FlashForward, el futuro ya no es lo que era

El futuro es “aquel país desconocido” en el que todavía no hemos conseguido penetrar. Sólo podemos vislumbrar un posible futuro cuando analizamos las consecuencias de nuestros actos. Si hacemos tal cosa, es casi seguro que ocurrirá tal otra. Es el resultado del método científico y de la prueba-error. Si dejamos caer una piedra, tardará exactamente x segundos en llegar al suelo con una velocidad determinada (dependiendo de la altura claro). Pero esos futuribles no son atisbos de lo que va a ocurrir, sólo son probabilidades, si bien es verdad que muchas veces cercanas al 100%.

Pero en la ficción, y tal vez en un futuro con los estudios avanzados de física, ya es posible ver el porvenir. Los viajes en el tiempo, las paradojas temporales, las modificaciones del pasado y, en muchas menos ocasiones, del futuro, son moneda común en la ciencia ficción, tanto literaria como audiovisual. Sin embargo la premisa de FlashForward, “recuerdos del futuro”, es mucho más ambiciosa, ya que supone que toda la humanidad ha visto durante dos minutos y diecisiete segundos cuál va a ser su futuro inmediato en un instante situado seis meses después. Las posibilidades son inmensas, pues todos los habitantes de la Tierra han vislumbrado qué es lo que les va a ocurrir en ese breve intervalo de dos minutos, y para casi todos supone un cambio en su concepto de la vida.

Estamos ante una idea muy interesante, que se basa en el libro FlashForward de Robert J. Sawyer, titulado en su primera edición en España como Recuerdos del futuro (La Factoría de Ideas), que permite a los guionistas todo tipo de especulaciones sobre las reacciones que se podrían producir ante un evento tal. Y otras preguntas pueden ser añadidas al descubrimiento de nuestro futuro. No me ha gustado lo que he visto. ¿Puedo cambiarlo? ¿Es posible modificar lo que he visto o está todo “escrito”? ¿El tiempo es lineal o tiene bucles, vueltas, atajos o matices? La inmutabilidad del devenir está muy bien descrita en una novela titulada El hombre estocástico de Robert Silverberg (1975), en la que el autor se decanta por una línea temporal inmutable en la que ya todo existe y es imposible el cambio. Es la predestinación en su mas alto exponente. Los “estocásticos” son capaces de ver todo su futuro y se convierten en seres conformistas que sencillamente son actores en un libreto escrito, no se sabe bien por quien. O, quizá, por nadie.

Los siete episodios de FlashForward que he podido ver, cuando escribo estas líneas, no han desarrollado todavía todo el potencial posible de su propuesta, y tal vez no lo hagan. Pero si se puede decir que el comienzo empieza a esbozar una línea argumental medianamente interesante. Eso sí, la audiencia no ha acompañado en Estados Unidos -cayendo de 14 a 8 millones de seguidores- y la producción se ha paralizado temporalmente para dar más tiempo a los guionistas, según fuentes de la cadena, para encontrar nuevas vueltas de interés para la historia.

Los guiones van dirigidos hacia un frente único, con pequeñas disgregaciones laterales, que luego comentaremos. El objetivo de los protagonistas, todos agentes del FBI, consiste en buscar una causa para ese desvanecimiento masivo. Uno de los agentes ha visto en su flashforward como desarrollaba un proyecto denominado Mosaico para desentrañar lo ocurrido. Naturalmente, se da por supuesto que el fenómeno no ha sido natural sino provocado, máxime cuando se encuentra un antecedente en un pequeño poblado africano. A partir de la mitad de la primera temporada, confirmaremos que el suceso ha sido fruto de un experimento. ¿Que deparará el futuro? Al parecer un final cerrado para los primeros trece episodios de la primera temporada y una segunda temporada abierta.

La serie difiere mucho de la novela. En principio el cambio fundamental consiste en que el salto temporal en la narración está en 21 años mientras que en esta serie son sólo seis meses. Por necesidades narrativas el cambio está muy bien ejecutado, ya que el escaso lapso temporal permite centrar la acción en la investigación de lo sucedido. Esta investigación toma elementos de otras series, entre las que 24 es uno de los referentes y, por supuesto, Perdidos es también fuente de inspiración, siendo los flashforwards sustitutos de los flashbacks.

Es en estos flashforwards donde están centradas las historias secundarias, en las que se producen las paradojas de acusar a los personajes de cosas que aún no han hecho. Pero la fe en esas visiones sustituye a todo lo demás. Es una certeza, como la que rubricaban los pre-cogs de Minority Report. En estas subtramas la vida y la muerte parecen una variable incierta, ya que en uno de los recuerdos una fallecida está viva, y existen personajes que no han tenido visiones porque se supone que en seis meses estarán muertos. Ya tardan las mentes bien pensantes en tildar a la serie de atea y peligrosa para las creencias religiosas.

