Domingo Santos, escritor prolífico, traductor, director de colecciones y revistas especializadas, antólogo y articulista, está considerado con plena justicia como el patriarca de la ciencia ficción española (para más información acerca de su biografía y bibliografía, consúltese la columna Quién es quién). Recientemente ha publicado Crónicas de la Tierra y del espacio (Espiral Ciencia Ficción), una antología que recopila once relatos representativos de sus 50 años de carrera literaria, el último de los cuales es una novela corta inédita.

Como lector “veterano”, confieso que en los años 70 ver su nombre junto a escritores consagrados de la ciencia ficción mundial en antologías como las de Acervo o revistas míticas como Nueva Dimensión me colmaba de esperanza de que algún día la ciencia ficción española pudiera codearse en términos de igualdad con la anglosajona. Ese momento de normalización (al menos, teórica) ha llegado aunque la ciencia ficción hoy día desgraciadamente no goza del predicamento que se esperaba en aquella época; el camino ha sido largo y su contribución enorme. ¿Ha pensado en escribir sus memorias o una biografía que narre sus peripecias en la pequeña gran historia del género en España?

Ciertamente, la ciencia ficción, tanto a nivel español como mundial, está en horas bajas. Los entusiasmos del principio han desaparecido. La fantasía, muchas veces espuria, le ha comido el terreno. Los videojuegos le han pegado la gran dentellada a la palabra en pro de la imagen participativa. El cine ayudó en un primer momento a popularizar la ciencia ficción de calidad (¿quién no recuerda 2001?), pero los efectos especiales han matado la profundidad argumental con la daga de la espectacularidad, muchas veces vacía. Y está la competencia. Cuando empecé a escribir ciencia ficción, éramos cuatro gatos maullando en el patio de atrás del género. Ahora los autores que pretenden abrirse camino dentro del campo son muchos, y maldita sea, la mayoría de ellos son realmente buenos. Pero el mercado no puede asimilar tanta producción, ni siquiera anglosajona, y no digamos de la española. En mis buenos tiempos, la edición normal de cualquier libro del género era de unos 3000-5000 ejemplares. Hoy en día ningún editor de ciencia ficción medio se atreve a lanzar una edición de más de 1000 ejemplares de un libro que no esté avalado por un premio importante, por el nombre de su autor o por una buena campaña publicitaria,… Sí, por supuesto, el boca a boca aún funciona a veces (tenemos por ejemplo a Sapkowski y su Geralt de Rivia, a Felix J. Palma y El mapa del tiempo), pero son raras avis. Hace falta un revulsivo, y el único que puede darlo es el público lector.

Y no, no he pensado ni tengo intención de escribir mis memorias ni mi autobiografía ni nada parecido. En primer lugar porque lo considero un ejercicio de vanidad que no va conmigo (aparte el hecho de que ninguna autobiografía lo cuenta todo del autobiografiado, sino tan sólo lo que a él le interesa o le complace, lo cual invalida todo su posible interés), en segundo lugar porque no creo que mi vida interese a nadie, y en tercer lugar porque mi vida privada es, como indica muy bien su nombre, exclusivamente privada: creo que todo lo que puedo decir de mí a nivel público ya está dicho en mi obra, y no hace falta añadirle nada más.

Una parte significativa de las obras de género de antes del boom de los noventa, elaboradas por escritores como Vd., Gabriel Bermúdez Castillo, Jaime Rosal del Castillo, Carlos Buiza, Angélica Gorodischer, Juan G. Atienza, Carlos Saiz Cidoncha, Javier Redal, Ángel Torres Quesada… estaban a mi juicio a la altura de la narrativa anglosajona mayoritaria que se escribía en ese momento. Sin embargo, si realizamos ahora una lectura de esos textos se nos antojan toscos, excesivamente centrados en lo argumental y carentes de recursos de estilo. En su opinión, ¿qué se ha perdido y qué se ha ganado desde entonces? ¿Acaso una mayor profesionalidad y una mayor relevancia otorgada al estilo en detrimento de elementos característicos como el sentido de la maravilla?

