A pesar de ciertos momentos más que puntuales, la ciencia ficción en España no acaba de arrancar entre el gran público. Puede que a veces se cuele algún título (generalmente fingiendo que no es ciencia ficción) pero, en general, la gente sigue siendo reacia a comprar según que cosas. Frente a los éxitos arrolladores de otros géneros populares como el policiaco, el espionaje, el terror, la novela histórica, e incluso, la fantasía épica, la ciencia ficción tiene unos resultados que ofrecer más que magros, especialmente, si nos centramos en los autores españoles, con destacado papel a los llamados autores provenientes del fandom. De momento, fenómenos como la trilogía de Stieg Larsson, los éxitos de Ken Follett, Falcones y el Reverte de Alatriste, el muy reciente de Martin y su Canción de hielo y fuego, un fenómeno como el de Stephen King, o la magnífica consideración por crítica y público de un Le Carre, son totalmente ajenos al mundillo de la ciencia ficción.

Es posible que algunos autores hayan conseguido vivir de lo que escriben, y lograr una repercusión (gente como Somoza, o últimamente Palma). Pero yo no estoy hablando de ese tipo de libros. Estoy hablando del Big Bang, de la madre de todos los éxitos, del libraco del que todo el mundo habla, desde mi señora madre jubilada que se lee tres novelas al año al cultureta más empedernido que devora libros como palomitas un adolescente granujiento en un cine de verano. Del que sale en la tele, en los periódicos y en la radio. Del que todo el mundo habla; muchos para ponerlo a caldo y una mayoría silenciosa para disfrutarlo sin complejos. Y, cuando lo acabe, para pedir más y más.

¿Hubiera sido posible el éxito de Forsyth o el primer Follet sin Le Carré?

¿Cuántas novelas policías suecas se editaban en este país antes de boom Stieg Larsson? Las de Henning Mankell, que no se vendían mal pero no servían como motor de arranque para ningún fenómeno. ¿Y ahora? Ahora lo que resulta difícil es encontrar una novela negra que no sea «nórdica».

Hace falta un bombazo de estas características para que este género alcance su madurez como producto (como literatura no hay discusión que lo consiguió hace tiempo), y llegue de una vez por todas al gran público. Algo que, desgraciadamente, todavía parece lejano.

Se puede dar miles de argumentos y respuestas al por qué de la reticencia del público español a este producto editorial que, en otros sitios, goza de mejor salud. Podríamos buscar explicaciones históricas sobre el cómo y por qué de los hábitos lectores de nuestro país, «conjuras» de académicos y críticos contra lo fantástico, comportamientos irracionales del mercado, la irrupción del ebook o, ya puestos, las profecías de Nostradamus.

Pero hay algo a lo que rara vez jugamos y que se llama autocrítica. Un ejercicio muy sano aunque, lo reconozco, tan practicado entre nosotros como el curling en Senegal. En concreto hablo a los que, coloquialmente, se les conoce como autores y editores del fandom. Gente muy parecida a mí (la gran diferencia es que ellos escriben y/o editan ficción y yo no), o a los que frecuentan esta página, que han mamado la ciencia ficción desde siempre, se han leído y han discutido sobre casi todo, y saben perfectamente de que va eso de la ciencia ficción mucho mejor que el resto de los mortales. Además muchos de ellos escriben genial, o son capaces de editar libros estupendos. Y sin embargo no consiguen dar el salto. Yo rezo por Hiroshima y ellos me dan una mascletá… con suerte (hablo de ventas, no de calidad, reitero)

Querría centrarme, en un caso concreto que, a mi modo de ver es más que significativo. Me refiero a un título aparecido hace tres años y que ya fue reseñado en esta página: Fragmentos del futuro II, antología de tres novelas cortas editada por Espiral Ciencia Ficción.

Y creo que este libro es significativo sobre el por qué de ciertas cosas por más de una razón. Fragmentos del futuro II es el número cuarenta y tres de la colección Espiral Ciencia Ficción, sello dirigido por el bilbaíno Juan José Aroz. Para el que no conozca esta iniciativa editorial, Espiral es una colección cuyos títulos sólo se pueden conseguir bien por suscripción, bien acudiendo a la página web de la editorial; las tiradas son muy cortas, los beneficios para el editor inexistentes, lo mismo que para los autores. De esta forma, la mayoría de los títulos apenas llegan a un grupo muy reducido de personas. En efecto, la labor de Aroz y, a priori, la de la mayoría de sus autores es en este sentido amateur al 100 % (me apresuro a decir que los libros están editados de una forma bastante profesional y son un producto más que digno; el amateurismo tiene que ver con la intención del proyecto, no con el resultado final del producto). En este sentido, Espiral, tanto en su rama editorial como en la literaria, tiene un cierto aire a hobby, a afición y, en ningún caso, a ganas de profesionalizarse, a ganarse la vida con esto.

Lo que en si mismo no tiene nada de bueno ni malo. De hecho que Aroz y la mayoría de estos autores hagan un esfuerzo ímprobo y altruista por la ciencia ficción dice muchas cosas buenas sobre ellos como personas y amantes del género. Lo malo es que, el resultado de un proyecto amateur da como consecuencia un producto amateur que probablemente guste a su autor, al editor y a parte de las 500 personas que están “en el ajo”, pero difícilmente contentará las expectativas de un público mayoritario que busca algo mucho más pulido. Especialmente en el terreno literario.

Ningún autor nace sabiendo su oficio. Bueno, es posible que un puñado de genios sí, pero el resto tiene un largo camino desde que empieza a emborronar cuartillas hasta que consigue convertirse en un profesional. O sea, vivir de sus escritos, o lo que es lo mismo, lograr que una parte importante del público le siga. La única forma de llegar hasta la meta es mediante el viejo sistema de ensayo-error y jueces indiscutibles son el editor y, a posteriori, los lectores.

En miles de ocasiones los editores simplemente tiran las cuartillas a la basura. Pero, a veces, se dan cuenta de que ahí, en esas hojas, hay algo que merece la pena, todavía apenas esbozado, pero que puede ser la traca. Y ahí es donde surge la figura del editor que se involucra en la obra, que advierte al escritor en ciernes de sus muchos errores y que le encauza hacía el éxito. Esa figura es muy habitual fuera de nuestras fronteras, pero tampoco es tan rara en España. Sin ir más lejos, Ildefonso Falcones logró así romper todos los techos de cristal con La catedral del mar, libro que fue revisado y reescrito, con la ayuda de media docena de editores, múltiples veces.

A aquellos que vayan a rasgarse las vestiduras diciendo que eso no es literatura sólo les puedo decir que tanto Falcones, como la editorial, como los millones de lectores que han disfrutado de la novela, esas consideraciones se las traen al fresco. Teniendo en cuenta la de prejuicios que hay respecto a la ciencia ficción, yo no sería muy duro prejuzgando los éxitos de géneros cercanos como la novela histórica.

Si acudimos a las tres novelas cortas que componen Fragmentos del futuro II nos daremos cuenta de que estamos ante un caso totalmente diferente. Cada autor ha escrito lo que ha querido y como ha querido, y tal cual aparece en el libro. No ha habido una labor de decantación que haya mejorado el producto. El resultado es algo que, personalmente, me puede satisfacer hasta cierto punto, pero que dudo que pueda llegar más allá de las fronteras del fandom. Y no por falta de talento de los autores, si no por no saber solucionar unos cuantos temas que un buen editor al estilo anglosajón hubiese reconducido.

Por ejemplo, la obra que abre el libro (y en mi opinión, la mejor), “Cleruqía” de Alejandro Carneiro. Una historia sobre naves generacionales narrada con chispa, ritmo, alegría y ese sentido del humor marca de la casa por el que todos recordemos con agrado muchas de sus historias. Por desgracia, todas estas virtudes quedan empeñadas por el final, que podríamos calificar como de chiste (y de chiste malo, añado). 133 páginas no se pueden cerrar con un chascarrillo; un cuento corto de cinco o diez sí, incluso puede ser su mayor virtud, pero en toda una novela que el misterio final sea una coña marinera…

Luego está “Volver al sol” de Juan Carlos Planells, todo un consagrado. Él mismo ha calificado esta obra suya como más que mediocre. No voy a ser yo quien le lleve la contraria. Mala, mala no es. Quizá posea un argumento y una ambientación un tanto forzadas pero podría haber funcionado si no fuera porque, como le pasa en ocasiones, Planells no ha sabido muy bien hacia dónde tenía que ir su historia. A partir de cierto punto, esta empiece a divagar y acaba convirtiéndose de oscura distopía a confusa ensalada de tiros que, eso sí, es muy útil de cara a despejar de personajes superfluos el final del relato.

Por último tenemos al novel J. Carlos Aguado con “Dante en Inopia”. Por ser breves, ideas buenas, desarrollo poco adecuado, con más de un fallo de novato (sin ir más lejos el críptico título), algo lógico y disculpable para alguien que empieza, aunque hay algunas cuestiones complicadas de entender, como usar comillas en vez de guiones para encuadrar los diálogos.

Así pues, tres obras que podrían haber sido mucho más de lo que son si una mano firme hubiese sabido guiar y aconsejar a sus autores. Se me dirá que, a fin de cuentas, esta crítica es injusta, que el cometido de Espiral, una empresa no profesional, no es ese. Y es totalmente cierto. Me disculpo ante Aroz, Carneiro, Planells y Aguado por si les he ofendido, nada más lejos de mi intención.

Lo malo es que esas mismas voces son las que luego se quejan de que es imposible ser profesional de la ciencia ficción en nuestro país, de que el gran público nos ignora, de que nos odian y conspiran contra nosotros, etc, etc.

