Jonathan L. Scranzer, prestigioso autor de space-opera estadounidense, ha batido el record de páginas necesarias para explicar cómo funciona la nave espacial de su novela, dejándolo en 423.
—Es que la gente se piensa que una nave espacial va por el espacio así como si nada, y no, oiga. ¿No ha visto los manuales de las lavadoras? Pues una nave espacial es mucho más complicada.
La novela, titulada «Sistema de aceleración basado en la deyección de materia obtenida de los remanentes de supernovas» es parte de la prestigiosa saga de George Bustard, héroe espacial. Se da el hecho curioso de que, incluyendo la portada, los agradecimientos y el resumen de contraportada la novela tiene 425 páginas.
—Pero en la secuela hay mucho más, ¿eh? Que no he podido desarrollar a fondo el sistema de ventilación, y en un sitio cerrado lleno de marines espaciales los olores son muy importantes—advierte Scranzer.
Scranzer es el abanderado de una nueva corriente temática conocida como «ingeniería ficción» que incluye a autores tan conocidos como Brian Bradford o Tom Finn. Scranzer, a pesar de todo, no se muestra del todo cómodo con la etiqueta.
—A mí es que nombrar a las cosas no me gusta, ¿sabe usted? Por eso mi hijo no tiene nombre. Es un problema cuando pasan lista en el colegio, pero solo así siento que no le constriño de verdad—sentencia.
Esto os lo habeis inventado, ¿no? xD
como prospectivo, no estaría mal una incursión en ese género….tb podríamos pasar a estudiar las mitocondrias y ciclos miclodianos en star wars, etc…
La poesía de la máquina ha sido menospreciada desde el fin del futurismo. Si Marinetti levantase la cabeza vería un mundo que aún loando la técnica lo hace de un modo culpable, poco sano, en vez de «…un automóvil rugiente, que parece correr sobre la metralla, es más bello que la Victoria de Samotracia.», palabras limpias y sinceras, se encontraría con subterfugios culpables, personajes planos y conversaciones vanas para rellenas espacio, para disimular el auténtico arte de la máquina como espectáculo, como plasmación del espíritu creador humano más sublime. Una pena, de verdad.
Magnífico. Mis felicitaciones al cocinero.
Soy un escritor de ciencia ficción hard y me siento ofendido, por la manera en que banalizais el asunto. Habéis perdido un lector.
Después de «Zombi, guía de supervivencia», cualquier otro manual es posible. Si no llega a ser por lo de su hijo me lo creo, mamones!