La ciencia ficción española nunca ha estado por debajo del nivel de la anglosajona, en todo caso ha mantenido un nivel paralelo con ella: la culpa de la discriminación corresponde en todo caso por una parte a los editores (sigue primándose todo lo extranjero frente a lo nacional), y por otra parte a un sector del público lector, que sin fundamento de causa ha considerado siempre que un Joe Smith tenía que ser por principio mejor que un José Pérez. Y no estoy de acuerdo con tu opinión acerca de la sensación actual de “tosquedad” que presentan nuestros “clásicos” del género. Cierto que todos progresamos a lo largo de nuestras carreras, y pretender que un texto escrito hace cuarenta años suene como un texto escrito anteayer es pura utopía. Basta releer cualquier novela de cualquier gran autor (anglosajón) de la Edad de Oro de la cf para darnos cuenta de lo que han envejecido el 101% de ellas. Y es lógico que así sea, sobre todo en un género tan vivo como es la ciencia ficción. Todos los escritores nos pulimos y perfeccionamos (al menos teóricamente) por el simple hecho de seguir escribiendo, y si por ejemplo me decidí a reescribir Gabriel y crear Gabriel revisitado en vez de limitarme a una simple reedición del texto original fue porque el tema seguía teniendo vigencia para mí, pero no el estilo en el que estaba escrito originalmente. Es cierto que nuestros autores actuales escriben mejor, su estilo es más depurado, que el de hace unos años, y es lógico que así sea, aunque a veces esto redunde en detrimento de la profundidad de las ideas y del argumento. Una novela es siempre un equilibrio entre estilo y temática, y esto muchas veces es algo difícil de conseguir. He leído demasiados relatos, sobre todo de autores noveles, cuyo estilo era un dechado de perfección semántica, pero que estaban vacíos de profundidad y argumento.

Su estilo, digamos, “de juventud” es, en mi opinión, deudor de una época dominada por la ciencia ficción anglosajona y, en especial, por la narrativa de los considerados tres grandes maestros del género: Isaac Asimov, Arthur C. Clarke y Robert A. Heinlein. Cuentos y novelas en los que, desde una óptica racional, se ofrece una imagen optimista de las posibilidades de la ciencia y la capacidad humana por aprehender el conocimiento, y donde se exalta una épica del espacio en la que el Hombre –pese a su inmensa soledad- es el rey de la Creación (véase los cuentos: “Felipe”, “La canción del infinito”). Sin embargo, existe otro Domingo Santos, aquel desengañado con las promesas de un futuro idílico, que examina con ojo crítico temas trascendentes para la sociedad humana: la influencia de las máquinas en el devenir humano, la dependencia biunívoca del hombre y los robots, el control omnímodo ejercido por los mecanismos del poder, la degradación medioambiental… (“Las rotas alas de los dioses”, “Llanto por un astronauta”, “Soldado”, “Santuario”). ¿Cuál de ambos extremos, aparentemente contradictorios, define mejor a Domingo Santos?

Nadie nace sabiendo, y a la hora de escribir todos somos deudores de lo que leemos. Tras mi iniciación en los bolsilibros, de la que nunca podré sentirme más orgulloso, yo mamé en las ubres de la ciencia ficción anglosajona, y mi labor como traductor acabó de pulir mi aprendizaje. Otros autores de la época que citabas en tu pregunta anterior a ésta bebieron de sus propias fuentes: Ángel Torres Quesada bebió de los bolsilibros, Angélica Gorodischer directamente de los grandes maestros argentinos, Gabriel Bermúdez Castillo de los “clásicos” castellanos… En lo que a mí respecta, sufrí más o menos la evolución propia del género, aunque nunca he exaltado las glorias del cientifismo al estilo soviético, ni siquiera la glorificación de la ciencia al estilo anglosajón de los años 20-30 del siglo pasado. Admito que, temáticamente, mi producción se ha ido desencantando con los años, centrándose cada vez más en los problemas, que no en las virtudes, de nuestro tiempo, de los males que aquejan a nuestro planeta y a nuestra sociedad, y cualquiera que examine cronológicamente mi producción verá con claridad esa curva ascendente (o descendente, según la óptica con que se mire) a lo largo de los años. En la actualidad mi ciencia ficción quizá sea un tanto desencantada, pero es realista (cosa un tanto contradictoria dentro de los patrones clásicos del género). Pero no soy yo quien marca las pautas: son las pautas quienes me marcan a mí. A todos nosotros.

La mayoría de sus historias trasmiten un evidente mensaje filosófico y moral. En sus relatos de robots, por ejemplo, el Hombre aparece como un creador que se abandonó a la indolencia mientras que los robots son seres perfectos pero sin alma, benefactores que siguen necesitando al Hombre para sentirse completos. Siempre me he preguntado el por qué de esta necesidad en unos seres artificiales que solo debieran obedecer a su fría programación interna. ¿Son las novelas Gabriel y Gabriel revisitado la respuesta?

Mis dos debilidades y mis dos temas favoritos dentro de la cf han sido siempre el tiempo y los robots. Mi primera novela en Nebulae fue Volveré ayer, que trataba del tiempo: mi tercera fue Gabriel. Uno de mis temas recurrentes es la humanización de las máquinas, y no hace falta citar ejemplos. En el fondo creo que la vida es algo que está presente en sus más variadas formas en todas partes en el universo, y que no le hace falta basarse en el carbono para desarrollarse. La chispa de la inteligencia es algo elusivo que en la Tierra tardó millones de años de evolución hasta llegar al hombre, pero el nuestro no es el único camino. Sí, creo que Gabriel y Gabriel revisitado (y algunas otras de mis obras) son una de las respuestas.

