Traductora en tierra extraña: entrevista a Sylvie Miller

por Manuel de los Reyes.

Elia Barceló, Daniel Mares, Rafael Marín, Rodolfo Martínez, Juan Miguel Aguilera, Eduardo Vaquerizo… Estoy seguro de que al lector habitual de Literatura Prospectiva le sonarán de algo estos nombres, y si le propusiera establecer algunas características comunes a todos ellos posiblemente respondería sin titubeos: grandes impulsores de las letras fantásticas hispanas, escritores con varios premios y nominaciones a sus espaldas, veteranos con un estilo perfectamente definido y reconocible.

Lo que quizá sea menos de dominio público es que comparten otra característica: la internacionalidad, el haber traspasado las fronteras de nuestra piel de toro para conquistar con sus cuentos y novelas a los lectores portugueses, húngaros, alemanes, italianos… Llegar a este público tan heterogéneo sería tarea imposible sin la asistencia de sus traductores, entre los cuales se cuenta Sylvie Miller, traductora al francés de todos los autores antes mencionados y muchos más, apasionada de la literatura fantástica y auténtica embajadora de los autores de género de habla hispana en su país.

Con ella he tenido el placer de conversar a su regreso de la última edición del festival de literatura fantástica Imaginales, celebrado en la ciudad gala de Épinal, donde hace tan sólo un par de semanas se alzó con un importante galardón por sus méritos como traductora. Pero dejemos que sea la propia Sylvie quien se presente y nos revele algo más sobre su trabajo.

Enhorabuena, ante todo, por el Premio Jacques Chambon de Traducción 2010. En esta ocasión ha sido tu trabajo en Interferénces, del escritor cubano Yoss, el que te ha merecido ese reconocimiento, pero ya habías traducido al francés varias obras de ciencia ficción cuyo idioma original era el español. ¿Podrías darnos algunos títulos y el nombre de sus autores?

Hasta la fecha son muchas las obras  escritas originalmente en español que he traducido: Mors vivants (“Muertos”), de Elia Barceló; Les chemins du rêve (“Los caminos del sueño”), de Eduardo Vaquerizo; La forêt de glace (“El bosque de hielo”), de Juan Miguel Aguilera… La lista es realmente amplia y abarca varias decenas de títulos.

¿Conocías esas obras de antemano? ¿Cómo cayeron en tu poder?

Excepto mis últimos encargos (novelas gráficas para la editorial Milady Graphics), sí que conocía ya las obras que traduje y, en algunos casos, fui yo misma la que se las propuso a las editoriales. Esto es parte de la modesta tarea que empecé hace diez años: difundir en Francia la ciencia ficción escrita en español.

En 1999 inicié un diálogo en internet con algunos representantes del fándom español. En 2001 conocí a la delegación de autores españoles invitados al Festival Internacional Utopiales de Nantes, en Francia. Después asistí a unas convenciones en España y a la Semana Negra de Gijón. Me presentaron a algunos autores, éstos me enviaron algunos textos, y así se estableció el contacto. Ahora intento seguir la actualidad del género en España y en América con el poco tiempo del que dispongo.

¿Existe un verdadero mercado para la literatura fantástica española traducida en Francia? ¿Qué clase de acogida reciben nuestros autores dentro de sus fronteras?

No sé si existe en Francia un verdadero mercado para la literatura fantástica española. De haberlo, se enmarcaría dentro del mercado más general de la ciencia ficción, la fantasía y el terror, que ya de por sí es bastante reducido. Aunque creo que se puede hablar de un interés creciente: el público suele leer ciencia ficción y literatura fantástica anglosajona, y quisiera descubrir algo diferente. Las dos antologías que he reunido hasta la fecha (Dimension Espagne, sobre la ciencia ficción española; y Dimension Latino, sobre la ciencia ficción americana escrita en español) recibieron una excelente acogida y creo que pueden allanar el camino para otras obras. Ya más recientemente, el libro Interférences (título francés del País grande, país pequeño de Yoss) ha generado numerosas críticas en revistas y sitios web especializados, siempre excelentes.