¿En qué quedamos? ¿Hobby o profesión? ¿Llegar al gran público o quedarnos en el ghetto? A ser posible, sería de agradecer una respuesta clara, porque, me temo, jugar a las dos barajas no sólo es absurdo sino que lleva a al autoengaño. Eso sí, mientras seguimos felices diciéndonos unos a otros qué buenos somos y qué poco nos comprenden, alguien está escribiendo esa gran novela que colocará la ciencia ficción en su sitio y, me temo, ese alguien ni va a publicar en Espiral, ni va a ser lector de webs como ésta, ni, probablemente, tenga el pedigrí adecuado que ciertos popes le van a exigir. Pero, lo más gracioso de todo es que, cuando dé el bombazo, ni a él, ni a su editor ni a sus millones de lectores les importará tres narices todo eso.

79 Responses to Del amateurismo y la profesionalidad

  1. Siempre he dicho que lo que realmente necesita el género para despegar a nivel de gran público es un buen blockbuster. Y un personaje (o varios) verdaderamente mediáticos que lo apoyen. Como Iban, no hablo de calidad, sino de comercialidad.

    Ahora bien, a la larga ¿sería eso bueno para el género? Ni idea.

    Igualmente coincido con Iban cuando dice que la labor de editor es muy importante para el producto final, algo que normalmente no se hace por lo menos al nivel de las editoriales de género que conozco. No todos los editores están preparados para ello ni les apetece o piensan igual, pero sería bueno que algunos apostaran por ello (algunos lo hacen indirectamente: publicando extranjeros que se supone ya han sufrido esa criba, pero no publican producto nacional porque ha dejado de ser rentable… ¿círculo vicioso?); sería una excelente forma de discriminar (no lo digo enplan peyorativo, sino aclarativo).

  2. Risingson dice:

    Y bueno, cierta autocrítica que distinguiera bien el nivel de calidad de literaria de un Hyperion a un Tau Zero no vendría mal tampoco.

  3. Rudy dice:

    Básicamente lo que dices es que los editores españoles actúan como «publisher» pero no como «editor», por usar los términos ingleses.

    Y sí, ése es un problema serio. Sospecho, a tener de lo poco que he podido ver, que no necesariamente endémico del fandom pero sin duda sí que se da en él con más frecuencia precisamente por la naturaleza amateurística de buena parte de los editores.

    Y no siempre es culpa del editor… al menos no del todo. Sé de casos de autores que literalmente se niegan a que nadie toque una sacrosanta coma de su manuscrito: ya no hablo de una revisión a fondo, sino tan siquiera una mínima revisión de estilo. Cierto que sigue habiendo una parte importante de responsabilidad en el editor, en el sentido de que, coño, imponte y si al autor no le gusta, que se vaya a otro sitio.

  4. Rudy dice:

    Añado que sí he conocido editores procedentes del mundillo con una actitud lo bastante profesional en ese sentido como para sentarse con el autor y trabajar a su lado hasta que la obra esté como debe estar.

  5. Rudy, yo también conozco algunos casos, en el pasado reciente. Tal vez me columpie, pero ¿cuantos de ellos quedan en el presente que publiquen ciencia ficción española?

  6. Rudy dice:

    No, no te columpias, realmente.

  7. Besa dice:

    En los últimos años va cayendo (pero pesa como una losa) el prejuicio editorial patrio según el cual la CF era “mercado juvenil” y fuera de eso, género minoritario, preferiblemente importable a partir de experiencias respaldadas por el éxito en el mercado sajón. Decir que “va cayendo” no es lo mismo que decir que vivimos una edad de oro. Ojo.
    También hay que decir que es un prejuicio basado en una realidad de mercado del best seller*. También hay que decir que la tradición pesa (no es lo mismo Hyperion que Tau Zero). En España, ni la CF ni la bélica ni el humor, por citar tres ejemplos claros, tienen una tradición literaria de la que nutrirse (y parece una chorrada, pero no). Será cuestión de inventar la dichosa tradición, a golpe de varias generaciones de “mataos” escribiendo CF (mala, muy mala, mejor, peor) por amor al arte, y otras tantas editoriales haciendo lo propio con medios inverosímiles. Pedimos perdón al sufrido lector.

    *Por cierto, y ya que lo citas, si Falcones más su equipo, más su aparataje, más su marketing hubieran contextualizado su petardada en el siglo XXIII, le hubiéramos dado de collejas y creado antipremios específicos para celebrarlo. Francamente, es una novela que no llega ni a mala y si ese es el camino…. El mercado no siempre tiene buen gusto. Repite machaconamente experiencias lectoras, y en eso, el todopoderoso mercado femenino, tiene mucho que ver. Vete a cualquier blog literario mainstream y verás que las mujeres firman por lo bajo el 60% de los comentarios. Resultado, predominio en los bestsellers de temáticas melodramáticas. En mi humilde opinión, una vía literaria que o no sale del culebrón y si sale fracasa editorialmente. En eso, ves, la CF lleva ventaja. Tiene más esquemas argumentales, más permeabilidad.

  8. Kaplan dice:

    Rudy ha puesto el dedo en la llaga. Teniendo en cuenta los gargantuescos egos del escritorcillo aficionado de ciencia ficción, fantasía y terror, ¿cuántos estarían dispuestos a trabajar «profesionalmente» con su novela, a seguir los dictados del editor y meter los tijeretazos y cambios que le sugiriera?

  9. Supongo que la mayoría. No sé cuántos casos habrá de lo contrario, pero supongo que la mayoría de autores está abierta a cambios y sugerencias. Es absurdo lo contrario. Se trata de que llegue al lector un libro lo mejor acabado.

  10. Rudy dice:

    No me jacto de conocer las opiniones de la mayoría de los autores del género. Líbreme Dios.

    Pero conozco las de algunos (algunos de ellos con un cierto «caché» intramuros») que antes se dejarían emascular que permitir que sus textos fueran revisados.

  11. Kaplan dice:

    Ahora que lo releo, veo que generalizo. Sustitúyase «del escritorcillo aficionado de» por «de la mayoria de los escritorcillos aficionados de».
    Y sin embargo, Daniel, no siempre es así. Echa un vistazo por algunos foros, especialmente las declaraciones de los que se autodenominan «escritores».

  12. Pues es absurdo. Os aseguro que José María, editor de Viaje a Bizancio, para mí ha sido un colaborador activo. Y que sin él, el resultado habría sido uno distinto y peor. No me refiero a correciones de estilo ni hablo de comas. Hablo de conversaciones y conversaciones, a lo largo de meses. Raúl de AJEC y Pily de NGC, por seguir en el «mundillo», son educados, abiertos y buscan lo mismo: no hablo de comercialidad, sino de calidad y buen acabado.

    Los autores a los que conozco también los he visto abiertos en ese sentido. Pero ni puedo hablar por todos ni sé lo que hacen todos, claro.

  13. Besa dice:

    Normalmente te dicen, el cap tal rompe el ritmo. Sobran páginas, no pongas tantas veces «hostia puta»… En general son observaciones impagables, y contribuyen a mejorar un texto, a hacerlo más interesante al lector. Entre novatos muy especialmente, ya qu vivimos en la subjetividad y la falta de feed-back. A veces no y toca pelear y plantarte, este capítulo lo necesito para… dar tus razones y buscar otras. Y si más gente coincide en que no,en que ese capítulo sobra, a comérselo. No creo que sea una cuestión de ego. Conozco escritors de ego tremedo y lo consideran una parte más del trabajo.Hombre, algún burro habrá -y edtor tambien…. Pero no va por ahí.

  14. Rudy dice:

    Casi todos los editores (aunque no todos) con los que he trabajado han sometido mis novelas a una revisión de estilo. Cosa que, por otro lado, siempre he agradecido: ni os imagináis (o a lo mejor sí) la cantidad de pequeños errores y pifias que se te escapan por muchas veces que revises tu propio texto.

    Y unos pocos han ido más allá, se han metido en la propia novela y comentado cuestiones de ritmo, estructura o desarrollo de personajes. Luis G. Prado lo hizo en su momento, por ejemplo, con mis novelas holmesianas. Y Alejo Cuervo (cuyo nombre parece ser anatema mencionar por aquí) fue sin duda la persona que lo hizo más a fondo, que actuó como un verdadero «editor» en el sentido anglosajón del término: durante varios meses se puede decir que trabajamos juntos en «El sueño de Rey Rojo» y si la novela quedó como quedó (para mí, una de mis mejores novelas) la intervención de Alejo tuvo mucho que ver.

    De hecho, en ningún caso me he arrepentido de que mis novelas pasaran por una revisión editorial, ya fuera superficial o más a fondo: el texto final, que es de lo que se trata, siempre salió ganando.

    Pero, repito, casos como los que he detallado más arriba fueron excepciones. En general, más allá de la mera revisión de estilo (y en unos pocos casos, ni eso) no se suele ir, en mi experiencia personal.

  15. Con bastante menos experiencia que tú, también imagino que eso sucede pocas veces. En el caso de José María, no me canso de repetirlo. Incluso le dediqué el libro. No podía hacer menos. No voy a decir que fue una co-autoría, porque no fue eso, pero desde luego que, sobre todo en lo referente a la estructura, fue un trabajo conjunto. Meditado. Largo en el tiempo. Es difícil hacerlo así. Entre otras cosas porque es raro que un editor se interese por una obra que estás escribiendo, en lugar de por un producto terminado y revisado.

    Volviendo al artículo en cuestión, hay un fondo con el que nunca he comulgado ni entiendo. Es una idea que ha aparecido en diferentes artículos y foros defendida por distintas personas de (cómo odio hablar así) «dentro». Me refiero a la conquista del mercado. La necesidad de un reconocimiento general. El éxito entendido como un gran volumen de ventas. El que, sin un pelotazo a lo Larsson, quede la sensación de que falta algo.