En su ingente producción encontramos algunos relatos que poseen posibles coincidencias argumentales con clásicos del género. Es el caso de “La cosa caída del espacio” y “El color que cayó del espacio” de H.P. Lovecraft, “El programa” y “La séptima víctima” de Robert Sheckley o, muy especialmente, “En la ciudad” y “Un muchacho y su perro” de Harlan Ellison. Vd. siempre lo ha negado pero ¿no es normal que, en virtud de su labor como responsable de colecciones especializadas y editor de revistas como Nueva Dimensión o Anticipación, se haya sentido influido por ideas y argumentos procedentes de la enorme cantidad de obras que debía leer y seleccionar? En todo caso, nunca le estaré suficientemente agradecido porque gracias a su trabajo descubrí muchos de los títulos más señeros de la ciencia ficción mundial.

El buscar paralelismos, influencias, “coincidencias argumentales”, en las obras de nuestros autores es un auténtico deporte nacional. Alguien dijo, no recuerdo quién, que después de Shakespeare ya se había escrito todo. Quizá sea un poco exagerado, pero no deja de tener su punto de razón, y puede aplicarse a toda la literatura en general. Centrándonos en la ciencia ficción, no sé cuántas obras del género se escribirán en el mundo al cabo del año, pero su número ha de ser ingente. Es imposible que entre algunas de ellas no se produzcan paralelismos, contactos, coincidencias. La temática que puede abordarse en la ciencia ficción es amplia, pero no es infinita.

Al respecto, y centrándome en tu pregunta, tengo algunos ejemplos interesantes. Con referencia a El día del dragón, por ejemplo, Miquel Barceló me señaló que había un paralelismo entre mi novela y Mercaderes del espacio de Pohl y Kornbluth, basándose en el “descenso a los infiernos” del protagonista. Por aquel entonces mi lectura de Mercaderes se remontaba a los tiempos heroicos de su aparición en Más Allá, y apenas recordaba nada de su argumento excepto que versaba sobre el mundo de la publicidad. A raíz del comentario releí Mercaderes en su edición de Minotauro, y me maravillé de la imaginación de Miquel al ver algún paralelismo entre los dos textos: eso sí que era rizar el rizo, me dije, y no soy el único que hizo ese comentario.

Respecto a tus obras citadas directamente, “El programa” tiene una curiosa historia. Un cierto tiempo después de escribir (y publicar) yo el relato, alguien llamó mi atención sobre el cuento de Sheckley “La séptima víctima”, que por aquel entonces yo desconocía por completo. Lo leí. Vaya, pensé con orgullo, por una vez, los anglosajones inspirándose en los hispanos. (Sheckley habla español, de hecho creo que vivió una temporada en España, por lo que no era raro que hubiera leído mi relato). Intrigado, buceé en la edición original del cuento de Sheckley, ¡y descubrí que había sido publicado en USA nueve años antes de que yo publicara el mío en España! Pensé en emanaciones literarias, en telepatía, en una simple coincidencia. Me decanté por lo último. De hecho, el tema del relato es lo suficientemente atractivo como para que la gente escriba sobre él, y de hecho posteriormente ha sido abordado numerosas veces en sus distintas variantes, sobre todo en el cine.

Y “En la ciudad”: Oh, por ahí sí que no paso. Cuando escribí mi relato conocía ya el cuento de Ellison, de hecho yo mismo lo había traducido para una antología de Martínez Roca, incluso había visto la película que sobre él se hizo. “En la ciudad” era originalmente el primer capítulo de una futura novela, de la que era el prólogo. Buscar paralelismos entre las dos historias por el simple hecho de que los protagonistas sean un muchacho y un perro que habla inmersos en un mundo postatómico (Ellison no incluía ningún robot), sin tener en cuenta la esencia misma de la historia, el talante en el que está escrita, su trasfondo, su filosofía, es simplificar demasiado las cosas: es como pretender que las películas de Stan Laurel y Oliver Hardy son un plagio de El Quijote porque sus protagonistas son un gordo y un flaco. No puede haber más divergencia, en estilo, en mensaje, en intención, entre los dos relatos. De hecho, si alguna similitud tiene “En la ciudad” con alguna otra obra de ciencia ficción es con el cómic Hombre de Segura y Ortiz (publicado posteriormente a mi relato), con el que tiene similitudes ambientales, aunque no de situaciones y personajes, y que fue el motivo de que abandonara el proyecto de la pretendida novela.

