Dominio, Gaspar López Torres

Al ver esta novela publicada directamente en formato económico en la colección de Bestseller de Debolsillo, uno tiene la sensación de que se encontrará con una obra sin muchas complejidades, de fácil digestión y de rápido consumo. Y es cierto en la primera apreciación, pero no en el resto, ya que hace tantas aguas en la estructura argumental, la coherencia de los personajes y la resolución de varias escenas, que su lectura de cada página pesa como una losa. La mente se marcha a territorios como la lista de la compra que debes hacer mañana para cuando salgas de trabajar.

Y es una pena, porque la premisa de la que parte la novela no es mala. Max un genio informático y su jefe y amigo Carlos, un empresario audaz, crean el buscador de internet perfecto. Donde por medio de un avatar creado por ti, y con los datos personales facilitados, te buscará todo aquello que a priori te puede interesar sin que se lo pidas. Según vayas rechazando o aceptando sus informaciones, el buscador irá aprendiendo y ajustándose mejor a tus posibles intereses. La patente de este proyecto lo lanzan en una subasta por medio de una corporación, donde encubiertamente tanto el gobierno de los EE UU como el de China pujan por dicha patente. Quien se lleva dicha patente es lo de menos, ya que terminan raptando tanto Max (los yanquis) como a Carlos (los chinos) para que desarrollen dicho programa y ganar a la otra potencia la carrera por el control de internet.

Con este argumento, podríamos tener un thriller más al uso, con toques de ciberpunk. Aunque en cierta medida lo es, el motor narrativo es tan pobre que cuesta tener un mínimo interés por la suerte de los personajes o por la lucha por el control del programa. Por un lado, son personajes totalmente planos y tienen diálogos bastante forzados y poco verosímiles. Además hay resoluciones de escenas que son totalmente absurdas, como por ejemplo, cuando mandan una superespía para engatusar a Carlos y sacarle información del programa, pero es incapaz de ello. cuando la superespía le refiere a su jefe el encuentro, le comenta que no ha podido sacarle nada, porque él le hablaba "del paisaje, de la comida, de filosofía (…) ¡una niña se habría muerto de aburrimiento a los diez minutos!". Vamos, que no pudo obtener la información porque le aburría la charla.

Abundando en el absurdo llegamos al desarrollo de la subtrama de los avatares de los protagonistas, que va intercalándose con la trama principal principal . Donde estos avatares pasan de estar buscando como locos información para sus usuarios y deprimirse porque el usuario no se conecta para reclamarle dicha información, a luchar contra los terribles "spiders", para terminar colándose en los mundos virtuales de Second Life, llegando a pelearse  con una gallina gigante en un centro comercial.

En la portada del libro aparece remarcada la palabra "Inédito", y uno se pregunta por qué no se quedó la novela realmente inédita y se ahorraron papel. Pena de árboles sacrificados.

3 comments

  1. llegando a pelearse con una gallina gigante en un centro comercial

    ¿Y el avatar que se pelea con la gallina se parece a Peter Griffin? Joder.

  2. ES Peter Griffin. Jajajajajajajajaja…

    Y luego dicen que la CF no vende… ¿De quién será primo el tal López Towers?

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