  16. Luis Pestarini dice:

    Es interesante la discusión sobre la relación entre el editor, el autor y la obra. ¿El editor tiene más autoridad que el autor para discernir defectos sobre la obra? Es muy discutible. Ni siquiera estoy seguro de que tengan necesariamente más visión comercial. Claro que tienen autoridad para decidir qué publican y que no, pero la obra literaria finalmente aparece firmada por el autor, así que es su decisión cómo dejarla, más allá de que todos conocemos a «escritores» que tienen un berrinche cada vez que se les sugiere un cambio.
    Por otro lado, no veo con mucha claridad la relación entre el éxito comercial y la buena labor de un editor. ¿»El código Da Vinci» tiene un buen editor detrás o un andamiaje publicitario que potenció algunas virtudes y oscureció sus defectos? La novela no está mejor escrita que la mayor parte de la ciencia-ficción que se publica en español. Y también me pregunto, ¿cuántos policiales negros de origen escandinavo se van a publicar dentro de cinco años? ¿Sirven tanques como los libros de Brown y Larsson para posicionar comercialmente a un género de forma permanente?

  17. Kaplan dice:

    No sé, yo tampoco. Mariano creo que defiende esa idea. Yo siempre esperé que el reconocimiento viniera desde la asunción, por parte de los grandes escritores, de la ciencia ficción, desde la utilización de sus temáticas como algo normal. Vamos, lo que está pasando. Se puede decir que el fantasy sí ha logrado eso, y personalmente, no cambiaría su «triunfo» por el de la ciencia ficción ni de lejos.
    En cuanto a lo de la colaboración con el editor, es que eso debería ser lo normal. De hecho, en países como EE.UU. es lo normal. No sé si Carver tendría la misma fama sin su editor.

  18. Joserra dice:

    Siempre que se habla de esto, me pregunto: ¿debe ser obligatorio vivir de lo que se escribe? Yo es que no lo veo. Hay muy buenos escritores que nunca lo hicieron. Hay escritores de género (fantasía en este caso) que lo han conseguido… para darse cuenta de que no es lo que querían:
    http://www.independent.co.uk/arts-entertainment/books/features/steph-swainston-i-need-to-return-to-reality-2309804.html
    Así que la profesionalidad absoluta no tiene por qué ser el maná maravilloso que muchos proclaman. Está claro que es mejor poder dedicarle tiempo a tu obra, pero las presiones derivadas de ganarte el sustento no son moco de pavo. Y pueden hacer que escribas algo que no te interesaba porque, oye, tienes que comer y así son las cosas.

  19. Yo ya he dicho en muchos foros que no quiero vivir de escribir… y recibo esa mirada de condescendencia de algunos colegas que me miran como si fuera idiota.

  20. Besa dice:

    Pues bueno, es muy buena pregunta. Se supone que en un entorno profesional la calidad mejora, pej, un editor bueno, s0i le pagan bien, tendrá un buen estímulo para no dejar de editar. Pero es un suponer, anda que no hay aficionados que dan sopas con ondas… El único argumento que puedo encontrar es que el entorno profesional apareja dinero y el dinero es bonito.

  21. >Rudy, yo también conozco algunos casos, en el pasado reciente. Tal vez me columpie, pero ¿cuantos de ellos quedan en el presente que publiquen ciencia ficción española?

    Este viernes tuve el agradable placer de disfrutar de uno de estos casos excepcionales: la presentación de «El secadero de iguanas», de Pedro Andreu. Claro que el editor, Martin Simonsons de PortalEditions, se ha tirado 2 años revisando con el autor el texto. No creo que muchos editores estén dispuestos a algo así… Pero segun confesaron tanto el autor como el editor, la experiencia fue rica y el texto salió reforzado.

  22. >¿El editor tiene más autoridad que el autor para discernir defectos sobre la obra? Es muy discutible. Ni siquiera estoy seguro de que tengan necesariamente más visión comercial. Por otro lado, no veo con mucha claridad la relación entre el éxito comercial y la buena labor de un editor.

    Una buena observación, Luis. No, desde mi punto de vista no tiene esa autoridad pero sí puede aportar su experiencia (al menos, se le supone). Que alguien que no eres tú le apetezca explorar los intríngulis de tu obra, revisarla, analizarla, ver sus posibles fallas y proponer (siempre proponer) mejoras, ver tu creación desde otra óptica, me parece algo maravilloso; pero para ello debe existir una cierta química entre ambos actores y un compromiso que satisfaga a ambos.

    Siempre hablo de (teórica) calidad, no de comercialidad. Ahí pueden entrar más que el citado editor, gente de marketing; aunque en sellos pequeños la figura del editor asuma esas y otras funciones. En el éxito comercial entiendo que influyen múltiples factores, calidad de la obra pero también marketing, oportunidad, fama del autor, la polémica (caso del Código Da Vinci que comentas) y un largo etcétera.

  23. >No sé, yo tampoco. Mariano creo que defiende esa idea. Yo siempre esperé que el reconocimiento viniera desde la asunción, por parte de los grandes escritores, de la ciencia ficción, desde la utilización de sus temáticas como algo normal. Vamos, lo que está pasando. Se puede decir que el fantasy sí ha logrado eso, y personalmente, no cambiaría su “triunfo” por el de la ciencia ficción ni de lejos.

    No, no defiendo exactamente esa idea. La integración de algunas temáticas de género dentro de la corriente general creo que es un hecho insoslayable, al menos para los que estamos en esta discusión; pero a mi juicio se integra como una influencia más dentro de otras mil: en un libro contemporáneo puedes encontrar referencias al culto al cuerpo, la política global, la crisis, la corrupción, la comida china o los viajes en el tiempo. Si encontramos esas referencias explícitas en una novela ¿la convierten entonces en un libro de género? Para unos sí y para otros no, pero por las mismas razones también de política, economía o dietética. ¿La ciencia ficción, entonces, ha triunfado?

    Pienso que lo que necesita el género para despegar como tal género a nivel de gran público es un gran éxito de referencia, que arrastre a epígonos e imitadores hacia ese nuevo nicho de mercado.

    Aunque personalmente me conformo con disponer de material de género de calidad.

  24. Respecto a cómo puede contribuir un editor de una forma positiva. Excluyo pillerías comerciales, sugerencias sobre cómo gustar y a quién y demás, interesantes para hacer caja, pero no para lo interesante: contribuir a que el resultado sea mejor. También excluyo lo ortográfico y gramatical y la detección de erratas.

    Brainstorming. Entre dos, no en grupo. Pero muy útil. Habría que incluir esto, sería interesante una escena con aquello, un personaje debería hacer esto otro. Qué te parece añadir esta imagen. Creo que el libro necesita esto otro.

    Punto de vista. La última palabra la tiene el que se sienta y escribe, lógicamente. Pero se agradece mucho que alguien, desde fuera, vea los pros y los contras de contar la historia de una manera o de otra.

    Ayuda en los recortes, en la eliminación de la paja, en los párrafos de oírse a uno mismo. Fundamental. Todos, absolutamente todos los que sientan a escribir, tienen momentos en los que se va la mano. Te dejas llevar, te contagias de lo bien qué suena tu propia voz. Te vas por la tangente. La frase por la frase. Si existe química y confianza, es muy útil alguna llamada de atención.

    Hablar y hablar. De todo. Del estilo a seguir. De por dónde lo piensas llevar. De qué quieres decir. Alguien que te escuche y opine y de quien te fíes.

    Se puede hacer un trabajo conjunto interesante, aunque solo uno se siente detrás del ordenador.

  25. Carneiro dice:

    La pareja autor-editor yo la considero fundamental. Siempre he pedido opinión a los escasos editores que me han publicado y los consejos que me han dado los apliqué siempre a los textos. En muchos casos eran grandes cambios.
    Será que tengo menos personalidad que un botijo, como dice mi mujer, pero soy de los que piensa que el editor manda, que para algo pone el papel, y yo solo soy el autor, el demiurgo chapuzas.
    No comprendo a los que solo aceptan correcciones gramaticales o pequeños retoques. Quizá porque el talento es orgulloso y carezco de él, o todavía no descubrí la inferioridad intelectual que disimulan mis editores y que para otros parece tan evidente.
    En fin, me uno a la lista de autores que consideran necesario editores con tijera en mano o ganas de opinar sobre la necesidad de modificar tropecientos capítulos.

    PD: Gracias por la crítica, Iván. Lo de los chistes finales es que no lo arreglo. La falta de personalidad.

  26. Kaplan dice:

    Muchnik sobre el asunto:
    http://noticias.lainformacion.com/arte-cultura-y-espectaculos/literatura/las-10-impertinencias-que-un-editor-no-soporta-de-los-escritores_iA4KbyEH37dhN4P1VCxk76/

    “La tarea de editar es tan diferente de la de escribir como la de leer. Al autor, que en su tarea suele perder la perspectiva, le conviene escuchar atentamente al editor. El autor tendrá la última palabra, mejor fundamentada después de haber discutido con el editor”.

  27. Joserra dice:

    Tremendo.

  28. Fernando Ángel dice:

    Perfecto.

  29. Risingson dice:

    O discutible ¿no?

  30. La colaboración autor-editor no es la panacea, ni todo lo contrario. Habrá quienes les apetezca trabajar así (y enriquezcan el resultado, o lo destrocen, o lo demoren) y quienes no. Pero que alguien se tome el trabajo de trabajar para mejorar tu creación (lo consiga, o no) me parece digno de elogio, y cuando menos denota un lector interesado.

  31. Yo he agradecido mucho el trato con José María, de Viaje a Bizancio. Me ha mostrado con claridad todos los defectos que tengo como escritor, y eso es algo que solo un editor con criterio, creo yo, puede hacer.

  32. mobymelville dice:

    Opino lo mismo. Esto del editor y del escritor será como una ensalada y habrá de todo. En el caso de Viaje a Bizancio, de la relación editor-escritor solo puedo decir cosas buenas. También es cierto que desde el principio hubo feeling y eso lo hizo todo muy fácil.

    A veces las cosas más tontas provocan un estímulo brutal. En el caso de Mariano, él fue el primero que leyó la narración que abre Mobymelville. Puede que él no recuerde sus palabras de aliento o no le parecieran muy especiales entre tanto relato que tuvo que leer y del que opinar, pero yo entonces tenía serias dudas acerca de si escribir o no el libro. El plan de diseño del mismo se salía de lo corriente, era arriesgado, y, sinceramente, no sabía si aquello interesaría a alguien. No intercambiamos más de 2-3 mensajes, pero aquel diálogo a mí me sirvió para decidirme, cosa que creo que él no sabe.

