Clarkesworld: Lo bueno si breve…

Nota: La publicación de este artículo estaba prevista para Enero pero no hemos podido hacerlo hasta ahora. Su autor tiene previsto seguir con esta serie en su fenomenal bitácora, Sense Of Wonder.

Estamos en el año 2012. Toda la literatura prospectiva está ocupada por sagas inacabables formadas por novelas de miles de páginas… ¿Toda? ¡No! Unas cuantas revistas pobladas por irreductibles escritores de relatos resisten todavía y siempre al invasor…

Y es que, aunque hemos escuchado por activa y por pasiva que las antologías no venden y que todas las revistas de género cierran a los pocos números, lo cierto es que la ficción corta vive un momento muy dulce, al menos en lengua inglesa (y esperemos que, con las iniciativas existentes y las que están surgiendo, también en español a no mucho tardar). Lo más curioso es que algunas de las propuestas más interesantes y muchos de los mejores relatos están apareciendo no en las revistas con más tradición como Asimov’s o Fantasy & Science Fiction, que también gozan de muy buena salud, sino en revistas online que ofrecen sus contenidos de forma gratuita. Me refiero a publicaciones como Lightspeed, Clarkesworld, Subterranean Online o Beneath Ceaseless Skies.

En esta serie de artículos queremos repasar algunas de estas revistas, presentándolas al aficionado que quizá no haya oído hablar antes de ellas. Pretendemos, de esta forma, hacer justicia a la ficción corta, uno de los campos que más está contribuyendo a la renovación de la literatura de ciencia ficción, fantasía y terror. Para comenzar, hemos seleccionado una de las revistas más representativas e interesantes del momento: Clarkesworld.

Clarkesworld es una de las revistas online más veteranas en lo que a literatura prospectiva se refiere. Comenzó su andadura en Octubre de 2006 y se ha venido publicando de forma mensual ininterrumpidamente desde entonces. Son ya 64 números, todos ellos siguiendo siempre una línea editorial muy clara y característica marcada por su fundador y editor en jefe (Neil Clarke) y por sus editores de ficción (Sean Wallace desde el comienzo y Nick Mamatas durante dos años) y no-ficción (anteriormente Cheryl Morgan y, desde Diciembre de 2011, Jason Heller).

La característica principal de Clarkesworld es su apuesta por los relatos que, aun bebiendo de la más pura tradición de la ciencia ficción y de la fantasía, son decididamente modernos e innovadores. Relatos que rompen barreras entre géneros, que no se aferran a formulismos, que no tienen miedo de abandonar los estilos clásicos. Todo ello con un compromiso férreo con la calidad que hace que en sus páginas nos encontremos a autores consagrados como Jeffrey Ford, Mike Resnick, Robert Reed o Elizabeth Bear, junto con algunos de los jóvenes talentos más prometedores: Ken Liu, Yoon Ha Lee, Kij Johnson o An Owomoyela. Cada número de Clarkesworld contiene sólo dos o tres historias (de unos meses a esta parte este número se ha asentado en tres), pero todas ellas de la más impecable factura. También es de destacar la gran diversidad que se aprecia entre los escritores publicados en la revista, con autores procedentes de gran cantidad de países y culturas diferentes. Por mencionar sólo algunos entre muchos de los habituales en las páginas de Clarkesworld, Nnedi Okorafor es nigeriana, Lavie Tidhar es israelita y Aliette de Bodard de ascendencia franco-viernamita, mientras que E. Lily Yu procede de China (y su ficción se traduce específicamente para la revista, caso extremadamente inusual en el mercado anglosajón).

En cada número, los relatos se completan con contenido de no-ficción. Entrevistas con escritores, artículos de opinión, reflexiones sobre temas científicos… Estos textos casi siempre tienen relación, directa o indirecta, con el contenido de ficción de la revista y, aunque no son el punto más destacable de la publicación, constituyen un agradable contrapunto a los cuentos.

Otra seña de identidad de Clarkesworld son sus portadas. Una rotulación minimalista cede totalmente el protagonismo a ilustraciones tremendamente sugerentes, con ambientaciones a veces surrealistas y siempre llenas de sentido de la maravilla, que reflejan perfectamente el contenido. Acompañando a este artículo se puede ver una pequeña muestra de las mismas, pero lo cierto es que todas ellas son espectaculares.