De todos modos, para los que buscan con fruición paralelismos de todo tipo, les diré que están de enhorabuena: pueden frotarse las manos. En abril de 2012 debe de aparecer, si Dios no lo remedia, mi libro Homenaje, una recopilación de doce relatos que pretenden ser un homenaje a otros tantos autores que me impactaron en mi juventud, desde Asimov hasta Wells: en él podrán encontrar “inspiraciones” de todo tipo. Y deliberadas además.

Personalmente, me quedo con el Santos maduro de novelas cortas como “Mi esposa, mi hija”, “Bienvenidos al bicentenario del fin del mundo”, “La piel del camaleón” o “El largo camino al mar”, cuya calidad literaria, profundidad sentimental y capacidad especulativa me parecen más que notables. ¿Veremos nuevas obras inéditas de Domingo Santos publicadas próximamente? ¿Cuáles son sus próximos proyectos?

Personalmente, yo también me quedo con ellas: son fruto de una evolución muy personal, que pretendo seguir desarrollando. Desligado un poco (bastante) de las tareas de traducción y selección, llevo escribiendo en los últimos tres años más obra propia que en los siete anteriores. El problema es que el mercado no está tan boyante como para asimilar tanta producción, y que el hecho de “tener un nombre” (sic) no sirve demasiado a la hora de la verdad. Homenaje aparte, tengo escritas y “pendientes de publicación” toda una serie de obras: “El primer día de la eternidad” (que en una primera versión más corta ha aparecido en Estados Unidos, aunque siga inédita en España), “Las lágrimas de Dios”. “El alma del kobold”, “David y el laberinto del sprite”… Lo único que me falta ahora es encontrar para todas ellas un editor que quiera publicarlas. Pese a todo lo que digan, por mucho nombre que tengas a tus espaldas, uno sigue siendo siempre un principiante.

Por último, una pregunta más general ¿Cómo ve la salud de la ciencia ficción española y mundial? ¿Sigue el género contemporáneo? ¿Qué obras y autores destacaría de los últimos tiempos?

Prefiero no contestar a esta pregunta más que de una forma muy general. La salud de la ciencia ficción mal, gracias. Pero nunca ha estado demasiado bien, de modo que ya estamos acostumbrados a ello. Durante muchos años he estado siguiendo el mercado de la cf desde una óptica de editor-seleccionador, lo cual me condicionaba mucho. Afortunadamente, ahora puedo hacer mis propias elecciones: Sigo a mi manera lo que se publica actualmente, el Locus es sólo una guía de lectura, y en cuanto a los autores españoles procuro seguirlos también, aunque es difícil. Uno de los últimos libros que he leído es El mapa del tiempo de Félix J. Palma. Me ha gustado, mucho…, y seguro que los puristas de siempre me acusarán de haberme inspirado en ella en el último relato de mi libro Homenaje, “La máquina del tiempo (de Herbert George Wells)”, una pequeña novela en sí misma, sólo por el hecho de que Wells figura en ambos. La cruz del escritor.

Y una última pregunta: ¿Por qué últimamente las novelas (incluidas las de cf) tienen tantas páginas? Sí, ya sé: estrategias de marketing, sólo si el libro es voluminoso puede alcanzar un precio de venta decente que permita amortizar los gastos de publicidad necesarios, y etc. etc. etc. Pero llega un momento en que la lectura de esos voluminosos libros llega a convertirse en una carga, sobre todo si el sufrido lector padece de la vista como yo últimamente, y entonces el leer deja de ser un placer y una satisfacción para convertirse en un suplicio. Y si además el autor ha hinchado su texto con toneladas de paja por imperativos editoriales, para cumplir con la cuota de páginas, cosa que sucede muy a menudo…. Un ejemplo claro de esto lo tenemos en la serie Dune de Frank Herbert. El primer volumen es realmente voluminoso (perdón por la redundancia), porque lo necesitaba para el desarrollo de la trama. El segundo volumen no lo es, porque no lo necesitaba. Pero a partir del tercero entraron en juego las estrategias de marketing, y los volúmenes posteriores de la serie son cada vez más voluminosos y más plúmbeamente aburridos, porque Herbert, en el fondo, ya no tenía nada nuevo e interesante que decir. ¡Y el hijo de Herbert, Brian, se ha subido al carro y tras la muerte de su padre ha continuado por su lado la serie! Afortunadamente, el público lector será ingenuo, pero no es idiota. Dune, el primer volumen, se sigue vendiendo, y muy bien. El resto de la serie, de una forma progresiva a medida que avanzan los volúmenes, simplemente languidece…

29 Responses to Entrevista a Domingo Santos

  1. Kaplan dice:

    Primera frase: «Ciertamente, la ciencia ficción, tanto a nivel español como mundial, está en horas bajas». Vale, ya me contará alguien si es interesante el resto de la entrevista.

