El lector

El pasado fin de semana (con coda incluida gracias al puente del 12 de octubre) se ha celebrado en la localidad valenciana de Burjassot la HispaCon 2010, la Convención Nacional de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror. Como es habitual la cita ha incluido un gran número de conferencias, presentaciones de libros y también de interesantes proyectos editoriales, algunos con varios títulos ya en el mercado (NGC Ficción! o Saco de Huesos) y, como novedad principal, pequeñas editoriales electrónicas recién formadas o en preparación (23 escalones o Torre de Marfil). Por supuesto se han otorgado también los Premios Ignotus, así como el Domingo Santos y los Premios Nocte. La cafetería del Centro de cultura de Burjassot ha sido sin duda alguna centro de sesudas conversaciones y tormentas de ideas que tal vez se materialicen en un futuro.

Para una relación más completa de todos estos actos y entreactos, la furia desatada de la tormenta durante la noche del sábado y cómo el terror se ha convertido en el género estrella de forma indiscutida mientras que la ciencia ficción ha desaparecido casi por completo salvo por unos pocos irredentos, estamos seguros de que existirán varias crónicas en Internet mucho más completas y detalladas que esta. Porque no vamos a hablar de ello.

Si la HispaCon es un quién es quién del fantástico español, a juicio de estos dos autores no hay personas más importantes que dos: Fernando y Sergio.

Fernando Martínez, más conocido como ftemplar en todos los foros de Internet que frecuenta, es, en su propia definición, lector. Sí, lector. No escribe, no edita, lee. Casi cualquier otro asistente a la HispaCon con el que hablaras (incluidos los dos autores de esta crónica) pertenecía de forma “profesional” (con todas las comillas del mundo) al mundo editorial. Fernando no puede evitar que una sonrisa enorme se le dibuje en el rostro cuando habla de su género favorito, el terror, especialmente si conversa con uno de sus autores preferidos.

Sergio también es lector, pero no es un lector al uso: sus ojos no le permiten ver. Sin embargo eso no le impide disfrutar de su mayor pasión, los libros. Acaba de comenzar a introducirse en el género de terror, aunque se confiesa sobre todo seguidor de la novela negra. Le necesitamos, como a Fernando.

Rodeados de grandes y no tan grandes plumas del fantástico español (y búlgaro, gracias a la presencia internacional de Khristo Postakov como invitado de honor) si con alguien hay que quedarse de la HispaCon es precisamente con dos aficionados “puros”, de los pocos que quedan. Uno puede hablar de guerras fandomitas, de fragmentación y disolución, de falta de interés general por leer obras y asistir a las conferencias, incluso por parte de otros compañeros escritores y echarse a temblar. O simplemente centrarse en lo que es verdaderamente importante.

Tal vez Fernando y Sergio nunca ganen un Ignotus, pero si por alguna extraña pirueta del destino, unida a una falta de criterio alarmante, esta crónica ganara el del año que viene a mejor artículo los dos autores lo tienen claro. Se lo darían a Sergio y Fernando. Son ellos, y los pocos, poquísimos, que siguen siendo como ellos, los que de verdad se lo merecen.

Fotos cortesía de Alfonso Merelo.

119 comments

  1. El único lector se asomó a la convención. Le asaltaron ciento diecisiete escritores, cada uno con su libro. Se ahogó entre las páginas.

    Hubo pocas mujeres, si excluimos a las acompañantes. Hombres escritores, en cambio, abundaban. O sobraban, si se los considera una plaga.

    La única editora se asomó a la convención. Le asaltaron ciento diecisiete hombres que escribían, cada uno con un manuscrito inédito. Todos tenían algún hueco libre en la agenda para ella.

    Una pareja de ancianas entró en la convención. Parecían inocentes. O perdidas. Nadie sabía que eran zombis. Luego, en la cena de gala, se echó en falta la presencia de varios escritores.

  2. Pues… Dos cosas: coincido en que el terror ha predominado y tambien coincido en que la desidia y el desinteres por los demás se ha puesto de manifiesto. Hemos asisitdo a la hispacón de yo conmigo mismo. (incluido yo conmigo mismo, que conste). Normal, con las cosas como están ahora mismo es la filosfía del sálvese quien pueda y si no eres de mi cuerda ya no te «ajunto». Palpable, desanimante y muy cierto.
    Vaya por esos dos lectores la hispacon.

  3. Yo no tengo referencias para juzgar, sólo he estado en una hispacon y pensaba que no eran eventos montados para lectores, porque lo cierto es que no había. ¿Es igual en la semana negra?

  4. No, no es igual que la Semana Negra, es mucho más reducido, por ejemplo.
    La Hispacon ha tenido asistencia de lectores habitualmente, pero es cierto que poco a poco se ha ido alejando de ellos.

    Hablando con J.J. Merelo, autor de LujoyGlamour.net, me quedó claro que un evento que ofrece presentaciones de libros y carece de lectores presenciales (si obviamos, por ejemplo, la masiva afluencia de jóvenes que querían que Laura Gallego les firmara sus libros) se queda cojo, muy cojo.

    Como autor es un evento que me sirve para reencontrarme con amigos, contactar con editores e ilustradores, iniciar nuevos proyectos, animarme a continuar con la literatura, etc.

    Pero echo mucho de menos a los lectores, la verdad. Para un autor que venga de fuera, se convierte en un recinto endogámico repleto de pequeñas facciones que lo ignoran. Así lo han vivido este año muchos de ellos. Si hubiera lectores, sería muy distinto.

  5. De ahí mi «sentencia», usada en alguno de los actos en los que participé, y en las «sesudas» conversaciones de cafetería, de que hay mucha gente leyendo, y poca escribiendo.

  6. Arfff, desparece mi pirmer mensjae y ahora este aparece fuera de contexto.
    En fin, nada que estoy de acuerdo con el texto y que esta hispacon ha sido la del yo conmigo mismo.
    Y eso si: el terror triunfa por todo lo alto.

  7. Curiosamente, en una de las conversaciones del bar también escuché que faltaba la presencia de esos lectores en la mesa redonda sobre el libro electrónico, cuando el lector es al final el consumidor del producto.

  8. Eso es lógico, JJ: no había lectores (algunos había, pero muy pocos).

    Está claro que esta Hispacon ha estado más centrada en los autores, y yo creo que deberíamos volver la vista atrás y recuperar todos esos lectores que acudían y que ahora no aparecen por allí.

  9. Coincido con Santi en que en la Semana Negra no ocurre este fenómeno. Supongo que el carácter más lúdico del evento lo hace más accesible, además de que cuentan siempre con la presencia de autores extranjeros de renombre. En esta última edición estuvieron Joe Haldeman y Larry Niven. Supongo que animaron a acercarse a algún que otro dudoso.

  10. La verdad es que no tiene sentido realizar ¡42! presentaciones editoriales y pensar que es un acto sólo para escritores. En mi ignorancia siempre había pensado que el acto de presentar un libro sirve para que el autor hable de su nueva obra, converse con el público potencial y rompa la tradicional barrera que los separa.
    Eso no quita para que existan actos más cercanos a una posible feria «profesional», pero si eso es así, las presentaciones de novela y sesiones de firmas no tienen mucho sentido.
    Al final la Hispacon parecía más una enorme quedada de 3 días entre escritores que un encuentro literario del género fantástico. No es la primera vez que algún editor comenta que si todos los que le envían algún trabajo estuvieran interesados en los libros que vende los beneficios serían mucho mayores. Es algo que debe hacer reflexionar.
    Porque, sinceramente, más allá de todo, si no fuera por gente como Sergio y Fernando esto no iría a ningún lado. Ellos son los verdaderos protagonistas, no los autores. Parece, consultando blogs y foros, que nos hemos olvidado que si no hay aficionados no tiene sentido que se publiquen obras. Son necesarios los lectores y parece que son una especie en extinción que, además, queremos erradicar.

  11. Bueno, en la emsa redonda del libro electrónico puede que faltaran lectores, pero el debate se abrió enseguida al público en general, supuestos lectores (entre los que estaban Sergi y su padre)

  12. Había más lectores porque algunos de los que escribimos aún leemos. Compré libros que quiero leer, no por compromiso. Asistí a presentaciones por la curiosidad de saber qué hacen otros autores y cómo enfocan la literatura fantástica, no por amistad o compañerismo.

    Pero sí que coincido en que resulta preocupante la casi ausencia de lectores puros, no duales (lectores/escritores). Y más preocupante aún fue encontrar autores no lectores, o al menos desinteresados por la realidad de la que se supone que forman parte o desean formar parte, la literatura fantástica española actual.

  13. Claro, claro, yo también soy lector interesado por lo que se está haciendo en este momento en literatura española fantástica, y había muchos otros.

    La columna lo que reclama es exactamente lo que dices: lectores puros y autores interesados en leer a sus compañeros.

  14. Me doy cuenta que ese interés por participar, como ya se ha comentado alguna vez por aquí, también ocurre en los comentarios de esta página (y de otras). ¿Sólo leen Prospectiva escritores/lectores o interesa también a los lectores?

  15. Lo sé, evidentemente no iba por ti, y es cierto que muchos autores volvieron a casa con la maleta llena de libros.

    Ya hablamos de ello. Decidí salir del escondite virtual en esta mi primera Hispacon. Lo que más me sorprendió en esta primera toma de contacto fue la escasa presencia del lector puro y el «autor-umbral», que solo va a hablar de su libro.

  16. Realmente, creo que esta espléndida reflexión exige un replanteamiento de lo que se pretende conseguir con una HispaCon. Pienso, como Santi y Joserra, que lo de «Encuentro…» que contiene la coletilla de las hispacones debería producirse a tres bandas: entre aficionados; entre aficionados y escritores y editores; y entre entre editores y escritores.

    Si se apunta en esa dirección y se logra sólo la parte profesioal, algo está fallando.

    Y, bajo mi punto de vista, creo que la riqueza de las hispacones reside precisamente en ese equilibrio.

