Hola de nuevo, amigos.
En esta entrega de “Onda Futura”, quinta ya, volvemos a ocuparnos de esos argumentos originales (entendiendo por tales los no basados en obras ya aparecidas) que conciben con frecuencia las bandas de rock en clave de ciencia ficción. El orden cronológico dictó que en el anterior artículo navegásemos por las décadas de los 60 y 70, citando algunos grupos verdaderamente influyentes para tiempos posteriores. Partiendo ahora de los años 80, las formaciones que van a configurar nuestro nuevo viaje pueden resultar quizá menos conocidas de forma global (si bien dentro de su estilo lo son y mucho) pero sus propuestas son igualmente interesantes y, por supuesto, están vinculadas al género que nos concierne.
En el año 1981 (coincidiendo, por cierto, con la salida del primer disco de Barón Rojo, Larga vida al Rock and Roll) la banda canadiense de rock progresivo Rush lanza al mercado su LP Moving Pictures. Dicho trabajo sería cuatro veces platino, como recompensa a su habilidad musical y su gran acierto en las composiciones. Aunque el grupo seguiría recibiendo discos de oro y platino hasta prácticamente final del siglo XX, esa obra sigue siendo la mejor valorada hasta la fecha. En Moving Pictures encontramos un tema simpático y muy bien ejecutado llamado “Red Barchetta”, cuya trama podemos emparentar con la ciencia ficción o la temática prospectiva. En un futuro post-petróleo, la ley del motor prohíbe los coches de gasolina, cuya existencia (ya testimonial) se pretende eliminar por completo. Sin embargo, el tío del protagonista ha conseguido guardarle un ejemplar antiguo y éste sale de vez en cuando a dar paseos, aun siendo consciente de los riesgos; la sensación es demasiado adictiva. En uno de esas travesías, es perseguido de modo épico por dos coches policía impulsados por aire.
Justo en el año 90, la banda americana de thrash metal Megadeth, con los virtuosos Dave Mustaine y Marty Friedman a las guitarras, edita una de sus obras maestras: Rust in Peace. El título ya es una maravilla en sí mismo: con esa afición típica de las bandas heavies por los juegos de palabras, Mustaine mezcla la expresión «rest in peace» (descanse en paz) con el verbo «to rust» (oxidar/se) obteniendo “oxídate en paz”. La portada del disco es claramente futurista y además alude directamente al tema que quiero comentaros, “Hangar 18”. Si Iron Maiden tiene a su Eddie, Megadeth dispone de su Vic Rattlehead, que aparece en primer plano en dicha portada. Al igual que la mascota de los ingleses, no destaca precisamente por su atractivo. En “Hangar 18”, Dave Mustaine, siempre preocupado por las tramas de su gobierno, nos presenta a modo de expediente X un hangar militar donde se conservan alienígenas en estado criogénico para su estudio y posible uso bélico. Aquí tenéis la letra traducida:
“Hangar 18”
Bienvenido a nuestra inmensa fortaleza
tómate tu tiempo para dar una vuelta.
Es imposible destruir estos muros
pues puedes ver que el acero es demasiado fuerte.
Bancos de computadoras para dominar el mundo,
instrumentos para vigilar las estrellas.Es posible que haya visto demasiado.
Hangar 18, sé demasiado.Inventario de especies alienígenas
estado criogénico de vida suspendida.
Amnesia selectiva:
se cree que todo ha sido predicho,
pero quién lo imaginaría.
Inteligencia militar,
dos palabras cuya combinación no tiene sentido.
Seguimos en la década de los 90 y de los Estados Unidos nos trasladamos a Alemania, para dar la bienvenida a uno de los padres del power metal actual, el señor Kai Hansen. Famoso en el mundo heavy por ser uno de los fundadores de Helloween y haber dado a la música los inmensos Keeper of the Seven Keys (I & II), el guitarrista germano no tardó en abandonar a Weikath, Kiske y compañía al ver los derroteros que iba tomando el grupo y formó su propio combo, Gamma Ray (nombre evocador, sin duda). Tras un genial Land of the Free, saca a la venta un casi conceptual Somewhere Out in Space en el 97. En este plástico podemos quedarnos sin ir más lejos con el primer corte “Beyond the Black Hole” (más allá del agujero negro) como perfecto ejemplo de su apuesta. El sol de nuestro planeta se está muriendo y el protagonista tiene que salir al espacio buscando un nuevo hogar. Siente una llamada en su interior y decide zambullirse en un agujero negro. Dejando a un lado lo irracional de la ocurrencia y que Kai Hansen debería hablar más bien de agujeros de gusano, la canción es rápida, intensa y sin mácula. ¿La letra? Aquí os la traigo:
“Más allá del agujero negro”
He venido de muy lejos
de la luz del sol de mi hogar
y he visto que es el único modo.Ahora mi sol está muerto y se ha ido.