    Volviendo a Viaje a Bizancio, y como señala Santi, ese efecto lo he vivido multiplicado por cien. No hablo ya de palabras de aliento a lo ciclista que sube un puerto de montaña. Es bastante más que eso. Alguien de confianza y con criterio te ofrece, desde fuera, la visión que tú, desde dentro, no puedes tener.

  33. Rudy dice:

    Evidentemente, una visión exterior ajena y no comprometida emocionalmente contigo en ningún aspecto (o lo menos posible) es fundamental, imprescindible y necesaria. Incluso aunque, después de oírla, consideres que se equivoca, que no ha dado una y que no tiene ni idea, es necesaria.

    Y no va a ser así. De hecho, a menudo será capaz de hacerte ver problemas en tus libros de los que tú ni eras consciente y que, una vez puesto el dedo en la llaga, te parecerán obvios y te preguntarás mil veces cómo fue que no los viste.

    En cuanto a las opiniones de Muchnik, sin rechazarlas… ¿no está presentando un panorama distorsionado e interesado, presentando como comportamiento común y habitual algo que, sospecho, no es ni de lejos la norma? Puedo equivocarme, claro.

  34. El texto de Muchnik tiene su gracia y parte de razón. Aunque sí, parece que barre para su lado. Ah, los escritores, esa pandilla de neuróticos histéricos y maníaco-depresivos, además de egocéntricos.

  35. >A veces las cosas más tontas provocan un estímulo brutal. En el caso de Mariano, él fue el primero que leyó la narración que abre Mobymelville. Puede que él no recuerde sus palabras de aliento o no le parecieran muy especiales entre tanto relato que tuvo que leer y del que opinar, pero yo entonces tenía serias dudas acerca de si escribir o no el libro. No intercambiamos más de 2-3 mensajes, pero aquel diálogo a mí me sirvió para decidirme, cosa que creo que él no sabe.

    Gracias por tus amables palabras, aunque mi contribución se redujera a poco más que muestras de ánimo; y no, ese detalle no lo conocía.

    Recuerdo los mensajes que intercambiamos para la antología Visiones 2006, de la que me siento personalmente muy satisfecho. Perdón por el autobombo pero en ella aparecieron un «rat pack» que a mí se me antoja impresionante: escritores que publicaron por vez primera como Ismael Martínez Biurrun (el único relato solicitado ex profeso, después de leerlo), o con muy poco material publicado por aquel entonces: José Miguel Vilar-Bou, David Prieto, Sergio Mars, Germán Amatto, Tomás Donaire, Fran Ontanaya…

    Lástima no haber podido contemplar finalmente tu relato, pero con él ganaste el Avalon de aquel año, así que mejor que mejor :-)

  36. mazarbul dice:

    En el caso de Viaje Bizancio, he tenido la oportunidad de trabajar con Jose María, en el terreno del comic (no de una obra mía sino de terceros), y doy fe de que su trabajo ha enriquecido sobradamente el producto final.
    En cuanto a la edición no olvidemos que es un negocio, y que todo editor sueña con su Larsson particular, y si a ese superventas se le une un escritor bueno, pues el colmo de los colmos. Pese a ello creo que en general los editores no piensan en el Da Vinci cada vez que cogen un manuscrito, porque saben que ese éxito del boca a boca obedece a reglas y causas que, ojalá, pudieran ser reproducidas en un laboratorio, pero es casi imposible; más bien piensan en que el producto tire, que el autor venda lo suficiente para que pueda dar más libros. El éxito de superventas tampoco es garantía de calidad, hay mucho de moda, estilos, etc… Y las novelitas rosas?…hay autoras que venden como rosquillas, y lectores que son como vampiros a la espera de la nueva novela de Rosamund nosequé…calidad?, lo dudo (no las he leido, puedo pecar de prejuicio)…pero tiene su nicho de mercado. El problema es que la CF tiene un nicho pequeño. Me gustaría saber cómo va de ventas la novela de Rosa Montero, por poner un ejemplo de novela de cf de autor de mainstream…

  37. Sí, fue una pena no haber formado parte de aquel Visiones. No era posible estar en dos sitios a la vez. El Avalon me pilló cuando llevaba Mobymelville por la mitad. Fue como un caballo al que espolean por segunda vez.

    Independientemente de lo que ocurra con las ventas de mi colaboración con Viaje a Bizancio -habrá cifras en los próximos tres meses o dentro de un año-, para mí ese libro ha sido un éxito. José Mª acabó satisfecho y yo también. Eso es lo que para mí cuenta.

    No creo que la ciencia ficción ni los «zombis antizombis» vayan a reventar algún mercado. Visión ciega no será un blockbuster. Blade Runner seguirá siendo adorada, en Blue Ray, en DVD, en cualquiera de sus cincuenta y dos versiones, pero Los tres estigmas de Palmer Eldritch no competirán con el misterio templario de turno. Pero, ¿y qué?

  38. Kaplan dice:

    Por poner dos ejemplos a lados opuestos, prestigioso y popular: La carretera, más de un millón de ejemplares vendidos; La cúpula, superventas.
    En serio, a veces no sé de qué habláis realmente.

  39. Fernando Ángel dice:

    Otra vez, aunque lo hayamos escrito mil veces, en cine sin ir más lejos casi todos los éxitos de taquilla son de género, especialmente de cf. No solo eso, el cine de realidades alternativas, tipo Matrix, triunfa una y otra vez. Hace nada, vimos el éxito de Código fuente y poco antes el de Inception.

    En cine de animación, el público (adulto) y la crítica aplaudieron Wall-e y en ninguno de estos casos se oyeron voces en contra de ellas por ser cf. Super-8 ha sido también un éxito, guste más o menos.

    En teleseries, Battlestar Galactica ha sido uno de los grandes éxitos, incluso para personas no aficionadas a la cf, por no hablar de Lost o de Fringe.

    Mondadori no tiene ya absolutamente ningún reparo en publicar cf y Anagrama ha publicado novelas de cf, aunque haya sido sin calificarlas así.

    Stanislaw Lem ha contado, que yo sepa, con cuatro mesas redondas en España en solo unos meses. Philip K. Dick es citado constantemente como referencia en universidades y conferencias.

    Una vez más: ha fracasado el escritor de fándom, salvo raras excepciones. Me jode, de verdad que me jode, tanto porque no creo que lo merezcan en todos los casos como porque algunos son amigos míos. Pero es lo único que ha ocurrido. Y el término «fracaso» es, desde luego, muy relativo. Fracaso solo en cuestión de superventas, porque los que me interesan publican constantemente y tienen un círculo fiel de seguidores.

    Lo repetiremos y lo repetiremos con datos, una y otra vez, pero si no se quiere ver…

  40. Habláis de cosas diferentes.

    La referencia a Dick no era casual. Nada tienen que ver las cifras de ventas de sus libros con el dinero que su figura ha generado en el cine ni con el prestigio que su figura ha adquirido. ¿Me importa lo que venda? No. Ni Valis ni la mirada a la oscuridad, con espléndidas ediciones, han sido éxitos de ventas ni van a serlo.

    ¿Necesitan cummings, McCullers o Biely defensores a estas alturas? No. ¿Seguirán siendo minoritarios? Sí.

    ¿Los libros de poesía arrasan? ¿Strugatski es primo hermano de ventas de Ken Follet? Pero ¿importa?

    McCarthy es un grandísimo escritor. Después de 40 años se ha instalado arriba. Tanto que está por encima de géneros. Si escribe una novela sentimental será muy diferente del resto y venderá. ¿Dignificará eso el género de novelas amorosas? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?

    Ciertas obras serán de género y se quedarán en él, con su núcleo de lectores. Poesía, novela negra o autobiografías. ¿Y qué?

    Me salto las referencias al frustrado nicho fantástico nacional. Ni vienen a cuento ni, la verdad, me interesan. Ni a insistir en equiparar reconocimiento masivo y ventas con triunfo y éxito.

    Novelas puntuales de autores reconocidos que han obtenido éxito multitudinario. No me planteo que eso signifique un espaldarazo económico para el género. Ni me lo creo ni me interesa. No va a significar que se disparen las ventas de Las maquinarias de la alegría ni de El día de la creación. Tampoco a estas alturas Ballard o Bradbury lo necesitan.

  41. Fernando Ángel dice:

    Ponías el ejemplo de Balde runner. Con el cine, es evidente que no puede decirse que la cf no venda o que haya el prejuicio que había.

    Respecto a la literatura, el salto ha sido enorme desde hace diez años hasta ahora. Los prejuicios han disminuido muchísimo. No es banal lo que decimos sobre Dick o Lem. Es una clara muestra de un cambio. Y, respecto a lo actual, la falta de prejuicios al editar y al publicitar ya sería como poco un cambio muy, muy considerable. Me da lo mismo que McCarthy sea un éxito de ventas, en cuanto a que hace años quizás no habría obtenido el mismo reconocimiento ni los mismos premios con una novela de cf. Hay un cambio evidente. Y, desde luego, parece que juzgas por que sea un escritor generalista, dada tu argumentación, así que vuelvo a lo mismo: ¿si no es de fándom no vale?

    Por último, si no es de éxito de ventas de lo que estamos hablando… ¿De qué estamos hablando? Y ventas la cf tiene cada vez más.

  42. Nada tengo que objetar al cambio que se ha producido. Lo reconozco y lo aplaudo. A Ballard lo encasillaban en serie B hace años y ahora se le dedican exposiciones, se le montan conferencias y hasta se le inventa una palabra, ballardiano. Genial.

    La cf interesa. El cine lo ha demostrado con creces. Lo que no creo que vaya a ocurrir (ni ha ocurrido) es que ese éxito masivo se traslade a la literatura de ciertos autores. La literatura de cf de Cordwainer Smith seguirá siendo minoritaria, a pesar de las cúpulas de King, aunque la instrumentalidad le de vueltas a la quesera transparente.