  17. Vaya, vaya, qué curioso. Por un lado es la evolución natural en el género. Todo lector de fantástico quiere ser o se cree escritor, ya sabemos. Lo que me escama es que en el peor momento para publicar cuentos, esto de las 42 presentaciones parece indicar que muchos están logrando poner en el mercado sus novelas. Y esto que cuenta el artículo evidencia uno de los peores defectos del fandomita, su mítica egolatría. Es decir, me quejo porque no publican lo mío, porque soy minusvalorado, porque este género es incomprendido, pero luego yo me comporto con los demás exactamente de la misma manera: lo que importa es lo mío y el resto ni me interesa.
    Pues ya sabéis hacia dónde conduce eso.

  18. No es que sólo estuvieran (o sólo aparezcan por aquí) escritores o editores. Es que sólo aparece el «fandom». Igual es que nadie se ha dado cuenta de que el «fandom» no es lo mismo que «los aficionados». Es un grupo de gente que, antes o después, escribe, edita, comenta, blogea, etc. Es el «aficionado pro».

    Es como si os estuvierais preguntando si en una convención de star trek había gente que no fuera fan de star trek. Al que le gustan o ha visto alguna de las películas no se le ocurre ir a una convención de star trek, simplemente las ve en su casa e igual comenta alguna vez algo con unos amigos, y ya, no da ese «paso más».

    Al menos es así como yo veo la Hispacon (y similares) y la razón por la que no he asistido a ninguna. Yo sólo leo, para que alguien me presente un libro ya tengo internet. Y dado que no os conozco a ninguno personalmente (solo virtualmente) entonces tiene aún menos sentido para alguien como yo. Es un mundo muy endogámico.

    (Esto lo digo con todos los respetos y sin necesidad de iniciar un flame, pero creo que este hilo merece un comentario de alguien que no suele pasar por prospectiva :|)

  19. El «autor-umbral» ha sido la «estrella» :)
    Pero no sólo es eso, sino que la fragmentación impide que los participantes, sean lectores o escritores, vislumbren la parte del panorama que no es la propia.
    Eso sí, en los pasillos hay mucho mas intercambio de opiniones e ideas que en las conferencias y mesas redondas.
    Recuerdo que en una de las mesa redondas el moderador llegó 10 minutos antes y se marchó 10 minutos después de terminara porque no le interesaba nada mas que su mesa redonda. Evidentemente ese no debe ser el espíritu de un congreso, aunque sea de física de partículas, que acostumbra a tener mas movimiento siquiera sea por despellejar al otro :)

  20. Estoy de acuerdo y no lo estoy a un mismo tiempo. Creo que había muchos lectores, aunque es posible que pocos «puros» como decís, y sin embargo ¿qué hay de malo en que no lo sean? Quiero decir, a mí la pasión por los libros me ha llevado de cabeza a meterme en un proyecto loco, pero sigo sintiéndome, ante todo, lectora. Y creo que había unos cuantos más allí en mi misma situación. ¿Por qué el ser escritores, editores o traductores nos descalifica como lectores?

    Por otro lado ya hablé en la mesa del libro electrónico sobre la ausencia de un representante de los lectores. No era cierto. Estaban representados. En el público. Poner a un solo lector en la mesa habría sido absurdo, porque cada uno es un lector diferente (igual que se vio que había dos formas de editar). Por eso se hizo hincapié en que era una mesa abierta desde el principio, porque queríamos que los lectores hablaran. Y lo hicieron.

    Pero sí, hay que acercarla aún más a los millones de lectores que no fueron. Quizás en 2011…

  21. Con todo eso que estoy oyendo, ¿quiere decir que es la primera Hispacon que ocurre esto? ¿No ha ocurrido antes? Y si ha sido así, ¿alguien se atreve a aventurar las causas?

  22. Ah, y se me olvidaba. Yo sí vi gente interesada por proyectos de otros. Yo no paré de explicar el mío en la cafetería, por ejemplo. O en los pasillos. Y no sólo a escritores. También a muchos lectores. Y vi a otros comentando los suyos a gente que no había asistido a sus presentaciones. Pero era difícil estar a todo con tantas cosas interesantes.

  23. Como lector lector – otra cosa es que escriba idioteces por toda la internet, pero eso no es escribir – creo que el problema, ya mencionado, es que sigue habiendo tufo a fandom cuando la cosa del fandom está super desfasada: los lectores no son los escritores, y de hecho al lector común le importa tres pepinos si la cf está muerta, si no está muerta, si está en crisis o si no, al igual que le importan tres pimientos la personalidad de Miquel Barceló, las peleas fandomitas y demás crónicas negras. Al lector le interesan los libros, el producto. Si se sigue considerando una convención como una cosa entre los 4 gatos que se conocen y entre las facciones eternamente enemistadas, pues eso, cada vez irá más gente etc.

  24. De todo esto se trató en la asamblea de Nocte. Yo hablé de un fandom sin fans… Total, que hemos decidido nombrar a Fernando Socio Simpatizante.

    En Nocte estamos mirando de ir un poco más hacia el lector. A ver si lo conseguimos.

  25. Yo no pude estar en todos los actos -problemas personales que no vienen a cuento- pero siendo esta una de las pocas hispacones en las que no presentaba nada ni estaba nominado a nada, me lo he pasado pipa con la absoluta libertad de ir donde me interesaba. He ido a conferencias de ciencia ficción, presentaciones de libro de terror y, lo reconozco, he pasado de la fantasía. Yo, como lector/escritor, voy a la Hispacon a hablar con otros escritores y con editores, con amigos y con conocidos. Nunca es posible dedicarle el tiempo necesario a todo el mundo -menos en mi caso de este año-, y cuando hay 4 actos al mismo tiempo es más probable que se note más lo de la fragmentación por «amistades». Pero bueno, como todos los años, aunque estoy de acuerdo que este año había menos lectores que otras veces.

  26. A todo esto, también me gustaría hacer notar que incluso había acompañantes de autores que leen (y bastante) por si mismas y van a las presentaciones y conferencias que les interesan. Igual es que pasan más desapercibidas, pero por lo que me toca, lo comento.

  27. Lo que más me llama la atención de este hilo no es que los lectores no se acerquen a la Hispacon (ya lo sabía, yo mismo descarté volver a una hace años, salvo que me dé por convertirme en escritor), ni que el 99% de los comentarios del post sean de profesionales o editores de la web, porque las razones son las mismas. Lo que más me sorprende es que esto se vea como una revelación.

    La Hispacon es un evento tremendamente endogámico, en el que la percepción de rechazo que recibe cualquier visitante es elevada. Hay mucho compadreo, mucho círculo cerrado, mucha broma privada y mucho apropiamiento de los actos públicos: las presentaciones de libros, hechakigos amigos del autor, que cuentan cómo se conocieron y demás anécdotas que no interesan a nadie no invitan a presenciarlas; las mesas redondas en las que se continúan las conversaciones empezadas en privado tomando un café; los debates en los que se intercalan bromas privadas… Todo eso cansa y aburre a cualquiera que se acerque por primera vez.

    Y no os confundáis, la Semana Negra es igual. Hay más gente, sí, pero ¿cuántos de ellos entran en las casetas Y se quedan? Pocos o ninguno, porque el problema es la actitud de los profesionales del género, que aprovechan los eventos más importantes del año a la hora de publicitarse hacia el público para tomarse unas vacaciones con los colegas.

    Para eso debería estar el tiempo libre. Como lector que se ha acercado a varios de estos eventos echo en falta una actitud profesional de unos supuestos profesionales. Echo en falta sentirme parte del evento y no ser alguien que se ha colado en una fiesta privada.

    Echo en falta la seriedad que permita que no se nos tome a cachondeo, porque, estimados profesionales del fándom, eso es lo que seguís siendo, fandomitas que se sacan unas perras con su afición, y como tales sois divertidos pero no suficientemente interesantes como para recorrer 500km.

  28. Alfredo, por supuesto que había más lectores, aunque seguían siendo escasos, igual que varios escritores de los presentes leemos fantástico contemporáneo escrito en español.

    Si nos hemos centrado en la figura de Fernando y Sergio es por su presencia visible en muchos actos y por ofrecer un mensaje que creemos es valioso: debemos salir en busca de lectores, reconvertir las Hispacones en una convención abierta.

  29. Hombre, y yo. Y a contactar con editoriales. Y a beber cerveza. Y a lanzar proyectos alocados con otros autores alocados :)

    Pero eso no invalida el mensaje. Si queremos ser leidos debemos ofrecer al lector un marco atractivo y profesional para que nos conozca.

  30. Bueno, lo cierto es que hay pocos lectores. No hay más que ver el tamaño de las ediciones de los libros, por no mencionar las ventas.

  31. Yo creo que lectores de género hay muchos, lo que ocurre es que la mayoría ni nos conoce ni se siente tentado a conocernos. Mira lo bien que se venden los libros de Somoza, por ejemplo. Está claro que como autores o no somos capaces de ofrecer un producto atractivo para el lector o no logramos llegar hasta ellos para que nos conozcan y decidan comprar nuestros libros.

  32. @Santi: lectores de género hay muchos, pero de género extranjero, no nacional. Y los de Somoza se venden sin identificarse con un género, o precisamente por eso.

  33. Coincido al 100% con este último mensaje de Eximeno. Los lectores de terror y fantasía no solo existen, sino que abundan, no son una quimera. Quizá menos los de cf, pero también lo son cuando lo que están leyendo no se lo han vendido como cf, aunque lo sea. Quizá falla la comunicación entre lector y autor. Y no me refiero solo a la publicidad.

  34. No sé, hasta cierto punto me parece una paradoja que se hable de la falta de asistentes/lectores/puros cuando en esta Con probablemente sea una en las que más lectores/puros habrá habido gracias al fenómeno Laura Gallego. No creo que esto se pueda obviar.

    Digo esto sin haber estado durante el fin de semana, por motivos laborales y familiares. (Se siente, AMS, una de las conferencias que más me apetecían era la tuya y la anterior del domingo, pero el fin de semana me resultaba imposible; igualmente, lo digo por lo que mencionas del moderador, sé de gente que podía ir lo justo por una serie de obligaciones que no me corresponde citar: veo fundamental que haya público joven, que es el que suele llenar festivales de cualquier tipo y que suele disponer de más tiempo.)

