Los incontables comentarios acerca de la idea de literatura prospectiva que ya se han ido desgranando en la red me han hecho darme cuenta de que, quizá, sea aconsejable una reproducción más esquemática de cuál es mi propuesta para parcelar el género, y mis razones.

Intentaré ser lo más esquemático y claro posible. Siempre teniendo presente que estas divisiones son artificiales, que ninguna obra se circunscribe exclusivamente a un solo campo, que en realidad un buen lector degusta todo tipo de libros etcétera.

La literatura no realista puede dividirse entre (1) fantástica pura y…

(2) Literatura fantástica verosímil. Es aquella en la que se emplean recursos argumentales que autor y lector acepten como “no imposibles” en un pacto comunicativo, aunque no existan en la práctica en nuestra realidad.

2.1 Ciencia ficción (o, más apropiadamente, ficción científica). El argumento está basado en extrapolaciones a partir de los conocimientos científicos contemporáneos al momento de la creación de la obra. Pertenecen a esta categoría el hard y la aventura espacial.

2.2 Prospectiva. Los condicionales contrafácticos emplean elementos ya presentes en la realidad o intuibles como desarrollos inmediatos, pero llevados por el autor un  paso más allá con propósitos admonitorios, alegóricos o ejemplarizantes. El pacto de verosimilitud puede reforzarse con elementos científicos, pero no depende de ellos. Pertenecen a esta categoría el ciberpunk, la nueva ola, utopías y distopías, y la práctica totalidad del slipstream.

2.3 Ucronía. Las extrapolaciones se desarrollan a partir de alteraciones, justificadas y razonables, en el curso conocido de la historia. Aquí se incluye también, lógicamente, el steampunk y sus derivados.

En nuestros debates –interminables y sabrosos- acerca de todo esto, Fernando Moreno insiste en que la gran categoría 2, "Literatura fantástica verosímil", debería seguir llamándose “ciencia ficción” siguiendo la tradición aceptada, y pese a la incorrección del término.

Personalmente, preferiría que “ciencia ficción” se reservara para el apartado 2.1, mientras que para el global 2 admito mi simpatía por el clásico “ficción especulativa”: es ambiguo, es rarito, pero resulta descriptivo.

En líneas generales, la ciencia ficción correspondería a historias que sitúen su escenario más de cincuenta años en el futuro; la prospectiva, a las más próximas; y la ucronía, al pasado. Como en cualquier otra subdivisión de este tipo, las fronteras no están claras, y existen fórmulas mixtas. Y obras atípicas: el Sol Nuevo de Gene Wolfe se sitúa miles de años en el futuro, pero bien podría considerarse como literatura prospectiva.

Después están las fórmulas que toman de diversos territorios sin que el autor se atenga a regla alguna: desde el new weird hasta los pastiches pop citados en diversas ocasiones en la web. Todos ellos son planteamientos interesantes, lícitos… pero distintos, y por su propia naturaleza mixta, no pueden entrar en esta taxonomía.

La utilidad de estas subdivisiones es para mí clara:

  • Integrar las obras de slipstream que usan estas temáticas en nuestro apartado de la literatura, de una forma coherente.
  • Recuperar y contextualizar las obras de la tradición utópica o distópica que no tenían buen encaje en la cf: desde Jonathan Swift hasta David Mitchell, pasando por Nevil Shute, Margaret Atwood o Dino Buzzati.
  • Reivindicar obras de la tradición de la cf como antecedentes válidos, y de igual calidad, que esas novelas creadas "fuera del género" que han conseguido reconocimiento. En resumidas cuentas: Thomas M. Disch escribió mejores novelas que las tan cacareadas de Philip Roth o Kazuo Ishiguro, pero se le colgó el cartel de cf. Me permito recordar un detalle trágico pero explicativo: Disch, un genio de la literatura contemporánea, se suicidó el pasado año cuando le iban a desahuciar del piso cuyo alquiler no podía pagar.
  • Liberar a la ciencia ficción de una serie de obras a las que ha acusado repetidamente de “no respetar sus reglas”, pero que obviamente a su vez tampoco son literatura fantástica pura. Puesto que Disch no suele gustar a los lectores de cf, la única posibilidad de que sus obras estén en catálogo y sean apreciadas es que dejen de ser consideradas cf.

 

En cuanto a si esta es una web sólo sobre prospectiva… No. El nombre nos gusta y quizá es el apartado que más nos interesa, pero no el único. Esta es una web acerca de literatura fantástica verosímil: o, en la más simplificadora y tradicional apuesta de Fernando, sobre ciencia ficción.