  2. Fernando Ángel dice:

    Duro, pero certero, Kaplan.

  3. Risingson dice:

    Es curioso, porque me da la impresión de que es más un fan del género que un estudioso, y lo digo por esas afirmaciones tan, hum, aleatorias acerca del estado de cf – o de la falta de paja de Dune de Herbert, que bueno, no es verdad.

  4. literfan dice:

    Son valoraciones con las que se podrá estar de acuerdo o no, pero parten de la experiencia de un profesional que lleva 50 años trabajando en, por y en pro de la ciencia ficcón en España, alguien que ha sido escritor, traductor, director de colecciones y revistas especializadas, antólogo y articulista. Se supone que esta es una web especializada y si basta una sola frase, la primera, para despachar a un personaje así, en fin.

  5. Kaplan dice:

    Mi máximo respeto para Domingo Santos y su obra, con la que me crie, no tanto para sus opiniones, basadas en lo que (supongo, no quiero pensar que es tendenciosidad) es un desconocimiento brutal de la última década y la actualidad del género. Como la entrevista comienza con una opinión, entra dentro de la faceta del gran Domingo Santos que no me interesa en absoluto, así que paso.

  6. Tal vez la divergencia no sea tal. Santos habla de mercado mientras que (quizás) tú te refieres a aspectos más literarios. Y digo quizás porque no lo aclaras…

  7. Kaplan dice:

    “Ciertamente, la ciencia ficción, tanto a nivel español como mundial, está en horas bajas”. Obviando el ciertamente, que me retrotrae a añejas y queridas traducciones, la frse sólo se puede expresar desde dos puntos de vista, el de la popularidad y el de la calidad. Tú introduces el mercantil. Vale, veamos.
    En cuanto a popularidad, supongo que estarás conmigo en que si alguien defiende que la cf vive actualmente una crisis de popularidad es para reírse en su cara. Sin comentarios.
    En cuanto al mercado de la cf, entra en cualquier librería y mírate la sección de literatura juvenil, a ver a qué género pertenece el 50% de los superventas. Mírate las cifras de ventas de La carretera (más de 1 millón de ejemplares en EE.UU.), mírate los números de La cúpula de King o de los tecnothrillers, o de los superventas cutres apocalípticos que inundan las mesas de entrada en las librerías. Lo pilles por donde lo pilles, desde la rama má literaria hasta la más cutre, la cf vende más que nunca.
    Y sólo queda un último punto, que digas lo que digas, es al que se refiere Santos en el resto de la pregunta (sí, Mariano, pues claro que he leído toda la entrevista), el de la literatura. La calida, los autores, el buen nombre, etc. Y en eso, y a ti mismo te lo he leído aceptar unas cuantas veces, la ciencia ficción está en el mejor momento de su historia. No uno de los buenos, no, el mejor. No te tengo que citar nombres, que ya te los conoces de sobra.
    El problema cuál es. Pues que este señor, al que como digo admiro desde la nostalgia, no lee, no reconoce como ciencia ficción a un alto porcentaje de lo que es la cf actual, a mucha de la mejor cf que se ha hecho en la historia. Es un mensaje que ya hemos leído a otros «históricos», un mensaje tremendamente falso. Y lo peor es que a la mala información de la q

  8. Kaplan dice:

    ue parte se le une una cierta voluntad de ninguneo. Y eso es lo que me solivianta, que a estos señores hay gente recién llegada o no muy leída que les hará caso por su gran nombre (merecido, no lo niego).
    ¿Sabes quién es mi autor preferido de cf? Arthur C. Clarke. Ya conoces su trayectoria literaria. Que señale su cuesta hacia abajo de los últimos años no va en detrimento de sus grandes obras maestras. Pero por mucho que quieras a Clarke, hay que reconocer que al final de su carrera sólo produjo bodrios. Bien, hay algunos grandes nombres de la cf española que llevan desinformados, enquistados en su trincherilla, metidos en el sotano, desde hace veinte años. Y eso no significa que no valga lo bueno que hicieron antes, pero que es un hecho es incontestable.

  9. Risingson dice:

    Y bueno, a mí no me suelten tampoco el curriculum de este hombre en la cara. Conozco muy bien su curriculum, y le debo, entre otras cosas, haberme descubierto el enorme «Islas en la Red». Pero si se lee entre líneas, cosa a la que sólo hay que dedicar un poco de esfuerzo, quedamos en «lo cortés no quita lo valiente».

  10. Rudy dice:

    No sé. Sin entrar a valorar en si el desconocimiento por parte de Domingo Santos de la actual situación de la CF es total o no (que puede que lo sea), ¿no es un tanto extremista afirmar a partir de ahí que la entrevista ha perdido todo el interés que pudiera haber tenido? ¿No estamos siendo un pelín talibanes?