La firme apuesta de Clarkesworld por la calidad se ha visto recompensada con el reconocimiento tanto de lectores como de críticos y con una buena cantidad de nominaciones y premios. En sus 6 años de vida, la revista ha sido finalista varias veces en la categoría «semiprozine» de los Hugo (ganando en los dos últimos años) y también ha estado nominada en el Locus y en el World Fantasy Award. Sus relatos han sido finalistas y han resultado ganadores en la mayor parte de los premios del género: Hugo, Nebula, Locus, BSFA, Shirley Jackson, Bram Stoker… Incluso sus portadas se han visto destacadas con nominaciones en el Premio Chesley.

Como hemos mencionado, todos los contenidos de Clarkesworld desde el primer número hasta el más reciente están publicados de forma gratuita en su página web. También están disponibles en una edición mensual en formato electrónico (tanto epub como mobi), que se puede adquirir puntualmente o bajo subscripción, constituyendo esta la principal fuente de financiación de la publicación junto con las donaciones. Además, a partir del número 21 se edita un podcast con parte de sus historias (en los números recientes, todas ellas) en formato audio. Los dos primeros años de la revista se encuentran recogidos en las antologías Realms y Realms 2, disponibles tanto en ebook como en papel.

Si esta pequeña semblanza ha capturado la atención del lector, le recomendamos que pruebe el sabor de Clarkesworld a través de alguno de sus relatos. Un buen lugar para comenzar puede ser las premiadas y multinominadas «The Things» de Peter Watts y «Spar» de Kij Johnson, esta última también disponible en español como «Contienda» en el extraordinario número 50/51 de la revista Cuásar. Si se quiere disfrutar de un número completo, el 52, de Enero de 2011 con relatos de Yoon Ha Lee y Ken Liu es una apuesta segura.

Elías F. Combarro mantiene Sense of Wonder, una web con contenido bilingüe dedicada a la literatura de ciencia ficción

8 comments

  1. Con tantos libros y revistas es imposible encontrar tiempo para leer todo. Pero la ventaja de Clarkesworld es que te lees un número completo en una tarde: lo bueno si breve… :)

  2. Kaplan: Es curioso que hagas esa comparación porque precisamente un amigo me dijo lo mismo al ver la portada del Clarkesworld :)

  3. Pues de acuerdo con tu reseña. Estéticamente maravilloso, buena música, naif y muy corto. Pero es que como devoto de la aventura gráfica pura y dura no encuentro muchas más cosas. Desde el Syberia II no he encontrado mas que este.

  4. Aprovechemos el offtopic pues, y te enumero:

    – Las episódicas de Telltale son buenas por lo general. Los Sam & Max tienen una primera temporada buena, una segunda muy buena y una tercera magistral, aunque ganan jugándolas en orden. Los Tales of Monkey Island están diseñados con mimo, y los Strong Bad son bastante mejores que algo tan localista te podría hacer creer. Del resto o no conozco mucho, o directamente he salido huyendo (Regreso al Futuro parece muy chusca, y Parque Jurásico ha recibido palos por todos lados).

    – El mundo indie está lleno de joyas. Soy MUY fan de Dave Gilbert, el hombre que ha diseñado toda la saga de Blackwell (algo cortas y caras para lo que ofrecen, pero excelentemente escritas y diseñadas), la magistral The Shivah, y la muy curiosa Emerald City Confidential.

    – Dentro del mainstream, quienes destacan por encima del resto son Daedalic. «The Whispered World», «A New Beginning» y «Book of unwritten tales» son muy bonitas y escritas con bastante cuidado.

    Y me pillas con 10 horas de sueño. Cuando me vaya acordando de más te digo.

  5. Gracias, tío. Supongo que todas se juegan con click and nosequé. Estoy chapado a la antigua. Sólo pido una historia interesante, con cierta intriga, escenarios atractivos y puzzles no muy reptitivos. E imprescindible: tercera persona y el ratón para todo. Mi máximo es The Dig, por supuesto.

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