Levanto la cabeza con rabia silenciosa
parece que no hay lugar para mí;
la única salida es irme
adonde nadie ha ido antes.Vuelo, más allá de las puertas
del espacio y el tiempo;
otro universo es mío
y no puedo esperar a mañana.Navego, siento una llamada en mi interior
y no regresaré, pues me sumergiré
en el agujero negro.
No me esperéis, porque no volveré.Trueno, relámpago y fuego
guían el viaje de mi vida,
ardiente deseo insaciable
cuando me lanzo a lo desconocido.Hubo un detonante para mi decisión:
está justo tras mis ojos
en la oscuridad de mi visión.Dejo suelto a mi espíritu.
Quiero ver el agujero negro.Si hay alguna posibilidad de futuro
detrás de la espiral,
la única forma de saberlo
es abandonar la frontera final:
viajar hacia la eternidad.
Ya en el siglo XXI, regresamos a América para conocer el trabajo de otro excelente músico y compositor, Jon Oliva. Una auténtica institución en el ámbito del heavy metal por ser uno de los fundadores y alma mater de los clásicos (míticos para algunos) Savatage, con su hermano (y excelente seis cuerdas) Criss Oliva, tristemente muerto en un accidente de coche a causa de un conductor borracho. En el seno de dicha banda adquirió el seudónimo “The mountain king”, apelativo que viéndolo en persona cobra pleno significado; y es que Jon es un cantante y teclista ENORME en todos los sentidos. Envuelto siempre en varios proyectos, como la Transiberian Orquestra (menos agresivo y mucho más sinfónico), nos fijamos en este caso en su reciente carrera en solitario, bajo el nombre Jon Oliva´s Pain. Hace un par de años, en su disco Global Warming, trata un tema que bastante tiene de científico y poco de ficción: el fenómeno del calentamiento global. Con tintes claramente reivindicativos, denuncia en qué puede convertirse nuestro planeta si no implementamos medios para evitarlo.
Por último, y siendo consciente de que en esta quinta entrega ha habido más metal que simple rock, me reafirmo visitando a otro grupo heavy. Se trata de los californianos Cage, que practicando un power metal a la americana (bastante distinto al europeo), lanzaban al mercado el año pasado Science of Annihilation, con una portada más emparentada con la fantasía que con la ciencia ficción. No obstante, con canciones como «Planet Crusher», testimonian que no olvidan sus temas de ciencia ficción favoritos. En ella, la banda nos habla de un mensajero que llega a cierto planeta pacífico anunciando que su maestro lo ha elegido para arrasarlo. Les anuncia que su señor es el Devorador de Mundos, y que muchos sistemas han caído ya víctimas de su impulso devastador. Nada puede afectarle salvo el hambre que le causa la ausencia de destrucción, y por ello continúa machacando civilizaciones sin cesar. La letra tampoco tiene desperdicio. En esta ocasión, y siguiendo el consejo de mi apreciado Mariano Villarreal, prefiero dejaros la versión original para conservar la musicalidad y las rimas. En cualquier caso, aquellos de entre vosotros cuyo fuerte no sea la lengua de Shakespeare no tenéis más que pedirlo y será un placer traducirla.
“Planet Crusher”
Our peaceful world
Was ripe for the taking
Forgotten were the ways of war
His Herald and Harbinger came from the heavens
Saying you will be no moreHe had no expression
Showed no emotion
His skin it gleamed like a pearl
There is no escape from my master he said
For he is the devourer of worldsDevourer of worlds
All of our forces combined
Were useless against his assault
He swatted us down with effortless care
Bringing our world to a haltSince the beginning of time
He has revenged through systems
And fed on the hearts of the stars
In the fabric of space
Lies his path of destructionLittered with sorrow and scarred
One by one world after world
Galaxies tremble in fear
Horrible screams in the vacuum of space
Cries that no one will fearPlanet Crusher feed to survive
Planet Crusher none left alive
Devastator death from the sky
Your creator has left you to dieDevourer of worlds
Master of time master of spaceRavage your world and wipe out your race
Master of speed master of death
Fall to your knees
And take your last breathNothing can harm him
Nothing can stop him
Save the deprivation of food
He has no allegianceShows no alignment
Is neither evil nor good
His ambivalent anger is ruled by thirst
He speeds through wormholes and time
So look to the sky and pray to your god
Your homeworld won’t be next in line
Y a este lejano espaciopuerto hemos arribado, estimados lectores. Nuestra “Onda Futura” ha incrementado esta vez su velocidad y su energía de manera notable, por medio de bandas más metálicas pero de una calidad incuestionable (al menos, en opinión de este humilde articulista). Espero que hayáis disfrutado la experiencia y que volváis a prestarme un poco de vuestro tiempo en la siguiente entrega, en la cual nos centraremos en el rock de nuestro país.
