Como todos los años, y fiel a su cita primaveral, vuelve la Feria del Libro de Madrid, probablemente el acontecimiento cultural relacionado con el mundo del libro más conocido de nuestro país (San Jordi aparte). Por supuesto, tiene sus detractores, probablemente por ese ambiente peculiar a lo verbena de pueblo, con los niños pidiendo pegatinas, el speaker dando la brasa por los altavoces, los escritores compitiendo entre sí por ver quien tiene la cola más larga (perdón, hilera) y los famosos y famosetes semi-analfabetos tratados como estrellas gracias a que un negro les escribió sus memorias, mientras autores de enjundia se mueren de asco sin que nadie les haga ni puñetero caso. Ahora bien, reconozco que soy uno de los que va todos los años porque, sí, hay todo eso, pero también libros, libros y más libros. Y es un gusto dejarte llevar entre caseta y caseta, descubriendo títulos que no te suenan de nada, consiguiendo ese ejemplar del que ningún librero sabía darte noticias o, sencillamente, dejando caer la mirada por tantos y tantos volúmenes que no es que nunca vayas a tener si no que es imposible que algún día seas capaz de leértelos. La Feria del Libro de Madrid es una fiesta de la gula bibliomaniaca, de la glotonería del libroadicto, un exceso que, afortunadamente, sólo se da una vez al año y que, por tanto, se convierte en imprescindible.
Una de las cosas más divertidas de toda Feria es preparar la lista de la compra. Hay tantas casetas (más de 400) que es fácil perderse, y si te dejas llevar por la emoción te acabas gastando las perras en lo primero que ves y luego vienen los lloros al encontrar un libro más interesante y no tener presupuesto. Para ayudarnos en esta tarea, seis colaboradores de la página han preparado una serie de recomendaciones que, esperamos, no caigan en saco roto.
Iván Fernández Balbuena
Julián Díez
De las novedades de género anunciadas, con diferencia la que más me llama la atención es el nuevo libro de Zoran Zivkovic en 451, Cámara oculta. No tengo claro que sea exactamente cf, pero lo que está claro es que el escritor serbio se maneja en el territorio de la fantasía con un tono personal que toma de todas partes. Si la novela confirma lo apuntado en sus dos traducciones previas, está claro que Zivkovic es la voz más personal aportada por la literatura del Este al género desde Lem y los Strugatski -y dejando aparte a Andrzej Sapkowski como escritor de fantasía maravillosa pura-.
Ya que hablo del "autor estrella" de Alamut, inexcusablemente hay que mencionar sus tres novedades de cf para la Feria: la reedición -ampliada, por lo que me comenta el autor- del magnífico ensayo de Pablo Capanna sobre J.G. Ballard, oportunamente recuperado tras el fallecimiento del genial escritor inglés; el nuevo título de Juan Miguel Aguilera, La red de Indra, del que ya nos escribió en Prospectiva; y la recuperación de La hormiga que quiso ser astronauta, la primera novela de Félix Palma, claramente de cf, y que merecía una edición más visible.
Finalmente, picaré al menos con dos títulos de La Factoría de Ideas: Brasyl, lo último de Ian McDonald, al que tengo ya por incuestionable valor sólido; y La conspiración alejandrina, de Terry Bisson, que en su antología Cuando los osos descubrieron el fuego ya demostró que es capaz de lo excelente y lo anodino. El argumento -la historia de un "jubilador" de obra artísticas en una época en que el arte es demasiado abundante- resulta cuando menos llamativo.
Iván Fernández Balbuena
Si este año voy, esta sería mi personal lista de los deseos:
Experimento en autobiografía de H. G. Wells (Berenice): Básicamente por dos razones. No hay en castellano casi ninguna autobiografía de autores de ciencia ficción (Asimov y poco más) y Wells (con todos mis respetos para Verne y demás) es el auténtico padre de la criatura. Por tanto, me parece fundamental leer este libro. Además, el inglés era un mentiroso patológico y tuvo una vida (especialmente amorosa) de lo más movida. Tengo curiosidad por saber cómo despacha algunas de sus contradicciones.
Visión ciega de Peter Watts (Alamut): Me gustan las novelas de primer contacto y ésta, en concreto, promete ser, cuando menos, original: narrada por un autista, con una tripulación de frikis camino de un gran misterio…. Ha tenido críticas muy buenas y otras demoledoras lo que ha conseguido despertar más aún mi curiosidad.