El pimer episodio tuvo por guionistas y directores a David S. Goyer y Brannon Braga, y el propio Sawyer escribió un guión para la primera temporada.

Es pronto para saber si la serie se convertirá en el recambio de la tan nombrada y seguida Perdidos, como se ha comentado por diversos medios.

6 comments

  1. Ya te digo que no, que no es el recambio de perdidos. La idea es archipotente pero los personajes son de una bobez que tumba. Cada episodio más bobos.

  2. Aquí hay un problema: La comparación. Si hubieramos visto esta serie hace 10 años, nos parecería cojonuda, pero ahora la pasamos bajo el filtro de compararla com Perdidos, y obviamente no hay color.

    Estoy de acuerdo en todos los puntos que comenta Alfonso pero ¿Realmente exigiríamos tanto si no tuvieramos el referente de Lost? Encima, son dos series de la misma compañía i Flashforward se le ha dado la pepereta de sobrepasar o al menos emular el listón que dejará Lost (que cierre o no cierre sus temas abiertos será una serie recordada y reverenciada). No creo que sea del todo justo, eso sí, buena parte de la culpa la tiene los productores por vender un producto que no es tal.

    A ver que hacen los guionistas, para la segunda temporada. Por mi parte la serie me gusta, está por encima de la media, sin ser nada excepcional, pero eso es porqué intento no compararla con Perdidos/Lost.

  3. Me parece que no va a llegar a 2ª temporada… vamos es lo que tiene pinta, sobre todo por el bajón que acaba de comentar ABC… no creo que consiga mucho… va a seguir bajando…

    Ah, y en perdidos, hay flashbacks y flashforwards… no sólo los primeros… no llegaste a la tercera de perdidos eh??

  4. Cualquier comparación con Lost es dañina, desde luego. Dicho esto, lo preocupante de FF es que comienza a perder otras comparaciones. Por ejemplo, coincido con Casciari en que es un mero aperitivo antes de ver Fringe, que se ha venido arriba espectacularmente. Anoche vi el séptimo de FF y me llevé otro chasco. Aparte de una escena patatera, acaban de cargarse el leit motiv de la serie.

  5. No veo «Perdidos». Por diversas razones me perdí el comienzo y cuando quise engancharme con un par de capítulos ya emitidos habían pasado tantas cosas a tantos personajes que no logré centrarme, me pareció todo un barullo antipático y lo dejé. Más tarde lo intenté un par de veces de nuevo, pero estaba todavía más liado que antes así que lo di definitivamente por…, perdido.

    Así que opino sobre «Flasforward» desde mi «virginidad comparadora» de espectador.

    Y desde ahí opino que es una serie que está empezando a cabrearme porque me gustó muchísimo el arranque y los 2 capítulos siguientes (a pesar del actor protagonista, que no sé a quién ha engañado para hacerse con el papel…, y encima le han puesto un doblaje que se pasa toda la serie susurrando, incluso cuando grita), pero a medida que avanza se ha quedado estancada y los guionistas parece que no tienen ni idea de hacia dónde tirar.

    El mejor análisis breve de la serie lo leí en una reciente columna de El País donde, resumidamente, contaban que cada capítulo era un lío increíble que finalizaba con unas escenas muy sugerentes y atractivas que parecían hacer avanzar la historia…, para volver a repetir en el capítulo siguiente el mismo esquema.

    Ejemplo: si hace tres o cuatro capítulos han descubierto unas torres misteriosas en Somalia que están relacionadas con lo de los cuervos, ¿qué demonios siguen esperando para ir a investigarlas en persona?

    Otro ejemplo: hace dos capítulos se reveló que todo era fruto de un experimento…, pero siguen dándole vueltas a la idea sin explicar nada más como si no supieran qué explicar.

    Creo que hay un error de fondo en todo esto: los productores buscan un sustituto de «Perdidos» que dure y dure y dure…, un folletín como otras series policíacas o de médicos, pero en CF. Sin embargo, intentar adaptar una novela concreta a una serie de televisión, sobre todo en nuestro género, requiere tener las cosas muy claras y saber cuándo tienes que contar qué ya que por las especiales caracteristicas del fantástico no puedes alargar indefinidamente una situación sin que se resienta toda la serie. Limitarse a amontonar historietas personales de lo que cada personaje ha visto o ha dejado de ver (que además carecen de interés, la mayoría de ellas, porque son demasiado parecidas unas a otras) sin avanzar en la trama general es una vía segura hacia el fracaso.

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