Pido perdón de antemano por la falta de mimbres para armar el cesto. No soy un crítico ni estoy al corriente de la producción actual de fantástico en català, así que si algún valor puedan tener estas líneas será el de suscitar interés por un tema que creo lo merece. Se trata de a paradoja catalana. Mientras en el ámbito español no encuentras un autor no realista en los libros de texto del bachillerato y los autores de CF siguen con el complejo de autojustificarse a cada paso frente a sus hermanos mayores de la “gran literatura”, en la literatura catalana se percibe un curioso respeto por la literatura no realista, el género y la CF. Por poner una analogía, imaginen que Delibes, García Márquez, Vargas Llosa y Sánchez Ferlosio se dedicasen a las ucronías, la CF hard, la especulación metáfisica y el steampunk. Pues algo parecido pasa con cuatro maestros catalanes. Me refiero a Perucho, Calders, Palol y Pedrolo.
Estamos hablando no de segundones o autores meramente avalados por el éxito editorial. Hablamos de cuatro escritores que estarían en la lista de los 10 mejores del XX en 9 de cada 10 listados de la crítica catalana.
Joan Perucho (1920-2003) debutó en 1956 con un libro cuyo título es una declaración de principios, Amb la tècnica de Lovecraft. Al igual que con los otros tres autores que comento, la etiqueta de inclasificable le persigue. Lo mismo nos narra una historia de vampiros ambientada en la Morella de las Guerras Carlistas, que un steampunk indochino. Desde novelas donde los saltos dimensionales se suceden a incursiones al otro lado del espejo.
Vamos, vamos… que el mundo conozca a Borges e ignore la figura de Pere Calders (1912-1994) … Sin duda, junto con Poe, el mejor cuentista de la historia universal (y no, no me ciega el amor patrio, cualquier lector de Calders lo tiene claro). Decir que Calders hace cf es imposible; ahora, los que crean que Borges hace prospectiva (yo lo creo) encontrarán en Calders un Borges mediterráneo con el aliciente de la paradoja y el humor. Imposible resumir de qué van sus cuentos, aunque Cròniques de la veritat oculta nos pone sobre la pista; acceder a lo mágico desde la cotidianidad, un poco en la onda de Millás, pero más fantástico, más sugestivo, hilarante y con una prosa inimitable (de ahí, posiblemente, su escaso predicamento fuera de Cataluña).
Es curioso que el más realista de estos cuatro autores haya pasado a la posteridad por una historia de claro regusto cf, Mecanoscrit del Segon Origen, una estupenda novela apocalíptica sobre la refundación de la humanidad tras el consabido genocidio alienígena, con reminiscencias telúricas. Era Manuel de Pedrolo (1918-1990) un brillante escritor todo terreno. No dejo género sin tocar, de la comedia al teatro, del realismo mágico a la novela negra, y todo lo hizo bien.
Hasta aquí los autores mencionados son absolutamente recomendables para todos los públicos, de hecho, suelen ser lectura recomendada en secundaria. Participan también de un nexo generacional y un trauma común, la Guerra Civil. El caso de Miquel de Palol es distinto. La suya es la ciencia ficción más oscura y hermética que jamás leí. Considerado el mejor autor catalán vivo, Palol triunfó en 1989 con El Jardí dels 7 crepuscles, una laberíntica y apasionante historia que se recrea en un refugio nuclear a resguardo de una guerra atómica desatada por la posesión de una joya. Igur Neblí es, entre otras mil cosas, una enrevesadísima y genial ucronía ciberpunk. Pero los entendidos dicen que todo es poco en relación a su novela maestra, cinco volúmenes, más de 1.300 páginas, El Troiacord (2002).
En cualquier caso, son cuatro maestros en las antípodas del realismo, que hacen absolutamente impensable que un crítico catalán diga en voz alta que la cf y la fantasía son el hijo tonto de la narrativa. En Cataluña, una afirmación así suscitaría sonrisas de piedad en la concurrencia.
¿Por qué esta diferencia entre dos culturas que se alimentan de una similar realidad social? Apunto algunas respuestas. Puede hablarse, por ejemplo, de la ausencia del pulp en catalán, por lo que los autores que han cultivado el género lo han hecho sin constreñirse a unos determinados formatos o temáticas. También puede hablarse de una tradición catalana no realista que, a mi juicio, evidencia que los raros somos más bien los castellanos, con esa marcada tendencia al realismo y a la sacralización del “estilo”. Hay también explicaciones históricas vinculadas al franquismo, o el hecho de que el mercado editorial sea pequeño y no permita demasiada segmentación.