    ¿Fándom? Cuando ha salido este tema en otros foros, mi conclusión fue, respecto a la definición de fándom, que eso era algo que existía antes de que se inventara internet. En lo personal, no me considero parte de ningún club, aunque haya quien no esté de acuerdo.

    Estábamos hablando de cómo un éxito de ventas lanzaría o relanzaría el género. De si eso significaría que las toallas se llenarían en verano de lectores del Hacedor de estrellas. Mi postura, la que defiendo, es que eso no va a ocurrir. Ni que haga falta.

  43. Kaplan dice:

    Vale, el caso es hacer el «más difícil todavía». La cf no vende. Pongo dos ejemplos muy distintos de casos en los que dos obras de cf han reventado la caja y me dices que no vale porque el autor ya vendía por sí mismo y blablabla. En el caso de King, es cierto, pero me pregunto si se aplicará la misma excusa para decir que el terror no vende (es que King es King). Lo digo porque es escritor a medias de terror y de cf. En el caso de McCarthy, es que está por encima de géneros. Perdóname que te dé un par de datos, uno por el prestigio: entre los muchos premios conseguidos, jamás había ganado el pulitzer, ha sido con una obra de cf; otro por las ventas, que es de lo que hablamos: La carretera es su novela más vendida. Y no tengo que recordarte la bilbiografía de McCarthy, que entre otras cosa incluye la que para mí es la Gran Novela Americana.
    En fin, en serio, no hay mayor ciego que el que no quiere ver. Si la escriben escritores respetables, habrá una excusa que lo anule; si se venden por cientos de miles de ejemplares, habrá una excusa que lo anule; si todas las novedades del mismo mes de cinco grandes editoriales son de cf española, habrá una excusa que lo anule; si una escritora cuya obra de cf es más que reconocida y reivindicada gana el Nobel, habrá una excusa que lo anule. Si todo el puñetero mundo va al cine a ver cf y se planta ante el telvisor para ver cf y compra un libro de cf, se trata de algo desdeñable. No nos basta, queremos más.
    La realidad es una, pero el aficionado ha decidido prorrogar el pasado viviendo en una suerte de falsedad virtual reaccionaria y ajada. Hace tiempo que me lo huelo, pero me resistía a creerlo del todo. Lo que el fandomita interpreta como «triunfo del género», lo que invade sus sueños más húmedos es que de repente la población lectora mundial y los críticos reconocieran que Benford, Brin, Asimov, Heinlein, Simmons, G.H.White son y siempre han sido escritores colosales, y que hay que leer esas obras porque Tropas del espacio, Yo robot, Dune y demás son literatura grandiosa. Quiere el aficionado que además le pidan perdón por su ninguneo de décadas, por el tremendo error de la comunidad literaria mundial.
    Qué tragedia. La cf ha triunfado, al fin, y los únicos que niegan ese triunfo son sus aficionados de toda la vida. Eso, eso sí que no me lo esperaba. eso es lo que me tiene cabreado.
    Yo lo dejo, en serio, no vuelvo a gastar piel ni saliva en esto nunca más.
    Y mi tono no es de cabreo, es de una tristeza inmensa.

  44. Fernando Ángel dice:

    Hmmm… Estaría bastante de acuerdo en general. Lo que comentas, como antes hablabas, creo, de poesía… sobre si surgirá ese gran éxito de ventas, creo que sí puede ocurrir y de hecho con La carretera y con La mujer del viajero en el tiempo ha ocurrido. Lo que pasa es que no han sido relacionadas con el género. Pero fíjate que sí han supuesto un cambio muy considerable para mucho público, que ha perdido miedo y prejuicios hacia la cf.

    Luego aparte está el hecho de que en todos los géneros existen obras difíciles de exportar, pero ese no es un problema de la cf en concreto, sino de las obras complejas.

    Por otra parte, hace 40 años yo no habría apostado por que el autor de referencia iba a ser Dick, fíjate. Habría apostado antes por Priest, por Le Guin o por Disch. Lo mismo dentro de treinta es Cordwainer Smith, ¿quién sabe?

    De todos modos, en general, sí estaría de acuerdo con tu último comentario.

  45. Fernando Ángel dice:

    Mi último comentario era para Daniel, pero estoy también muy, muy de acuerdo con el de Kaplan. NO se contradice del todo con el resto, pero creo que es una realidad como un templo. No puedo resistirme a copiar y pegar lo más claro e imponente de su comentario:

    «En fin, en serio, no hay mayor ciego que el que no quiere ver. Si la escriben escritores respetables, habrá una excusa que lo anule; si se venden por cientos de miles de ejemplares, habrá una excusa que lo anule; si todas las novedades del mismo mes de cinco grandes editoriales son de cf española, habrá una excusa que lo anule; si una escritora cuya obra de cf es más que reconocida y reivindicada gana el Nobel, habrá una excusa que lo anule. Si todo el puñetero mundo va al cine a ver cf y se planta ante el telvisor para ver cf y compra un libro de cf, se trata de algo desdeñable. No nos basta, queremos más.»

    Joder, no se puede decir mejor ni más claro. :)

  46. MCP dice:

    ¿Y si estáis enfocando este revival del debate mal? Por ejemplo, decir que: no es cosa de géneros o mundillos, es de editoriales.

    Que no se trata de escribir así o asá, en tal género o en tal otro, sino de estar en esta o aquella editorial.

  47. No sé qué tiene que ver casi todo lo que he leído con el tema planteado ni con lo que he escrito. Lo digo de verdad. Ni defiendo Tropas del espacio, ni Dune, ni veo tragedias.

    No creo que un verdadero triunfo literarario, la validez de una obra, se mida porque venda más o venda menos. Que, según ese baremo, Follet «supera» a Virginia Woolf. Eso he dicho. Ni que un género -el que sea- necesite un blockbuster. Y que siempre habrá libros que serán minoritarios. Se llame el autor Jim Thompson, Onetti o Ballard. De verdad, no entiendo la tristeza.

  48. Moisés dice:

    Cuando mencionáis La Cúpula o La Carretera como ejemplos del éxito de la ciencia ficción… no sé. El que compra La Cúpula espera terror y suspense. La Carretera es para mucha gente una dura historia de supervivencia de un padre y su hijo en un telón postapocalíptico al que el propio autor no le da mucha importancia (tanto podía ser una plaga).

    Se puede decir que son historias de éxito con ciencia ficción de aderezo (que ya es algo), más o menos discutibles si nos ponemos académicos, pero creo que es más claro que son historias que ni se venden como ciencia ficción, ni se consumen como ciencia ficción. Así que no sé hasta qué punto se puede decir que sean ejemplo del éxito de la ciencia ficción en la literatura.

    El San Benito comercial del fandom es, ni más ni menos, que sus obras se venden y consumen como ciencia ficción, y no cualquier otra cosa.

    Supongo que al final siempre llegamos a esa cuestión. Que lo que no vende (en literatura) es la ciencia ficción que se presenta como ciencia ficción.

  49. De acuerdo con MCP. La editorial -su prestigio, su criterio, su distribución, sus ediciones- decide en buena parte la recepción, difusión y aceptación de una obra. El ejemplo de Joshua Bell. Tocando en el metro de New York durante una hora, sin que nadie se detuviera a escucharle. El mismo violinista al que se le aplaude a manos llenas en el Carnegie Hall. Insisto en que el registro de cuántos decibelios hay de aplausos, a mí no me importa. Y, por supuesto, casi ninguno de los que toca en el metro es Paganini.

    También con lo que comenta Moisés de lo que es la figura y lo que está de fondo en el lienzo.

  50. Kaplan dice:

    Pues eso, daniel, que si esperas ver a las masas con un ejemplar de Hacedor de estrellas o de Los señores de la Instrumentalidad en la mano vas dado. A eso me refiero precisamente, a que paramuchos el triunfo de la cf pasa por que se acepten las novelas que se encuadraban como tal el siglo pasado. Eso no es posible, por dos causas. Porque, principalmente, ciertas temáticas del género son inabordables e inasumibles para el común de los lectores. Y porque el 90% de esas novelas no valen literariamente un duro. Y no, no me refiero a la Ley de Sturgeon, sino a muchas de esas novelas que hemos encumbrado como la Santa Hostia de las letras y que llamamos obras maestras.
    Para mí el triunfo de la cf debía ser precisamente lo que ha sido, la normalización, la ausencia de rechazo por parte de los grandes escriotres hacia muchas de sus temáticas.
    En cuanto a las ventas, os recuerdo que no soy yo el que las señalaba como medida de triunfo. Más bien al contrario. Si saco los ejemplos es porque precisamente, hasta eso se ha logrado. pero qué duda cabe que yo prefiero lo que ha pasado (grandes autores, premios literarios, plácet de la crítica) que lo que le ha sucedido a la fantasía, que esa sí que ha triunfado a nivel económico, pero sin otro reconocimiento que el popular. Como ha ocurrido en el cine también con la cf, que ahora es popularísima pero nadie la toma en serio porque sólo ha parido bodrios. Llamadme elitista, pero dejad a la cf donde ha conseguido llegar, dejad que repose en las estanterias al lado -justo al lado- de Meridiano de sangre, Lo que queda del día, El mapa y el territorio y Pastoral americana.

  51. Risingson dice:

    Te entiendo pero no, y es quizás la última línea en la que me pierdo. ¿Te refieres a calidad literaria? Al estilo, a la forma de hilvanar ideas e imágenes, esas cosas.

    Y por otro lado tengo bastante curiosidad morbosa por esos clásicos que consideras basura. Me apetece un poco de sangre en prospectiva ville.

  52. Me sucede algo extraño: estoy de acuerdo con Daniel Mobymelville y con Kaplan, de verdad que veo más complementariedad que contradicción. Las temáticas que aborda la ciencia ficción triunfan (=son asumidas como válidas) aunque no lo haga la etiqueta. ¿Es esto una tragedia? No, IMHO.