42 Responses to La división. Las razones

  1. Fernando Ángel dice:

    ¡¡¡¡»Simplificador y tradicional»!!! Ya verás en la próxima partida…
    Como noto que es una búsqueda de respuesta por mi parte, voy a responder al horizonte de expectativas del texto de Julián.
    «Tradicional», quizás. Simplificador, en absoluto, pues responde a otra problemática mucho más compleja: la necesidad de englobar toda la literatura realista bajo un mismo término. No existe en el ámbito académico y en muchos ámbitos editoriales, pues «Literatura fantástica» se emplea para un tipo concreto de literatura. Puede consultarse en el libro de David Roas, en Arco/Libros (Teorías de lo fantástico). Desde mi eterno interés por unir a todo el mundo en una paz universal intento salvar las diferencias. Sé que esto a muchos lectores usuales se la trae floja, pero ese «se la trae floja» es una de las razones por las que no se llega a acuerdos.
    Por ello, llevo ya años empleando el término «Ficción especulativa» para todo lo «No realista» (la clasificación es más compleja y quizás escriba un articulillo para Hélice sobre el asunto, pero baste por ahora). Es el término por el que se optó en «Hélice: Reflexiones críticas sobre ficción especulativa», para el título de la revista y así englobar todo lo «no realista».
    A continuación, intenté plantearme que no era cuestión de cargarme toda un atradición lectora, acto que traería muchos resquemores y rompería con una tradición que podía mantenerse sin problemas englobando el género dentro. Por otra parte, estoe s lo que s eha hehco siempre, porque -recordemos- no es un término global lo que se busca, sino un término para un tipo de literatura en particular: la que se preocupa por inquietudes humanísticas que van más allá de la mera extrapolación científica o del entretenimiento.
    Aquí vuelvo a chocar con Julián en cuanto que no es «admonitoria» más que por casualidad (y esta casualidad no formaría parte del hecho literario, sino de algo extraliterario, además); no es alegórica, pues una alegoría es algo muy, muy diferente, por mucho que se use coloquialmente para hablar de… Nunca lo he entendido muy bien coloquialmente, pero creo que se refiere a algo así como «simbólico». Y cuanto más ejemplarizante, menos literario y profundo, a mi juicio. ¿Es ejemplarizante La mano izquierda de la oscuridad? Bueno… No creo que sea su característica principal. Ejemplificar con la literatura me parece algo bastante decimonónico y poco realista. ¿Sacamos enseñanzas? Pues quizás sí… Quizás no… De nuevo, nos movemos aquí en la intención del autor o del lector para clasificar un género, y como ninguna de las dos es mensurable no se suele acudir ya a ellas. Prefiero acudir a la intención del texto y el texto ni es ejemplarizante ni deja de serlo. Aunque sí es cierto que toca cuestiones humanísticas o no las toca.
    Nada de esto choca con las utilidades descritas por Julián, excepto la última, que me parece la menos fundamental, pues Disch se salva también con otra taxonomía.
    Por otra parte, para ahondar en lo de la simplificación y ahora no es sobre la taxonomía de Julián, sino sobre la necesidad de un término diferente en algún sitio… No quiero meterme mucho en ello porque quiero sacar el artículo en cuanto pueda y no quiero comentarlo antes (cosas de los puntos para los curros), pero me limito a señalar que todo de trata de maneras de enfocar el pacto de ficción y que el texto conlleva un proceso de lo que se denomina: «Semantización», es decir, la manera en que el lector va aceptando el pacto de ficción a partir de conideraciones que reconoce como propias en choque con otras que reconoce como ajenas. Esto funciona así en toda la literatura. Sin embargo, los elementos que producen la semantización son extraordinariamente parecidos en «hard», «space opera», «Prospectiva» (la entendamos desde donde la entendamos), «ciberpunk»… Todo lo que es la cf. Es decir, se vuelve enormemente necesario un témrino para «fantástica verosímil pura». Pero no existe. Habría que buscar uno, porque «fantástica verosímil pura» es largo, inoperativo, ambiguo e irreal, pues «fantástica» no se corresponde con el mundo académico, pero es que además se confunde con la otra fantástica. No veo ni de lejos que nadie vaya a poner adjetivos tras el término: «Fantástica» para diferenciarlas. Es hora de decantarse por algo. Ya hay algo: cf.
    «verosímil»… Está más que discutido en listas de correo, en Xatafi, en la universidad y en otros muchos ámbitos: la literatura debe ser «verosimil». «Verosímil» es inexacto e inapropiado para sustituir como término a la cf. Para eso me quedo con la de Merrill: «Literatura de la imaginación disciplinada». Es igual de poco operativa, inexacta y ambigua, pero más bonita. «Pura» para la otra tiene connotaciones que vuelven un tanto… ¿curiosos? a la «impura».
    Por otra parte, tengo un libro entero, cerrado, de 400 páginas (tras doce años de curro), donde explico todo esto con detalle parándome en cada elemento literario. Lamento de verdad que no haya salido aún, pero ¿qué más quisiera yo? Esto no pretende autrizar mi postura, por supuesto que no, pero sí dar a entender que se trata de un problema complejísimo, con ramificaciones mucho más profundas cuando uno se pone muy en serio con ello y que aquí debo resumir antes de irme corriendo, que se me ha pasado el tiempo libre de la mañana. Resumiendo: para una mayor profundidad, explicación y ejemplificación… Próximamente en su librería habitual (esperemos).

  2. Fernando Ángel dice:

    Puntualizaciones rápidas a mi propio texto, escrito muy rápido: al principio digo: «literatura realista» en vez de «literatura no realista».
    Lo de «entretenimiento» exige una reflexión más pausada. Evidentemente parece que la literatura prospectiva no es entretenida o que lo entretenido es malo. Jamás defenderé eso. Por ahora, lo cambiaré por: falta de rofundización en cuestiones culturales, lo cual puede ser muy difícil y puede dar, y da, magníficas obras.
    Por resumir: ¿por qué no dejamos el término «fantástico» para lo que entendemos normalmente para la literatura fantástica (no cf) y englobamos toda la literatura no realista como «especulativa» o de otra manera? Ahorraría problemas incluso a la hora de hablar, donde siempre chocamos con eso de «es fantástica, pero no me refiero ahora a la fantástica, sino, ya sabes, a la que no es fantástica fantástica, fantástica pura, vamos»?

  3. Julian dice:

    Puff, estoy muy en desacuerdo en varias cosas.

    -«Admonitorias por casualidad»… ¿En serio piensas que «La carretera» o «Campo de concentración» son admonitorias por casualidad?

