No es que vea con mucho entusiasmo las novedades de género que han llegado a las librerías en los últimos días en las librerías… Por motivos tanto sentimentales como de verdadero interés por la obra de sus autores, me quedaré con dos libros que pueden pasar inadvertidos: Fragmentos de burbuja, el último trabajo de nuestro socio en esta web Juan Antonio Fernández Madrigal y editado por otra integrante de nuestro staff como es Pily B., en su nuevo proyecto NGC Ficción; y la antología de Félix J. Palma El menor espectáculo del mundo, en Páginas de Espuma, de la que no conozco varios cuentos. Y los buenos relatos de Félix son siempre muy buenos. También seguiré los abundantes consejos respecto a De mecánica y alquimia, la antología de Juan Jacinto Muñoz Rengel (Salto de Página).
Tengo una vaga curiosidad por la nueva antología de zombis de Minotauro, Muertos vivientes, en particular por ver qué ha hecho con el tema John Connolly, uno de los autores punteros de novela negra en la actualidad. De la misma editorial, claro, espera en mi mesilla Crónicas del Multiverso, de Víctor Conde, que es novedad reciente aunque tenga el volumen aguardando hace semanas. Y justo reeditaron la imprescindible El hombre en el castillo, de Philip K. Dick.
De las otras reediciones, mi consejo es lanzarse sin duda sobre La torre de cristal, de Robert Silverberg (La Factoría de Ideas), que repite portada de Jim Burns respecto a la anterior de Martínez Roca pero cambia la traducción de Cristina Macía (que, hasta donde recuerdo, no tenía mayor problema). Es una de las varias novelas grandes del Silverberg de plenitud, imprescindible. También vuelve a las librerías La era de Drácula, de Kim Newman, divertido pastiche ahora en Alamut.
El ensayo Borges y la ciencia ficción, a cargo de un ensayista en alza como Carlos Abraham, cuenta conmigo como un lector seguro, aunque no sé si llegará a las librerías antes del Día del Libro. Y admito que me compraré, ahora que ya está en bolsillo, La soledad de Charles Dickens, de Dan Simmons. Haga o no género, casi siempre es un autor al que vale la pena concederle tiempo de lectura.
Disfruté algunas otras publicaciones del último par de meses que ya puedo recomendar en firme y pueden ser novedades para muchos lectores: Estrella Roja, de Alexander Bogdanov (Nevsky Prospects), una excelente utopía a rescatar; Lo mejor de Connie Willis II (Nova), con varias joyitas; e Historias del otro lugar (Alfaguara), imprescindible recopilación de la obra corta de José María Merino.
Julián Díez
Esta temporada la avalancha de títulos suculentos está resultando abrumadora. Si pudiese pasarme por una librería el día del libro con un presupuesto limitado he de reconocer que sería un auténtico suplicio. Sin embargo, y después de mucho pensar y unas cuantas lágrimas, esta sería mi selección:
La Krakatita de Karel Çapek (El Olivo Azul) – Porque Çapek es un genio que nunca defrauda y esta es una obra inédita muy interesante: reflexión e inteligencia son las marcas de la casa del checo y cuando las pone a disposición de una crítica contra el millitarismo y las armas de destrucción masiva (¡En 1924!) la satisfacción del lector está garantizada.
Estrella roja de Alexander Bogdánov (Nevsky Prospects) – Hacía tiempo que no leía una utopía tan bien hecha como la de Bogdánov y, teniendo en cuenta que su autor participó en la Revolución Soviética, no deja de ser fascinante atisbar el futuro que imaginaba y descubrir como era capaz de adivinar los peligros que este entrañaba. Un libro interesante y sorprendente.
Chocky de John Wyndham (Minotauro) – Me dejo llevar por el sentimentalismo. Esta es una novela agotadísima que llevo años buscando. Ahora me puedo dar el gustazo de conseguirla sin fundir la tarjeta de crédito ni romperme los cuernos en las librerías de viejo. Para nostálgicos de una ciencia ficción que ya no existe, puede que no fuese la mejor pero para los de mi quinta siempre habrá un huequito en el corazón para libros como este.
A diez mil años luz de James Tiptree Jr. (AJEC) – Si alguien quiere saber por qué Tiptree es una de las mejores cuentistas de la ciencia ficción sólo pueden acudir a esta recopilación de sus relatos primerizos. Hasta que alguien se anime con sus mejores cuentos este sigue siendo el sitio para dejarse deslumbrar por la prosa y el embrujo de la norteamericana. Aviso, crea adicción.