El algebrista de Iain Banks (La Factoría de Ideas): Reconozco un vicio por encima de todos: el space opera. De acuerdo, es infantil y poco serio pero… tan divertido. Imperios que abarcan galaxias, batallas entre flotas de miles de naves, intrigas maquiavélicas. De vez en cuando necesito un poco de esta droga para desintoxicar de empresas más serias. Y si hablamos de space opera de calidad hablamos de Banks que esta vez se descuelga con un megatocho impresionante. Es posible que no esté tan conseguido como sus novelas de la Cultura pero promete.
El cine de ciencia ficción (Valdemar): Parece mentira que todavía no existiese en castellano un libro de estas características. Cómo no, tenía que ser Valdemar la encargada de cubrir ese hueco. Un tema apasionante, una editorial seria y un plantel de ensayistas deslumbrante. Probablemente no voy a estar de acuerdo con muchas de las cosas que voy a leer en estas páginas pero ése es parte del encanto de este tipo de libros: la controversia que pueden llegar a despertar y que es ideal para desengrasar neuronas.
Misterio, emoción y riesgo: sobre libros y películas de aventuras de Fernando Savater (Ariel): Probablemente, esta es la nota exótica de la lista. La aventura es un género amplio y ambiguo, de ahí que este libro tenga capítulos para temas tan dispares entre sí como el policiaco o las historias de piratas. Sin embargo, y como no podía ser de otra manera, también hay una amplia sección dedicada a la ciencia ficción. Y es una suerte, ya que Savater posee una mente analítica, audaz y divertida y ha defendido este tipo de literatura en múltiples ocasiones. Esta vez tenemos la oportunidad de leer sus ideas sobre nuestro género preferido con una extensión superior a la de un breve artículo y dentro de un contexto mayor e igualmente atrayente. Un lujo.
Bien, estas son mis recomendaciones pero voy a acabar con un último consejo. Id a las casetas de las editoriales antes que de las librerías, suelen tener ejemplares de casi todos sus libros en stock y ahí es posible dar con ese título de hace unos años que se nos pasó y que no hay forma de encontrar por ningún lado. Y, sobre todo, a divertirse.
J. Fidel Insúa
Sin duda la novedad más atractiva de género que aparece aprovechando la feria del libro es el nuevo libro de ensayo J. G. Ballard. El tiempo desolado del siempre lúcido y genial Pablo Cappana, editado por la editorial Alamut. Si no han leído nada de este crítico y estudioso pueden hacerlo gratuitamente en el último número de la revista hélice en un artículo sobre Olaf Stapledon.
En esta misma editorial aparece la última novela de Juan Miguel Aguilera, uno de los escritores actuales fundamentales en la literatura fantástica y de ciencia ficción en español. En La red de Indra se separa de su universo de space opera de Akasa-Puspa, y de sus última novelas donde fusionaba el género fantástico e histórico, para presentarnos un thriller de ciencia ficción. La verdad que conociendo toda su obra anterior esta tiene un pinta excelente.
Por el lado de las reediciones, mientras esperamos la nueva novela de Dan Simmons La Soledad de Charles Dickens que editará el mes que viene Roca Editorial, es un acierto la reedición en Ediciones B, dentro de la colección Bolsillo Z, de su ya mítica saga: Ilión y Olympo (la serie original son dos volúmenes, y en su edición en castellano Ediciones B la ha fragmentado en cuatro).
Y por último una recomendación de cómic: no se pierdan los dos volúmenes recopilatorios en los que la editorial Astiberri ha recogido uno de los tebeos de ciencia ficción más importantes del último cuarto de siglo: Zot! de Scott McCloud.
José Ramón Vázquez
Olvidad Navidad, olvidad San Valentín, llega el momento (para mí) más consumista del año. Como por muchas ínfulas que me dé no soy más que un triste friki tendré que pagar tributo a ese tipo de libros que nunca dejarías a tu padre. Dos en concreto. El primero es Brasyl de Ian McDonald, que ya me dejó loco con El río de los dioses, ambos de La Factoría de Ideas ¡(Cyber)punk is not dead! El segundo es Diáspora de Grez Egan, en AJEC. Para algo he hecho una carrera de cinco años en física, ¿no? Ahora con hacer la de filosofía creo que seré capaz de pillar (casi) todo lo que quiere expresar el australiano sin manchar las páginas con molestas hemorragias nasales.