    -En cuanto a que no entiendes a que me refiero con «alegórico», chico… Copio de la definición de «alegoría» de la RAE: «1. f. Ficción en virtud de la cual algo representa o significa otra cosa diferente.» Es decir, como en Los viajes de Gulliver o en Campo de concentración, de nuevo.

    -Ya puestos con el diccionario, veremos que «especulativo» no tiene en ningún momento en castellano el sentido que le pretendemos aplicar.

    -Si «fantástica» no te sirve, pues entonces es mucho mejor emplear «no realista», y santas pascuas.

    -Y me entristece que consideres que ejemplificar con la literatura es algo decimonónico… sigo pensando yo, en cambio, que la poesía es un arma cargada de futuro. Y la literatura prospectiva, también. En particular en esta era en la que el pensamiento único anda empeñado en el taponamiento de cualquier alternativa. Por eso resulta especialmente pertinente, frente a la irrelevancia de la cf actualmente dominante.

  4. Fernando Ángel dice:

    – Creo que no entendemos lo mismo por «admonitorias». Lo busco en el diccionario en cuanto me quite de en medio un trabajo de quince días para un chico que expulsamos.

    – «Alegoría»: efectivamente. Se emplea para textos que suponen una representación simbólica directa de una realidad. por ejemplo, en la Divina Comedia hay una relación directa de cada signo con una realidad, desde una denotación directa. Por eso Umberto Eco (y yo estoy de acuerdo) afirma: La ciencia ficción no es metafórica» y, por ende, alegórica. De nuevo, olvidemos la persona que lo afirma y vamos a la idea: la literatura, en mi opinión y de en la de otros muchos, no mantiene una relación directa entre referente denotado y texto. Excepto en las alegorías (Divina comedia, Cárcel de amor…), la literatura no representa nada, sino que crea una realidad diferente que se mueve por sus propias reglas y cuyas conclusiones se encuentran su potencialidad, no en su referencialidad, pues esta no existe como la entendemos. Es decir, cuando yo digo: «Napoleón» no representa al Napoleón real, sino que es un elemento para crear connotaciones y que participa de ciertos aspectos del Napoleón real. La literatura no es representativa; en literatura no es cierto lo del triángulo de Saussure: Referente-Significante-Significado. En realidad, no es cierto ni en cuestiones del lenguaje, pero esa es otra discusión.
    Y esa es la grandeza de la cf (o de la prospectiva o de la ucronía, si queremos), que emplea la realidad como materia prima, pero mantiene unas reglas propias diferentes de ella. Por eso hay tanta discusión sobre las interpretaciones. La interpretación de las alegorías está más cerrada, en este sentido, aunque como es evidente tiene el problema de otro modo, mientras que las de una novela no alegórica tiene la interpretación abierta. Los viajes de Gulliver y Campo de concentración no se diferencian de Madame Bovary en que sean o no alegóricas, porque no lo son más que Madame Bovary (en este sentido, incluso Madame Bovary sería más alegórica que los dos ejemplos). Se diferencia en el tipo de exigencia que el texto precisa para que el lector construya su pacto de ficción.
    – Lo de «Especulativo» es cierto; por eso, no estaría de más buscar otro término. Sin embargo, los problemas de «No realista» se ven en su práctica: «Hélice: Reflexiones críticas sobre ficción no realista». En primer lugar, crea un problema con el «Realismo» como movimiento literario. por otro, definimos un género por lo que no es. Hmmm… Me molaría más hablar de «géneros fantásticos», ya ves, y «géneros no fantásticos», sólo por joder. Puestos a priorizar… No me gusta que esta literatura sea la que no es la otra; aunque el sistema lógico de oposiciones lo permita, está claro que una queda priorizada.
    – Respecto a lo de «decimonónico», te voy a entristecer aún más. Considero que en su primer nivel, como digo siempre en la primera clase, «La literatura no vale para nada». Leemos por el mero placer de hacerlo. La utilidad social, cultural, filosófica… deviene de las conclusiones que sacamos y de las aplicaciones que pretendemos darle a posteriori. Por eso no considero mejor una literatura prospectiva que una space opera, más que en virtud de su funcionamiento (y, aún así, el término «mejor» tendría tantos matices…), no por lo que se saque de ellas. Otra cosa es que la Prospectiva tenga un segundo nivel, un tercero… de aplicación. La literatura con moraleja me aburre soberanamente. Por ejemplo, las teorías marxistas de la literatura van por ahí (LUkacs y compañía) y son tan reduccionistas… Su explicitud, su referencialidad, sus apologías… Me parecen casi dictatoriales. En efecto, todo autor transmite unas inquietudes a su obra, hay obras cuya argamasa son inquietudes filosóficas, culturales, hay obras sobre las que podemos sacar conclusiones… Pero considero que todo eso es algo que podemos extraer.

    De todos modos, se confirma que tenemos conceptos diferentes de «Literatura», ¿no?

    A ver si miro lo de «admonitoria»…

  5. Fernando Ángel dice:

    admonitorio, ria.

    1. adj. Que amonesta, aconseja o exhorta.

    Remito a mi comentario sobre la utilidad de la literatura.

  6. César dice:

    Amigo Julián: la taxonomía que propones está muy bien como sistema de análisis literario, pero difícilmente servirá para defiir al género. La gente (incluyo a los editores y los autores) seguirá llamando ciencia ficción a lo que les parezca que es ciencia ficción y sus razónes tendrán más que ver con la temática, la estética y la jerga que con los mecanismos internos del relato. Desgraciada o afortunadamente, el lenguaje (lo que incluye a la semántica) se crea de abajo arriba, no es aristocrático, así que las cosas son lo que decide el uso mayoritario.

