Macho épsilon

por José Ramón Vázquez

El macho épsilon es el equivalente literario al sargento chusquero. Se cree importante, un pez gordo del acuario y de forma acorde a su realidad pontifica sobre lo que hay que hacer para que la manada progrese. Gusta de juntarse con otros machos épsilon, en reuniones supuestamente muy importantes, pensando que la suma de sus grandes mentes hará alcanzar al género cotas de respetabilidad nunca vistas.

El problema del macho épsilon es pues de vanidad. Tal vez con esfuerzo, dedicación y humildad, pudiera haber llegado a ser delta o incluso gamma, pero él se siente increíblemente cómodo con su estatus actual, un mediocre más sólo que disfrazado con pintura dorada. Esto no supondría nada malo, si no fuera porque él cree que lo hace de oro, pero una mirada algo más detallada e imparcial revela que en lo que es en realidad es grotesco y sumamente egocéntrico.

Otro comportamiento por el que se puede conocer al macho épsilon es lo que en el mundo del graffiti se conoce como “bombing”. Esto es, pintarrajear tu nombre por todas partes para que todo el mundo te conozca. Para ello inunda la red, promocionándose en foros y, por supuesto, en su blog personal de autobombo, eufemismo que oculta el significado literal de paja mental. También manda de forma insistente relatos a todo tipo de revistas y concursos, logrando porcentajes de acierto similares a los de un tirador de tercera de la liga lusa de baloncesto, algo que no es tan raro. El macho épsilon es un simple bomber, por mucho que se crea Basquiat.

Tal vez toda esta diarrea se deba a la camarilla de machos omega que florece a su alrededor y lo reverencia como a un Dios en la tierra. Estos aspirantes a juntaletras verdes como lechugas y, en general, bastante incapaces de lograr siquiera el puesto de épsilon, cumplen la función de groupies literarios, y los desvelos por su ídolo son correspondidos, porque el macho épsilon es ante todo magnánimo y atiende a las plegarias de sus leales súbditos.

Para lograr esto se embarca en proyectos literarios que publicita de forma ampulosa y que fallecen a los tres números. Algo extraño teniendo en cuenta que en ellos se publican regularmente obras de los machos omega afines y, por supuesto, sus obras menores que gustosamente cede para aumentar el interés. Sin duda se debe al hecho de que el vulgo es necio e incapaz de apreciar las obras de un genio. Aparte de eso tampoco puede apreciar las del macho épsilon, pero por motivos diferentes.

Sin embargo no es bueno decirle estas cosas al macho épsilon a la cara, porque se pondrá hecho una furia. Probablemente haga algo terrible, como escribir un artículo en su blog. Y es que el intercambio de entradas es para el macho épsilon el equivalente a una batalla de cornamentas entre alces luchando por los favores de la hembra. De hecho es probable que en breve florezcan terribles improperios contra mi persona a lo largo y ancho de internet.

Porque si de algo estoy seguro es que el macho épsilon cree que esta entrada habla de él.

5 comments

  1. Oye Follonero, un poco de respeto para con los sargentos chusqueros… Que uno ha sido suboficiasss pelador de patatas de reemplazo a mayor gloria de la patria

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