo que algunos lamentamos.

    El estilo del follonero es el que es. Creo que si a alguien le molesta, con no leerlo tiene bastante. No confundiría personaje con persona. Ni que haya que ponerse corbata para intervenir. Valoro mucho más el contenido que las formas. Siempre que no se pase la frontera del respeto, pero es que esa frontera se puede pasar con un texto largo, biensonante y muy bien escrito. Los 25 kilos de estiércol a mi me parecen una ocurrencia válida y muy gráfica, no lo veo como ofensivo ni se le está llamando mierda a nadie. Eso, naturalmente, es una opinión que no tiene que ser compartida. A mí no se me ocurre mejor manera de empezar Ubu que la genialidad con la que comienza: «¡Mierdra!»

  80. Lo de las expectativas es algo muy peculiar. Tan peculiar que una crítica habitual a muchos libros clásicos de CF es lo mal trazados que están los personajes, la pobreza del lenguaje del autor o el estilo ramplón ¿Quién es el que le está pidiendo a Asimov o Clarke expectativas que no son las que estos autores manejaban?
    En general, toda la argumentación de Kaplan se puede rehacer a la contra. Es lícito machacar un libro de CF si su estilo es malo, los personajes están perfilados como el culo y el vocabulario es digno de un culebrón. Si a su favor tiene que el apartado estrictamente de CF es bueno o ejemplar se obvia. Me pregunto por qué lo contrario no se puede decir. Se puede argumentar de ciertas novelas que son una maravilla de estilo y eso automáticamente las salva. Si uno opina que vale pero que la parte de CF no le convence entonces se monta el lío. ¿Por qué? Como ya he dicho, para algunos lectores en una novela hay algo más que el estilo.
    En cuanto al tema científico. Que a Ishiguro y a Roth se la traen al pairo es obvio pero lo mismo le pasa a muchos otros autores, y no hablo de la New Wave. Asimov, Heinlein y demás tenían claro desde hacia mucho tiempo que la velocidad de la luz no se podía sobrepasar y, por tanto, los viajes por el espacio eran imposibles. Así que se inventan el hiperespacio y solucionado, a correr aventuras con Lazarus Long, crear imperios galácticos con la Fundación y trascender la humanidad con El fin de la infancia. Einstein se la sopla, sus intereses son otros. Y, sin embargo, lo hacen de una manera que a mi como lector me parece más elegante que las anteriores.
    Por otro lado, tengo claro que tu no has dicho que lo que se publica en el fandom es malo ni que te guies por las críticas de Babelia. Si lo has entendido así, mis disculpas, no me expresé bien. Esos comentarios eran generales no personales y una sensación que voy teniendo desde que, afortunadamente, la CF ha empezado a trascender las colecciones de género. Da la sensación de que a algunos les emociona tanto ese proceso que acaban con la (falsa) idea de que todo Anagrama es bueno y todo AJEC es malo (por simplificar).
    Y centrándome en el meollo del artículo ¿es realmente cierto que se puede editar CF fuera del ghetto sin problemas? Analicesmos el fenómeno: dos de los ejemplos no son CF exactamente (los de Anagrama), Ishiguro, McCarthy y Roth son autores consagrados y reconocidos, por tanto, venden, así que si hubiesen publicado su lista de la compra sus editores habituales la hubisen publicado también. Y Piñols salió en Edhasa que siempre ha tenido colecciones de CF.
    Claro, ningún razonamiento es perfecto, Somoza queda entre dos aguas, lleva una larga carrera detrás y siempre con cosas raritas, Palma ha dado la campanada pero esta tampoco es su primera novela, salvando las distancias, sus casos se parecen un poco a los de Roth y compañía. Solo queda el tema de Monteagudo que es innegable. Aquí recurro al refranero: una golondrina no hace verano.
    Y Julián, no te preocupes, hay críticas en marcha de algunas de estos libros. Haremos los deberes lo mejor que podamos :)

  81. De todas formas, como dice Julián Díez, si escribimos comentarios y luego no escribimos artículos en realidad mejor no escribir nada. Anda, Julián, que a veces tienes unos prontos también…

    Y nada, que sigo con interés la conversación. Estoy muy de acuerdo con la visión de Kaplan de … de bueno, de casi todo, que casi estoy pensando que es un poco clon mío y todo. Y con lo de Joan Carles: a mí la cf me parece interesante como alegoría, y cuando te muestra un libro donde tienes que contextualizar: Philip Roth habla de sí mismo, como buen ególatra que es, y sobre sus obsesiones. En ese ejemplo, hacerlo bajo el prisma de cf lo aleja un poco de su egolatría para imaginarse otras situaciones, porque cuando él especula da una visión de los conflictos personal, causada por sus vivencias personales, etc. Sí, amigos. Eso es lo que veo interesante de El Género.

  82. En el caso de Roth o Updike, es cierto que suelen escribir SF:

    Sexo Ficción (por no llamarlo porno casposo-viejuno; no confundir con la maravillosa pornografía).