Hay dos autores españoles que son muy conocidos en Francia: Juan Miguel Aguilera y Javier Negrete. Es interesante saber que algunos libros de Juan Miguel Aguilera fueron publicados en Francia antes que en España (¡la editorial francesa les vendió los derechos a las editoriales españolas!). Estos autores son muy apreciados y han sido invitados a varias convenciones que se desarrollan en Francia. En 2010 ha salido a la venta la novela La sabiduría de los muertos, de Rodolfo Martínez, y parece que su acogida ha sido positiva. Es posible que las editoriales francesas estén entreabriendo una pequeña puerta para los autores de habla hispana.

¿Sueles ponerte en contacto con los autores para resolver las posibles dudas que surjan durante el proceso de traducción de sus obras? ¿Se dio esta circunstancia con alguno de los escritores antes mencionados?

Siempre me pongo en contacto con los autores que estoy traduciendo. El único caso en el cual no pude hacerlo fue cuando traduje el cuento “Gu ta gutarrak”, de Magdalena Mouján Otaño, autora argentina que falleció en 2009. Para mí es muy importante hablar con el autor porque el proceso de traducción no consiste únicamente en cambiar unas palabras extranjeras por otras en tu idioma. Hay que realizar una verdadera transposición a otra lengua, y es preciso saber cuál era la intención del autor cuando escribió su texto. Cuando traduzco tengo que respetar el estilo, el ritmo, y todo lo que constituye la «identidad literaria» del autor. Al mismo tiempo debo obtener un resultado que se pueda leer sin problema en francés, con las características propias de este idioma. La ayuda del autor siempre es muy importante. Es la razón por la cual conozco a cada uno de los autores que he traducido.

Creo que, a lo largo de mi experiencia como traductora, he establecido una relación muy particular con los autores. Ponerme al servicio de sus textos y descubrirlos desde el interior, profundizar en la mecánica de su construcción literaria, me permite penetrar de manera muy íntima en el universo de cada escritor. Me gusta pensar que soy su «voz francesa».

¿Es la traducción tu ocupación profesional principal? Y, en caso de que la respuesta sea afirmativa, ¿dirías que la literatura fantástica es tu especialidad? ¿Traduces también otros géneros?

La traducción no es mi ocupación profesional principal. Soy profesora (de economía, derecho, comunicación, management e informática de gestión) en un instituto técnico universitario y esta actividad ocupa la mayor parte de mi tiempo.

Comencé haciendo traducción técnica (del inglés y el español) para empresas (lo que corresponde a mi formación inicial), y no descubrí la traducción literaria hasta hace unos diez años.

Se podría decir que la literatura fantástica es mi especialidad: es un género que me apasiona y que leo desde que era pequeña. Poseía ya una buena «cultura» sobre ciencia ficción y géneros afines cuando decidí lanzarme al campo de la traducción literaria y, lógicamente, me dediqué a ellos. Tampoco empecé con el español: mis primeras traducciones fueron del inglés.

¿Cuál es la situación del traductor literario en Francia, a grandes rasgos? ¿Contáis con asociaciones profesionales, se respetan los contratos, existe algún tipo de reconocimiento por parte del público o la crítica especializada…?

En Francia, creo que el número de personas dedicadas a la traducción literaria para los que ésta es su ocupación profesional principal no es muy alto, y menos si hablamos de literatura fantástica. Muchos tienen que alternar este trabajo con otros para completar sus ingresos. La relación entre editores y traductores es probablemente la misma que en España: se dan, de vez en cuando, conflictos sobre las traducciones (un editor que cambia el contenido de una traducción sin informar al responsable de ésta, por ejemplo), incumplimientos de los contratos, discrepancias con editores a los que hay que suplicar para que paguen lo acordado Creo que todo esto es parte del oficio. Generalmente, se puede decir que el derecho francés es bastante protector y ofrece recursos a los traductores para defenderse.

