Lecturas recomendadas para los acampados del 15-M

Hace años, antes de que se adocenara, la ciencia ficción era el género que hablaba de lo que realmente podía pasar en el futuro. Por ello, buena parte de sus autores se preocupaban de que la sociedad siguiera ese camino que ya hace décadas se intuía: mercantilización, deshumanización, imposición de poderes económicos sobre los derechos del individuo.

Me gustaba por eso mismo; no porque pudiera acoger a Star Wars, y a las innumerables copias más o menos afortunadas de esas aventuras espaciales, sino porque hablaba de nuestra realidad con un lenguaje sofisticado.

Al igual que el movimiento que hoy vivimos en toda España, la ciencia ficción no tenía respuestas: simplemente, analizaba la coyuntura y señalaba cuál era la consecuencia lógica de las tendencias que ofrecía la sociedad capitalista. Señalaba los problemas. Quería hacer pensar, buscaba una reacción antes de que fuera demasiado tarde.

A veces pienso que fue intencional que esa ciencia ficción quedara enterrada por la otra, la que no me gusta tanto: por las especulaciones científicas hipercomplicadas -y estériles- o por los divertimentos de futurismo multicolor. Sea o no cierta esa sensación conspiranoica, la ciencia ficción dejó tras de sí obras que, pese a tener en bastantes casos décadas a sus espaldas, siguen siendo pertinentes. Y pueden ser hoy lecturas útiles.

Estoy seguro de que los lectores añadirán otras en los comentarios. Estas son las que yo personalmente recomendaría leer. Porque tal vez todavía estamos a tiempo de evitar que ocurra lo que relatan.

  • Nosotros, de Yevgeni Zamiatin (1921). Un autor perseguido por el estalinismo que pone de manifiesto su decepción con la deriva totalitaria de la utopía comunista. La anulación del yo impuesta al personaje puede remitir tanto al colectivismo como a la conversión del individuo en masa manipulable, carne de marketing y campaña publicitaria.
  • Un mundo feliz, de Aldous Huxley (1932), y 1984, de George Orwell (1949). Poco hay que añadir a la relevancia de estas obras, bien conocidas; baste señalar cómo Orwell anticipó la importancia de la manipulación del lenguaje, del empleo de palabras respetadas para definir intenciones exactamente opuestas. Aunque esta técnica es bien conocida, su empleo se ha convertido en una estafa cotidiana.
  • Mercaderes del espacio, de Frederik Pohl y Cyril M. Kornbluth (1952). Estos dos autores estadounidenses escribieron en modestas revistas pulp las más salvajes y divertidas especulaciones acerca del futuro del capitalismo. Esta novela se desarrolla en un mundo en el que la publicidad se ha convertido en el corazón de la sociedad. Sería maravilloso que alguien recopilara sus no menos contundentes relatos de la época, como “Querido Jesusito”, que narra el inicio de la campaña de navidad -en agosto- en unos grandes almacenes, o “La plaga de Midas”, donde los más ricos ganan el derecho a tener que consumir menos, y la modestia es por tanto una ostentación de opulencia.
  • Trilogía del desastre, de John Brunner: Todos sobre Zanzíbar (1968), Órbita inestable (1969) y El rebaño ciego (1972). La más exhaustiva descripción de un futuro superpoblado, con el planeta al borde del desastre ecológico -el medio ambiente fue una preocupación en la ciencia ficción décadas antes que para el resto de la sociedad- y una progresiva idiotización de la mayor parte de los habitantes del planeta que asisten a su desintegración. Las novelas son independientes, pero conforman una panorámica global coherente.
  • 334, de Thomas M. Disch (1972). El desolador retrato cotidiano de nuestro pasado mañana. Marginados, currelas sin esperanza y trepas pueblan estas páginas desgarradoras, pero profundamente empáticas, por parte de un autor que escribió otros dos libros altamente pertinentes para el caso: Campo de concentración (1968) y En alas de la canción (1979), dos acercamientos al derrumbamiento del sueño americano para caer en brazos del totalitarismo promovido desde las posiciones conservadoras y fundamentalistas religiosas.
  • Los desposeídos, de Ursula K. Le Guin (1974). Un planeta ha desarrollado un sistema anarquista, pero que coarta la creatividad del individuo, así que uno de sus más brillantes científicos consigue escapar a otro perfectamente capitalista… Pero igualmente imperfecto. Una reflexión madura sobre los peligros de una y otra opción, por parte de una de las cuatro o cinco mejores escritoras de la historia de este género.
  • Neuromante, de William Gibson (1982). Megacorporaciones, manipulación genética, ambiente oriental, rebeldes que cabalgan sobre la red… La novela seminal del ciberpunk habla de un futuro tan reconocible que casi ha pasado un tanto de moda, pero en sus mejores párrafos mantiene un nervio contagioso, una verosimilitud contundente.