  53. Kaplan dice:

    Me refiero a que prefiero que estén ahí por meritos propios que en la sección de fantástica al lado de Juego de tronos. Y no, no doy nombres: ¿estás loco?
    Y no, Mariano, no es ninguna tragedia. La tragedia es que algunos viejos popes nieguen a voces ese triunfo.

  54. Rudy dice:

    Bueno, como muchas otras cosas en esta vida, es cuestión de perspectiva (que no de prospectiva, y perdón por el patético chiste).

    Sin entrar en aquellos que niegan el triunfo porque directamente a ellos (¿o debería decir a nosotros?) les pasa de largo, sí que creo que, con calma y con distancia se puede hacer alguna consideración sobre que ese triunfo no lo es tanto.

    Es decir, ¿es un triunfo que las principales temáticas de ciencia ficción sean absorbidas por la literatura general y empiecen a ser materia común «literaturizable» para cualquier? Sin duda, lo es. No creo que eso (salvo que uno esté ciego) pueda ser puesto en duda.

    Pero, ¿es un triunfo para el género, como tal género, para la «etiqueta»? No, para ésta, de hecho, es un rotundo fracaso.

    De hecho, implica que ciertas temáticas habitualmente consideradas propias de la literatura de ciencia ficción, no tardarán en dejar de serlo. De hecho, en el imaginario popular «no friqui» ya no lo son, en muchos aspectos.

    Eso significa, entonces, que se le arrancan al género varias de sus señas de identidad, con la consecuencia de que el género (y recalco lo del género, hablo de la CF entendida como literatura de género) se empobrece más y más. Hasta que, quizá, llegue un extremo en que se acabe convirtiendo una literatura críptica, referencial y resentida, si es que no lo ha hecho ya. Cada vez más, una literatura de gueto, en lugar de cada vez menos.

    En ese sentido, no lo veo como un éxito sino, todo lo contrario.

    Y, por otro lado, aunque confieso que no he seguido a fondo lo que podríamos llamar la «CF asimilada al mainstream» tengo la sensación de que algo se pierde en el trasvase. Tal vez se gane calidad estilística (que no necesariamente literaria: estilo y buena literatura son dos cosas muy distintas), pero tengo la impresión de que se pierde fuerza especulativa.

    Pero, bueno, eso quizá sea culpa de mis prejuicios/gustos a favor de la CF de los años cincuenta y del potencial que tenía como herramienta crítica, especulativa y, sobre todo, su potencial para poner en entredicho las «verdades evidentes» de la sociedad. Quizá me equivoque, pero sospecho que todo eso queda diluido con la «normalización» y los elementos de CF acaban siendo simplemente una parte más del escenario.

  55. Joserra dice:

    Creo que ya lo he dicho muchas veces, pero mi generación (menores de 30, lo extendería incluso a menores de 35 y casi todos los menores de 40) acepta sin demasiada perplejidad la existencia de robots, naves espaciales, extraterrestres y clones. Están perfectamente integrados en su noosfera (porque a mí también me gusta soltar palabros de vez en cuando) y no los rechazan de entrada. Incluso aquellos que miran despectivamente a lo friki. Que curiosamente cada vez son menos porque ser friki está de moda.
    Evidentemente eso no hace que entren al juego de la CF hard, ni que tengan por qué conocerse al dedillo cosas que son parte del bagaje del subgénero y su metarreferencialidad. Pero lo que los adolescentes demandan ahora son… distopías. Sí, justo eso. No sé cómo esa «invasión» de la CF al resto de la literatura puede ser mala. Yo creo que seguirá habiendo lectores de la CF prototípica, los mismos que ahora, aproximadamente. Y habrá muchos más lectores de esa CF híbrida.

  56. Besa dice:

    Gracias, Joserra, por tu magnanimidad para con los cuarentones. Estoy contigo. Alguien dijo que una novela es obra de dos, el autor y el lector. Para que tenga éxito ambos deben compartir unos estereotipos culturales. Los estereotipos Cifi ERAN y algunos aún son pasto de una minoría muy minoritaria. La filtración de estos esterotipos a través de la cultura popular, en cambio, facilita la conexión con un público más amplio. Esto para mí es esperanzador y creo que puede coexistir perfectísimamente con la space opera o el hard más castizo. De hecho, apostaría que el 99% de los aficionados estamos cómodos en esa dualidad. Encantados de la vida.
    Lo de los estereotipos también sirve para volver al hilo de la entrada. Hay que casar las subjetividades para que el resultado responda al interés de un público potencial, y para ello nada mejor que el feedback previo. Tan sencillo como cuando se escribe tener tu banco de pruebas y preguntar ¿se entiende lo que escribo? ¿lo ves interesante?. Más que la tirada o las ventas, la diferencia a mi entender de un trabajo profesional de otro amateur, es ese trabajo de feedback. Así de claro, un profesional, sea un King o un muertecillo, se realimenta del lector. Los amateures, pobres de nosotros, a lo más tiramos de intuición. Y así va.

  57. Rudy dice:

    No sé si los jóvenes demandan distopías o fantasías masturbatorias, la verdad, confieso que no tengo ni idea. Y, por otro lado, una distopía puede ser tan escapista y poco comprometida con la realidad como el fantasy más desenfrenado, que quede claro.

    En ninguna parte de mi comentario me estaba refiriendo a aspectos comerciales de la cuestión, por. Y si así lo hice ver, mis disculpas.

    Habla de un modo puramente literario. Como una forma de ver la ciencia ficción como literatura «con garra». O mejor aún «con garras», con mala baba, con mala hostia, si quieres.

    Ciencia ficción capaz de crear en los cincuenta novelas como «Mercaderes del espacio» (una distopía, vaya, qué curioso) o «El síndico», o «El fin de la Eternidad». O cuentos como «Adán sin Eva» o… bueno, para qué seguir.

    Y mi… pálpito, llamémosle así es que, con el tiempo, la asimilación de la CF por el mainstream, la famosa normalización tendrá como consecuencia que esa garra desaparecerá y quedarán los aspectos puramente de decorado.

    Pero, bueno, tranquilos. Tiendo a equivocarme con una sorprendente facilidad. A lo mejor en diez años tenemos maravillas obras escritas por grandes autores de hondo calado especulativo.

  58. Rudy dice:

    No sé si con un ejemplo se entenderá mejor lo que quiero decir.

    «La Carretera», de McCarthy.

    Una impresionante novela. Escrita con un estilo desnudo y descarnado acojonante. Con un estudio de personajes de agárrate y no te menees. Oscura, implacable. Un novelón… bueno, lo sería sino fuera por esas cobardes dos páginas del final. Pero eso mejor lo dejamos.

    Lo dicho. Como novela, irreprochable.

    Como ciencia ficción, sin embargo, no me aporta absolutamente nada. De hecho, hay novelas de a duro de Clark Carrados que me han aportado bastante más, a pesar de ser artefactos literarios claramente inferiores en varios parsecs.

    Pero la novela de MacCarthy, como ciencia ficción, me deja frío. Su efecto en mi ánimo habría sido el mismo sin el decorado postapocalíptico. De hecho, su efecto en mí habría sido exactamente el mismo sin decorado de ninguna clase.

    Y, para mí (opinión personal, intransferible y blablablablá) la ciencia ficción tiene que ser otra cosa. El escenario importa. A veces, el escenario ES el personaje. Y la buena ciencia ficción va un paso más allá: sin las premisas de CF la historia no funciona, no tiene el mismo empuje intelectual ni la misma carga emocional.

    Pero, repito, esto no es más que la opinión de un viejo cascarrabias que se equivoca a menudo, así que tranquilos.

  59. Chip dice:

    Yo siempre he pensado que el editor es una persona que no sabe escribir pero que siempre cree saber más que el escritor.

  60. Rudy dice:

    Bueno, como alguien dijo una vez «no hace falta saber poner un huevo para saber si está podrido». Y los editores son como el resto del mundo: los hay buenos y que conocen su oficio, los hay malos, que no tienen ni puñetera idea de lo que hacen, y los hay abarcando toda la gama intermedia.

    Y, le guste o no al ego de un escritor, una opinión ajena, no vinculada a él emocionalmente, sobre su obra, siempre le vendrá bien.

  61. Laura dice:

    Yo no veo que la cosa esté tan mal para la ciencia ficción como género. De hecho, en otros lugares fuera de España sigue con muy buena salud, con etiqueta y todo. ¿Que a algún purista no le parezca que ciertas obras no son CF? Anecdótico. Las academias de las escuelas de literatura, incluyendo a España, ya están incorporando el estudio de la ciencia ficción como parte de los géneros literarios, y ya hay cursos en algunas universidades destinados a su estudio. Y no, no como parte del mainstream, sino como género independiente, ya no menor.

    Por otro lado, veo que en general toda una generación (sí, en los 40’s y para abajo) está más que familiarizada con los presupuestos básicos (clásicos, típicos, llámenlos como quieran) de la ciencia ficción y no se echa para atrás por ellos. De hecho, es más difícil la ciencia ficción más novedosa, sin esos postulados clásicos. Y aún así, prospera.

    ¿Que no hay blockbusters? Pues la mayoría de los géneros literarios establecidos no los tienen, empezando por la literatura más realista y contemporánea, cuya salud sigue en buen estado y se siguen publicando novelas y relatos con sus postulados y filosofía. No veo que la falta de un blockbuster le haya perjudicado. Igual sucede con la literatura romántica, que aunque tiene una buena cantidad de «best sellers» (relativamente hablando), ninguno es un Millenium, ni un Harry Potter, ni un Pilares de la Tierra, ni parece que vaya a haber ninguno. El que me mencione Crepúsculo, se equivoca, pues pertenece, guste o no a los amantes del género fantástico, a la fantasía oscura. Sí, sí. Si le quitamos el vampirismo y los hombres lobo, se diluye en el universo de novelas románticas comunes y desaparece el «encanto».