El fondo del cielo de Rodrigo Fresán (Mondadori) – La novela llamada a marcar una época en la ciencia ficción escrita en español. Un referente obligado para todos aquellos que se dicen amantes del género.
Y eso centrándome en las novedades, porque hay que reconocer que entre la reedición en bolsillo de éxitos recientes (Chabon, McCarthy) y la de clásicos de siempre (Heinlein, Silverberg, Benford, Niven, Pohl) se podría hacer un roto en cualquier cuenta bancaria que, seguramente, a más de uno podría llevarlo al divorcio. Lo dicho, un buen año.
Iván Fernández Balbuena
Vuelve como todos los años el día del libro, este año bajo la sombra ¿amenazante? de la tan cacareada revolución del ebook o el aterrizaje del iPad con su librería on line al modo del itunes en música. Mientras tanto los lectores y amantes de los libros, ya sean electrónicos o en papel, tenemos la oportunidad de poner al día nuestras bibliotecas con un descuento adicional y con suerte y paciencia con alguna dedicatoria de nuestro escritor favorito. Este año de las novedades en el terreno fantástico el cuento se alza como gran protagonista. A nadie se le escapa que el relato es uno de los pilares básicos de la literatura, y en especial de la literatura fantástica en general y prospectiva en particular, sin él no se entendería la evolución y desarrollo del género.
Para empezar tenemos un plato fuerte como es la recopilación de todos los relatos de José María Merino escritos entre 1982 y 2004, en un ómnibus titulado Historias del otro lugar que reúne las antologías Cuentos del reino secreto, El viajero perdido, Cuentos del barrio del refugio, Cinco cuentos y una fábula, y Cuentos de los días raros. José María Merino es sin lugar a dudas el mejor escritor de cuentos español actual, los cuales están trufados de elementos fantásticos y de ciencia ficción (o fantasía científica, denominación que suele emplear el autor). Si sólo tuviera que elegir un libro esta feria, este sin duda sería el elegido.
Y si de relatos de ciencia ficción hablamos, en concreto en el país de las barras y estrellas, estos tiene en Connie Willis a una de sus máximos exponentes en la actualidad. Esta escritora, que suele pecar en sus últimas novelas de alargarlas innecesariamente, en sus relatos nos reencontramos con la autora que creó obras maestras como la novela corta Oveja mansa, por lo que este segundo volumen de Lo mejor de Connie Willis editado por ediciones B en su colección Nova es una cita que no debéis dejar pasar.
Volviendo al panorama de literatura en español actual, el joven escritor Juan Jacinto Muñoz Rengel ha publicado en Salto de Página la antología De mecánica y alquimia, una colección de relatos fantásticos que beben tanto de autores como el antes citado José María Merino, Borges o Zoran Zivkovic. Recorreremos distintos escenarios y distintas épocas pero con un nexo de unión que hilvana todos los cuentos en una suerte de fix-up. Una prosa cuidada, un gran dominio del tempo narrativo y una estructura que funciona como un reloj suizo son sus señas de identidad. Un autor al que no hay que perder la pista y una antología con una cuidada edición por parte de Salto de Página con ilustraciones y textos que juegan con el lector.
Pero si hablamos de ediciones cuidadas, la guinda la pone mi última recomendación, una delicatessen que es todo un lujo para cualquier biblioteca: la esplendida edición de los Cuentos completos de Robert Louis Stevenson que ha realizado Mondadori, una edición de lujo ilustrada por Alexander Jansson, el regalo perfecto para cualquier bibliófilo. Y un reencuentro obligado con este maestro de maestros, sorprenderá a muchos la frescura y actualidad de muchos de sus relatos.
J. Fidel Insúa
Si tuviera que quedarme con una sola recomendación para leer en las próximas semanas sería Bajo el influjo del cometa (Salto de Página), el novísimo libro de relatos de Jon Bilbao, que continúa con las atmósferas inquietantes del magistral Como una historia de terror. Incluso se retoman algunos de aquellos personajes: es el caso del cuento “Una victoria parcial”, eco de aquel inquietante relato de viajes titulado “Después de nosotros, el diluvio”. Por supuesto no falta el elemento fantástico —ojo a “Soy dueño de este perro”—; pero, al margen de géneros, la prosa de Jon Bilbao no puede compararse con nada del panorama presente nacional. Y me quedo corto.