El cine, más conservador por condicionantes comerciales, ha aportado relativamente menos obras con este tipo de carga admonitoria. Pero quizá estos sean buenos días para volver a echarle una mirada a Brazil (1985), de Terry Gilliam, o a la excelente adaptación de la novela de P.D. James -muy superior al original literario- que llevó a cabo Alfonso Cuarón con Hijos de los hombres (2006).

37 comments

  1. Yo añadiría una más de Brunner: El jinete en la onda del shock, cuyas connotaciones políticas, además, me parece que vienen al pelo hoy en día.

  2. Aunque el peligro inminente que ambienta la novela es el nazismo, la esencia de «La guerra de las salamandras» se mantiene vigente: la codicia, el cortoplacismo, el nacionalismo rampante… ¡Y tan divertido! Como dijo un lector del club de lectura, además: «Esta novela trata de todo».

  3. Tres sugerencias más, una publicada, una por publicar y una inédita en castellano:

    CISMATRIX, de Bruce Sterling: como dijo muy oportunamente un lector en mi blog, ilustra admirablemente el carácter cíclico del capitalismo.

    ACCELERANDO, de Charles Stross: o una visión tecnófila del impacto de las nuevas herramientas sociales en la política.

    THIS IS NOT A GAME, de Walter Jon Williams: acaba siendo un thriller de poca monta, pero las ciento y pico páginas iniciales, que cuentan el resultado de un ataque financiero internacional a Indonesia, son escalofriantes.

  4. Yo añadiría ORA:CLE, de Kevin O’Donnell, Jr., como homenaje / tironcillo de orejas a los que están / estamos tuiteando sobre las acampadas en vez de asistir a ellas, sin salir de casa durante días, excepto para ir al buzón a recoger el correo.

    No hace mucho corregí SIN LÍMITES, de Alan Glynn, que seguro que conocéis por la película (que no he visto). Es una novela bastante apañada sobre un arrastrao que empieza a consumir una droga experimental que incrementa el rendimiento, lo cual aprovecha para ganar una pasta gansa e indecente en muy poquito tiempo durante la burbuja de las empresas punto.com. Coquetea con la ciencia ficción, ya que la premisa misma de la novela (la droga que incrementa el rendimiento) es de CF.

    Y, por supuesto, V DE VENDETTA.

  5. A mí lo primero que se ocurre son cosas de fantasía con «Las edades de la luz» de Ian R. McLeod a la cabeza. Y China Miéville. Incluso «La hija del dragón de hierro» de Swanwick.

    De cf, insisto sin descanso en «Random Acts of Senseless Violence» de Jack Womack. Quizá también «Milenio negro», de Ballard y la trilogía de «Eclipse» de John Shirley. Y hasta «Islas en la Red» de Sterling si se sabe leer correctamente, el final de esa novela es clavadito al reciente ajuste de cuentas de EE.UU con el popular terrorista de todos conocido.

  6. Por alguna extraña asociación de ideas, cuando has hablado de Ballard (sí, veo tu MILENIO NEGRO y le añado FURIA FEROZ y BIENVENIDOS A METRO-CENTRE) me he acordado de EL CLUB DE LA LUCHA, de Chuck Palahniuk. No por las hostias, sino por el discurso de Tyler Durden: somos la generación mejor preparada de la historia, y mirad en qué estamos trabajando, etc.