    Toda clasificación en forma de géneros es artificial y en su seno habrá siempre enormes zonas de indefinición; zonas que se harán más grandes y nebulosas cuanto más intentes afinar. Personalmente, me limito a dividir el fantástico en dos grandes categorías: fantasía sobrenatural y fantasía racionalista (o verosimil, según tus palabras). Intentar hilar más fino no suele conducir a ninguna parte, porque las ficciones casi siempre son híbridas.

    Pero eso da igual. Sólo pretendía señalar que es imposible cambiarle el nombre a algo que ya está establecido. La gente seguirá llamando ciencia ficción a lo que suene a ciencia ficción, y no llamará literatura prospectiva ni especulativa a nada, porque esas denominaciones no forman parte del lenguaje común. En publicidad es notorio que no hay tarea más improductiva que intentar ir en contra de los usos y costumbres.

  7. Fernando Ángel dice:

    «En publicidad es notorio que no hay tarea más improductiva que intentar ir en contra de los usos y costumbres.»

    En publicidad, es posible. Y, de todos modos, los «publicistas» de la literatura no hacen más que variar sus términos con tal de no llamarlo «ciencia ficción». Es decir, no hay nada fijado. Ahora les damos un término fijo.

    Además ya hay personas que emplean el término y se está extendiendo, muy muy poquito a poquito, pero es que no puede ser rápido. El lenguaje común se crea. No vendemos un producto; nombramos algo que no tiene nombre. Al menos, si consideramos la prospectiva como un subgénero aún no nombrado de la cf.

    Y (hablando de realidades del lenguaje común y de usos y costumbres) todo el mundo hila más fino cuando emplea los términos: hard, space opera, cyberpunk, steam punk, ucronía, novela de robots, novela de mutantes, espada y brujería, gótico, gore, literatura maravillosa (académicamente), realismo mágico… Entiendo que los escritores prefieran romper y fundir, pero el resto de las personas etiquetan, porque eso se llama: «lenguaje» y sin nombrar no es posible hablar.

    Para la idea de que no existen los géneros o que no tienen ninguna utilidad, remito a la discusión en «El follonero» y, por supuesto, a todos los autores allí citados. Es por no repetir…

    Por cierto, saludos de las palatales serbocroatas.

  8. Naruto dice:

    Coincidiendo plenamene con César, en que la CF TAMBIEN tiene un sentido de mercado editorial, la taxonomía de Julián me parece la mar de limpia y correcta. Permita acabar con el debate hard-soft y es un nombre molón: «prospectiva». Ahora bien, entiendo que Fernando (y Julián) llevan razón en evitarnos el término «literatura fantátsica» por «no realista», Y santas pascuas. Es fácil de definir y ahora marrones.

  9. Julian dice:

    Lo que decís César y Naruto es totalmente cierto, pero…

    la cuestión es que ahora tenemos algo que, de hecho, no tiene nombre. Si Ishiguro rechaza «ciencia ficción» para su obra, ¿qué es?

    Además, me permito recordar la forma en que las editoriales eluden «ciencia ficción» en su información. No voy a remitirme a la contraportada clásica de Quizá nos lleve el viento al infinito de Gonzalo Torrente Ballester -una antología del disparate-, sino directamente a las colecciones especializadas.

    ¿Dónde está el término «ciencia ficción» en Minotauro, Solaris, Bibliópolis o Gigamesh?

    Si incluso quienes hacen negocio con ella reniegan de la cf…

  10. Knut dice:

    Joer, qué interesante!

    A mi estas discusiones me encantan, ademas de ser preciosas, son algo necesario de cara a afrontar un análisis de todo esto. Más que una definición en términos de criterio de demarcabilidad veo necesaria una estructura metodológica que facilite el análisis. Es cierto que buena parte de todo esto lo configura un mercado, en muchos sentidos (¿no es lo que intenta a su manera Minotauro actualmente?), pero tampoco todo y a fin de cuentas tenemos ya una historia detrás.

    Como soy un lego absoluto en esto no puedo menos que confesar mi ignorancia en temas de análisis literario. Por eso seguramente diga en lo que sigue muchas tonterías, si no es molestia os ruego que las perdoneis y si no es molestia que se corrija.

    Hay algunos aspectos del punto 1 y 2 que no logro entender correctamente, de hecho creo que mis problemas vienen incluso un poco antes.

    Esa distinción entre literatura realista y lo «otro» no acabo de entenderla claramente, ¿Qué se entiende por literatura realista? Me acuerdo ahora de Zola y el naturalismo, que imagino debe ser un ejemplo perfecto de literaura realista. En todo caso como me parece que un realismo entendido como «correspondencia» parece demasiado ingenuo presupongo que literatura realista es toda aquella en la que su discurso narrativo está enfocado a representar la realidad sin zarandajas, o más finamente, aque alude «directamente» a lo real. Digo esto porque si me pongo a introducir términos de probabilidad, plausabilidad, facticidad y afines la cosa se complica en exceso, ¿no?

    Digo esto porque de seguido se introduce un término que me resulta aún más dificil de concretar: verosimilitud. ¿Donde comienza y termina lo verosímil? Es que me parece muy difuso el asumir que lo verosimil es aceptar recursos «no imposibles»

    ¿Es que no toda la literatura busca verosimilitud, incluso la fantástica «pura»? IHasta la fantasía de corte más mítico por decirlo groseramente necesita el presentarse con cierta verisimilitud. Así bote pronto no se me ocurre un ejemplo en el que esta exigencia sea mínima, salvo quizás la literatura infantil para niños muy pequeños.