    Así que… no, no creo que haya malos augurios para el género de ciencia ficción. Está enraizado en la cultura popular, en los gustos de muchos lectores, y seguirá escribiéndose y explorando, con garra o sin ella -eso depende del autor y quizá de su editor- los temas especulativos y prospectivos que la definen. De hecho, creo que ha ido desapareciendo y terminará por desaparecer el exceso de amateurismo de hace décadas. Y si nunca se considera a Asimov, por poner un ejemplo cualquiera, como un gran escritor de la literatura universal será sencillamente porque no lo fue, y punto. No porque se desprecie la ciencia ficción.

  62. Fernando Ángel dice:

    Veo que la cosa no es solo una cuestión de «los prospectivos». ¿Podrías contarnos un poco de esos sitios donde va tan bien la cosa, Laura? A lo mejor te interesaría escribir algo sobre el tema. En Hélice nos interesaría. No puedo hablar por esta web, pero quizás también a ellos.

    Por cierto, estoy completamente de acuerdo con tu reflexión.

  63. Moisés dice:

    Por otro lado, veo que en general toda una generación (sí, en los 40’s y para abajo) está más que familiarizada con los presupuestos básicos (clásicos, típicos, llámenlos como quieran) de la ciencia ficción y no se echa para atrás por ellos.

    Aquí creo que habría que diferenciar a la ciencia ficción de la literatura de ciencia ficción.

    En mi opinión, esa familiaridad de las últimas generaciones de público con los supuestos de la ciencia ficción viene del mundo del cine o los videojuegos, donde el género goza de una extraordinaria salud.

    ¿Se puede aplicar a la literatura de ciencia ficción? ¿Se beneficia como género literario de esa familiaridad del público en el cine? No termino de verlo.

  64. Kaplan dice:

    Teniendo en cuenta que esas películas son, en un altísimo porcentaje, adaptaciones literarias, yo lo veo del todo.

  65. Moisés dice:

    Pero no hay retroalimentación ahí. El beneficio de eso no vuelve a la literatura, o lo hace en un porcentaje muy pequeño. Es típico que un libro cifi marginal o de relativo éxito se vuelva mainstream en el cine. Y no hablo de historias generalistas con tintes de ciencia ficción como La Carretera, hablo de historias con elementos que te gritan el género. En Hollywood, películas como Desafío Total o Minority Report (con sus supuestos, ideas y lugares comunes) tienen un público infinitamente más amplio del que Dick jamás consiguió en la literatura. Sin embargo, a posteriori esas películas no han conseguido que se amplíe el target de Dick en la literatura.

    ¿Por qué la peli de una obra de Dick la puede ver todo el mundo, y en literatura sigue con la chapa de para especializados en el género?.

    No creo que se pueda decir que la literatura de ciencia ficción triunfe sólo por lo que consigue fuera de la literatura.

  66. Kaplan dice:

    Ah, vale, creí que hablábamos de otra cosa, del párrafo de Laura que intentabas contrarrestar con este argumento. Ella habla de la familiaridad de las generaciones de los 40 hacia abajo con las temáticas de la cf. No veo qué tiene que ver la procedencia para que eso sea cierto o no.

  67. Fernando Angel dice:

    Ni yo, Kaplan, la verdad.

    Por cierto, lo de La carretera como historia generalista con tintes de cf es… Interesante. 2001 será algo por el estilo, no? Cine filosófico con tintes de cf. Y Blade Runner, cine policiaco con tintes de cf. Qué diferencia genérica hay entre La tierra permanece o Cántico por San Leiwobitz y La carretera? Por qué una es literatura genérica y las otras no?

  68. MCP dice:

    Diría que Dick ahora mismo es uno de los autores más reconocidos por la crítica «mainstream» (signifique esto lo que signifique) y una de las influencias más palpables de los últimos tiempos.

  69. Kaplan dice:

    Sí, está claro. Dick dio el gran salto hace tiempo. Es incluso venerado por cierto tipo de intelectualidad literaria.
    Y sí, Fer, ese es un asunto de toda esta «movida» que jamás he llegado a entender. Yo diría que «La carretera» es cf con todas las de la ley, un post apocalíptico de cajón. Ese escenario es crucial para la trama. Sin él no hay libro. Y sin embargo, «Flores para Algernon» o «Muero por dentro», en las que la presencia de la cf es mucho menor, resulta que no son novelas psicológicas con tintes de cf, sino cf a secas. Igual lo de Spinrad y las colecciones no era un chiste.

  70. Laura dice:

    En estos momentos no tengo las referencias, pero dejando a un lado la ciencia ficción anglosajona, de la cual la británica parece estar en mejor posición que la norteamericana, aunque sea solo por la presencia de varios nombres activos en producción y ventas, y que de todas formas sigue gozando de buena salud editorial -nunca con blockbusters, ojo-, estaba pensando en la apertura universitaria a seminarios y conferencias, o al menos disertaciones, sobre el género como tal que se han dado en las escuelas de Estudios Latinoamericanos de universidades en Estados Unidos (por ejemplo, en Lewis & Clark College se usan relatos escritos por autores latinoamericanos y españoles en cursos enfocados al género escrito en castellano), seminarios o conferencias en universidades en España (no recuerdo si fue en Madrid que hubo ha poco uno de esos ciclos), y en el creciente interés académico en universidades latinoamericanas por el género como tal. Un ejemplo muy interesante es el despuntar de la ciencia ficción centroamericana, zona por demás de muy bajo perfil siquiera en el área científica en general, y que ahora parece estar abriéndose camino en universidades (Panamá y Costa Rica son los ejemplos más recientes, aún tibios, pero interesantes). Hay interés en la academia, hay interés en los autores, hay interés en las editoriales. Y se está publicando.

    Este interés *académico* por el estudio del género literario de la ciencia ficción es muy significativo porque para que esto suceda ha debido operar un cierto nivel de maduración del género como tal, tanto a nivel editorial como autoral, y es significativo también porque no se le está considerando como «temática», que es el temor de muchos aquí (como Moisés Cabello) sino como «género».

    Ahora bien, con respecto a los gustos o a la familiaridad por las temáticas, sí es importante que los grandes medios audiovisuales hayan madurado también. ¿Por qué? Porque mientras el cine solo produjo cintas tipo B, la concepción mayoritaria del gran público por la ciencia ficción fue de «práctica menor para adolescentes, sin sustancia suficiente para ser elevada a la categoría de literatura». Pero ahora, que hay mayor número de filmes -basados normalmente en obras literarias, pero también de guión original- con una mejor y más elaborada presentación del género, la opinión pública también tiende a cambiar. Nunca tendremos el mismo número de espectadores que de lectores en el género, pero no por culpa de la ciencia ficción, sino porque eso de todas formas nunca pasa con ningún género literario, pero sí es de agradecer que el porcentaje de lectores serios que antes creían que la ciencia ficción era basura haya disminuido con el tiempo y que haya más número de lectores serios que lean literatura de ciencia ficción con la atención y la seriedad requeridas.

    Ahí veo yo por qué algunos autores del mainstream están escribiendo ciencia ficción aunque no lo reconozcan: porque la percepción general del género ha cambiado, incluso en ellos mismos. Pienso que se ha consolidado, ha ganado profesionalidad y ha reducido su amateurismo.

    Y en cuanto a las temáticas en particular, es natural que también cambien. No siempre nuestras inquietudes sociales serán las mismas y si acaso decayeran algunas temáticas clásicas, verán la luz otras, que por muy novedosas que sean, si contienen ese elemento de especulación y de proyección de ideas científicas dentro de los mundos de lo posible, seguirán siendo ciencia ficción.

  71. Fernando Ángel dice:

    Nada que añadir en cuanto a los argumentos, Laura. Quien no lo vea será porque no quiera verlo. Gracias por los datos.

    Efectivamente, en 2008 en Madrid, Xatafi co-organizó con la universidad pública Carlos III un gran congreso sobre cf y fantástico que fue un enorme éxito y para el que se contó con un presupuesto de 9000 euros (no fue poco presupuesto para un género «menor»). Nos ofrecieron repetirlo cuando quisiéramos. Del mismo modo, ahora celebramos uno sobre Alan Moore en la Universidad Complutense. ¿Alguien niega que Alan Moore es casi un autor mainstream? Pues escribe mucha, mucha cf. Y estoy convencido de que el próximo que organicemos sobre cf será un éxito aún mayor; aunque si tiene que partir de nosotros, será dentro de unos años, que llevo cuatro seguidos y hay que descansar de organizar estas cosas… ;)

    Otro síntoma es el aumento de número de tesis sobre cf que se defienden y de mesas redondas y conferencias que tienen lugar dentro y fuera del mundo académico.

    Y, desde luego, hay que escuchar a los críticos y profesores más jóvenes: se burlan de nuestra apología del género. No entienden por qué lo defendemos aún, puesto que para la mayoría de ellos no existe problema.

    De verdad que la mayoría de los géneros no disfrutan ni de lejos de este éxito.

    ¿Qué falta, de verdad? ¿Premios? Los hay. ¿Best sellers? Los hay. ¿Calidad? La hay. ¿Reconocimiento? Lo hay, aunque aún deba crecer. No estamos ante el género de mayor éxito, desde luego. Pero ¿es ese el objetivo?

    Para mí, el objetivo actual es el contrario: que en los Ignotus, en los blogs, en los actos de fándom se reconozca la cf de fuera de fándom y se la deje de marginar. Insisto una y otra vez (siendo pesado, lo sé): el enemigo empiezan a ser ciertas personas y actitudes del fándom (no de todo el fándom). Llevo años defendiendo que, sin que sea un camino de rosas, veo mejor actitud y predisposición generales fuera que dentro. Lo mantengo.

