Mártir

A la infanta no le gustó su nueva mascota, traída con tanta ilusión y tanto peligro desde la lejana Arcadia.
—Me da miedo, madre.
Entonces el rey ordenó a su pintor que lo retratara antes de sacrificarlo y que no volvieran a aceptarse más animales mitológicos en rincón alguno del Reino.
El unicornio miró al pintor, a la monja, al curioso, al enano, a la enana, al perro aterrorizado por su nueva condición de favorito, a la infanta, a las meninas, estúpido, sin entender que era la primera víctima del nuevo orden.

10 comments

  1. Un nuevo orden que nació pareciendo viejo.
    No te refieres a la política, ¿verdad?
    Supongo que haces referencia al fin de una época llena de dragones y unicornios.

    Las meninas dan para mucho…
    No solo para un estudio de la representación.

  2. La ambigüedad final forma parte del juego: me refiero a todo, evidentemente simbolizado por dragones y unicornios.

    Y sí… Las meninas han dado para mucho, incluso para enormes pajas mentales. Recuerdo en particular un estudio sobre sus propuestas geométricas basadas en la biblioteca de matemáticas y esoterismo que tenía Velázquez. Aquello era más demencial que los unicornios. ;)

    Pero, en fin, esto es solo un relatillo que espero que resulte al menos simpático. Gracias por el apunte.

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