Me permito añadir algunos datos relativos a la producción de literatura fantástica y de ciencia ficción en catalán. Son datos comprendidos entre los años 2005 a 2008 (desconozco anteriores), exhaustivos aunque evidentemente no exactos pues siempre se quedarán títulos en el tintero; aún así creo que útiles para empezar a tratar con datos cuantitativos. Son datos accesibles por cualquiera en:
http://literfan.cyberdark.net/Catalogo.htm
Las obras en catalán ocupan un meritorio 2% del volumen de producción fantástica estatal, en la que destaca la labor de Pagès Editors, mientras que apenas existen referencias a obras en euskera y gallego más allá de las habituales traducciones de las sagas juveniles de éxito.
La distribución por años (no considero reimpresiones de obras juveniles ni obras infantiles, pero sí reediciones):
– Año 2005: 6 títulos (1,2% de la producción total)
– Año 2006: 18 títulos (2,6%)
– Año 2007: 16 títulos (2,5%)
– Año 2008: 15-20 (dispongo de los datos, pero me falta pasarlos al catálogo)
Como puede apreciarse, una meritoria veintena anual de títulos. Insisto en que los números exactos pueden variar ligeramente, pero estos datos permiten ofrecer una primera aproximación creo que fidedigna.
Sin olvidarnos de Albert Sánchez Piñol, claro cuyo La piel fría es para mi gusto la mejor novela de cf española de la historia.
Curiosamente Albert Sánchez Piñol no considera que escribe fantástico… no se como define «La pell freda» (La piel fría) pero creo que todos estamos deacuerdo que es una novela claramente de género…
Sí. Argumenta Piñol que él no escribe ciencia ficción puesto que nunca ha sentido la necesidad de explicar el componente fantástico de sus novelas. Evidentemente, los aficionados al género sabemos que quien dice eso tiene un concepto muy equivocado de lo que es la cf. Sin embargo, esto es muy interesante por una razón. ¿Cuántos de los escritores generalistas que han escrito novelas de cf estos últimos años y han dicho que no eran tal cosa lo han hecho por desconocimiento, por una idea equivocada de lo que es el género? Algunos aficionados reniegan de esos autores por su negación, dando por sentado que parte de un cierto desprecio por el género. Pero ¿y si no es así? ¿Y si no es desprecio malintencionado sino simple ignorancia? Y para más inri, si estamos ante este caso, hay que aceptar que tiene cierta lógica. Si ni los amantes de la ciencia ficción de toda la vida (escritores, críticos, editores, lectores) han logrado dar una definición exacta, ¿por qué tendrían que conocer su verdadero alcance los de fuera?
Kaplan, muy interesante tu reflexión: para la gente «de fuera» que escribe cosas que «los de dentro» consideran ciencia-ficción es muy probable que sólo se trate de un descubrimiento de una nueva forma (nueva para ellos) de narrar, o de nuevas cosas de las que hablar. Un descubrimiento de algo que ya está más que trillado, pero que manejado por manos nuevas que lo desconocen puede florecer de nuevo.
De hecho, eso puede ser precisamente lo que dé lugar a que algunos de «los de dentro» desprecien a estos autores: que vean que están usando algo que ya se hizo hace mucho y que parecen estar reinventando la pólvora, ¡y que ni siquiera la mencionan por «su» nombre!.
En fin, que da que pensar esa idea, sí…
Bueno, creo que lo que decíis es muy aplicable a los autores que comento. Palol, que escribe hasta de orbitales donde se refugian los humanos mientras la Tierra se recupera de cataclismos, a veces rechaza considerarse CF… Desde luego, Calders se hubiera sorprendido de verse metido en el saco … Lo cierto es que el trasfondo de estos autores no es la literatura americana, sino más bien los clásicos europeos de toda la vida, y eso lleva a bastantes prejuicios y ciertamente, un desconocimiento de la CF anglosajona (menos de la Europea continental, Verne, Orwell, Huxle, Lem….). Prejuicios por todos lados, pues hay que evitar despreciar (o exaltar) a un autor, en cuanto a autor, por todo lo que no sea su obra.
Más que prejuicio, pienso que los escritores tienden a una visión empírica de la narrativa…. Ellos escriben de lo que escriben y les repatea bastante que se les etiquete, no ya en CF, sino en general. Supongo que, en el fondo, es cosa del ego.
Perdón, quise decir CF americana y en lugar de continental Europea… Perdón,perdón…
exhaustivos aunque evidentemente no exactos pues siempre se quedarán títulos en el tintero
Supongo, Mariano, que quieres decir lo contrario: que tus datos son exactos, pero no exhaustivos.
Cuidado porque pienso que, efectivamente, exactos pero no exhaustivos ese tipo de estudios se hacen a partir de sellos editoriales expresamente definidos como Fantástico o CF. Perucho, posiblemente, no sale en es target y sin embargo… ¿como definir la novela de un señor que se pasea por Indochina en el XIX acompañado de una cabeza voladora?