    Recuerdo que en las clases de filosofía del lenguaje se hablaba de que en toda comunicación lingüistica existe una distinción semántica entre tema y rema. El tema es el aspecto comunicativo que tienen en común emisor y receptor, lo que ambos asumen de suyo como «conocido», mientras que el rema es lo que se aporta de novedad. En la pregunta ¿A qué hora salimos hoy? hay un conocimiento previo «el que saldremos» común mientras que se pide un rema, una novedad, la hora. Digo esto porque me parece que siempre algo del «realismo» y la «verosimilitud» forma parte del tema común de toda literatura. Quizás lo que ocurra es que en estos géneros nuestros el rema adquiera una cierta especificidad con respecto a otras literaturas.

    El Señor de los Anillos es cierto que presenta un universo que sabemos no existe, ni es plausible, pero funciona como un conjunto verosímil, de hecho abunda tanto en el detallismo precisamente porque así da entidad de verosimilitud a lo que narra. La distinción entre fantasía pura y verosímil me parece por tanto que pone el acento en el lector en exceso, en lo que este sea capaz de dejar pasar por su umbral de credulidad, porque tengo la fuerte impresión de que mas que veerosimilitud se habla de credulidad, de ese pacto entre autor y lector.

    Lo demás me gusta y lo acepto con matices. La ciencia ficción tiene un buen número de elementos justificativos tomado de las ciencias del momento, no lo niego, pero como he leído a Instanton en muchas ocasiones yo también creo que en su seno hay mucho de pseudociencia, macguferismo y afines.

    Me encanta lo de prospectivo, yo hasta ahora lo tenía basicamente como sinónimo de especulativo, pero entendido esto último más tecnicamente, no literalmente como hacer de espéculo, vamos como «especulación filosófica», como extrapolar consecuencias de ciertas ideas. Me gusta mucho más cómo lo define Julian. Me lo copio!

    Salud!

  11. egan dice:

    La definición de prospectiva que se da es la que podría dar cuenta, por ejemplo, de las especulaciones desasosegantes más clásicas entre lo que se encuadra editorialmente como cifi, como serían las cosas que escribe Ballard. El problema que tiene esto que una buena parte de los posibles lectores no tan avezados no captará necesariamente que esto sea un género aparte, no acabará de pillar su especificidad, su ruptura especulativa con la realidad y quizá no entraría del todo en las reflexiones o en la propuesta del autor.

    Esto sucedería porque estos relatos, al carecer de elementos clásicos de la evasión, como en los Space Opera, corren el peligro de ser tomadas por simple literatuta rarita. Quien está acostumbrado a comprar a Ballard, por seguir con el ejemplo, en una colección de cifi y a clasificarlo como un autor de este género, estará más predispuesto a sumergirse y apreciar la extrañeza de ese mundo alienado de automóviles y accidentes que retrata en «Crash», título llevado al cine. Sobre todo porque ya tiene práctica en buscar lo extraño y lo «alienígena», ejem.

    ¿Es quizá un favor «intelectual» en el fondo lo que se les hace a estos autores al editarlos como CF y señalar claramente : «atención, rareza especulativa» y no tanto una marginación en un gheto como se ha dicho otras veces por ahí? Eso sí, por otro lado quizá pierdan ventas…

  12. Óscar Casado dice:

    Nuestra maldita manía de simplificar clasificando todo… Por otra parte, manía imperiosa e inexorable.

  13. CP2 dice:

    Algunas propuestas:

    Narrativa introspectiva.
    Narrativa atolondrada.

    Ficción seria.
    Ficción de coña.

    Fantasía veraz.
    Fantasía inverosímil.

    Ciencia en la ficción.
    Ficción en la ciencia.

    Porno ciencia.
    Ciencia micción.

    En parte estoy con Julián. Pero me resisto a no llamar ciencia ficción a la ciencia ficción. Al fin y al cabo la buena distinción que hay que hacer es entre ciencia ficción buena y ciencia ficción mala. Con el tiempo y una(s) caña(s) tal vez se dé un vuelco y se cambie la denominación de los géneros. Me imagino que debe ser algo parecido a intentar cambiar el nombre del Football para un norteamericano. Que llame football al soccer y rugby al football. Podría pasar, pero el rechazo inicial es natural. Literatura prospectiva suena bien, pero tiene un tufillo «literario», que supongo está pensado para espantar espantajos.

  14. […] del término recientemente (ver los textos de Julián Díez publicados en la revista Hélice o en el portal Prospectiva). Me fascina el ardor guerrero que sigue […]

  15. Kaplan dice:

    Eso es una respuesta, sí señor.

  16. Julián Díez dice:

    Se me hace muy difícil mantener una polémica en la que se me contesta no a lo que he escrito, sino a lo que se piensa que he escrito después de leer exclusivamente el titular…

  17. Kaplan dice:

    Por eso. Además, para qué entrar a debatir diréctamente, por qué dignarse a entrar en esa página cuando puedo convertirlo en el centro de una intervención en público o en el prólogo de un libro. Barceló siempre a lo grande.

  18. Fernando Ángel dice:

    Gracias por no leer Prospectiva, señor Barceló.

  19. Rudy dice:

    ¿No estamos perdiendo el norte?

    ¿O acaso el término prospectiva es un invento vuestro y os pertenece?

    La prospectiva (en ocasiones llamada también «futurología», aunque no tiene nada que ver con magufadas, supongo que por eso este segundo término se usa menos, para evitar confusions) es una disciplina que existe desde hace un montón de tiempo y que estuvo bastante de moda en los años 70. Y es una disciplina que se dedica a tratar de prever (y en ocasiones de prevenir) como podría ser el futuro, utilizando herramientas auxiliares científicas. Por poner un ejemplo, el libro «Perfiles del futuro» de Arthur C. Clarke es un ejemplo claro de ensayo prospectivo en ese sentido.