  11. Risingson dice:

    ¡No más que de costumbre!

  12. Kaplan dice:

    Bien, es un punto de vista personal, aunque argumentado. Cada uno que obre según el suyo. Si abro una novela y en el primer párrafo me encuentro 12 errores gramaticales y ortográficos graves, no sigo leyendo; si en un ensayo histórico el primer párrafo me coloca una batalla en donde no fue, no sigo leyendo. Si, como en este caso, un entrevistado comienza con, bien una falsedad, bien una gruesa prueba de ignorancia (y he otorgado que es lo segundo), pierdo automáticamente el interés en la entrevista. Supongo que habrá quien tenga otro tipo de expectativas menos exigentes, por eso ni siquiera he sugerido que se siga mi ejemplo.

  13. Besa dice:

    Bueno, relativiza un poco Kaplan…. Las razones que da DS sobre el declive de la CF -que paso de comentar- no creo que respondan a un planteamiento «ignorante». Es un análiss muy común en gente que sabe, viene a decir:
    – Falta entusiasmo (vale, discutibile, cosas de la edad)
    – «Fantasía espúrea» que le come mercado (el infantl.-juvenil, que ante daba mucho)
    -competencia del videojuego
    – la efecto esecialitis, que convierte la CF cinematográfica (y literaria también) en un hilo conductor de hostias y explosiones
    -Sobreproduccion y atomización de la oferta… y mengua de la demanda por los anteriores motivos

    Un poco lo de siempre, pero no por poco original deja de tocar puntos sensibles compartidos por la mayoría de editores. En el fondo, creo que hay mucho de «problemas de la edad», es la generacion saliente entonando su desencanto… Y por lo demás, un autor históricamente importante en nuestro contexto (quizá más como activista que como autor) que explica las claves de su obra.

  14. Kaplan dice:

    «En el fondo, creo que hay mucho de “problemas de la edad”, es la generacion saliente entonando su desencanto…»
    Exacto, Luis. Los lamentos son por el género intramuros, por el famoso gueto que se muere (y ya era hora, porque el tufo comenzaba a ser insoportable), no por la ciencia ficción. Pero desgraciadamente, no es eso lo que dice. Esto es, si me permitís la comparación, exactamente lo mismo que ocurría con la denominación Jornadas Mundiales de la Juventud. Perdóneme usted, dirá de la juventud católica. Pues igual. No es la ciencia ficción lo que está en horas bajas, sino SU ciencia ficción, la cf del gueto, la del no al aperturismo. Ya que no discrimina, su afirmación no puede ser más errónea. Y lo peor es que este mensaje, repetido como un mantra por venerables como Santos o Barceló, cala en cierto tipo de gente. Bien, mi protesta es no leerlos, y así lo he expresado.
    Hay otro problema muy común en este país. Si cargas contra una opinión, algunos lo interpretan como una carga contra la persona. Y no, no es así. Nadie tiene que defender aquí la figura de Domingo Santos, que conozco de sobra (soy español y llevo casi 40 años leyendo ciencia ficción, cómo iba a desconocerla). Yo no cargo contra él, sino contra esa opinión determinada.

  15. Besa dice:

    Pienso parecido, Kaplan. Hay que hacer unas cuantas docenas de matizaciones de enfoque y más… Desde el total respeto a la trayectoria, alguien tenía que combatir ese estado de ánimo según el cual: «En mis tiempos era otra cosa, había más actividad, más nosequé»… Y conste que DS me ha parecido muy respetuoso con lo actual, incluso me ha sorprendido, pero ese tono melancólico… hace pupa…

  16. Roberto dice:

    Primer comentario: «Primera frase: “Ciertamente, la ciencia ficción, tanto a nivel español como mundial, está en horas bajas”. Vale, ya me contará alguien si es interesante el resto de la entrevista.»

    Vale, ya me contará alguien si el resto de los comentarios (incluyendo el mío) merecen la pena.

  17. Roberto dice:

    … desde luego la entrevista sí que la merece ;-)

  18. Gracias por la (pequeña) parte que me toca, Roberto.

    Precisamente por las opiniones a favor o en contra sobre el actual estado del género creo interesante y pertinente traer la valoración y experiencia de alguien como Domingo Santos a este foro de debate. A mi juicio, y esto es solo una opinión muy personal, creo que se está desaprovechando una estupenda oportunidad para generar debate positivo entre varias generaciones de aficionados.

  19. Risingson dice:

    Ya bueno. Una opinión pobremente argumentada es una opinión pobremente argumentada, la de yo o Platón.