Stephen King no necesita que nadie lo recomiende, pero confieso que me estoy divirtiendo mucho con Under the Dome (La Cúpula, a la venta en mayo): una premisa fantástica de lo más sugerente y un gran elenco de personajes (pelín maniqueos, es inevitable) que a ratos hacen recordar el mítico Apocalipsis. Un libro de los que gusta leer en verano.
Para terminar, tres obras maestras en bolsillo: La fortaleza de la soledad (Mondadori) de Jonathan Lethem, Nana (Mondadori) de Chuck Palahniuk, y Ruido de fondo (Booket) de Don DeLillo. Insuperables.
Ismael Martínez Biurrun
Además de las rabiosas novedades, que imagino habrán sido ampliamente comentadas por mis compañeros, propongo revisar algunas de las mejores obras del año pasado, por si alguna de ellas se nos pudiera haber pasado por alto.
Ciñéndonos en exclusiva a la ciencia ficción, en primer lugar destacaría la, a mi juicio, mejor novela española del año 2009: La última noche de Hipatia (Alamut), de Eduardo Vaquerizo, una obra ampliamente satisfactoria y perfectamente asequible para cualquier lector no de género, de uno de los mejores estilistas con que cuenta la ciencia ficción actual. Memorias de un hombre de madera (Menoscuarto), de Andrés Ibáñez, es la novela ganadora del premio Tristana de Literatura Fantástica 2008, un texto de carácter trascendente y tono melancólico que, si se supera el largo preámbulo místico-esotérico de la primera parte, conduce a un desenlace que lo aúna con los grandes clásicos del género. Una antología interesante es Unicornio (Neverland), de Alejandro Dyaz, que incluye algunos cuentos que merecen bastante la pena.
De autor extranjero destacaría Visión ciega (Bibliópolis), de Peter Watts, que detalla una escalofriante experiencia de primer contacto; El corcel (Bibliópolis), de Carol Emshwiller, una fábula que explora el significado de la libertad; y Diáspora (AJEC), de Greg Egan, en la línea especulativo-metafísica del escritor australiano.
En el apartado de ensayos, no puedo dejar de recomendar la nueva edición (primera en España) de J.G. Ballard. El tiempo desolado (Alamut), de Pablo Capanna, y el documentado trabajo de Rafael Marín W de Watchmen, sobre el cómic homónimo. Sin olvidar el monumental Experimento en autobiografía (Berenice), de H.G. Wells, el relato de la vida, obra y pensamiento de uno de los mayores precursores del género.
Los clásicos siempre ocupan un lugar especial en nuestras lecturas. Obras como: 1984, La mano izquierda de la oscuridad, Hyperion, Ensayo sobre la ceguera, Cronopaisaje, La sequía, Pórtico, La estación del crepúsculo, Maestro cantor, La luna es una cruel amante, Ubik, Mundo anillo… o las más recientes Olympo, El día del juicio final y La era del diamante. Reediciones españolas a destacar son: Mundo de dioses (Alamut), de Rafael Marín y El mapa del tiempo (Alianza) de Félix J. Palma, ésta en formato bolsillo.
Por último, en cuanto a novedades de 2010, destacaría el ejercicio de estilismo Tríptico de Trinidad (Alamut), del argentino Carlos Gardini; Lo mejor de Connie Willis II (Ediciones B – Nova); y las reediciones de El hombre en el castillo (Minotauro), de Philip K. Dick, Amos de títeres, de Robert A. Heinlein y La torre de cristal, de Robert Silverberg, las dos últimas en la colección Solaris Ficción de La Factoría de Ideas.
Aún no he leído, pero siento buenas vibraciones hacia, Fragmentos de burbuja (NGC Ficción), de Juan Antonio Fernández Madrigal; Magnitud imaginaria (Impedimenta), de Stanislaw Lem; y Las siete Margarets (Ediciones B – Nova), de Sheri Tepper. Ah, dos curiosidades de principios de siglo XX: La chica del átomo de oro (Nalvay) de Ray Cummings, y Estrella roja (Nevsky Prospects), de Alexander Bogdanov: ¡comunistas en Marte!
Mariano Villarreal