  83. Veo que no se pueden postear imágenes, o que no sé cómo hacerlo. Pero tenéis el link en mi segundo intento.

  84. cp1, creo que te refieres a lo que escribían Heinlein y sus discípulos (John Varley, quien es capaz de cargarse relatos como «Pulse Enter» con sus clichés sexuales)

  85. Otro que se apunta las distopías: Unai Elorriaga, Premio Nacional de Literatura, acaba de sacar «Londres es de cartón». Según la prensa, (cito de memoria): un cruce entre Beckett y Kafka, una novela con dialogos absurdos donde una dictadura feroz se enfrenta a una disidencia que decide vivir en los tejados de las casa.
    ¿Alguien ha leído a este chavalote? ¿Es recomendable?

  86. Iván, voy a ponerme en plan pureta-friki:

    Cuando lees ese tipo de comentarios o textos de contraportada ¿te parece que esa novela pueda ser ciencia ficción? Vale, hay elementos sospechosos, pero también puede encajar dentro de la novela del absurdo, surrealista o la mera ida-de olla-de-autor.

    Con esto enlazo con el artículo de Julián, en el sentido de que Rosa Montero decía sobre «El oficinista» que era: “una novela de ciencia ficción antiutopista, aunque también es una novela política, moralizante, ética». No sé, que lo diga Rosa Montero me mosquea, lees la info de contraportada y sí, puede haber elementos anti-utópicos por ahí, pero…

    No las he leído (ni me atraen) pero espero leer reseñas. Pero, a priori, me resisto a calificarlas como de ciencia ficción, pues no me creo que sea su componente fundamental. Si triunfan, pues vale, contienen elementos de ciencia ficción ¿y? A nivel personal, no es la ciencia ficción que me gustaría que triunfase ni la que me ha atraído a un foro como éste.

    OJO, no es una crítica hacia tu texto, sólo una reflexión más al hilo de esta entrada.

  87. Nada, este verano en la UCLM nos sacan de dudas: «Julia Barella, titular de la Cátedra de Literatura Española en la Universidad de Alcalá de Henares (UAH). Finalmente, Barella dictará la conferencia “¿Existe la literatura fantástica en la literatura española? La fantasía y el milagro”»

  88. Pues mira, Mariano, ahí me has medio leído el pensamiento por que tengo una tendencia innata a desconfiar de según que cosas te promocionen. Por ejemplo, desconfié de los comentarios sobre los libros de Anagrama de Gutiérrez Aragón y Ferré, me los leí y, por desgracia, acerté. En mi opinión (que puede estar equivocada aunque me da que no) hay poca CF o más bien ninguna.
    Sin embargo, de vez en cambio merece la pena hurgar en ese slipstream o como queramos llamarlo por que a veces salen cosas estupendas que si que me llenan como lector de CF (caso de «La carretera» que me he leído este finde a la vez que participaba en este hilo y me ha encantado) o, aunque me decepcionen en ese campo me resultan satisfactorias por que están muy bien escritas, caso de Gutiérrez Aragón, Roth o Ishiguro.
    Creo que merece lapena y, posiblemente le de una oportunidad a Elorriaga y a «El oficinista». Los resultados pues ya se verán, espero poder ponerlos en común con todos en esta página o en mi blog.

  89. Por supuesto que merece la pena dar oportunidades a titulos fronterizos pero creo que, independientemente de su calidad literaria, existe una gran diferencia entre casi todas las obras citadas en el articulo y novelas como La Carretera, No Me Abandones o La Conjura Contra America. En estas ultimas el tratamiento de la ciencia ficcion puede ser discutible pero es relevante, no es utilizada como detalles de escenario, prescindibles en muchos casos.

  90. De todas formas las distopías siempre han sido uno de los temas más habituales de la CF, otra cosa es ver si estamos ante una distopía «kafkiana» (por decirlo de alguna manera) u «orwelliana». Si prima lo absurdo sin explicación sobre lo tecnológico, aunque, a la postre, la idea principal sea la misma. Quizá alguno de estos libros se escore hacia la CF y otros hacia la Fantasia, a mi personalmente eso último no me molesta, también soy un lector de fantástico y terror.

  91. Sigo viendo mucho topicazo de «lo nuestro» respecto a la cf en estos comentarios, siento decir. Es como si una novela, si es buena, y además es de ciencia ficción, tiene doble puntuación.

  92. Un chico me comentó que le gustó un cuento que escribí porque no se sentía la CF hasta muy avanzada la historia, aunque él sabía que se trataba de una historia de CF. Le gustó, me dijo, porque podía interesarse por sus personajes y las posibles causas que los llevaron a las circunstancias críticas en las que se hallaban sin que hubiera tenido que introducir un arma láser a como fuera.
    Tomando en cuenta que el comentario proviene de un estudiante de la clase de literatura de ciencia ficción latinoamericana, da qué pensar…

  93. Laura, por curiosidad, ¿podrías decir dónde se imparte esa asignatura de «Literatura de ciencia ficción hispanoamericana»? Es por tener referencias de lugares donde se está introduciendo el estudio académico.