    Y, por lo poco que he podido ver (básicamente la foto del fotolog y el comentario de abajo), lo único que estaba diciendo Miquel Barceló en su conferencia es que la ciencia ficción no tiene (o no tiene por qué tener) intenciones prospectivas. Eso es todo, me parece a mí. Aunque acepto que puede que me falte información.

    De ahí a sacar las cosas de quicio, darse por aludido y empezar a sentirse víctima de una conspiración… bueno, cada uno es tan paranoico como le place, obviamente.

  20. Joserra dice:

    Yo en este caso, estoy con Rudy. Ya sé que la wikipedia no es el Santo Grial del conocimiento, pero su definición de prospectiva es «la ciencia que estudia el futuro». (http://es.wikipedia.org/wiki/Prospectiva).

  21. Mariano Villarreal dice:

    Exacto, Rudy. Y es más: recuerdo haber escuchado a Barceló en conferencias de HispaCones hablar de esta distinción en esos mismos términos, mucho antes de que esta web naciera. Lo que Miquel Barceló pueda pensar, o no, de esta web sólo Miquel lo sabe, pero a mi me parece bastante claro a qué se refiere en la foto de su presentación.

  22. Julián Díez dice:

    No, pues claro que no es «patrimonio nuestro» o algo así, eso es absurdo.

    La definición de prospectiva es efectivamente la misma empleada para crear la etiqueta «literatura prospectiva» a partir de ahí.

    Yo jamás he escuchado a Miquel hablar de prospectiva, lo siento, no digo que no, sólo que yo no le he escuchado. Jamás.

    Sí, en cambio, he asistido a numerosas exposiciones suyas -y prólogos, y artículos- respondiendo superficialmente a propuestas que no había leído o entendido.

    A partir de ahí, si he extrapolado en exceso, pues oye, me habré equivocado.

  23. Fernando Ángel dice:

    Yo tampoco tengo ningún conocimiento y también he hablado un poco paranoicamente. Es cierto. Mil disculpas.

  24. Rudy dice:

    Es cierto que sí que he oído (y creo recordar que leído) a Miquel Barceló hablar de «prospectiva» (o de futurología, que creo que es el término americano, por contraposición al otro, que es el europeo) en los términos que mencionaba antes.

    Pero, en cualquier caso, basta echarle un vistazo a la proyección que hay detrás de él en la foto, donde se ve lo que es claramente un guión de su charla/conferencia/seminario o lo que sea, para darte cuenta de por dónde van los tiros.

    De hecho, el encabezamiento «futurología y prospectiva» me parece bastante claro y revelador de por dónde va la charla. Charla a la que, por otro lado, no he asistido, pero visto el resumen de materias tratadas, me da que va por donde creo.

    Creo recordar que Domingo Santos, en su prólogo a la «Antología de la ciencia ficción no euclidiana /2» (o «Llorad por vuestro futuro») editada por Acervo hace ya una buena pila de años, Santos hablaba de todo este tema. Quizá los más viejos del lugar lo recuerden.

  25. Kaplan dice:

    Pues yo no puedo evitar, leyendo esa diapositiva, interpretarlo como una alusión directa a esta página, ese NO en mayúsculas, la pertinencia misma de dedicar en estos momentos una conferencia a ese tema en concreto bajo (lógicamente) ese epígrafe. Quiero decir, se le invita dar una conferencia sobre cf, en la que supongo que es él quien decide el tema concreto, y decide hacerlo sobre que la cf NO es prospectiva (cosa con la que por otra parte estoy de acuerdo). Vale que esta página no tiene el copyright de la palabreja, ni la ha inventado, pero yo encuentro indicios de que esta gran casualidad no es tal cosa. Por lo demás, está en su derecho de responder como le plazca, sólo señalaba lo identificable que es el método elegido.

  26. Julián Díez dice:

    Yo también estoy de acuerdo en que la literatura prospectiva no es prospectiva. Al igual que la ciencia ficción no es ciencia.

    Ambas trabajan con argumentos que se desarrollan en entornos no reales, pero verosímiles.

    La mayor parte de los escritores «no de cf» que están escribiendo historias en ese tipo de entornos tienen un propósito digamos aleccionador, digamos de extrapolación directa de nuestra sociedad.

    Ese tipo de intenciones y temas han sido abandonados por la cf desde hace treinta años. No se escribe cf sobre esas cosas. Nada. Cero.

    Además, gente como Saramago, Atwood o Roth, que con perdón de los presentes me parece que son gente con un peso como para pensar que puedan llevar razón, dicen que no han escrito cf.

    Como tampoco las obras que citamos son literatura realista, serán otra cosa.

    Mi propuesta ha sido llamar a esa otra cosa «literatura prospectiva», y encajar en ella también la parte de la cf de hace más de 30 años que mantenía ese tipo de propósitos -tipo Ballard o Disch- . Que, por cierto, Miquel Barceló explica en su Guía extensamente que en realidad no son cf, con lo que supongo que estará de acuerdo conmigo en que son «otra cosa».

    Con lo que yo no entiendo muy bien tanta resistencia a aceptar que no es cf lo que alguien de dentro como Barceló dice que no es cf, gente con premios Nobel dice que no es cf, no se vende en las estanterías de cf, y la cf no usa.

    Literatura prospectiva es por tanto sólo una propuesta de solución a algo en lo que parece todo el mundo estar de acuerdo. Otra cosa es que guste o no el término; acepto otro mejor, sin problemas.

  27. Rudy dice:

    Bueno, Kaplan, sinceramente creo que estás cazando fantasmas. Aunque, claro, puedo estar equivocado.