  20. Roberto dice:

    Mi primer comentario era una pequeña broma (también me he leído todos los comentarios), debida a la perplejidad que me causó el primer comentario.
    Yo tampoco estoy del todo de acuerdo con esa primera frase de Domingo Santos. Pero es su impresión personal, que no invalida la entrevista (muy interesante para mí, por la admiración que siento hacia la trayectoria del entrevistado). Creo (como simple aficionado claro) que la situación actual de la cf es simplemente «diferente» a la de hace unas décadas, pero supongo que mejor en algunas cosas (más autores y títulos disponibles en variedad de formatos, por ejemplo) y peor en otras (tiradas más cortas de cada título en las colecciones de género …).
    Me quedo con que en abril podamos disfrutar del “Homenaje” que Domingo Santos rinde a autores tan diversos (Clarke, Asimov, Hodgson, Ballard, Lovecraft, Wells, …)

  21. Fernando Ángel dice:

    ¿De verdad no se ha entendido que ese primer comentario de Kaplan era irónico?

    Y creo que nadie se mete con que se le haga y publique una entrevista a Domingo Santos. Sencillamente, existe la posibilidad de estar en desacuerdo, ¿no?, mientras esté argumentado. Y para este desacuerdo, realzado por la ironía de Kaplan, no hace falta saber mucho de sobre cf actual. Estamos en un momento extraordinario y, desde luego, Santos no parece poner grandes ejemplos que demuestren que conoce las obras de cf actuales que critica.

    Las defensas a Santos que he leído entre estos comentarios parecen basarse solo en: «¿Cómo es que osáis criticar a Santos?» o «¿Por qué no se le va a hacer una entrevista?». Pero nadie parece querer comentar el fondo de lo que dice Kaplan: no tiene ni idea sobre cf actual más allá de… Errr.. ¡Brian Herbert!.

    Pero vayamos incluso a una extraña contradicción del propio entrevistado: «Basta releer cualquier novela de cualquier gran autor (anglosajón) de la Edad de Oro de la cf para darnos cuenta de lo que han envejecido el 101% de ellas.»

    Afirma eso y luego dice que no hay buena cf posterior. Estoooo… Si nos ceñimos a estas declaraciones ¿entendemos que Santos ve fatal cualquier cf anglosajona? ¿No vale la pena el género en su conjunto?

    Y no por ello puedo dejar de elogiar a Domingo Santos como una de las figuras más importantes de la cf española y quizás quien más ha hecho por ella en un momento dificilísimo. Mi admiración no puede ser mayor. Pero leer esas declaraciones tras tantas críticas y críticas favorables sobre cf en esta misma web… O nos equivocamos muchísimos lectores, críticos, editores y escritores actuales o se equivoca Santos. Y me apena un poco, porque su demostrado buen gusto sabría sin duda apreciar la excelente cf actual si se pusiera a leerla.

  22. Roberto dice:

    En esta misma web leí un artículo de Julian Díez, que se mostraba igual o más pesimista que Domingo Santos respecto al estado actual de la cf, aunque se centraba en las editoriales españolas de género:

    http://www.literaturaprospectiva.com/?p=7432

    Puede que me equivoque pero al leer la entrevista me da la impresión de que Domingo Santos se refiere a algo parecido, al estado editorial (de género) actual, y no a la calidad de los autores actuales. De hecho dice en la entrevista que «Ahora los autores que pretenden abrirse camino dentro del campo son muchos, y maldita sea, la mayoría de ellos son realmente buenos», todo lo contrario a decir que no haya buena cf actual.

  23. Kaplan dice:

    ¿El estado editorial? Mondadori, Destino, Salto de Página, Anagrama, Algaida, Seix Barral, Tusquets, Alfaguara, Plaza & Janes… Todas han publicado ciencia ficción española en los dos últimos años. Yo diría que los autores españoles tienen más posibilidades que nunca y están siendo más publicados que nunca, ¿no te parece? Desinformación, pura desinformación. O ganas de no informarse, que es peor.

  24. Rudy dice:

    Ni idea de cómo le ha funcionado comercialmente a Mondadori, Destino, Anagrama, Algaida, Seix Barral, Tusquets, Alfaguara o Plaza & Janés la ciencia ficción española que han publicado. Seguro que bien, no lo dudo.

    Sí que puedo decir, sin embargo, que según confesión propia de uno de los editores de Salto de Página, cada vez que han publicado ciencia ficción (recalco ciencia ficción, no hablamos de terror o fantasía) se han dado una buena hostia.

    Así que, sin la menor intención de pretender mear en tu desfile, Kaplan, quizá la situación no es tan japyguay como la estás pintando.