    Y por la parte que me toca, sí que compré libros, vaya. (Pablo Herranz)

  35. Pablo, ya decía yo antes que

    «(si obviamos, por ejemplo, la masiva afluencia de jóvenes que querían que Laura Gallego les firmara sus libros)»

    es decir, sí, había lectores jóvenes que venían a ver a Laura Gallego… pero no venían a la Hispacon. Es una diferencia sutil, sí, pero ciertamente todos esos lectores que hicieron cola durante dos horas y media para que Laura les firmara sus libros no tenían interés alguno en el evento conocido como Hispacon.

  36. No estoy de acuerdo, Santi. En una de las conferencias que yo estaba al mismo tiempo que firmaba Laura entraron más de diez teenagers para asombro y regocijo del personal asistente.

  37. Realmente uno de los grandes problemas de las hispacones a las que he ido es el que comenta Foe Hammer en este hilo y quizás sea incluso sintomático que no se le responda. Asumo también la parte de culpa que yo,c om o parte del fándom, pueda tener en alguna ocasión, pero estoy completamente de acuerdo
    Me quedo con sus frases:

    «Echo en falta una actitud profesional de unos supuestos profesionales.»

    «Sois divertidos pero no suficientemente interesantes como para recorrer 500km.»

    Debemos ofrecer algo más que nuestras movidas e insisto: Me incluyo en la autocrítica.

    No creo que sea el único problema, pero es un GRAN problema.

  38. Yo estuve en Huesca el año pasado. Ingenuamente convencí al editor para ir a vender a una caseta. Vale llovía a cántaros, un frío de perros, pero las ventas fueron entre 0 y 1. No es un encuentro de lectores pensado para el mercado. No lo es porque posiblemente falte presupuesto y porque realmente una cosa son las ferias del libro (que son inversiones potentes para las editoriales) y otra las reuniones sectoriales, que poco interés pueden tener para el lector

    Ahora bien, si yo tuviera que presentar un libro lo haría en una hispacon, es ahí donde hay una concentración de blogers, portales, etc… relevante. Que todo es muy relativo y endogámico, acaso. Pero creo que mediáticamente funciona bien… Creo, vamos, todo es mejorable, claro… En este sentido, lo que han hecho en Burjassot pues me parece interesante, convertirlo en una especie de pasarela de presentaciones. Que hay mucho ego hombre, estás hablando de autores, superegos… Vanitas vanitatis al cubo (¿Y?)…

    Ahora, tanto terror y tan poca CF me parece terrible. No me gusta nada, cero…

  39. Este año me consta que se ha vendido bastante más que en anteriores ocasiones. Desconozco si es que los lectores-autores hemos aprovechado o es que la situación de las casetas era normales.

  40. Santi, había leído tu comentario sobre las colas para la sesión de firmas de Laura Gallego. (De hecho, por eso empleaba el mismo verbo, obviar).

    La cuestión (digo esto sin haber acudido a las Cones de los últimos 5 años) es que uno de los viejos caballos de batalla de hace un par de lustros era considerar al público digamos «de la Tolkien» o de ámbitos similares (Star Trek, Cómics de cf, Rol) como un lector potencial (o al menos posible) a la hora de aumentar el número habitual de lectores de literatura fantástica.

    Sé que hace años funcionó con aficionados al cómic que venían a ver a un dibujante a la hispacon y que luego compraban algún libro y flipaban con Alfred Bester o, y esto me resulta graticante, con los relatos de Fabricantes de sueños.

    No digo que atraer público que esté interesado en algo relacionado con el género de forma muy indirecta sea la única vía para aumentar todo esto, pero quizá sea una de ellas.

    Y por lo que dice Alfredo algo hubo de eso este año; supongo que se podrían sacar mayores «réditos» en un futuro de iniciativas parecidas.

  41. Soy profesional, me considero muy profesional. En lo mío. La escritura no es mi profesión. Creo que es el caso de la mayoría. Si se me exige una actitud literaria profesional no la puedo dar. Pero no creo que esa sea la razón por la que los potenciales lectores no acudieran. Como ya he comentado, esta fue mi primera vez. Tuve la sensación de asistir a un evento semiprivado. Y, según me comentaron, funcionó mejor que otros años por el bien escogido emplazamiento, en una zona abierta y amplia.

    No hay que confundirse. Mereció la pena. Lo pasé muy bien. Por mi parte hubo encuentros a varias bandas: como autor con otros autores, como autor con editores, como autor con lectores y como lector con autores y editores. La mayoría de asistentes con los que hablé también se les veía contentos. Fue un encuentro productivo, muy satisfactorio.

    Por eso, quizá, eché de menos la presencia de lectores-lectores. Porque creo que se lo habrían pasado bien. No vi guerras, y si las hubo fueron subterráneas. Tampoco círculos cerrados. No conocía personalmente a nadie (a muchos, a través de internet) y nadie se cerró ni me negó una conversación. De hecho, muchos me buscaron para darse a conocer, más que buscarlos yo. Con algunos hablé más y con otros menos. Lo normal. Sí, creo que merecieron la pena los km recorridos.

  42. Buenas tardes, gracias a los dos autores por nombrarme, pero ellos saben que no hacía falta. En la sombra, pero seguiré con mis lecturas.

    Acudí a mi segunda Hispacon (y a la de Huesca) para conocer en persona a muchos de los que allí acudís, ya sea de Terror, Fantasía o de Ciencia Ficción. Porque es de lo que leo. Y además me tomo interés en saber qué estáis escribiendo, me gusta publicitarlo cuando es oficial y sobre todo y siempre que se me pida, mi opinión como lector (ese receptáculo final de vuestro escrito).

    Tengo la mala suerte de tener esta enfermedad, pero vivo y moriré por ella y si en el camino os puedo apoyar, animar o abrir alguna puerta o ventana, no lo dudéis, allí estaré.

    Está claro que es un reunión de escritores, editores, ilustradores y demás, pero cuando yo me inscribo, nadie me pregunta de qué voy. Y siempre, siempre, lo he dicho «Yo leo».

    Gracias de nuevo

    Fer

  43. Muy interesante el debate. Yo me considero más lector que otra cosa (lo de autor es testimonial; se limita a antologías sin ánimo de lucro y foros y ya está). No llego al nivel de Fernando y Sergio ni de lejos, pero soy de la categoría lector. (Ejemplo) Yo aproveché la ocasión para felicitar a los autores que conocí en persona y de los que soy fan, entre ellos Daniel Perez Navarro, a quien reconozco por su nick aquí arriba. Es más fui donde el editor y se lo dije: compro esta antologia gracias a que uno de los autores es él. Lo que quiero decir es que sí que hubo lectores y tomamos nota y esa nota la intentamos transmitir entre los distintos roles del mercado y seguiremos haciéndolo. Los lectores están (estamos) ahí.

  44. Muchas gracias a todos los que estáis aportando vuestra opinión a este debate. Como ya os digo, quizá la entrada es un poco «exagerada», pero creo que nos sirve para analizar ese fenómeno que para nosotros es evidente: necesitamos más lectores, y los necesitamos también en las convenciones.

  45. ¿Cuántos lectores-lectores han comentado esta entrada?

    No comparto las conclusiones del artículo. Por primera vez en años (no sé si desde siempre) ha habido un interés activo en abrir las puertas. Han estado con nosotros gente de la Sociedad Tolkien Española, de la Federación Española de Fantasía Épica, representantes de la Espatrek, de la asociación Catacumba… La inmensa mayoría de ellos no son escritores (al uso, todo lo más en alguna publicación interna). Supongo que no valen por ser socios-lectores, porque si no no me lo explico.

    Además, añadamos los visitantes. Tal vez entre los inscritos tuviéramos pocos «lectores puros» (vaya por delante, que no acabo de comprender qué tiene de malo ser lector y también autor), pero tuvimos más de mil visitantes no inscritos (intentamos implementar un método para contarlos, a base de pegatinas de visitante), y dudo mucho que todos fueran autores encubiertos (ni tampoco viniveron todos a la sesión de firmas de Laura Gallego).

    La zona comercial funcionó. Los expositores (editoriales y librerías) se fueron satisfechos, lo cual contrasta un tanto con la opinión del «yo vengo aquí sólo a hablar de mi libro». Los actos estaban razonablemente concurridos (partíamos de una previsión del doble de inscritos, no sé si la crisis nos afectó de mala manera o fue otro el problema, de ahí que quizás hubo más dispersión de la esperada), pero una Hispacón también consiste en reuniones informales en los pasillos y en el bar con compañeros con los que sólo tienes ocasión de hablar una o unas pocas veces al año.

    A mí, personalmente, me preocuparía otra cuestión. No la de dónde estaban los lectores en la Hispacón, sino la más amplia de dónde están los lectores. Porque hace no tanto tiempo para contar las tiradas se necesitaba en ocasiones cinco cifras, y hoy por hoy raro es el caso en que la cuarta y última iguala o supera el «2».

    Particularizar este mal en la Hispacón, en mi opinión, no es sino regodearse en la leyenda negra del fándom, palabra maldita donde las haya de un tiempo a esta parte.

    Por cierto, dentro del equipo organizador la inmensa mayoría eran lectores-lectores. Sí, algunos (no todos, ni mucho menos) eran ademas socios de la AEFCFT (e incluso miembros de la junta directiva). A lo mejor eso les priva de poder aspirar a la categoría de lector-lector…

  46. «A mí, personalmente, me preocuparía otra cuestión. No la de dónde estaban los lectores en la Hispacón, sino la más amplia de dónde están los lectores. Porque hace no tanto tiempo para contar las tiradas se necesitaba en ocasiones cinco cifras, y hoy por hoy raro es el caso en que la cuarta y última iguala o supera el “2?.

    Particularizar este mal en la Hispacón, en mi opinión, no es sino regodearse en la leyenda negra del fándom, palabra maldita donde las haya de un tiempo a esta parte.»