    Por mi parte, desconozco en qué condiciones y circunstancias se invita a Barceló a dar una conferencia, dentro de qué marco y bajo qué directrices. Pero incluso siendo como pareces creer, que el tema es de su elección, teniendo en cuenta que es un discurso que ya le he oído hace bastante tiempo (no tengo el libro a mano para comprobarlo, pero juraría que habla de esos temas en el prólogo de la Guía de Lectura) y con cierta frecuencia -recuerdo alguna HispaCon donde habló del error habitual del profano de considerar que la CF se dedica a predecir el futuro-, no veo nada sospechoso en que hable de la no prospectividad de la ciencia ficción.

    Como ha dicho Mariano, lo que hay en la mente de Miquel Barceló, lo sabrá él. Con los datos que tengo en la mano su conferencia o lo que sea sobre «futurología y prospectiva» no tiene nada que ver con el sentido que se le ha venido dando al término en esta web o en las páginas de Hélice.

    Que en su mente, el hablar de un tema diametralmente opuesto (y que sólo comparte el nombre con el asunto de dividir una parte de la ciencia ficción del resto y catalogarla como «literatura prospectiva») sea una retorcida, astuta y artera forma de posicionarse o responder o atacar o lo que sea… bueno, no digo que sea imposible. Pero, con los indicios que hay, no parecen ir por ahí los tiros.

    En cualquier caso (y a lo mejor a alguno hasta le hace gracia que sea precisamente yo quien diga esto) y antes de saltar del asiento y empezar a ver ataques por aquí y por allá -y, tal vez, sentirse de ese modo un poco importante: ¡tengo enemigos!- quizá sería buena cosa, de vez en cuando, relajarse un poco, tomárselo con calma, ver lo que hay en la imagen realmente y no lo que se quiere ver y poner las cosas a su altura justa.

    Los hechos desnudos son que Miquel Barceló ha impartido una charla sobre un tema que no tiene nada que ver con la, llamémosla así, orientación ideológica de esta página; un tema que, de hecho, ni siquiera contradice o niega esa orientación. Y lo ha hecho usando un término que está por ahí en boga desde, al menos, los años setenta y usándolo con ese significado.

    A partir de ahí, cada cualque saque las conclusiones que prefiera o lo vengan mejor, por supuesto.

  28. Julián Díez dice:

    A mí la explicación que da Rudy me parece la más probable, sin duda.

    Pero como hablamos de la persona que se dedica a salpicar prólogos de libros con mensajes subrepticios, algunos tan retorcidos como el reciente de calificar «Snow Crash» de novela juvenil, pues es lógico que el gatillo que dispara las malinterpretaciones esté muy blandito.

  29. cp1 dice:

    ¿Quién es Miquel Barceló? ¿El pintor?

    Me he perdido.

  30. Rudy dice:

    Bueno, como dijo Freud (o debería haberlo dicho): «A veces una bicicleta sólo es una bicicleta».

    En cuanto a lo de Snowcrash… sólo conozco el asunto de oídas y no he leído el texto de Barcelo, así que carezco de contexto para situar el asunto, pero ¿estamos seguros de que al decir «novela juvenil» no se estaría refiriendo a que era una «novela de juventud» en contraposición a las actuales, que serían «de madurez»?

  31. cp1 dice:

    Las novelas juveniles también molan. ;-)

    Little Brother, de Cory Doctorow, por ejemplo.

    No es que sea la host%$&, pero se la regalaría a mis sobrinos si estuviera traducida. Hay que ser un poco ‘nerd’ para disfrutrarla, y eso, pero en estos días en que lo prospectivo se vislumbra segundo a segundo en mensajes de 140 caracteres, encuentro que es una novela más que interesante, amena y pertinente para esos jovenzuelos atolodrados de ayer, de hoy y de pasado mañana. Y hasta la puedes leer en el Iphone.

    También podríamos hablar de Heinlein. Pero esa ya es otra vaina.

  32. Joserra dice:

    No, Rudy. «Orientada quizá a un público más juvenil», dice en el prólogo de Anatema creo que casi textualmente al referirse a Snow Crash. No lo tengo delante pero cuando lo leí me hizo bastante gracia.

  33. Rudy dice:

    Ok, como dije, hablaba de oídas.

  34. Kaplan dice:

    Por supuesto, se trata de una intuición propia, que como tal, proviene de sumar lo que a mí me parecen indicios presentes en esa fotografía y la manera de proceder habitual de Barceló. Leo ahora que el título de la conferencia fue «De Moebius a Flash Gordon: matemáticas en la ciencia ficción», y que la parte que vemos en la foto parece ilustrar un capítulo en el que Barceló explica las diferencias entre cf y prospectiva, haciendo hincapié en que no son lo mismo. Bien, pienso que se trata entonces de una simple puesta en escena de su opinión sobre el asunto aprovechandose de la coyuntura. ¿Casual o motivada por la aparición de esta web, que en poco tiempo parece haber adquirido cierta importancia, y cuyo principal teórico es uno de los mayores entendidos en el género en este país y por tanto foco de atención? No resulta tan procaz, pero para mí el origen de su inclusión queda claro. Es decir, que reconozco mi equivocación, pero sólo en parte. Si quieres, es una respuesta menos directa de lo que me pareció en un principio, pero una respuesta.
    En todo caso, quiero aclarar algo especialmente. Lo de los enemigos y la importancia no procede, porque ideológicamente no he contribuido en nada con esta página. De hecho, ni siquiera he escrito aún un solo artículo o reseña para ella, sólo un minicuento, así que para mí tanto Barceló como Prospectiva son causas ajenas. Hago el comentario, personal e intransferible, desde el desinteresado punto de vista de un aficionado.
    Lo que es indiscutible, y esto ya a nivel anecdótico, es que a Míquel, de no haber sido algo voluntario, cosa de la que dudo, y como persona interesada en la ciencia ficción y que sabe a estas alturas lo que es Prospectiva, le habrá hecho mucha gracia. A mí me la haría.
    Por otra parte, y para acabar, que diga que, al igual que Barceló, no creo que la cf sea prospectiva, no quiere decir que no haya leído los artículos de esta web o ignore el ideario que hay tras ella. Ya sé que son asuntos diferentes, aunque como ya sabéis, tampoco comulgo mucho con esa visión de las cosas.