  72. Moisés dice:

    De la importancia de la ciencia ficción en La Carretera ya he visto que hay más gente que piensa como yo, (ni se vende como cifi, ni se consume como cifi, y el elemento supuestamente cifi que es el escenario postapocaliptico está esbozado en cuatro párrafos genéricos porque al autor le importa un carajo: es un atrezo para una historia que se hubiera podido contar en una isla asolada por una plaga o similares. Para mí está más cerca de la literatura de catástrofes que de cifi, pero en realidad no tiene demasiada importancia y es a lo que voy: en mi opinión la ciencia ficción es una etiqueta irrelevante como tal, pues de tanto apropiarse de supuestos a lo largo del tiempo, hoy por hoy fracasa a la hora de dar información reconocible sobre las obras que se aglutinan bajo ella (lo que origina tantas discusiones entrañables como estas).

    En realidad mis mensajes en este hilo más bien vienen a cuento de que percibo que, por contrariar a los coñazos cíclicos de que la literatura de ciencia ficción se muere o está muerta, surge en respuesta un optimismo arrollador que pregona que, qué va, que en las estanterías de los más vendidos hay romances con viajes en el tiempo, ucronías o dramas postapocalípticos, y que (y es cierto) la gente asimila supuestos del género con bastante facilidad (creo que en eso el cine es más representativo). Digo yo que en literatura la cifi muerta no está, ni muriéndose, pero tampoco me parece que esté para tirar cohetes (sí creo que va mejorando, como explica Laura). Muchas de las obras cifi de fuera del fandom o que no se etiquetan como ciencia ficción o como se las llame, están escritas por autores que en un buen porcentaje no sólo no admiten escribir cifi por una cuestión comercial, es que tienen un profundo desinterés en el género. Podemos discutir aquí, como con La Carretera, si son fundamentalmente obras de ciencia ficción o sólo usan algún supuesto de esta, pero ninguno de los dos escenarios me parece bueno. Si no son ciencia ficción es que la cosa no está tan bien. Y sin son ciencia ficción, tantas cosas pueden serlo que la propia etiqueta se vuelve irrelevante.

    Lo que ramifica el guateque en otras eternas cuestiones, como si lo que realmente muere es la etiqueta de ciencia ficción, si en realidad se está transformando, si otros géneros la están desmontando (o terminando de desmontar) y asimilando sus piezas…

    No obstante, y habiendo leído desde hace tiempos debates prospectivos sobre la cuestión, creo que conviene separar el estado de la ciencia ficción en general del estado de la literatura de ciencia ficción en particular, porque no tienen nada que ver y la mezcla es la que, creo yo, origina tantos malentendidos.

  73. Fernando Ángel dice:

    Lamento insistir, pero no veo ninguna diferencia entre La carretera y casi ninguna de las novelas postapocalípticas canónicas del género. He citado dos, pero hay docenas. Según esa regla, todas las novelas postapocalípticas no son de cf, sino de catástrofes. ¿Mad Max, por ejemplo? ¿No es cf? Las dos que cité más arriba y La intersección de Einstein, de Delany; El mundo sumergido, de Ballard; Limbo, de Wolfe… ¿No son cf? ¿De verdad La carretera es menos cf que La tierra permanece?

    Repasemos cualquier historia de la cf y miremos qué se cita ahí como cf. Para nada se está diluyendo el género. Una vez más: les va mal a las naves espaciales y a las teorías megahard de la muete, pero basta con que empiecen también a cobrar interés. Y es posible que lo cobren. Y a mí me encantan las naves espaciales, pero… Paso por paso.

    En cuanto al resto, ya hemos citado las de Chabon y Roth (ucronías), la de Niffenegger (viajes en el tiempo), la de Ishiguro (clones), más el interés de las editoriales por novelas como la de Juan-Cantavella (pulp con extraterrestres) o la de Rosa Montero (puro Blade runner).

    Desde otro punto de vista, Laura y yo hemos dado también razones mediáticas generales y razones mediáticas académicas para ser optimistas. No, no estamos ante un Harry Potter. Pero, de nuevo, ¿ese es el objetivo? Los prospectivos no estamos defendiendo un triunfalismo brutal, sino una normalización del género coincidente con un buen momento. ¿De verdad no habríamos deseado algo así hace veinte y hace treinta años? Miradme a los ojos y decidme: «Sí, la situación es la misma o peor que entonces». Venga, afirmadlo ;)

    Por otra parte, me parece esencial este debate. Contribuye a dinamizar el género y a los aficionados. No es baladí, en absoluto. LO veo mucho mejor que el que había cuando entré: «Qué pena… Cómo estamos… Somos la ostia y nadie nos hace caso…». Y venga la apología del género cada vez que hay una conferencia o una mesa redonda… Eso sí que lo considero perjudicial. Ahora podemos sentarnos y hablar de cf con una pequeña introducción sin que el público se levante y se vaya. Lo digo por experiencia, que empieza a ser cada vez más habitual.

  74. Fernando Ángel dice:

    Voy a ir al tópico: aunque no lo parezca, Moisés, quizás estemos todos más de acuerdo que lo que dan a entender los discursos. Ni vosotros lo veis tan negro como decimos ni nosotros somos tan triunfalistas como pensáis.

    Un abrazo.

  75. Moisés dice:

    Por supuesto, estamos discutiendo detalles, pero en lo esencial estamos de acuerdo. Por ejemplo, en lo de la popularización de los supuestos estoy completamente de acuerdo. Entiendo que, como dices, la imagen clásica de la ciencia ficción sigue siendo para algunos la de antaño, astrofísica y robótica, y de ahí parten muchos de los mensajes más negativos (que no sólo abarcan los libros, sino todo el género).

    Pero desde entonces hasta ahora ha recorrido un buen trecho, y temo que la etiqueta se haya convertido en un Tetsuo mutante inabarcable. Aceptemos toda postapocalipsis como ciencia ficción: entrarían la mayoría de historias de zombis modernas (que, sin embargo, se suelen aglutinar en Terror). No tiene por qué ser malo per se, pero entonces ¿por qué seguimos hablando de ciencia ficción? ¿Qué dice de la obra? Aún en foros especializados como este tenemos las ideas más claras y no nos tiene por qué parecer un problema, pero «ahí fuera» hay mucha gente que consume e incluso crea ciencia ficción ¡sin saberlo! ¿Ocurre esto con otros géneros?

    Tampoco me parecería malo o preocupante. Si muriera la etiqueta y habláramos de literatura especulativa, postapocalíptica, whatheverpunk etcétera, tanto daría. Como leí en otra discusión sobre el tema por estos lares, La ciencia-ficción ha muerto, ¡viva la literatura que aborda temáticas de ciencia ficción!.

    Que quizá estoy queriendo matar la etiqueta antes de tiempo (en eso sí soy el pesimista). Sí quiero señalar que, sea cual fuere, la idea de ciencia ficción se tambalea más que los géneros con los que se suele asociar. Al prácticamente publicarse bajo etiqueta cifi sólo en el fandom, da la impresión de que sólo hay cifi en el fandom y de ahí los habituales mensajes agoreros, de que hay poca, amateur etcétera. Si metemos en el saco también todas esas obras que se publican fuera del fandom con ideas hoy asimiladas por la cifi, qué duda cabe que sería estupendo para quienes deciden escribir ciencia ficción. El panorama editorial cambia completamente, y hasta sería atractivo escribirla. Pero al omitir el género esas obras… los supuestos de la cifi los popularizarán mucho, pero la etiqueta sigue en el fandom, pequeñita. Y si esa es la única manera de que salga del fandom… si se quiere mantener el término ciencia ficción, es normal que haya cierto pesimismo.

    Estoy de acuerdo con tu último párrafo: este debate es esencial, aunque sólo sea para que quienes decidan utilizar la etiqueta en un futuro sepan a qué atenerse.

  76. Kaplan dice:

    Moisés, acabas de resumirlo perfectamente. Se trata de nacionalismo o aperturismo, de diferentes significados de la etiqueta ciencia ficción. La cuestión es que el bando de los nacionalistas es de in incoherente que tira de espaldas, porque para ellos, obras que contienen menos cf que algunas de las que se están haciendo hoy en la literatura general siguen siendo claramente de cf, sólo porque están en colecciones de cf o porque en ellas las leyeron de pequeñitos. Ya puse un par de ejemplos antes. Eso demuestra que es una simple cuestión de enquistamiento en su postura. Si La conjura contra América no es cf, entonces Pavana no es cf (quieto, Rudy). Así de claro.

  77. Fernando Ángel dice:

    Pues sí hemos acercado posturas, evidentemente.

    No todo postapocalipsis es cf, ni considero que ninguna literatura de zombis lo sea. Hay un cuento de Santi Eximeno sobre zombis(«La hora de la verdad») que me parece claramente cf, como Soy leyenda (de vampiros) es cf. Otras, por el contrario, no. Va a parecer que me escapo, pero no voy a alargarme aquí sobre por qué algo es cf; me limitaba solo a relacionar ciertas obras de semejanzas evidentes, como las que he comparado con La carretera.

    En cuanto al resto, volvemos a lo de siempre. Si proponemos otro término, Ficción Prospectiva, se nos dice que nos avergüenza usar el término de «ciencia ficción» (en un divertidísimo alarde de psicología de salón a cientos de kms. de distancia). Si usamos el término «ciencia ficción» se nos dice que eso no es ciencia ficción. Precisamentee so proponía Julián Díez: dividir el género en dos. Por un lado, la cf de las naves y los gadgets, la pura ciencia ficción, y por otra la que viene de Zamiatin, Orwelll… sigue por gran parte de la New Wave… De lo desolador, lo político, lo social…

    Como yo veo que ambas líneas se funden, me gusta hablar de más elementos prospectivos y menos elementos prospectivos dentro de un mismo género de proyección no sobrenatural, que sería la cf.

    Pero los nacionalistas (como las llama Kaplan, jajajaja) son como el perro del hortelano: no aceptan que lo de fuera sea cf, pero tampoco aceptan el nuevo término para ello. En el fondo son unos bromistas… ;)

    (Escrito con el mayor cariño.) (A algunos.) :)

  78. Rudy dice:

    «Si La conjura contra América no es cf, entonces Pavana no es cf (quieto, Rudy)»

    Vale, me estaré quieto, pero no te acostumbres.

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