¡Hasta la próxima!
Con este comentario pretendo matar dos pájaros de un tiro. En primer lugar, pedir a los compañeros de Literatura Prospectiva que corrijan un pequeño (pero importante) error de edición: es thrash metal y no trash metal. Y en segundo lugar, y aprovechando ese despiste, cuento una pequeña anécdota. Como ya he mencionado en otro lugar, durante la segunda mitad de los 80 se produjo la eclosión de dos estilos en el rock que, pese a poder haber convivido sin problemas mostrando otra mentalidad, fueron vistos por sus principales seguidores como antagónicos e irreconciliables. Mientras los partidarios del thrash metal (thrasers) veían a los hardrrockeros como unos «moñas», éstos no se arredraban y contratacaban diciendo que sólo hacían ruido y llamaban al estilo TRASH (basura) metal en vez de THRASH (golpear) metal.
Un saludo, y gracias a LP por el apoyo a esta iniciativa.
Corregido.
Buen artículo.
Desconocía el detalle sobre el Thrash/trash (se nota que lees revistas) pero yo diría que esa guerra pasó y los aficionados a cualquier subgénero del Metal están hoy día bien avenidos. Ciertamente, ningún músico Thrash va a formar parte de una banda de Hard Rock o AOR, pero es posible disfrutar de ambos estilos sin problema (bueno, a mí me costó un poco, no creas, y ahora me pirra el Metalcore).
Lástima que sólo se toque la ciencia ficción, hay muchos buenos temas fantásticos, de terror en grupos Epic, Dark, Viking… ah, King Diamond.
En efecto, Mariano, en el siglo XXI la «guerra» entre thrashers y hardrockeros ha desaparecido casi en su totalidad. Creo que los heavies han (hemos) aprendido bastante de sus (nuestros) errores en ese aspecto y han (hemos) comprendido que su (nuestro) estandarte es el rock.
Acerca de eso que dices de que «ningún músico Thrash va a formar parte de una banda de Hard Rock o AOR», te sorprenderías; las cosas han cambiado mucho. Te voy a dar un ejemplo perfecto. Ralph Santolla, estupendo guitarrista italo-americano, ha militado o participado en los siguientes grupos, entre otros: Iced Earth (heavy-thrash), Millenium (hard rock/AOR), Deicide (Death Metal), Obituary (Death Metal), Sebastian Bach Band (hard rock/heavy). Este hombre le da a todo… y no es el único.
Respecto a lo de que sólo toque la SF y no el terror o la fantasía, es porque se puede hacer perfectamente una columna por género (¿Onda mágica? ¿Onda Oscura?) pero no me da para todo. De todos modos, no digo que para alguna Hispacon me decida a preparar alguna otra onda rockera…
Y desde luego, el señor King Diamond da para un monográfico, ya lo creo…
Sobre monográficos, tal vez no sea este el mejor sitio para plantear un artículo sobre bandas de Metal cuya inspiración es Tolkien. No hablo sólo de canciones, sino de bandas completas cuyos discos giran exclusivamente alrededor del universo de la Tierra Media. A poco que uno escarbe en las letras de un montón de grupos semidesconocidos, se puede llevar graaandes sorpresas.
Pero ¿la relación mundo de elfos y enanos-guitarreo cómo se generó?
Pues exactamente de la misma manera que surgió la relación SF-rock y terror-rock, amigo Rising: por pura, natural y genuina compulsión de los grupos hacia esos temas.
¿De dónde viene esa compulsión? Eso es más difícil de contestar. Quizá sea porque los rockeros llevan consigo un espíritu inherente de lucha, de plantar cara a las adversidades; tal vez es una reacción a una sociedad demasiado cruda que no les gusta y que les lleva a refugiarse en la fantasía; quizá es el poderío de sus instrumentos (baterías contundentes, guitarras eléctricas), que les hace afines a lo épico… o incluso la forma de aquellos, que les hace imaginar que empuñan armas, flechas (pensemos en las Flying V o en el bajo de Obús en forma de hacha) cuando están en escena. La verdad, no lo sé. Lo único que puedo decir es que cuando conocí el heavy y empezó a gustarme (a los catorce-quince años, aproximadamente) mis libros más recientes eran Fahrenhei 451, Un mundo feliz, El señor de los Anillos y, sobre todo, esa impresionante trilogía de Louise Cooper llamada El señor del Tiempo. ¿Casualidad? Creo que no. ¿Genética? Mis padres no entienden mi música y son hiperrealistas. ¿Influencia de hermanos? No tengo. ¿Abducción? Buf…
Pero insisto, la relación SF-rock es casi insignificante comparada con la relación sf-electrónica (en cualquiera de sus formas). En cambio lo de la fantasía me intriga ¿es por la relación espadas-guitarras? ¿Son ambos géneros testosterónicos y fálicos? ¿Es por compartir el pelo largo?