    Creo que la cuestión de fondo que impregna todo, y que se lleva comentando desde hace mucho es esta. Si te fijas no es crónica, es reflexión, y el título es algo completamente metafórico, hubo más de un lector en la Hispacon. Lo realmente importante es que no hay casi lectores, y cada vez hay más obras publicadas, con lo cual la minúscula tarta queda reducida a amago de pastelillo. Estamos alcanzando una catástrofe ecológica y, bien reduciendo la oferta o bien logrando ampliar la demanda, podremos estabilizar el mercado. Si esto se hace, se podrá profesionalizar en todos los aspectos. Si no se logra… Decidle hola al otro extremo del péndulo. Y ahí pierde también el aficionado, que se queda sin obras que leer, no sólo el «profesional».
    Una puntualización, eso sí: tanto los miembros de la AEFCFT, especialmente la junta directiva, como Ignacio Illarregui, por ejemplo (podíamos incluso meter a Fernando en el saco), son lectores, pero como alguien ha definido «aficionados pro». El mercado tiene que llegar al aficionado a secas, no sólo en el caso de autor español. Hay 15000 lectores de George R. Martin, por poner un ejemplo, pero muy pocos de otros autores similares (y similares no me refiero a españoles, ¿cuánto vende Egan, que parece ser de los más traducidos últimamente?). Cómo llegar a ellos es el dilema.
    La Hispacon debería intentar hacer esto. Y no lo termina de lograr, no convoca a la gente. Probablemente invitando a gente como Martin o siguiendo el modelo aparentemente raro de la Basauricon que se centra en invitar a actores de Galáctica. El principal problema es el vil metal, pero tal vez así los simpatizantes del género se arrimen a lo otro. Aunque soy pesimista a ese respecto.

  47. Me quedo tranquilo ahora que una parte implicada me señala que estoy totalmente equivocado y que la Hispacon ha sido un éxito y un prodigio de apertura y convivencia.

    Sí, y a la Semana Negra acude más de un millón de personas.

    La cifra empequeñece hasta un nivel humillante la de asistentes a la Hispacon.

    Lástima que no me crea nada. Aunque es posible que el ambiente de la Hispacon haya cambiado en los últimos años, no me voy a arriesgar a comprobarlo hasta que me quede a menos de 100km.

    Es algo personal, no os lo toméis como un desprecio a vuestro trabajo.

  48. «La Hispacon debería intentar hacer esto. Y no lo termina de lograr, no convoca a la gente. Probablemente invitando a gente como Martin o siguiendo el modelo aparentemente raro de la Basauricon que se centra en invitar a actores de Galáctica. El principal problema es el vil metal, pero tal vez así los simpatizantes del género se arrimen a lo otro. Aunque soy pesimista a ese respecto.»

    Pues sin la implicación de las editoriales, no hay para más. 1.500 euros de presupuesto inicial no dan para mucho dispendio (ni tampoco iniciar las gestiones a cinco meses vista). De todas formas…. ¿serviría de algo?

    ¿Importaría realmente que la gente acudiera a ver a Martin (o a quien fuera) si el resto de la convención se la trajera al fresco?

    A falta de mayores reclamos, hemos intentado la integración de grupos de diversas procedencias. No sé hasta qué punto lo habremos conseguido (el ambiente al menos ha sido distentido), pero tal vez sea un paso en la dirección correcta.

  49. Coincidí en varias ocasiones con los «protagonistas» del artículo. De Fernando sólo se puede decir que es un tío genial, y que precisamente por ser lector con mayúsculas puede disfrutar plenamente de las convenciones al no tener que ir a la «caza» de nada ni de nadie. En cuanto a Sergio, me adhiero por completo a lo que señaló David Jasso mientras conversábamos en una de las cenas: su asistencia y ejemplo son tan meritorios que ya sólo por él tiene sentido montar hispacones. Pude ver a Sergio muchas veces, pues elegimos casi las mismas conferencias y presentaciones (incluido el taller psicotrópico, digo psicotrónico) y noté cómo disfrutaba de lo lindo. Me hizo sentir bien.
    Puede que la Hispacon sea endogámica. Puede que, en efecto, falten más lectores «puros» en ella. Pero yo, que iba sin más expectativas que reencontrarme con algunos amigos y poner cara a algunos nombres (Santi, por ejemplo), me encontré de forma natural conociendo a mucha gente, compartiendo opiniones y experiencias, concretando proyectos y hasta recibiendo buenos consejos (gracias, Susana, por tu cercanía y tu prólogo). Bastó con acercarme a las personas y la impresión no fue de rechazo. Así que me apunto a la siguiente, con los ojos cerrados.
    Sí, probablemente faltan lectores. Pero los autores también sabemos leer, y comprar libros. Yo me fui con unos cuantos, pues creo que no hacerlo sería una irresponsabilidad y perder la perspectiva de quiénes somos. No ganarnos la vida con esto (casi me atraganto sólo de pensarlo) debería suponer que anteponemos el escribir algo que juzgamos bueno y nos sale de dentro a vomitar simplemente material vendible. Desde ese punto de vista, hay gran cantidad de autores cuyas obras merecen una oportunidad.
    Poco más. Que nos vemos en la próxima.

  50. «Lástima que no me crea nada. Aunque es posible que el ambiente de la Hispacon haya cambiado en los últimos años, no me voy a arriesgar a comprobarlo hasta que me quede a menos de 100km.»

    Tiene fácil solución. La Hispacón del año que viene aún no ha sido concedida. ¿Te animas a presentar una propuesta?

    Y lo siento, pero si afirmas que hace años no acudes a una Hispacón, no me parece correcto que afirmes categóricamente que es (ahora, no hace unos años) un evento tremendamente endogámico o que lo describas con todo lujo de detalles en base a experiencias antiguas (no me lo tomo, por tanto, como un desprecio a nuestro trabajo… no tiene nada que ver con él).

  51. Las percepciones son como son: cada uno tiene la suya y no suele coincidir con las de los demás.

    La mía fue, curiosamente, que en esta HispaCon abundaban los lectores (no sé si puros o mestizados, pero lectores), que era bastante más abierta que otras HispaCones anteriores y que, en general, el ambiente que reinaba era, por un lado, de enorme actividad (me sorprendió la cantidad de proyectos que estaban dando sus primeros pasos o incluso gestándose en los pasillos, algo que no veía en una HispaCon desde hacía tiempo) y de una interrelación entre todos sorprendente y muy gratificante.

    Esto último quizá merece un comentario.

    Una de mis sorpresas es ver cómo, con relación a hace unos años, el fandom está más compartimentado: frente a dos o tres corrientes dominantes que había en los noventa, lo que percibo ahora es un un montón enorme de pequeños grupos cada uno con su pequeño proyecto a cuestas. Pero, al mismo tiempo, veo una falta total de aislamiento entre los distintos grupos, una comunicación muy refrescante entre ellos y ningún afán de exclusividad (en plan «yo soy el que corta el bacalao o los demás, unos mindundis, unos malvados, o ambos») que me dejó muy gratamente sorprendido.

    Es cierto que salí con una extraña sensación de que éste ya no era mi rollo. No porque no me sintiera bienvenido (al contrario, en todo momento la sensación fue de aprecio) sino porque veo que mi generación, la que estaba masivamente en las hispacones de los noventa, casi ha desaparecido del mapa en estos eventos. No sé si es bueno o malo. Supongo que ambas cosas: bueno, por la parte de relevo generacional que tiene; malo por el hecho de que la huida masiva de aficionados históricos que parece producirse cuando se llega a cierta edad.

    Pero, volviendo al meollo: repito, sí que tuve la sensación de que la mezcla autores/editores/lectores estaba más que equilibrada.

    Las ventas de libros, desde luego, funcionaron, por los datos (tanto de mis propios libros como de otros) que tengo.

    Y vuelvo a hacer hincapié en la tremenda sensación de actividad que tuve, la impresión del montón increíble de cosas que se están haciendo, y no pude evitar la idea de que este fandom (y no, no sólo el de terror, aunque sin duda éste es ahora el más visible y «movidito») es bastante más activo que el de épocas anteriores.

  52. Quizá también porque se publica mucho, tanto en publicaciones digitales como en papel. Tu generación, como la llamas, tenía un filtro más duro. Salían pocos autores. Pero es que el espacio era pequeño, o esa sensación me da, tú debes de saberlo mucho mejor que yo. Hoy es más fácil para un escritor novel, lo que es positivo. Aunque se ha bajado el listón, lo que es negativo.

    Raúl, editor de AJEC, contó delante de mí las novedades que ha publicado este año, muchas de ellas antologías y/o novelas de autores españoles: 17 libros.

    No puedo comparar con otras hispacones. Hablo de lo que percibí y coincido en que con los que me encontré, la actitud era buena, abierta. Eso sí, ni en presentaciones de libros ni en alguna mesa redonda a la que asistí encontré muchos de esos llamados «lectores-lectores». Debo también aclarar que estuve del domingo al martes (es decir, que falté el sábado, el día «fuerte»).

  53. Por si no lo parece por el tono del artículo, yo disfruté enormemente con la Hispacon, y coincido con Rudy en la opinión de que el fandom actual está moviéndose muchísimo, con una enorme cantidad de proyectos en vuelo.

  54. Yo estuve pocas horas pero sólo vi buen ambiente y muchas ganas de echar adelante la literatura fantástica patria, al menos por lo que toca a la parte creativa. En la parte de ventas, prensa y público hay mucho que mejorar, eso es indudable. Pero no creo que se pueda hacer un balance negativo y apuesto a que se hizo todo lo que se podía con los medios disponibles. Es mi humilde opinión, como autor que fue a hablar de su libro y de algunas cosas más.

  55. Aunque reconozco no haber prestado mucha atención, desde la periferia no he visto salir apenas publicidad y actividad vírica antes y durante la Hispacón. Seguramente no es representativo, pero me tropiezo con más facilidad con información sobre antologías amateurs, ciclos de cortos y certámenes de pequeñas asociaciones sobre literatura de terror que de cualquier actividad de la AEFCFT.