Contamos con asociaciones profesionales, como la ATLF (L’association des traducteurs littéraires de France, o Asociación de Traductores Literarios de Francia), que se dedican activamente a federar la profesión, difundir información sobre la misma y defender los derechos de los traductores. También promueven la organización de actos relacionados con la traducción. Puedo citar el congreso «Les assises de la traduction littéraire», que se desarrolla anualmente (desde hace 26 años) en la ciudad de Arles. Durante dos días se reúnen traductores, autores y estudiantes universitarios para hablar de la traducción literaria, participar en talleres, conferencias y lecturas.

Como no existía ningún medio de encuentro especializado para traductores de literatura fantástica, hace cuatro años decidí abrir un grupo de discusión en Yahoogroups. El grupo Babeliste cuenta con unos cincuenta traductores especializados en ciencia ficción, fantasía y terror, que trabajan desde tres idiomas: el inglés, que representa a la mayoría de los miembros, el español y el alemán. Hablamos de nuestro trabajo en todos sus aspectos (incluyendo los problemas con los editores), compartimos recursos y documentación, planteamos preguntas sobre dificultades de traducción, organizamos encuentros cuando podemos, por ejemplo durante las convenciones Los miembros se muestran unánimes a la hora de valorar positivamente la utilidad de este grupo.

No puedo decir que exista un verdadero reconocimiento del trabajo del traductor en Francia. Para el lector, el traductor no existe. Solo se menciona su nombre, con letra muy pequeña, al pie de una página al principio del libro, entre otros datos informativos como el copyright de la obra, la dirección de la imprenta, etcétera. El lector sabe probablemente que alguien ha traducido lo que está leyendo, pero no le interesa. Sólo se evoca al traductor cuando el libro no es bueno: ¿y si fuera por culpa del traductor y no de la obra original?

En las convenciones, parece que los organizadores se preocupan un poco más de la traducción: aparecen de vez en cuando mesas redondas sobre este tema. Por ejemplo, hace unos días, participé junto a otros tres colegas en una mesa redonda durante los Imaginales de Épinal cuyo título era: “¿Profesión? ¡Traductor!” El debate fue muy interesante.

Soy una actriz muy modesta pero intento actuar, cuando puedo, en pro de un mayor reconocimiento del trabajo de los traductores. Al menos un editor se ha mostrado receptivo a mis argumentos: La editorial Rivière Blanche, que ha publicado las Interférences de Yoss, indicó mi nombre en la portada, bajo el del autor, y desde entonces hace lo mismo con cada obra traducida. Se trata de una pequeña victoria de la que me siento muy orgullosa. Espero que otras editoriales adopten el enfoque de Rivière Blanche.

En España es cada vez más habitual que las críticas y reseñas de obras fantásticas extranjeras incluyan algún tipo de comentario sobre la labor del traductor. ¿Ocurre lo mismo donde tú vives?

En Francia ocurre lo mismo, aunque no sea muy frecuente. Cuando se incluye un comentario sobre la labor del traductor suele ser para criticar una traducción que parece mala, o para señalar una traducción particularmente buena. Al respecto, me considero afortunada: las críticas hablan casi sistemáticamente muy bien de mis traducciones (¡Vaya, ahora pensaréis que soy una engreída!). El premio Jacques Chambon de Traducción 2010 es la confirmación de que mi trabajo es apreciado.

Durante la edición de 2011 de la Eaton Conference, en California, se harán públicos los Fantasy & Science Fiction Translation Awards, primera entrega de estos premios a la traducción de obras fantásticas en los Estados Unidos; sabemos que el Grand Prix de l’Imaginaire cuenta con un galardón para esta categoría desde 1992; en España, de momento, no existe ninguna iniciativa parecida. ¿Qué dirías tú que tiene de positivo la existencia de estos premios específicos a la traducción de obras literarias fantásticas? ¿Qué pueden significar, tanto para el gremio de traductores como para los lectores?

