Finlandia… Uno piensa en Finlandia, ¿y qué es lo primero que le viene a la mente? Para mí es una chica simpatiquísima de esa nacionalidad con la que conviví en la misma residencia de estudiantes durante un año en Glasgow. Para otro será la nieve, los fiordos, Lordi o el salmón ahumado. Pero me atrevería a afirmar que absolutamente a nadie se le ocurriría pensar de buenas a primeras: «Ah, Finlandia, sí hombre, cuna de tantos primeros espadas de la ciencia ficción.» No, no destaca precisamente el país de las saunas por sus referentes dentro de nuestro género predilecto. Pero eso podría estar a punto de cambiar, y el artífice de esta previsible revolución tiene nombre propio: Hannu Rajaniemi.
Con poco más de treinta años, este licenciado en matemáticas por la universidad de Cambridge, doctorado en teoría de cuerdas y gravedad cuántica ya en Edimburgo, donde reside en la actualidad, ha protagonizado este año uno de los debuts más sonados de los últimos tiempos con The Quantum Thief, ópera prima que amalgama ciencia ficción hard, humor y acción a raudales, todo ello aderezado con generosas dosis de epistemología. Y rematadamente bien escrito. Quizá por ello su novela esté recibiendo tantos piropos: Greg Egan, Alastair Reynolds, Ted Chiang, Scott Lynch, Richard Morgan, M. John Harrison… todos estos nombres y alguno más se citan en algunos de los elogios cosechados por The Quantum Thief, «la mejor primera novela de ciencia ficción que he leído en mucho tiempo», en palabras de Charles Stross.
Claro que, Stross y Rajaniemi resulta que se conocen del mismo taller literario, lo que podría despertar sospechas sobre la imparcialidad de opinión del primero. Pero, ¿y la editora de Gollancz que se ofreció, no ya a comprar los derechos de un libro aún sin terminar, sino de toda una trilogía, animada tan sólo por la lectura de veinticuatro míseras páginas? ¿También ella es sospechosa de arbitrariedad? Cuando The Quantum Thief llegó a mis manos, en la subsidiaria británica de Amazon contaba tan sólo con cuatro o cinco comentarios, todos ellos de cinco estrellas. La diversidad de opinión es ahora mucho mayor entre los lectores, algunos de ellos realmente decepcionados con un título que no ha colmado sus expectativas. Cuando la novela dé el salto oficial al mercado estadounidense, en mayo de 2011, no me extrañaría nada que la unanimidad en las valoraciones brillara todavía más por su ausencia. Pero para entonces habremos asistido ya al fulgurante nacimiento de una nueva estrella de la ciencia ficción, cuya perdurabilidad a partir de ese momento dependerá exclusivamente de su talento.
Comoquiera que vislumbro en el horizonte una mayor tendencia al conservadurismo en los planes de publicación de nuestras editoriales, donde se primará el encargo de traducciones de clásicos ya consagrados y de obras avaladas por uno o más galardones extranjeros sobre los títulos más arriesgados de autores emergentes y, por tanto, desconocidos, quiero comentar someramente el argumento de la novela de Rajaniemi para aquellos lectores que se defiendan con el inglés y no deseen encomendarse a la suerte y esperar, quizá en vano, una pronta aparición de The Quantum Thief en las librerías españolas.
La acción comienza con una trepidante escena en la que se nos relata el rescate de Jean le Flambeur, delincuente posthumano y ladrón mental de guante blanco, de una «prisión de dilemas» en la que cumple condena enfrentándose a sí mismo en una interminable cadena de situaciones inspiradas en la teoría de juegos. Quien acude a prestarle su muy poco desinteresada ayuda es Mieli («mente» en finés), un ente de apariencia angelical que traslada al prófugo al interior de Perhonen, una «nave araña» inteligente que acto seguido se convierte en la nueva jaula de le Flambeur. Tras una escaramuza con los arcontes celadores de la prisión donde hay de todo, desde cascos de zafiro a nanomisiles, Perhonen se lleva a Mieli y a Jean a las Ciudades Móviles de Marte, escenario del favor que deberá hacerle el ladrón a su rescatadora si quiere volver a ser libre de veras.