  7. En cualquier caso, El club de la lucha es una buena lectura (o un buen visionado) para cualquier momento.

    Y, bueno, por otro lado, confieso que la idea de ver todas esas sedes bancarias saltando por los aires mientras Edward Norton comenta aquello de «Me has conocido en un momento extraño de mi vida» llena especialmente de alegría mi corazón en estos momentos, no sé por qué será.

  8. Me estoy apuntando todas estas ideas porque tengo intención de llevar los libros a Sol. Aunque necesitaría ideas de cómo llevarlos, porque ni dinero ni fuerzas para cargarlos físicamente :).
    ¿Ideas para convertir los libros en protagonistas también?
    Por Twitter, me proponen crear pancartas con lemas de libros.

    Gracias.

    Salud,

  9. Yo no he dicho esto, por supuesto… pero la práctica totalidad de los libros mencionados pueden encontrarse en la red.

  10. Yo tampoco lo he leído, pero hay algunos que tengo guardados en un garaje, no dispongo físicamente de ellos y me apetece releerlos, aprovechando la coyuntura…

  11. Epa, Lady Dragón, Ya sé que es mucho morro pero yo recomiendo, además de los de Julián (todos buenísimos) el mío, Metaversos (2007 Sirius), si algo bueno tiene es -entre falta y falta de ortografía- explicar cómo se generan mercados artificiales, burbujas especulativas, olas y contraolas, mandangas y tal. También me gusta como se trafica con la información privilegiada. (Claro que, te aviso, a mí me mola, el capitalismo especulativo)

  12. Bueno, los libros en sí mismos no los voy a llevar, que cargar con la literatura universal puede destrozarme la espalda ;). Lo que busco son ideas para que la literatura también esté presente.
    Lo de los lemas me ha gustado, así cuantos más me propongáis, mejor.
    Además, voy a imprimir tropecientas listas de libros recomendados con el lema «Lee más».
    Eso sí, lo siento, no van a ser solo de ciencia ficción :P.

    Besos

  13. Bueno, nos estamos olvidando de Richard Morgan.

    Saliéndonos del género (o no), recomiendo TRAFICANTES DE INFORMACIÓN, de Pascual Serrano (Península), que, al menos para alguien ajeno al mundillo, permite hacerse una idea aproximada de quién está detrás de qué medios de comunicación. También es una buena lectura para llevar a las acampadas, sobre todo cuando te sale gentuza como la de Intereconomía entrevistando a falsos acampados.

  14. Por supuesto, no de género hay muchos, muchos más… Pero me limitaba a tocar el campo de esta página.

    Ya que Juanma ha abierto la veda de los «externos», me uno con un par no del todo evidentes -lo de Naomi Klein y tal se cae por su peso-:

    -Después del imperio, de Emmanuel Todd, que explica bastante el proceso de decadencia de Estados Unidos como potencia hegemónica y las consecuencias que esto tiene a medio plazo.

    -Mentiras y mentirosos, de Al Franken. Una descripción del nacimiento del Tea Party cuyas equivalencias con nuestro entrañable TDT Party, esa gran aportación de Zapatero a la cultura universal, resultan vergonzosamente transparentes.

  15. Ah, y de documentales, sin echar mano tampoco de los obvios, como el excelente pero algo denso The Inside Job, recomiendo una reciente producción de televisión española, «Comprar, tirar, comprar».

  16. Qué buen documental, sí, señor. Explica muy bien la obsolecencia programada y lo que ha provocado en la actualidad.
    Apuntadas quedan todas vuestras ideas. Gracias :).
    Pero quiero más, muchas más :)

  17. Random Acts of Senseless violence, de Jack Womack.

    Y que alguien reedite «El abogado gladiador» de Pohl y Kornbluth!

  18. Y Colapso, de Jared Diamond, dónde se describe el colapso de diversas civilizaciones. Hay un párrafo demoledor, que me puso los pelos como escarpias, cosa poco frecuente en un libro de ensayo. Jared viene a decir que las clases dominantes, en una situación abocada a un callejón sin salida, ejerciendo su poder solo consiguen ganar el derecho a ser los últimos en morirse de hambre. Muy a menudo ni siquiera eso, por que, si los sistemas sociales colapsan, al primero que se cepillan es al que más tiene.