  94. No sé si el curso se llama así exactamente, pero ése es su enfoque. Sé que el estudiante en cuestión asiste al Lewis & Clarke College, en Washington State, Estados Unidos.

  95. No he podido leer ni mucho menos todos lo comentarios, pero si que me gustaría saber lo que significa fracasar. ¿Qué es? No vender miles de libros, que te lean cuatro gatos, ser un «maldito»… Blade Runner fue un fracaso comercial en su estreno, Van Gogh sólo vendió un cuadro en su vida ( a su primo creo), Henry Miller fue censurado, a Bukowski se le empezó a conocer cuando era un «abuelo», que es cuando pudo dedicarse a escribir, etc, etc.
    Para mí el mayor fracaso es escribir lo que no quieres, puede que los que estemos engoblados en lo que muchos ineptos consideran un «género menor» a lo mejor nos entre el hastío de comprobar que estamos en un mercado en apariencia limitada; pero creo que el error es no tratar a todo como «literartura universal» que en definitiva lo es toda.
    Yo por ejemplo voy a publicar un poemario de Ciencia-Ficción con un colega (¿que cosa más rara eh?) en una pequeña editorial, y sé que me van a leer cuatro gatos y que cómo mucho me gane tres o cuatro euros con los beneficios. Pero lo he hecho de todo corazón y las ganas sinceras las he dejado en esos versos.
    La conciliación éxito-comercio-satisfacción, es algo que es muy personal, que entra en riña con las editoriales, y que cada cual ha de buscar.

  96. Daminski, eso es bonito, pero habérselo dicho a Van Gogh en su día. «Oye, tío, que no vendes nada, pero una vez muerto te vas a forrar». Verás qué gracia.

  97. Estoy con Daminsky. Para mí el fracaso significa acabar escribiendo lo que no quieres. Las buenas o malas críticas, las palmadas y los pitos, las ventas millonarias o paupérrimas, nada de eso tiene que ver con fracasar. Al menos para mí. Pero bueno, eso depende de la meta que cada cuál se proponga: vender un mínimo de 10.000 ejemplares, acabar en televisión, vivir exclusivamente de la literatura, cambiar el mundo con un libro, cambiar la percepción de la cf,…

  98. Vamos, que lo de morir en la pobreza más absoluta como lo de Thomas M. Disch es lo de menos. Lo importante es alcanzar la gloria bendita.

  99. Ya que poníamos el ejemplo de Van Gogh… Seguro que él pudo pintar otras cosas, pero sencillamente no le molaban. ¿Le resultaría irónico lo de ahora? Evidentemente, pero imagino que haberlo sabido no le habría hecho pintar para el público, sino precisamente reafirmarse en su idea.
    De todos modos, creo que considerar el arte solo como negocio o el arte como «gloria bendita» son dos extremos muy radicales. Ni creo que pase nada por intentar alcanzar otras metas fuera del fándom (sin con ello escribir algo que no te guste) ni que el que escriba lo que le apetece sea siempre por un ánimo de trascendencia.
    ¿No habrá quien escriba lo que le apetezca e intente moverlo más allá de su circuito cerrado? Que lo consiga no significa ni que el mercado esté cerrado y esté formado por un hatajo de ignorantes (especialmente ahora, en cuanto a la cf) ni que el tipo no sea bueno (que será el caso a veces, pero no siempre). Habrá mil y un motivos más por los que alguien no triunfa en un momento dado. Lo único realmente perjudicial, a mi juicio, son las posturas inmovilistas.

  100. Risingson, ser fiel a uno mismo y la extrema pobreza no tiene que ir de la mano en la misma ecuación. Se puede ser fiel a uno mismo a la manera de Martínez es Sportula. Se puede tener una personalidad fuerte, una escritura muy personal y escribir La balsa de la piedra, en lugar de algo comercial, y en lugar de vivir debajo de un puente, hacerlo holgadamente y ganar el Nobel, como Saramago. Se puede renovar la ópera italiana como hizo Verdi y morir rico y famoso. Se puede ser una referencia viva como Lachenmann, siendo consciente de que lo serás para muy pocos por alejarte de lo trillado, y vivir de otra cosa, no de tu música. Se puede, en definitiva, hacer lo que uno quiere hacer y no hay que morir por eso desahuaciado.

  101. Acabo de terminar «Londres es de cartón» de Unai Elorriaga y, me temo, no es ciencia ficción. Transcurre en un país imaginario que acaba de salir de una dictadura. En ese sentido es más fantástico que otra cosa, realmente, dejando aparte la condicicón inventada del país, no hay ningún elemento que podamos definir como de cf o fantástico.
    Está bien escrito y tiene un desenlace muy original e interesante. Por desgracia, las connotaciones políticas que encierra la historia son bastante desagradables y muy típicas, lamentablemente, de una forma de entender la política muy habitual en el País Vasco. En ese sentido me ha resultado bastante desagradable.

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