Pensándolo un poco, tiene más sentido que venga del factor común de la épica. O que tenga algo que ver los inicios flauteros de Jethro Tull. Pero me intriga.
Por cierto, «El señor del tiempo» se me cayó de las manos de puro aburrimiento, allá en su día.
Gracias por tus opiniones, Rising. Da gusto departir contigo (aunque en algunas cosas no estemos de acuerdo).
No es mi intención aquí comparar la música electrónica con el rock; son muy diferentes. Eso sí, no caigo en el error de algunos partidarios de uno u otro estilo de considerarlos opuestos o enfrentados.
Supongo que desde el punto de vista «tecnológico» es evidente que la música hecha con sintetizadores y computadoras tiene mucho de SF, pero en esta columna me estoy basando mucho más en el contenido que en el continente. Y en ese aspecto, creo que estoy demostrando de sobra que de «relación insignificante», nada. La inspiración de los rockeros viene muchas veces de ámbitos futuristas y suelen plasmarlo en sus discos, con letras que, en casos de canciones de larga duración, pueden llegar a contar historias enteras.
Hay también un factor que tal vez aproxime al rock y al metal a la SF de modo diferente a otras músicas: el aspecto reivindicativo. Los grupos heavies se han preocupado desde el principio por aquellas cosas que el hombre está haciendo mal (según su opinión) con el planeta o con ellos mismos y la influencia que este comportamiento puede tener en el futuro. Este es un tema recurrente (pero no repetitivo, necesariamente) en sus álbumes y tiene una conexión obvia con el género que nos ocupa.
A la mayoría de las bandas de rock les gusta mucho la vertiente más épica (más space-opera) de la SF, por lo que no es de extrañar que salten de la fantasía a la ciencia ficción y viveversa de forma natural. Nosotros sabemos que no es lo mismo, e incluso nos enfadamos cuando se considera SF algo que es fantasía o al revés, pero los rockeros no suelen albergar (o hacer caso a) esos prejuicios.
¿Géneros fálicos? Ja, ja, qué bueno. Puede que tengas razón… ¿Será por eso que cada vez hay más cantantes femeninas en el metal, acaso atraídas por esos voluptuosos instrumentos?
Por último, respecto a El Señor del Tiempo, no sé qué impresión me daría si lo leyese con mi edad actual. Seguro que no me gustaba tanto como cuando tenía 15, pero sospecho que me seguiría agradando. Está claro que ahora prefiero leer A feast for crows de George Martin, pero ya sabes que esas buenas impresiones que te causan ciertos libros nunca se borran por mucho que pase el tiempo.
Igual que te digo que jamás tragué la Dragonlance (ni con 15 años ni con nada), el Señor del Tiempo sí me pareció distinto y me llamó la atención. No se necesita introducir mil razas para conseguir una buena trama. En cualquier caso, para gustos los colores.
Un placer, amigo Rising.
Hola Fernando y compañía. Repetir que es un placer leerte y no sólo a ti, sino a los que estaís comentando. Me gusta mucho como todo el mundo está poniendo su granito de arena y ya tengo una lista enorme de bandas a escuchar. :-)
Fernando, ¿qué me recomendarías para empezar con Jon Oliva? Porque en todos los años que he estado escuchando este tipo de música (rock, heavy, hard rock, thrash, ect.) me lo he cruzado varias veces pero no sabría por donde empezar.
¿Tienes pensado escribir sobre Rock y terror? Porque bandas no te van a faltar!!
Un saludo,
María
Hola, María. Un placer encontrarte de nuevo por aquí.
Con Jon Oliva, depende de si buscas heavy clásico, más sinfónico o más moderno sin perder las raíces. En el primer caso, te recomiendo los Savatage de la primera época, desde el Sirens hasta el Streets. En especial te recomiendo Hall of the Mountain King, Gutter Ballet y el propio Streets. En el segundo caso, escucha Poets and Madmen, o los anteriores con Zack Stevens a la voz (y Jon Oliva a los teclados). En el último caso, de su carrera en solitario, tanto Global Warming como su último álbum Festival pueden gustarte.
No me importaría meterme con una especie de «Onda Oscura» con rock y terror, pero tendría que ser en otra web, pues Literatura Prospectiva se dedica a la SF.
Muchas gracias por tu interés, María: me siento honrado. Atenta porque muy pronto nuestra onda vuelve a pasearse por estos lares.
Abrazos.