  25. Kaplan dice:

    Algún libro venderá menos que otro. Normal, no van a ser todo superventas. Cuántas hostias se dan las editoriales con libros generalistas sin cambiar por ello de autores. Lo que es indiscutible es que el número de obras españolas de cf publicadas es el mayor que ha habido jamás, y en catálogo de casi todas las editoriales grandes. La presencia de la cf patria y foránea es apabullante, como no se ha visto jamás. Si eso es estar en horas bajas… Y en cuanto a las ventas, ya lo dejé claro en un mensaje anterior.
    (Y aún así, por poner un ejemplo de la editorial que mencionas, Plop, el magnífico postapocalíptico de Rafael Pinedo publicado por Salto de Página, acaba de ver una segunda edición, así que al menos a uno de sus libros tan mal no le ha ido.)

  26. Efectivamente, grandes editoriales publican obras de ciencia ficción y/o prospectiva. O, más bien, incluyen títulos donde la hibridación de géneros permite incluir esas temáticas… además de otros muchos contenidos, pocas veces de forma digamos «pura». Eso constituye un evidente signo normalización. Cuánto venden ese tipo libros sólo pueden decirlo las propias editoriales, aunque disponemos de indicios indirectos: reediciones, repetición en el tiempo de títulos con esa misma temática, etc.

    De todas formas, no nos engañemos. Por mucho que hayan vendido algunos libros que se han citado aquí, «el gran negocio» sigue eludiendo el género y las grandes pilas de libros en los megastores pertenecen a fantasía juvenil, thrillers conspiranoicos, firmas archiconocidas, etc. Personalmente no me importa demasiado, mientras haya literatura de género publicada en condiciones dignas y todos los actores involucrados puedan subsistir igualmente: escritores, editores, libreros, etc.

    Lo bueno del caso es que creo que el género avanza pasito a paso para quedarse, no para ser una moda pasajera como la literatura zeta, que vende y vende y vende y algún día se agotara el filón y llegarán los saldos… pero, coño, ojalá pudiéramos asemejarnos un poquito más. Ahora se hacen cosas interesantes, y a mi último Recomendamos me remito: ropa inspirada en el universo Solaris de Stanislaw Lem. Quién nos lo iba a decir 20 años atrás…

  27. […] Más info: Entrevista a Domingo Santos en Literatura Prospectiva […]

  28. Oberlus dice:

    Domingo Santos (Pedro Domingo Mutiñó) es, lamentablemente, el traductor de las tres primeras novelas de la saga de Dune, de Frank Herbert.
    Me sangran los ojos.
    No sé quién es más culpable de tamaña herejía lingüistica y literaria, si el traductor o la editorial.
    Dejando de lado la ingente cantidad de erratas, letras omitidas, palabras mal traducidas (pero que por contexto se deduce cuál era la buena), ¡¡líneas desordenadas!! (página 16 de El Mesías de Dune), me quedo con estas dos ENORMES CAGADAS:
    * Facedancers traducido como Danzarines Rostro. ¡Por Dios! ¿Es que no sabe hablar español? Danzarrostros no hubiera sido tan malo, danzacaras, bailarostros, bailacaras, cambiarrostros, cambiacaras… ¿Le pasó el traductor de Google?
    * Significado cambiado en una frase clave de las páginas finales de Hijos de Dune: «¡Mi hermana se casará contigo!» (con Farad’d Corrino) cuando en realidad se casa con Leto II («conMigo» debiera poner). Lamentable.

    Y luego Monstse Conill le sigue el juego en el resto de novelas de la saga. Tóptero en lugar de ornitóptero (y en una ocasión «tórpedo», toma ya). «echando/echaba fuego por los ojos» mínimo siete veces en cada novela, dudo que el original dijera eso.

    Si las novelas de Herbert no eran grandes piezas de la literatura, con esas traducciones puedo dar por sentado que en realidad ningún hispanohablante conoce la literatura de ese hombre, porque han leído otra cosa.

    Domingo Santos es un traductor negligente que ha hecho más daño que bien a la ciencia ficción en español. Y tiene un morro que se lo pisa poniéndose a sí mismo por las nubes en su página de la Wikipedia. ¡Y se digna a criticar la CF anlosajona contemporánea! ¡VERGÜENZA! Y encima va por ahí dando entrevistas. Que se encierre en su casa y llore.

  29. Ramon Perez dice:

    La ciencia ficcion vive en crisis, no se ve nada que tenga valor, solo repeticiones y si acaso variaciones sobre un mimos tema. La originalidad se cuenta con los dedos de una mano, y abundan mas los fanaticos que defienden cualquier basura mal escrita que los autenticos esctitores que caracterizaron una época. Pero claro, todavia hay energumentos que dicen ser mejor que Ray Bradbury, Poul Anderson, Silverberg o Dick. No me extraña tienen el cerebro en una realidad virtual continua

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