La existencia de estos premios específicos a la traducción de obras literarias fantásticas es muy importante. Primero, contribuyen al reconocimiento de la labor del traductor en una obra literaria. Los anglosajones dicen «adapted by X» para señalar el nombre del traductor en una portada cuando los españoles o los franceses dicen «traducido por X». Creo que los anglosajones están más cerca de la realidad de nuestro trabajo. Me gusta decir que construimos puentes para pasar las obras literarias de un país a otro. Es una forma de adaptación del texto, ¿no?

Para el traductor es muy importante que la calidad de su trabajo sea reconocida por otros profesionales. Esto le puede garantizar un trabajo regular y permitirle vivir de la traducción (los editores siempre suelen buscar al mejor traductor).

Para el lector (y también para el autor), estos premios constituyen una información muy útil: ofrecen una garantía sobre la calidad de la traducción.

El premio Jacques Chambon de Traducción 2010 ha tenido una consecuencia inmediata: el libro Interférences de Yoss se reveló como una obra de calidad que atrajo la mirada de distintos editores, los cuales se pusieron en contacto con él para hablar de otras obras suyas. Ahora Yoss va a publicar una segunda novela en Francia, a principios de 2011, en una editorial importante. Y la traduciré yo.

Ya en un plano más personal, ¿nos podrías desvelar algún detalle sobre tu metodología de trabajo? Lugar donde desempeñas tu actividad profesional, herramientas, horarios…

Mi metodología de trabajo es bastante simple y se parece probablemente a la de muchos otros traductores. Hago una primera traducción muy cercana al original y, después, trabajo en correcciones sucesivas para afinar el estilo y obtener un texto que se podría haber escrito en francés.

Trabajo con mi ordenador, en mi despacho, o a veces con el portátil en otros sitios. Suelo escuchar música mientras trabajo (cuando traduzco o cuando escribo). Me parece que aumenta la concentración. Generalmente trabajo por las tardes. No sé si depende de mi ritmo personal, pero soy más productiva al final de la jornada que al principio.

Las herramientas que utilizo son, como ya he mencionado, el ordenador. También utilizo diccionarios y documentación. La traducción de literatura fantástica necesita mucha documentación. Debes entender lo que describe el autor y disponer del vocabulario específico para traducir. A veces, tengo que buscar durante varios días hasta encontrar la información que me permita traducir un detalle… Es la razón por la cual compartimos nuestros recursos en el grupo Babeliste.

Tu currículo comprende escritores de diversas nacionalidades: españoles, cubanos, colombianos, mexicanos… Temo pecar de frívolo, pero me vence la curiosidad y tengo que preguntarlo. ¿Encuentras alguna diferencia al traducir a autores de distintos países? ¿Te encuentras más cómoda traduciendo unas variedades del español que otras?

La pregunta no es «frívola». Al contrario, permite al público no informado entender lo que puede ser el trabajo del traductor. Sin duda existendiferencias al traducir a autores de distintos países. Como he mencionado antes, el traductor no sólo cambia palabras de un idioma a otro, sino que tiene que recrear en su propio idioma todo un contexto cultural, geográfico, histórico, sociológico… Es necesario poseer una buena base cultural sobre el país de origen del autor que estés traduciendo. Cada pueblo tiene sus propios rasgos característicos, algo que se hace patente sobre todo a la hora de traducir diálogos. Por mi parte, estoy más familiarizada con el español de España, de modo que cuando tengo que traducir textos de autores de Centroamérica o de Sudamérica, es posible que ciertas palabras me planteen dificultades.