  19. «Un anillo alrededor del sol», de Simak. Habitantes de un universo paralelo se cargan la economía mundial introduciendo en el mercado productos que duran indefinidamente, casas bartas y comida gratuíta. Quizá la novela no ha envejecido demasiado bien (es un producto de la Guerra Fría), pero el planteamiento de partida no deja de ser deliciosamente sarcástico. Lo que es bueno para el consumidor resulta nefasto para el sistema económico. Da que pensar, no digáis que no…

  20. ¡Muchas gracias por la recopilación! Para los recién iniciados nos viene de perlas para coger ideas.

    PD:Me he levantado hace un rato.He dormido poquísimo (llegué a las 5 y pico a casa)pero aún así sigo muy optimista xD.Inusualmente optimista porque mi forma de ser tiende más a lo contrario.

    Simplemente el haber dicho basta a este sistema tan injusto y demostrar que sin nosotros no son nada(el poder está en el pueblo),sería ya estupendo.Pero yo quiero siempre quiero más porque la utopía no es nada mala;la apatía si que lo es.Y me desespera/desesperaba profundamente en gente de mi edad.Menos mal que son los menos y hemos demostrado que no estábamos tan dormidos.
    Es maravilloso ,si te paras a pensar detenidamente, que se haya acercado un señor ayer y nos haya dado las gracias mientras nos ha contado alguna batallita.O que te diga tu padre,que se ha batido el cobre por sus ideales desde bien joven,que ha rejuvenecido al ir a las concentraciones de estos días,no tiene precio.La utopía no tiene edad y nunca tendría que tenerla.

    Quería compartirlo ;) Reflexionar mucho; porque según la Ley Electoral, lo que es campaña electoral (¿permanente campaña electoral?) es un periodo totalmente irreflexivo. XD 

     

  21. Qué genialidad de post, por favor, seguid con las propuestas. Y con las protestas.

    Me ha costado pensar uno : quizá oveja mansa de Connie Willis

    Saludos

  22. También tenemos «Snow Crash», de Neal Stephenson, donde el capitalismo está aterradoramente parodiado. Lo de aterrador, porque el concepto de barclave no lo veo yo muy lejano… :-(

    Y, efectivamente, como dice Juanma, «V de Vendetta». Quizá sea la distopía más cercana, tanto en el tiempo como en clave política, y cuya lectura podría evitar que más de un periodista te venga a las concentraciones a preguntarte «oye, esa máscara que llevas puesta, ¿tiene algo que ver con la oposición a la Ley Sinde?» (palabrita de Stark).

  23. «Álex Vidal dijo:

    Y, efectivamente, como dice Juanma, “V de Vendetta”. Quizá sea la distopía más cercana, tanto en el tiempo como en clave política, y cuya lectura podría evitar que más de un periodista te venga a las concentraciones a preguntarte “oye, esa máscara que llevas puesta, ¿tiene algo que ver con la oposición a la Ley Sinde?” (palabrita de Stark).»

    No puede ser XDDD Que se lo pregunte mi madre,pero que lo haga un periodista…

  24. Supongo que la pregunta vendrá porque con lo de la Ley Sinde se popularizaron esas máscaras, que no recuerdo que nadie usase en una manifestación anterior. Es una pregunta lógica de asociación.

  25. Guerracivilandia en ruinas de George Saunders.

    No tiene desperdicio; depriminte y desternillante a partes iguales.
    Suerte a quien busque la traducción en Mondadori, que, a no ser que se haya reeditado en bolsillo y no me haya enterado, no está disponible. Pero para eso están las bibliotecas, entre otras cosas.

  26. El Fugitivo, de King, que nos muestra la manipulación que la TV hace de la gente, estigmatizando a unos y alabando a otros. Ninguneando a los que se mueren de hambre por no entrar al aro.

Comments are closed.