A continuación se nos presenta al holmesiano detective tzaddikim Isidore Beautrelet, personaje realmente carismático y tanto más entrañable por cuanto su ingenuidad le socorre casi tanto como su ingenio a la hora de resolver casos tan retorcidos como el de, por ejemplo, un repostero asesinado cuya consciencia sigue atrapada en un elegante vestido confeccionado con chocolate. Isidore y su novieta informal, Pixil, heredera del trono virtual de los zoku (herederos directos de los adictos al World of Warcraft de nuestros días), protagonizan algunas de las escenas más delirantes de la novela… ya de por sí repleta de escenas delirantes. El citado caso del asesinato del repostero contribuye a familiarizar al lector con los habitantes y los mecanismos inherentes a la Oubliette, una ciudad marciana móvil cuyos fundadores se esfuerzan por recuperar su humanidad trabajando como insectos y cuya moneda de cambio es el tiempo: una carrera en aracnotaxi, los tentempiés extraídos de cualquier fabber digital… todo cuesta sus buenos megasegundos.
Así, los destinos de le Flambeur e Isidore, inextricable e inexplicablemente (al menos al principio) unidos, se irán deshilvanando página a página hasta atrapar al lector en una red mucho más apasionante y menos complicada de lo que seguramente se desprende de mi torpe resumen. Quizá Rajaniemi nos sumerja con demasiada brusquedad en su universo, y puede que en ocasiones nos retumbe la cabeza con tantas palabras inventadas sin un mal glosario al que agarrarse pero, en última instancia, The Quantum Thief sólo puede intimidar a quien esté dando sus primeros pasos dentro del género. Para el resto de los lectores, aun dejando siempre el margen de seguridad recomendable para respetar los gustos personales de cada cual, será un manjar suculento.
Pintaza. Anda, tradúcelo tú, Manuel.
«a nadie se le ocurriría pensar de buenas a primeras: «Ah, Finlandia, sí hombre, cuna de tantos primeros espadas de la ciencia ficción.»»
No, pero es el país donde el año pasado le dieron el premio a la mejor novela de ciencia-ficción a _Nova Swing_ de M. John Harrison (y, en 2005, a _Luz_), así que algo hay, algo hay…
Aaah, que lo traduzca y lo edite alguién por aquí, por favor. Dadnos una alegría, editores queridos…Tú mismo, Luis, ya que andas por aquí cerquita, je, je…
Yo le tenía muchas ganas a esta novela después de haber leído varios relatos excelentes de este autor y tras todas las maravillosas críticas (además de los que se nombran en el artículo, Jonathan Strahan y Gary K. Wolfe también la han alabado sobradamente).
Y… sin poder decir que no me ha gustado, la verdad es que no me ha llenado completamente. Sobre todo encuentro a faltar una motivación consistente de los personajes. A veces uno está leyendo escena tras escena (casi todas ellas muy espectaculares) y no entiende muy bien por qué un personaje ahora hace x cuando antes hacía z con mucha convicción.
Aún así, un libro recomendable y un autor a seguir en el futuro.
egan: A lo mejor, a lo mejor… :)
Parece ser que Luis G. Prado ha comprado los derechos de Quantum para Bibliópolis
http://www.johnjarrold.co.uk/news/400/spanish-rights-deal-for-hannu-rajaniemi/
Pues si se le pasa por la cabeza traducirlo directamente del finés, conozco a la persona perfecta.
Aunque ahora que caigo, seguramente lo habrá escrito en inglés, claro.
Cuando decidí escribir esta columna me puse en contacto con el autor para solicitarle información con la que aderezar la reseña, e inevitablemente surgió el tema de la traducción. Cito textualmente:
«Translation-wise, I had a weird experience with the upcoming Finnish edition: I’m working on Book 2 along with my day job now so I didn’t have time to to translate TQT myself. So I have been reading the excellent translation by Antti Autio, but feeling like it has been written by my English self’s Finnish twin.»
Dicha traducción al finés se pondrá a la venta en marzo de 2011, con la siguiente ilustración: En alemán se publicará al mismo tiempo, con esta cubierta:
Me consta que hace poco más de un mes todavía no había ninguna editorial española interesada en publicar «The Quantum Thief» por estos lares, así que me alegra que Bibliópolis se haya decidido a darle una oportunidad.
Por último, como me imagino que en estos momentos Luis andará pensando a quién encomendar la traducción, me permito sugerirle un nombre desde aquí: Joaquín Revuelta. Ya ha colaborado con Bibliópolis en calidad de traductor («Tú, el inmortal», de Zelazny) y el estilo de textos como «Esperando la marea» o «Desde una araña moribunda» me vino varias veces a la memoria mientras leía la novela de Rajaniemi.
Cachis, no han salido los enlaces :-/
http://www.gummerus.fi/publishDB/GetLargeImage.asp?file=Kirjat\WEB_kvanttivaras.jpg
http://ecx.images-amazon.com/images/I/41PNHLEY5pL._SS500_.jpg