Recuerdo un texto mexicano que traduje hace un par de años: un estadounidense entró con sus amigos en un bar de un pueblo mexicano, cerca de la frontera con los Estados Unidos, y pidió una «cubeta». Para mí, una cubeta es una cuba pequeña, un recipiente de madera cerrado que puede contener vino, por ejemplo. Encontré en mi diccionario la acepción americana de cubo, el recipiente abierto en el cual puedes echar agua. No entendía qué quería decir el autor. Me imaginaba al susodicho bebiéndose un cubo entero de agua y compartiéndolo con sus amigos. Tuve que escribir al autor, quien me explicó que el término «cubeta» es una expresión local. Se trata de un recipiente grande en el cual se coloca hielo y un montón de botellas de cerveza. Se deja encima de la mesa y así los clientes pueden beber cerveza fresca toda la tarde. Cada vez que debo traducir un texto americano, descubro algo nuevo. Es parte de lo interesante de la labor del traductor

¿Sigues la actualidad del panorama literario fantástico en español? ¿Hay algún escritor actual al que te gustaría traducir especialmente?

Como decía al principio de la entrevista, intento seguir en contacto con los acontecimientos del fándom de la literatura fantástica española y con la actualidad literaria del género, aunque no tenga demasiado tiempo. Me gustaría señalar la calidad del trabajo de tantas páginas de Internet que proporcionan una enorme cantidad de información y reseñas, sumamente útiles para una aficionada como yo.

En lo que se refiere al escritor actual que me gustaría traducir especialmente, no es una pregunta fácil. Me gustan muchos autores y quisiera traducirlos a todos. Me gustó trabajar en los textos de los autores que ya he traducido: Elia Barceló, Juan Miguel Aguilera, Víctor Conde, Vladimir Hernández, Daniel Mares, Rafael Marín, Rodolfo Martínez, Eduardo Vaquerizo Descubrí el universo de cada uno de ellos. Fue un placer transponer sus palabras y adaptar su estilo al francés, y me encantaría traducirlos de nuevo. Hay otros autores españoles que me interesan, como Alfredo Álamo, León Arsenal, Julián Díez, Santiago Eximeno, Sergio Parra No puedo citarlos a todos (¡que me perdonen los omitidos!), y ni siquiera he mencionado a los latinoamericanos

Creo que la verdadera cuestión no es a qué escritor me gustaría traducir, sino cuál podría interesar a los editores franceses. Esto es algo más complicado que el problema (ya de por sí peliagudo) de hablar de mis gustos. Hay que tener en cuenta la línea editorial de cada editor en particular, sus gustos personales, sus posibilidades de acción sobre sus propias colecciones, limitadas a veces, los gustos de los lectores, la tendencia del momento (hay modas en la literatura fantástica, como en cualquier otro campo), las posibles evoluciones

Desgraciadamente, pocos editores franceses leen directamente en español o disponen de colaboradores que lo puedan hacer. Tienen que confiar en ti cuando les dices que un libro te parece bueno y podría encajar con lo que publican. Pocos quieren arriesgarse a entrar en un terreno que desconocen. Ésa es la razón por la cual, la mayor parte del tiempo, me comporto más como un agente literario que como una traductora. Es un trabajo de hormiguita, pero estoy segura de que, poco a poco, la literatura fantástica española será cada vez más traducida y reconocida en Francia. Soy una optimista incorregible.

Ojalá se cumplan tus predicciones, Sylvie. Con esto terminamos, muchas gracias por el tiempo que nos has dedicado. Te deseo una larga y fructífera carrera.

3 comments

  1. Interesantísima entrevista. Me agrada saber que el género fantástico escrito en español puede moverse en otros idiomas gracias a la labor de gente profesional como Sylvie. Me gustaron mucho sus respuestas. De hecho, te dan idea de lo difícil que es este mercado… :)

  2. Es más fácil conseguir las novelas y cuentos que publican autores de habla española de ambos lados del charco en Francia que en los propios países hispanohablantes. Increible.

  3. Conozco a Sylvie desde hace años y debo decir que es una excelente persona, además de una gran profesional. Es un gustazo tenerla entre nosotros.

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