La segunda venida

“Soy Cristo. Vuelvo mañana. Estad preparados”.

Este sms llegó a todos los teléfonos móviles del mundo, al mismo tiempo que un mail, procedente de segundavenida@hijodedios.cie, era recibido por todos los buzones de correo electrónico del planeta y todas las webs de la red mundial cambiaban su contenido para mostrar sólo esas seis palabras.

No tardaron en descubrir que había sido la broma monumental de un hacker de dieciséis años. No a tiempo, sin embargo, para impedir que el Papa se suicidase.