  56. Yo no veo que haya que preocuparse porque la convención en sí esté atiborrada de lectores puros o sólo de autores. A las convenciones, la que sea, quienes suelen acudir en masa son los fanáticos y los que crean el producto. El público en general, aunque le guste *ese* producto, no suele interesarse por algo así. Si hay gran contacto de autores, editores, ilustradores y críticos/reseñistas y hay gran ambiente para el lanzamiento de proyectos, entrega de reconocimientos, y esas cosas, yo creo que se podría considerar a la convención como una convención exitosa. A mí, por mucho que me apasione o me gusten las películas de Star Wars, por ejemplo, jamás iría a una convención. ¿Para qué? Y así razonan o suelen razonar los lectores comunes. Ellos compran los libros, los leen, los comentan con sus amigos o quizá los reseñen en su blog o en su página de Facebook. Punto. De ahí en adelante, acudirán a la librería, buscarán reseñas en la Internet para conocer las próximas novedades, mirarán algún programa. No irán a una convención, a menos que les quede de camino y adviertan un stand interesante. Sólo si son fanáticos de algún autor y saben que el autor en cuestión firmará libros o hará una «lectura», acudirán. Si no, pasan.
    ¿Quieren lectores «de fuera»? Pues hay que organizar Ferias de Libro. A las ferias, no a las convenciones, es adonde acude el público lector y más o menos lector. Ahí llega Raimundo y todo el mundo. Y eso, creo, que todo el mundo lo sabe. Pero organizar una feria…. ¡puf! no imagino el dinero y el apoyo organizacional que se necesita. Es todo un evento diferente a una convención.
    Por supuesto, si en algún momento se tiene el dinero para organizar una feria *dentro* de la convención, genial. Verían a muchos, muchísimos lectores puros pululando por ahí. Pero también, creo, es cosa de mezclar eventos que quizá podrían restarse entre sí.
    No me rasgaría las vestiduras por asistir a una convención y no encontrar tantos lectorse puros como autores. Me rasgaría las vestiduras si logro llegar a una Feria del Libro y no veo lectores. Son cosas distintas.
    ¿Provocar a la gente para que se acerque al fantástico? Pues eso se proyecta fuera de cualquier convención. Es en los medios (incluyendo Internet), en las librerías, en las ferias, en las aulas, donde se intenta atraer a los lectores. Siendo visibles en donde ellos están: en las librerías (físicas o virtuales), en las redes sociales, en los grandes eventos masivos, en las reseñas de las revistas más populares, cosas así. Y codeándose con los otros géneros no-fantásticos de igual a igual…

  57. Fran, es algo que otras personas me han dicho. La Hispacon apenas ha tenido repercusión en los medios ajenos al fandom. Sé que la organización se ha esforzado por estar (con el blog, con facebook, etc.), pero no ha sido así. Fuera del fandom nadie se ha enterado del evento, y eso también debe cambiar.

  58. Creo que es precisamente lo que buscábamos con el texto: debatir el estado en el que se encuentra ahora mismo la literatura fantástica en castellano.

    Creo que para (casi) todos los que hemos asistido a la Hispacon el viaje ha merecido la pena, pero está claro que las expectativas son distintas dependiendo de cómo pienses que es el evento. Eso lo entendí hablando con J.J. Merelo, y es lo que hemos querido reflejar en el artículo.

  59. Desde luego, la Hispacón ha merecido la pena, incluso para los que hicimos «visita relámpago». Creo que la Fantasía y el terror (la CF no, me temo, aunque ojalá levante el vuelo) están creciendo en número de lectores, pero desde luego eso es difícil que se plasme en una convención fantástica. Yo adoré los libros de Tolkien durante años y jamás visité las convenciones tolkinianas que se celebraron en mi ciudad.

  60. Sólo voy a hacer una pregunta. ¿Cuántos han seguido la Worldcon este año? (desde su casita, no me refiero a irse a Australia).

  61. @FranOntanaya Iba a ponerlo como ejemplo de un acto que se podía seguir a través de Internet. Pero si nadie lo siguió… :-/

  62. Sí, eso da para otro debate interesantísimo. El fandom, los aficionados activistas de la ciencia ficción… ¿Alguien, aparte de los editores, sigue lo que ocurre en la meca del género? ¿Se está al día de lo que se cuece en el extranjero? ¿Se tiene un interés real por ello? No sé, quiero decir, como el buen aficionado al cine que se queda a ver en directo la gala de los Oscar. ¿Existe el verdadero aficionado al género?

  63. @Kaplan: No, no iba por ahí. Es que se podía chatear en directo con la gente de la organización (que incluye escritores bastante conocidos) en la página de los premios Hugo, según se iban entregando. Aparte del stream de video de ustream.tv (que iba fatal, porque lo pusieron el el portatil personal de alguien). Y por supuesto, los que estábamos siguiendo todo vía Twitter.

    Además, había una conexión directa desde la Dragon*Con a la Worldcon (sí, estos americanos tienen grandes cones para dar y regalar).

    Del impacto que tiene una gran Con americana tipo la Dragon, Emerald, y por supuesto la San Diego Comic-Con en las redes sociales, mejor ni mencionar…

  64. Que un lector-lector vaya a querer desplazarse 500 km (300 o, incluso, 30) para asistir a un evento literario me parece un pensamiento, como poco, ilusorio. Para invertir su tiempo (2-3-4 días) y dinero (varios cientos de euros en viajes, hotel, restauración y compras) en esto tendría que ser muy aficionado, y tarde o temprano caería dentro de la órbita del «lector-activo».

    En buena lógica, el público debería ser mayoritariamente local, «de paso», y afortunadamente gente que lee no falta en ninguna ciudad. Ahora bien, la eterna pregunta: ¿cómo atraer a esas personas a este tipo de actos? ¿Les interesa realmente?

    Ante todo, reconozcámoslo: encerrarse en un local durante unas horas para escuchar a completos desconocidos mientras afuera luce un esplendoroso sol (ejem) no es la idea de pasarlo bien que tiene buena parte de los mortales. Sólo se puede «competir» ofreciendo algo que les haga considerar, siquiera por un momento, la idea de realizar el esfuerzo de acudir a una conferencia, mesa redonda o presentación de libros, frente a otras opciones ocupacionales y de ocio como tomarse unas cañas con los amigos, nadar en la piscina o irse de compras. Y hoy por hoy, como mejor se consigue esto (no digo que sea lo ideal) es logrando la implicación de personas mediáticas con capacidad de atraer a la prensa, con lo que eso supone de impulso publicitario. Todavía recuerdo la que se montó en Vitoria con la llegada de Ken Follet; cuando se marchó había una estatua más en la ciudad.

    ¿Una utopía? Es posible pero, desde la modestia, podemos echarle imaginación, que es lo nuestro. Personas mediáticas no signfica escritores de género mediáticos; basta colocar a famosos en un entorno diferente (ejemplo, Claudia Cardinale en el primer festival de cine gay de la Costa del Sol; en el primer festival ya han conseguido llamar la atención, la famosa foto). Personas, en todo caso, serias; nada de frikadas. Se me ocurren nombres «accesibles» como Alex de la Iglesia o Savater… pero no tendrían por qué haber tocado siquiera el género.

    Pero no sólo eso: año tras año, se ha demostrado que existe gente con buena capacidad organizativa para montar HispaCones, pero hace falta también personas capaces de hablar con los medios, que ahora son más receptivos que nunca: para conseguir que se publiquen artículos de prensa en medios locales en los días previos y no *a posteriori*, para realizar entrevistas en programas culturales (tipo «El ojo crítico» de RNE), para conseguir colar anuncios en suplementos literarios, notas de prensa en webs y foros locales (especialmente públicos). Es decir, tener contactos y moverse, Y TODOS TENEMOS CONTACTOS. Pero para esto nadie mejor que nuestros escritores de primera línea, acostumbrados a batirse el cobre con los medios; no digo que hagan todo el trabajo, pero un par de voluntarios que puedan ser la imagen visible, «la cara amable» ante los medios.

    Eso es, a mi juicio, lo que hace falta para que la HispaCon pase de un encuentro de personas interesadas en el fantástico (escritores aficionados y no tanto, editores semiprofesionales, lectores-críticos, lectores-activos) a un evento abierto con cierta (ya se vería cuanto) capacidad de convocatoria.

    Lo que no quita para que el evento ideal fuese, además, más «profesional» en el sentido de negocio para escritores y editores; pero es lo que hay.

  65. Yo ni siquiera escribo en plan amateur como Uwe, ni comento, critico o reseño nada. A mí me gusta leer y cuando tengo tiempo, leo. Preferentemente ciencia-ficción y negra.

    Fui a la Hispacón porque ya hace tiempo que quería asistir a una. Soy habitual de una página de género (Sedice) y contaba con encontrar alguna cara conocida de kdds anteriores, pero tampoco es que me preocupase demasiado. Iba a ver el ambiente, comprar unos cuantos libros (que ya podrían tener un buen descuento en la HispaCon, joder) y asistir a algunas conferencias, mesas y presentaciones. Soy tan poco fan profesional que ni siquiera colecciono firmas.

    No me pareció que la cosa estuviera pensada para lectores. Ni para nadie ajeno al mundillo. Ahí el personal se conocía entre sí, personalmente o de oídas (más bien leídas) y la sensación es que la gente va a ver a viejos conocidos, a conocer a otros escritores con los que quizá comparte proyectos on-line, a hacer contactos y a intercambiar opiniones sobre lo duro que es escribir y lo que cuesta publicar.

    Endogamia, sí.

    Los comentarios de ponentes dirigiéndose a amiguetes de la sala (Tipo: «Como tú, Fulano, sabes muy bien»; «ya sé que tú te lo has leído todo»; «según comentaba con Mengano, ahí sentado, en la cena de ayer»; «¿tú qué opinas, Zutano?»; «seguro que Perengano tiene algo que decir») tampoco hacen demasiado por paliar la sensación de que esto es un coto privado.

    Sinceramente, tampoco esperaba otra cosa. A mí me interesaban algunos eventos, y si además salía la ocasión de tomar unas cervezas con gente, pues genial.

    Y así salió, genial :-D (Y cara, sobre todo la cena de gala).

    Pero es lo que ha apuntado mi tocaya: un lector no va a una convención de nada. Quien va si acaso es el aficionado al género, que normalmente acudirá a las cuatro cosas que le interesen, y eso si le pilla bien.

  66. Y, por supuesto, yo me incluyo dentro de esa endogamia. Nos movemos con tanta comodidad entre los que conocemos que nos olvidamos de abrirnos a las personas que aparecen por primera vez por una Hispacon.