  35. Rudy dice:

    «Lo de los enemigos y la importancia no procede».

    Ni de lejos pensaba en ti cuando mencioné ese tema. De hecho, más que pensar en nadie en concreto pensaba en ciertas actitudes que he ido viendo por aquí y por allá a lo largo de los años y en distintos sitios. Pero, vamos, no pretendía personalizar en nadie, ni mucho menos en ti.

  36. Fernando Ángel dice:

    Entonces, Rudy, ya que no había que personalizar en nada ni en nadie y que no pensabas «ni mucho menos en Kaplan», que es uno de los que más caña han metido con esto (con lo que se contradiría una teoría conspiranoide)… Y viendo además que era un error -creo- no muy difícil de tener, que se han dado inmediatas disculpas y rectificaciones, considero que pueden irse dejando esas «ciertas actitudes que he ido viendo por aquí y por allá a lo largo de los años y en distintos sitios» y que todos hemos visto.
    Por aquí, te aseguro que solo se obtendrán ganas de charlar a quien se acerque a charlar sanamente, como habrás visto y verá quien se acerque a la tertulia de Xatafi. Como comentábamos ayer Kaplan y yo, fuera de lo virtual, da la sensación de que estamos entrando de nuevo en un buen momento de relaciones entre todos los aficionados a estas lides. Nacho, ¿para cuándo una Septentrión? (Aunque solo sea para que te preguntes cómo ha derivado todo esto en que debes montar una Septentrión.)

  37. Rudy dice:

    Totalmente de acuerdo en lo que comentas de la Septentrión.

    En cuanto a lo otro, bien, como siempre hablar a través de un teclado y unas palabras en el monitor tiene el problema de que tiras a la papelera el 90% del contexto (todo el lenguaje gestual desaparece, para empezar), así que pido disculpas si en algún momento he podido parecer demasiado agresivo, cosa que seguro que no habría pasado de haber estado hablando con una mesa y unas birras de por medio.

  38. Fernando Ángel dice:

    Pues retomo la tradición de que hablar a través del teclado, como sabemos, distorsiona, porque no me has parecido agresivo en ningún momento. En realidad, intentaba darte la razón, al mismo tiempo que explicaba que no había existido voluntad conspiranoide. De todo ello, me quedo con que, para este tipo de charlas, han faltado birras últimamente… O de esas cosas con colores raros y burbujas muy gordas que bebéis algunos.

  39. Kaplan dice:

    Fer lo sabe porque he sido u poco pesado repitiéndoselo, pero el intercambio internetero se presta a enfrentamientos de procedencia errónea. No me gusta llamarlos malentendidos, porque no lo son. En realidad la gente se dice lo que se dice, pero esa falta de contexto que mencionáis conduce a impresiones falsas, que delante de un vaso o un plato se desechan con un simple levantiento de cejas o con media sonrisa. A mí me encanta discutir, pero parece que últimamente el término sólo es tenido en cuenta en su significado negativo.
    Y sumadme al grupo «Nacho, queremos otra Septentrión».

  40. Nacho dice:

    No tengo mucho que decir sobre el tema. Como «autor» de que haya aparecido aquí la imagen descontextualizada sólo puedo pedir disculpas a Miquel Barceló (el director de la colección Nova Ciencia Ficción de Ediciones B) y a todos a los que haya confundido con ella. No por ello dejo de pensar lo que bien ha explicado Kaplan: dicha diapositiva es una respuesta a esta discusión sobre ciencia ficción y prospectiva (y en la que servidor cada vez está más cerca de los postulados defendidos por Julián Díez en sus artículos). Personalmente me hacía gracia como pieza adicional de ese juego en el que participa Barceló desde sus prólogos (y antes aquella columna que tenía en BEM)

    Lo de la Septentrión… hace unos meses Carmen Pila y un servidor presentamos una comunicación ante el Ayuntamiento de Santander y la Fundación Santander 2016 exponiendo un programa en siete años para realizar, hasta entonces, una serie de congresos/convenciones en Santander con el fantástico como foco central. Había un hilo conductor, un esquema de programa, una propuesta económica… El objetivo era ir un poco más allá que la otra vez y evitar que los autores invitados tuviesen que sufragarse el coste de su presencia, pagando viajes, estancias en hoteles y comidas durante su estancia en Santander. Fuimos muy bien recibidos pero no hemos tenido noticias desde entonces. Supongo que en algún momento volveremos a hacer algo pero somos un tanto reticentes a «abusar» de nuevo de los invitados como hicimos la otra vez. Eso sí, seréis los primeros en tener noticias nuestras ;)

  41. Marc R. Soto dice:

    Bueno, aunque soy parte interesada en esto de la «Septentrión» (jajá), ¿no podriamos decir que la «cena de Navidad de la TerSa» se ha convertido en la Septentrión, si no de nombre, sí de facto? Presentaciones de libros (la última, «El adepto de la reina», de Rodolfo Martínez) y, sobre todo, la maravillosa gastronomía cántabra. Ah, ese cocido montañés, ese orujo, ese chuletón… :)

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