El tercer libro que me llama la atención lo descubrí gracias al encargo de hablar de 5 novedades por el simple procedimiento de buscar en el catálogo de 451 editores (que sabía que no me defraudarían). Cámara oculta, de Zoran Zivkovic. Una historia “alla Gran Hermano” que me hizo babear. Además puedo presumir de leer literatura serbia…
Para seguir tendré que por fin hacerme con Antifuente, de Fco Javier Pérez, primer libro editado por Viaje a Bizancio, editorial que hasta ahora se dedicaba en exclusiva al noveno arte. No es por ayudar a una editorial que comienza y a un escritor español de género, es que cualquiera que haya leído algún relato suyo tiene una necesidad desesperada de más.
Y aunque no es novedad, ni nada (fue editado hace ocho años), Pastoralia de George Saunders completa mi lista. Ya me leí la otra antología que Mondadori editó (Guerracivilandia en ruinas), y un año después toca volver a ese extraño mundo de parques de atracciones en un futuro cercano que satiriza la sociedad actual sin piedad ninguna. Uno de esos autores que tendré que continuar leyendo en el idioma de los bárbaros, me temo.
Mariano Villarreal
Una gran Feria del Libro como la de Madrid ofrece siempre la oportunidad de adquirir títulos más o menos recientes que aún no obren en nuestras (ay, abarrotadas) estanterías.
En primer lugar destacaría los, a mi juicio, tres libros de autor nacional más importantes publicados durante el pasado año: Rojo alma, negro sombra (451 Editores), una excelente historia contemporánea de fantasmas en la que Ismael Martínez Biurrun combina literatura y lenguaje cinematográfico; El hermano de las moscas (Salto de Página), de Jon Bilbao, es mucho más que la reescritura en clave moderna de La metamorfosis de Franz Kafka; y, por último, El mapa del tiempo (Algaida) de Félix J. Palma, una entretenida novela de viajes en el tiempo ubicada en la Inglaterra victoriana con el que Palma obtuvo nada menos que el XL premio Ateneo de Sevilla.
Por último, en cuanto a novedades, que, me temo, aún no he leído pero que a priori pintan interesantes, destacaría En tiempos de guerra de Kathleen Ann Goonan, Brasyl de Ian McDonald y La conspiración alejandrina de Terry Bisson, todos en La Factoría de Ideas, además de Aquamarine de Vera Parkhutic (finalista del último premio Minotauro). Si tienen un poco más de tiempo, no se olviden de echar un vistazo a Memorias de un hombre de madera, de Andrés Ibáñez (Menoscuarto), el último premio Tristana de novela fantástica, y Estoy desnudo, colección de relatos inclasificables del inclasificable Yasutaka Tsutsui (Atalanta).
Federico G. Witt
Diáspora me parece indispensable desde que AJEC anunció su lanzamiento. Axiomático supuso para mí el descubrimiento de Greg Egan y pienso hacerme con todo lo que traduzcan de su obra.
La guerra de las salamandras, de Karel Capek, es todo un clásico de esos que sabes que vale la pena pero que nunca compras porque “ya caerá”. Pues este es buen momento para hacerlo, aprovechando la reciente edición por Gigamesh en formato de bolsillo. Esta sátira de 1936 ahonda en un tema tan actual como es la explotación comercial de los avances técnológicos.
Cuando pase por la caseta de Bibliópolis echaré un vistazo a El corcel, de Carol Emshwiller. En un tono más de fantasía que de ciencia ficción, la novela trata sobre el espinoso y manido asunto de la libertad; pero, por lo que cuentan, lo hace de una manera “diferente”.
También quiero ver qué tal es la ópera prima de David J. Williams, Cielos reflejados (VíaMagna), cyberpunk ambientado en un futuro distópico muy negro. Es un impulso. No tengo demasiadas referencias pero me da buena espina, me gusta el tema.
Y termino con algo que sé de antemano que me va a encantar: los dos packs de La Ciencia Ficción completa de Fredric Brown que sacó Gigamesh en diciembre. Un poco de humor nunca viene mal y son casi dos mil páginas de diversión asegurada.
Llevo años intentando hacerme con una copia de Guerracivilandia en ruinas y no lo encuentro por ninguna parte.
Como dice Iván, lo mejor es acercarse a la caseta de la editorial (en este caso Mondadori). Así lo conseguí yo al menos. Aunque si no estás en Madrid busca en tiendas en internet, juraría que en La casa del libro lo tenían.
Pues yo estoy pensando en lo nuevo de Sapkowski, que tiene buena pinta, y el de Aguilera of course.
CP4, Cyberdark :), o bien en tu librería más cercana. El título no está descatalogado.
Guay, gracias. Voy a probar en la feria. Si no, pues a cyberdark!