  67. Si está consensuado que la Hispacón «tendría» que ser más ferial y menos convencional, sería cosa de ponerse a idear formas de conseguirlo. Lamentarse no cambia nada.

  68. Probablemente, si se quiere atraer a gente aficionada al género sin ser «pro», habría que bucar qué le interesa a esa gente que, repito, es aficionada al género sin ser «pro». A lo mejor para hablar de terror y de vampiros habría que hablar (y no demasiado mal aunque se nos atragante) de Bella, Eduard, Sookie Stackhouse y compañía. Para atraer a la gente del aficionada a la fantasía habría que montar algo sobre «El nombre del viento», por ejemplo. O para hablar de la ciencia ficción, hablar de «Origen» o de «El juego de Ender» (que a un amigo que dice que la ciencia ficción son chorradas le encantó porque, «oye, que eso no es ciencia ficción, tiene cosas filosóficas y tal»….).

    Yo este año no he podido ir a la hispacón, y me ha dado mucha rabia, porque fui el año pasado y me lo pasó genial, pero confieso que si me pongo en la piel del simple aficionado (al que procura leer cosas de género porque le molan pero tampoco le da por buscar en internet reseñas, críticas y tal, sino que simplemente lee lo que pilla de bolsillo en el Carrefour) la lista de charlas y conferencias de la hispacón no me habrían atraído lo más mínimo.

    No sé, a mí nunca me ha parecido que las hispacones fueran para simples aficionados como mi amigo, que sospecho que ahora se leerá toda la saga de Ender porque lo considera una excepción en esa frikada de la ciencia ficción. Además, si de repente las hispacones se convirtieran en un foro en el que se hablara de crepúsculo (qué mola más, la peli o los libros?) y demás… uf, no quiero ni imaginarme la que se liaría entre los aficionados «pro».

  69. Los medios, Mariano, sólo quieren niño muerde perro. O sea, disfraces y lo estrambótico. No les interesa un acercamiento más o menos serio al género.

  70. Aquí nos encontramos con el problema habitual de las mil y una maneras de ver el género. Estoy de acuerdo con RM en que para los medios el fantástico siguen siendo los disfraces, y que si se habla de los gusiluz de Crepúsculo seguro que algo se lograría, pero precisamente por ese camino lo que saldría en los medios serían críos disfrazados de vampiros y demás.
    Pero hay otra forma. El problema es, claro, que sólo a un 5% de los asistentes a la HispaCon les va a interesar. Tú monta mesas y haz presentaciones sobre la narrativa de McCarthy. Ishiguro o Roth en el género. Trata de invitar a Fresán o a Roncagliolo para que presenten sus libros de ciencia ficción, etc. Seguro que consigues el interés de algún programa cultural e incluso puede que salgas en algún telediario. Y verás como ahí no va a haber disfraces cutres ni la información que den va a ser pintoresca.
    Pero claro, como decía, a quién en el fandom le interesa ese tipo de ciencia ficción, que es la que ahora triunfa. No, es mejor que casi no haya cf en la HispaCon, porque los del fandom ya no la escriben.

  71. No hay conferencias sobre Ishiguro o McCarthy porque nadie ha querido montarlas, no por un pensamiento sobre a quién podrían interesarle. Supongo que eso es significativo. Como lo es que viniera Monteagudo a recoger su premio, se lo pasara pipa y ningún programa cultural lo reseñara…

    Luego está si la editorial quiere que Rocangliolo vaya a una convención de CF, que lo que él escribe es narrativa, no se me confundan luego y vayan a mover los libros de la mesa de novedades.

  72. Rafa, no hablo de las noticias en prime time de TVE1, Antena 3 o Telecinco, sino de medios locales (periódicos y webs, que son accesibles y cercanos al posible lector-lector) y programas culturales de tipo general, como «El ojo crítico» en RNE, «Literatura en breve» en RNE5 o «Pompas de Papel» (por cierto, premio al Fomento de la Lectura 2010), donde no es raro entrevistar a autores con obras de género y escuchar reseñas de libros. Medios minoritarios, sí, pero con cierta capacidad de convocatoria que (creo) nos debiera interesar, nada de frikadas.

    A bote pronto, en esos programas he escuchado a autores como Jon Bilbao, Juan Jacinto Muñoz Rengel, Jorge Carrión, Fresán… pero también Rodolfo Martínez, Josean Cotrina. Y de vez en cuando se habla también de eventos literarios, editoriales, etc. Lo que hay que hacer es interesarlos en esto también. No es una utopía.

    Otro ejemplo: especiales sobre el género en revistas como Quimera, Mercurio Panorama de Libros, Ínsula o el pasado Qué Leer (con artículos sobre La Cultura, Andrzej Sapkowski…). El género interesa también ahí fuera, sólo hace falta intentar dar un paso más y dar la cara. Que no será nunca algo masivo, vaya, pero sí más abierto, participativo e interesante.

  73. Estoy con Kaplan. Si a eso añadimos las reivindicaciones de lo casposo y de lo «anti-cultura oficial», sea lo que sea eso, y nos quedamos en el rollo «yo, mi, me, conmigo» y»rellenemos con presentaciones», solo tendremos la reunión de amigos que en este momento es.
    Y ni yo ni Kaplan creo que defendamos que no se hable de Buffy o de Mark Millar, y solo se epate sobre Mondadori. Para nada; no es eso en absoluto.
    La cuestión es: ¿qué importancia tienen los actos? Recuerdo haberme dicho en Sevilla que me había valido la pena ir a la charla de Gabriella Campbell o en Dos Hermanas a algunas de las mesas redondas. Pero cada vez eso parece menos habitual, desde antes incluso de los años de estas dos. Ahora son, sobre todo, reuniones de amigos. A menos que seas un escritor conocido en el mundillo, pues seguro que el círculo cerrado se te abre aunque antes no conocieras a casi nadie. ¡Claro, nos ha jodido! El resto es una reunión de amigos y conocidos.
    ¿O no vamos a los hispacones la mayoría solo por ver a amigos? ¿O es que hay una oferta desbordante de actos interesantes? Porque lo cierto es que para ver presentaciones de libros, no hace falta recorrer cientos de kilómetros a menos que quieras ver a gente en concreto.
    Y mucho menos para ver al (supuesto) escritor estrella de turno soltando chorraditas a los colegas desde la mesa y diciendo lo de «No, si yo de esto tampoco tengo mucho que decir, si estamos aquí de cañas… Yuhuuu.. Pero como me habéis dicho que subiera…».
    Con esto no critico a la organización de la última hispacón, en la que no he estado y que habrá podido contar solo con lo que les haya llegado, qué duda cabe, sino que sigo el hilo de muchos años con el mismo soporífero debate.
    Cada vez parece más que los actos son la excusa barata para reunirse. ¿Es así? Genial, no pasa nada, ya digo que yo viajo a las hispacones para ver a gente. Pero desde luego las actitudes analíticas sobre los recovecos profundos de las hispacones sobran y ya apestan un poquito…
    ¡Quitémonos la careta, venga! Mantengamos la pantomima de cara a la galería, miremos hacia otro lado y disfrutemos la Barracón. Así fue la de Vigo y a mí me encantó. ¿Para qué más?
    Eso sí… «Lectores puros abstenerse».

  74. Al hilo sobre el contenido de las conferencias, creo que Alfredo ha dado en el clavo. Las conferencias las organiza quien las organiza. Me explico: si una conferencia la organiza una asociación de fans crepúsculo (insisto en lo de Crepúsculo, como veis, para atraer visitas de google al foro, jaja), interesará a fans de Crepúsculo. Si la imparte un «fan» de Roth, a los fans de Roth.

    Si la conferencia la imparte la gente del fándom, ¿es de extrañar que sólo interese a la gente del fándom?

    Se me ocurre que para otras hispacones quizá se pudiera reservar un espacio para asociaciones o agrupaciones de la ciudad que no necesariamente pertenezcan al fándom. A lo mejor no es ninguna tontería que un grupo de aficionados de Valencia (o de Madrid, o de Bilbao, donde toque) que lleven una web de aficionados de Asimov, Clark, King o quien sea, monten una pequeña charla sobre el tema que es su pasión. Quizá no sea tan seria, ni tan sesuda, ni tan original, pero a lo mejor eso mismo es un punto a favor, y atraerían a gente «de fuera», lectores principalmente.

    Naturalmente, es un esfuerzo extra porque no se podría esperar a que esos grupos se enteraran y se decidieran a montar algo, sino que habría que buscarles, contactar con ellos, explicarles de qué va el asunto y animarles a participar, pero a lo mejor merecería la pena.

  75. Alfredo dijo:
    «No hay conferencias sobre Ishiguro o McCarthy porque nadie ha querido montarlas, no por un pensamiento sobre a quién podrían interesarle. Supongo que eso es significativo.»

    Exacto, a eso es a lo que me refiero. Se trata de honestidad consigo mismo. Es decir, las HispaCones son, tal como ha comentado Fernando arriba, reuniones del fandom. Tal como están montadas, no es de extrañar que jamás salgan de donde están, que tampoco es malo si es lo que se pretende que sean. Pero entonces no valen lloros de que no salimos en tal o cual sitio, de que no tenemos eco y demás. Lo que vienen a demostrar las HispaCones es el estado del asunto del fantástico en España ahora mismo, y especialmente de la ciencia ficción, que es lo que a mí más me duele.No son mas que un reflejo de por dónde van las cosas.
    Parece que ya no se hace cf en España porque la cf que el fandom demanda es la que el fandom hace, y no otra; ha habido más de 40 novedades en novela, algo inaudito, porque todo fandomita cree llevar a un escritor dentro, algo que en otros géneros no pasa. Lo que quiero decir es que se podría conseguir la atención de los medios si se hiciera una convención con invitados y mesas como lo que mencioné, porque a esa literatura sí se le hace caso, pero como tú bien dices, Alfredo, nadie quiere hacer mesas redondas sobre esos escritores «de fuera», y nadie quiere molestarse en siquiera intentar invitarles (a los de aquí, digo) porque existe la convicción (y bien fundada) de que no le interesan al fandom. Y la HispaCon, no lo olvidemos, es la fiesta anual del fandom español. Y en ese aspecto, tiene la cobertura que tal evento merece.

