Distrito 9, de Neill Blomkamp

Pocas veces me ha parecido tan oportuna la cancelación de un proyecto cinematográfico.

Cuando la adaptación Halo, que estaba promoviendo Peter Jackson, quedó paralizada, el cineasta, deseoso de trabajar con Neill Blomkamp, director que iba a estrenarse en el largometraje llevando el famoso videojuego al cine, le ofreció producirle otro filme. El realizador sudafricano echó mano entonces de Alive in Joburg, un corto que él mismo había dirigido en 2005, y lo transformó en este Distrito 9 que acaba de estrenarse en España.

Halo llegará finalmente al cine, qué duda cabe, pero, por el momento, en lugar de lo que casi con toda seguridad será otro bodriete basado en un videojuego, tenemos una muy interesante película de ciencia ficción.

Como todos los aficionados sabrán a estas alturas, la narración (situada muy significativamente en Sudáfrica) nos cuenta cómo una patera espacial llega a Johannesburgo con casi dos millones de alienígenas que son confinados en un gueto y vejados por las autoridades humanas. Esto es sólo el comienzo, ya que la historia se centrará posteriormente en la lucha que mantiene un funcionario del gobierno (una especie de pariente lejano de Gregorio Samsa y Seth Brundle) para conservar su humanidad, mientras colabora con un alienígena que lucha por la libertad de su pueblo.

En un principio se adopta un estilo narrativo de falso documental (tan utilizado ahora), montando escenas de distintos informativos de televisión, pero paulatinamente se va abandonando este formato, hasta centrarse, básicamente, en un estilo narrativo más convencional, eso sí, manteniendo un aspecto visual sucio y realista, así como eso que llamamos “estilo de cámara en mano”.

Tanto en el principio de la película -cuando se utiliza el tema de los inmigrantes alienígenas para reflexionar acerca del racismo humano, de la forma en las que nos tratamos unas personas a otras, o de cómo el ser humano es capaz de lo peor-, como durante el resto del metraje, repleto de escenas en las que la acción, la tensión, la intriga o las emociones son las protagonistas, Blomkamp demuestra un buen hacer más que estimable: el director se muestra competente en todos los terrenos, y mantiene un buen ritmo a lo largo de toda la película, que resulta realmente entretenida e interesante.

Considero, como casi único defecto del filme, un elemento del guión (y atención, que viene un spoiler): lo forzado que resulta que un combustible produzca mutaciones genéticas. Pero el talento del realizador, ayudado por unos estupendos efectos especiales, una buena fotografía, e, incluso, una eficaz banda sonora, convierte a Distrito 9 en una grata sorpresa. Poco más puede pedirse a una ópera prima, creo yo.

El éxito comercial del filme, así como su desenlace, propician una secuela que bien podría titularse Distrito 10.

One comment

  1. Buena película. Pero me da algo de pena porque podría haber sido una gran película, con algo más de profundidad…. O también echándole más ironía, tal como Allienation… otra grande…

    Mola el Winkius, el prota… Me voy a comprar un pullover como el suyo…

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