  76. Bueno, si este año han pasado más de 1000 personas no inscritas por la Hispacon creo que estamos exagerando un poco, sobre todo si lo comparamos con otros años donde si han pasado 300 personas era para darse con un canto en los dientes. Quizá la organización ha cometido el error de plantear 4 actos al mismo tiempo en varias ocasiones. De todas formas, es cierto que hay que replantearse ¡el futuro de las hispacones! Se nota que este año no se ha hecho la conferencia y la gente se ha quedado con ganas.

  77. Kaplan, me he reído un rato con lo de los gusiluces de Crepúsculo. Pero no tanto con esto: «Lo que vienen a demostrar las HispaCones es el estado del asunto del fantástico en España».

    Con permiso, pero la Hispacón si demuestra algo es cómo está el fándom, tú mismo lo has dicho, no como está la literatura de lo fantástico en España.

    Existimos, aunque no se nos vea, autores profesionales (no solo por publicación, sino por compromiso con la propia escritura) de literatura fantástica que no participamos ni formamos parte del fándom, porque no lo necesitamos para desarrollar nuestros escritos.

    Dices: «Ha habido más de 40 novedades en novela, algo inaudito, porque todo fandomita cree llevar a un escritor dentro, algo que en otros géneros no pasa».

    Sí, sí que pasa en otros géneros. Pasa en la literatura en general: cada año hay más libros publicados. El ritmo de publicación es insostenible. Mi sensación al respecto es que hay más aficionados publicando que profesionales dedicados a un trabajo artesanal que exige tiempo, compromiso y esfuerzo. Me gusta pensarme como alguien dedicada a su expresión artística, pero me cuesta mucho comprender tanto afán por publicar. Quizá sea que prefiero ser un Geppetto en su taller :-).

    Y para terminar: «porque a esa literatura sí se le hace caso».

    ¿A qué literatura te refieres? Porque te digo yo que, salvo los Best-sellers que todos conocemos, a la demás literatura se le hace el mismo caso que a esta. Vamos, poquito en general.

    Mil besos,
    Inés

  78. Me refiero precisamente a eso, Lady, a las dos versiones. Una es la que muestra la HispaCon, y la otra la realidad. Quien mé conozca un poquito sabe que llevo años, desde el 2005, reivindicando lo que parece ser una realidad paralela. Mientras el fandom discute la muerte de la ciencia ficción yo veo el mejor momento de su historia (Roth, Ishiguro, McCarthy, Houellebecq, Fresán, Monteagudo). A eso me refiero, a que es un reflejo de cómo es tratado el género en España, el fandom a los suyos y con los suyos mientras ahí fuera resplandece un mar de magníficas obras.
    En cuanto a los escritores aficionados, ídem. Es eso justamente lo que quería significar. Y me cuesta darte la razón en lo de que en todas partes cuecen habas. ¿Seguro que en romántica, negra, etc el 90% de aficionados se creen con capacidad para escribir novelas?
    En cuanto a la caso, me refiero al asunto en el que incide Mariano. Los escritores que he citado, y que han escrito obras pertenecientes indudablemente a la ciencia ficción, son muy conocidos, salen en los suplementos culturales y son reseñados en las revistas literarias. Quizás si las HispaCones giraran en torno a sus obras o contaran con la presencia de alguno de ellos en vez de con trekkies y aznarkies, su imagen llegaría mucho más lejos.
    Pero sinceramente, no creo que sea el papel de una HispaCon. La HispaCon es, como dije antes, la fiesta del fandom, disfraces, regalos raros y cosas divertidas: friquismo. Nada cultureta. Eso, por supuesto, no es malo, pero obliga, en mi opinión, a no quejarse de efectos colaterales como el anonimato.

  79. @kaplan En todos los géneros en los que los tropos y las reglas estén bien codificadas y sean fáciles de abstraer con un par de lecturas, sí. Es más, pasa no solo con géneros, sino con obras. Hay gigabytes de fanfic de Harry Potter, de la guerra de las galaxias, kilos de novela negra de a duro, arrobas de pastiches románticos. Y, por supuesto, las líneas escritas de literatura en general, incluyendo poesía, si se pusieran una detrás de otra ocuparían un eón.
    Cualquier certamen, de lo que sea, tiene 200 contendientes, quinientos al premio Planeta, y así sucesivamente. Estoy con Lady Dragon que escribir no es fácil, y por eso es sorprendente que haya tantos. Y eso engancha con lo que yo sí he echado de menos en esta Hispacon: los editores y los agentes. NO editores en el sentido de «persona que publica libros», sino en el sentido de, como decía Woody Allen su película, «un editor es como la figura de un padre», quien lee los manuscritos, los cuida, los corrige, los hace reescribir si es necesario, o tirarlos a la basura, y guía la carrera del escritor por los temas y premios que es más probable que consigan lanzarle al estrellato. En la mayoría de los casos (al menos que yo sepa) el material publicado pasa de escritor a editorial y viceversa, en dos o tres vueltas hasta que acaba suficientemente pulido como para que estén convencidos de hacer unas planchas y una tirada inicial significativa. El editor, o agente, no aparece nunca o casi nunca.
    Esa es, aparte de cualquier otra consideración, la diferencia entre los escritores de «género» que están dentro y los que están fuera.

  80. Kaplan, Juanmi y yo estuvimos hace tres semanas en unos encuentros de lectores, Abrete libro. Muy parecido en todo a una Hispacón, por cierto. La única diferencia, que había un enorme componente femenino. Eran lectores generalistas, y prácticamente se contaban con los dedos de una mano quienes conocían la ciencia ficción.

    Y, sí, la impresión que nos dio a ambos es que más de la mitad de los presentes eran escritores en ciernes.

  81. Mi duda es, ¿de verdad creéis que un lector puro y duro, una persona que no tiene aspiración alguna a ser escritor, editor, crítico, comentarista, lo que sea, que es simplemente aficionado a un género concreto o a cierto tipo de literatura, se va a tirar 700 kilómetros sólo para ver a un escritor que le gusta u oír una conferencia sobre tal género o tal escritor?

    Da igual cómo se organice. Da igual que se haga más o menos endogámica, más o menos académica o más o menos mediática. Las personas dispuestas a moverse fuera de su ciudad para asistir a un evento de esas características (más allá de los verdaderamente fanáticos del tema o que sus intereses salgan de la pura lectura) se pueden contar con los dedos de una mano.

    Y eso es de cajón, no nos engañemos.

  82. Por otro lado, volviendo al tema original del artículo, mi impresión es justamente la contraria. Basándome en mi experiencia en HispaCones, AsturCones, cenas de la Tersa, Septentriones y otros acontecimientos, en el fandom hay un número muy elevado de personas que no son, ni pretenden ser, otra cosa que aficionados, lectores.

    De hecho, casi me atrevería a decir que el porcentaje de lectores puros y duros que hay en una HispaCon o una Asturcon es bastante superior al que podemos encontrar en, por ejemplo, un Congreso de Literatura del XVIII, donde la mayoría van a ser estudiosos del tema.

    Creo, en serio, que esa idea de que todo el mundo en el fandom aspira a ser escritor o editor o ambas cosas es bastante inexacta y más bien poco realista.

  83. @Rudy 2500 personas, un porcentaje ínfimo de las cuales son profesionales, irán el mes que viene a Sevilla al Encuentro Blog.

  84. Yo aspiraría a ser escritor, y de hecho lo haría estupendamente, si no fuera un vago de los c*jones. Y me apaño bastante bien con esa tara.

    Risingson, que se conoce bien

  85. ¿De esas 2500 personas…cuántas no tienen un blog?

    Porque, si es por «profesionales», el 99% de los asistentes a una HispaCon, no son profesionales.

    Entiendo por profesional alguien que vive de una actividad concreta, que ha hecho de ella su profesión, vamos.

  86. ¿Quién no tiene un blog? ¿Qué más da que lo tengan o no? Se trata de que se desplazan, a veces de una punta a otra de la península para asistir a las charlas y conocer gente que escribe blogs, y que «lector» está presente en mucha mayor proporción que el «escritor/lector»

  87. Bueno… lo siento, pero no lo veo así.

    Si me dijeras que gente que se limita a ser lectoras de blogs pero no tiene blog está presente en una gran proporción en un Encuentro vde blogs, lo que me dices tiene sentido. Pero si la gran mayoría de los asistentes son bloggers… la cosa cambia.

    Al menos para el propósito de esta discusión. Claro que si la discusión es otra…

    Hablábamos de los pocos «lectores puros» que hay en una Hispacon. Yo decía que, por un lado, no me parece que sean tan pocos como se está diciendo. Y que, por el otro, es normal que una persona que, simplemente, disfruta leyendo CF o fantasía sin más pretensiones, se recorre 700 kilómetros para ver la presentación de un libro. Así que, teniendo eso en cuenta, el porcentaje de lectores puros que hay en una HispaCon, no sólo me parecía considerable, sino superior al que podríamos encontrar en otros ámbitos.

    Tú me hablas de un encuentro de blogs al que acuden 2500 personas de las cuales la mayoría no son profesionales. Fíjate que el tema «profesionales» lo sacas tú a colación. Y no es de lo que se hablaba: en una Hispacon habrá muchos escritores y editores y críticos… pero eso no quiere decir que sean profesionales. No viven de eso, en su mayoría.

    Te pregunto cuántos de esos 2500 asistentes no tienen blog, que sería lo lógico para poder comparar las cosas. Se están hablando de «lectores puros» en una Hispacon. Es lógico que, para que la comparación sea correcta nos preguntemos cuandos de esos 2500 asistentes son simples lectores de blogs y no bloggers.

    No sé, creí que me había explicado con claridad, pero vista tu respuesta (ese «¿Quién no tiene un blog? ¿Qué más da que lo tengan o no? «; claro que da más, o la discusión que se está manteniendo no tiene sentido) me parece que no.

  88. «es normal que una persona que, simplemente, disfruta leyendo CF o fantasía sin más pretensiones, se recorre 700 kilómetros para ver la presentación de un libro.»

    Quería decir, ovbiamente «que NO se recorra».

  89. Da igual que lo tengan o no, porque no van porque _tienen_ blogs, no van a obtener ningún beneficio en su «carrera» de bloggers por asistir. Van porque _leen_ blogs.

  90. Ese matiz es el que nos falta en la Hispacon: no generamos contenidos para lectores, o al menos no logramos convencerles de que merece la pena estar ahí. Otra cosa es que las Hispacones realmente no estén hechas para atraer lectores y las utilicemos como punto de reunión para escritores.
    Pero como dice J.J., la diferencia con los eventos blogs es, principalmente, esa: son aficionados al fenómeno blog pero asisten en calidad de oyentes/lectores más que de creadores.

  91. Al Encuentro Blog va un montón de gente en busca de contactos, sobre todo a la hora de iniciar proyectos sobre social media. Casi todas las charlas son profesionales y van sobre emprendedores y start-ups -aunque hay sobre temas más dedicados a la comundiad blogger-, pero vamos, leyendo el programa queda más que claro a quién va dirigido: http://eventoblog.com/programa/

  92. No sé, yo veo el programa (y la cantidad de gente apuntada en 8 horas) y entiendo que no es solo para profesionales. Me recuerda a la Feria del libro Digital, por ejemplo, donde abundaban los profesionales pero a las charlas y talleres también se acercaba el público general.

  93. A lo que tengo que añadir que yo a quien he echado en falta este año en la Hispacon es al aficionado-pro ese del que se hablaba. No el que es aspirante a escritor, pero sí que hace reseñas, participa en webs o foros de manera muy activa y que es, casi por definición el público objetivo de la Hispacon.

    Siempre se ha hablado de ampliar la oferta a más público con

    a) películas
    b) actividades para colegios
    c) talleres literarios
    d) animación social

    Cosas que cuestan dinero y necesitan de una organización más grande, con decenas de personas. Luego, claro, hay que pensar cuál es el objetivo de una Hispacon: si es vender libros, tendrían que mojarse las editoriales. Si es fomentar la base de la ciencia ficción/fantasía/terror entre los no habituales, está claro que se lleva un rumbo erróneo desde sus inicios.

    Si es, como parece, un lugar de encuentro entre autores, editores y aficionados, parece que la parte del aficionado -un aficionado pro, claro, un fan- está quedando alejada por no ofrecerle

    a) autores consagrados
    b) conferencias actuales y preparadas
    c) strippers vestidas de Leia

    Y esos, amigos, son mis dos centavos sobre el asunto.

  94. Creo que lo resumes perfectamente en el anterior: no podemos ofrecer lo que el fan quiere, así que lo lógico será mantener el espíritu actual, potenciando los posibles atractivos que tenga el encuentro para editores y escritores.
    Y no pido que sea para lectores puros, sino que seamos capaces de ofrecer algo atractivo para que vengan. Es un problema económico, como siempre. Si no hay implicación por parte de editoriales (y autores) y no existen medios de financiación, tendremos que disfrutar de lo que hay, que no es poco (al menos yo sigo disfrutando estos encuentros y me gustaría poder asistir a más y más y más).

  95. Desconozco la verdad las cifras de la Worldcon, pero la Comicon de San Diego ha terminado siendo una convención donde se reúne lo más granado del mundo «de género» en sentido amplio: no solo artistas del mundo del cómic, actores, directores, escritores, guionistas… Tanto es así que muchos de los proyectos más importantes se muestran allí como una auténtica feria profesional. Las leyendas urbanas dicen que incluso es uno de los lugares más fáciles para ligar para el friki medio.
    Sin llegar a esos niveles, puesto que evidentemtente la industria es bastante más reducida, deberíamos buscar un evento similar. Si el Saló del Comic es lo más parecido, intentar que las editoriales presenten allí sus novedades. Hay un público potencial que desconoce por completo lo que se cuece.
    Y si se quiere potenciar la Hispacon en sí, estoy con Alfredo. Para que el «aficionado pro» acuda hay que, por supuesto, traer a los llenaeventos: Martin y demás. Alex de la Iglesia podría aparecer también en algo así. Y ya he mencionado que la Basauricon consistió básicamente en un fin de semana con dos actores de Galactica. Son vías para intentar reflotar el mundo editorial que redundan en algo mejor para todos.
    Y por supuesto, más strippers vestidas de Leia, (y alguno del capitán Harkness para que vean que cumplimos todas las leyes de Igualdad).

  96. Da igual que lo tengan o no, porque no van porque _tienen_ blogs, no van a obtener ningún beneficio en su “carrera” de bloggers por asistir. Van porque _leen_ blogs.

    Bueno, no dudo de tu afirmación. Pero, sinceramente, no creo que la mayor parte de la gente que acuda a una HispaCon vaya porque espere obtener un beneficio en su «carrera» aficionado al género. La mayoría van a divertirse unos días en un ambiente que les gusta.

    Y repito, creo que estamos exagerando (y mucho) la no existencia de «lectores puros» en una Hispacon. Mi experiencia en ese tipo de eventos es bastante distinta. A lo mejor el problema es que la gente que apuntado eso es que sólo se habla con escritores y editores, no lo sé.

    En mi experiencia en AsturCones, Hispacones y encuentros similares es que hay bastantes personas cuyo interés es simplemente, disfrutar de un género que les gusta. ¿Que no son la gran mayoría? Bueno, no lo tengo tan claro. Creo que, en realidad, sí que lo son.

    Y que, a lo mejor estamos ante un problema de percepción. Si durante tres días todos tus contactos (porque lo lógico será que te muevas mayoritariamente entre gente que ya conoces y con la que hay una confianda) resulta que son escritores, o escriben para webs del género o editan puedes llevarte la impresión -repito, a mi entender bastante distorsionada- de que son todo lo que hay en el evento.

    De hecho, si me pongo a mirar los distintos colectivos de aficionados activos que conozco (gente que, o bien organiza sus propios saraos o acude a todos los que puede) veo que en su mayoría son simples lectores. Lectores «activos», claro (los pasivos se conforman con leer en su casa y no tienen interés por nada más), pero lectores, sin ningunos deseos de ser otra cosa.

  97. Retomando el tema del mainstream y la cruzada – soy testigo – de Kaplan para que el aficionado medio a la cf aprenda a valorar las incursiones de Chabon, Lethem, etcétera, recuerdo que en la de Getafe (la única a la que fui, porque me pillaba cerca) estaba Somoza. Éste, fándom, lo que se dice fándom, no es mucho ¿o sí? Corregidme.

  98. Somoza no es fandom en el sentido de que se le vea por él. Pero lo es, y bastante, en cuanto a sus aficiones.

    De hecho, es un rolero de tres pares de narices. De los que jugaban al rol en los ochenta cuando en España ni se sabía qué era eso.

  99. 1) Siempre se ha hablado de ampliar la oferta a más público con

    a) películas
    b) actividades para colegios
    c) talleres literarios
    d) animación social

    Alfredo-18.10.10-11.05
    –Alfredo ha dado en el clavo. En todo. Se le ha olvidado añadir lo de los carteles anunciando el evento. ¿De verdad ese cartel vende una iniciativa como HispaCón, o una película apócrifa de Ed Wood, algo que han encontrado recientemente? A la gente se la atrae con un buen anzuelo visual.

    2) Y posiblemente también cuando dices “Endogamia”, me temo.
    Santiago Eximeno: 15.10.10-11,45 y 11.47
    –«Endogamia»: fuerte pero ¿acertada palabra? ¿Cómo, qué se hace, para atraer al público e interesarlo, hacerle sentir partícipe? La respuesta tiene cierta complejidad, pero no es un imposible.

    3) certámenes de pequeñas asociaciones sobre literatura de terror que de cualquier actividad de la AEFCFT
    Fran Ontanaya: 14.10.10-10.18
    –Al parecer, la escasa permeabilidad de AEFCFT es uno de los escollos (o lastres) de HispáCón, según llevo años leyendo.

    4) javier dijo: 14.10.2010 a las 10:27 am
    De ahí mi “sentencia”, usada en alguno de los actos en los que participé, y en las “sesudas” conversaciones de cafetería, de que hay mucha gente leyendo, y poca escribiendo.
    –¡Seguro que las respuestas a los problemas se dieron en estos «actos distendidos»!
    –Alineados los problemas y comprendidos en gran medida, ¿por qué no se atajan?

  100. La Comicon de San Diego hace años que ya no tiene nada que ver con los cómics: es el punto de encuentro de los fans de las series de televisión y las películas más o menos de impacto, sean o no de CF o fantasía. Hay quien ha propuesto cambiarle de nombre porque de comics, ya digo, poco.

    Y estamos en las mismas: es una feria de disfraces y de gente que vende su producto.

  101. Ojo: ha dicho es una «feria». No se engañen. No hay manera de que el gran público asista a una *convención*. Los lectores simples, esos que no son grandes fanáticos pero que gustan de la lectura, asisten a *ferias*, cuya estructura y dinámica es distinta a una convención. Las convenciones son para el mundillo que las mueve, no para el público general, y está bien que sea así, pues en algún momento es sano que escritores, editores, ilustradores, críticos y reseñistas, amén de otros participantes del mundo editorial, se pongan en contacto y refresquen ideas. No entiendo por qué la preocupación o el afán de que haya colas y colas de gente de «fuera» interesada en paneles que sólo tratan aspectos interesantes para los de «adentro». ¿Quieren organizar una feria del fantástico? Pues adelante, pero será distinta. Y sí, tendrá eventos pensados para las «masas» -que no necesariamente serán «estúpidos» o «simplones»-, más eventos para los niños -muchos de los cuales son quienes llevan a sus padres a comprar libros o por quienes los padres compran libros- y otras gracejadas. A esas masas les importa poco el estado de la publicación en España. Lo que quieren es ver novedades, que les hablen de libros interesantes, conseguir buenos precios, y que haya eventos divertidos.

  102. @Laura Si la Hispacón es para (semi)profesionales, los actos que tendrían más sentido serían sobre ventas, edición, tecnología, contratos, plataformas, certámenes, etc. Las firmas y presentaciones de libros son para las ferias.

  103. @Fran: Cierto, pero aquí se pretende que en un evento para (semi) profesionales, como es la Hispacon, la gente acuda como si fuese una feria (!).

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