Con vistas a la parra

Abramos un poco los ojos. No volveremos a pisar la luna. O al menos nuestros ojos no lo verán.

A carta cabal, no verán volar a ninguna máquina que no esté basada en los diseños cincuentones del Prograya Soyuz. Tampoco parece probable que la NASA pueda vendernos nada más que humo durante los próximos años.

El futuro era una mentira.

Hay cada vez más personas que piensan que lo que nos espera es una vuelta al pasado. No es el Apocalipsis ni es la moda zombie ni que tengamos que volver a los ambientes postnucleares, es que se avecina una edad oscura. Estamos viendo que viviremos peor que nuestros padres y que esto igual no es una crisis pasajera sino un colapso societal del que no saldremos en décadas.

No es falta de confianza ni pesimismo ni una profecía autocumplida, son los hechos. El petróleo se nos está acabando y el dinero también. Consumidores hay cada vez más, espacio natural cada vez menos. A la cabeza de los grandes avances que nos trae el mercado libre a modo de respuesta a nuestras necesidades tenemos revoluciones tecnológicas de gran calibre: FaceBook y Nespresso.

Pero claro, para los entusiastas de esto resulta mucho más divertido hablar del coche volador en las ciudades con techo, de los dragones sin las mazmorras. Va a ser que el escapismo no se ha quedado en el género fantástico. Ahora también es patrimonio de la ciencia ficción.

Porque distopías sobre la hostia que nos vamos a meter todavía no se ha escrito prácticamente ni una, en lengua castellana.

Habrá gente que dirá que esto que nos pasa es normal, que las distopías suelen versar sobre gente pasándolas canutas ante un estado totalitario, y eso es algo de lo que los españoles ya acabaron bien hartos, dado que en este país aquello se despachó del treinta y nueve hasta… ¿cuándo?

Porque también vengo oyendo de un tiempo a esta parte que a día de hoy vivimos en una dictadura encubierta. Tenemos gobiernos que legislan de tapadillo y que mueven la pelotita del entretenimiento y la distracción como un trilero de feria. Los medios de comunicación están en quiebra y mendigando a los estados hasta convertirse en distintos nodo de una misma red. Las multinacionales le van cerrando el paso, todas a una, a iniciativas como Wikileaks, que son de las pocas apuestas ciudadanas por la transparencia informativa.

Y mientras tanto el panorama literario local va dándonos fruta de invernadero y no de temporada: viajes en el tiempo, naves espaciales, artefactos alienígenas, ucronías apollardadas, autómatas inteligentes… Tenemos hasta steampunk made in Spain, pero ojito que nadie proteste por la que nos está cayendo y la que nos pueda caer. En casa la tontuna y la decadencia nos salen cada una por una oreja, pero nosotros seguimos mirando a la luna. Nos cierran la CNN+ para poner GH24 y mañana más, más circo y menos pan. Se suponía que aquí veníamos, entre otras cosas, a denunciar los peligros de un futuro incierto, señores. Pero parece que con tanto sentido de la maravilla y tanta flota interestelar esto ha terminado siendo algo mucho más evasivo e ingenuo que las dragonadas juveniles. A veces parece mucho más real y acorde con lo que se avecina una historia mala de zombies que lo que suele despacharse en la literatura de anticipación local.

No veremos una de nuestras botas pisando la luna, lo mismo que no veremos escrito nuestro 1984, nuestro Un mundo feliz, nuestro Fahrenheit 451, nuestra Carretera… Nada de eso. Aquí lo único que hay cuando se abre la ventana son vistas a la parra, poco más.

85 comments

  1. ¡Genial! El dedo en la llaga, así me gusta ;-) Y mira que en nuestro país (o lo que sea) hay elementos (y tradición literaria) para armar obras que hablen de nuestro aquí y ahora, y sirvan para despabilar ni que sea un poquitín al lector; pero sí, se antoja improbable tener nuestro propio V de Vendetta, por poner un caso.

    A mí, de todas formas, me parece que tu razonamiento se puede extender un poco más, porque, por experiencia y por estadística, casi cualquier cosa que a uno se le ocurra se le ha ocurrido a otro antes. Seguro que hay autores de género que han intentado plasmar ese desencanto, pero por uno u otro motivo (de calidad, de oportunidad, de incomprensión editorial) no ha visto la luz (o la distribución). Y, bueno, no sé cuál de los dos escenarios es peor.

  2. A mí me encantan las distopías, pero también entiendo que, por un lado, aquí nunca ha habido demasiada tradición de ello (sería interesante explorar los motivos, tal vez tengamos reciente la dictadura y nos parezca estar en un vergel, o sencillamente forme parte de la generalizada apatía política española), y por otro… bueno… es altamente probable que el alcance de una obra de ciencia ficción distópica española tan sólo proporcione referencias a otro artículo tipo «el mundo está fatal y la gente escribiendo sobre el olor de las nubes» en un futuro.

    Sirva esto más de explicación del panorama que de justificación del mismo. Estoy completamente de acuerdo con el fondo de la entrada.

  3. También es que meterse en estos géneros es adoptar inmediatamente una postura política. Eso cuando lo lees de Pohl es una cosa, pero aquí suele escocer. O chirriar («El año del dragón» de Domingo Santos).

  4. Risingson, el narrador y los personajes pueden adoptar una postura determinada que no tiene porqué ser la del autor.

    El autor puede mojarse o no. O puede tomar parte por algo que detesta y hacer de abogado del diablo en un ejercicio de literatura audaz y a contrapelo.
    Vamos, que no hace falta meterse en embolados feos con la Gestapo para firmar una distopía.

  5. «Risingson, el narrador y los personajes pueden adoptar una postura determinada que no tiene porqué ser la del autor. »

    Sin duda, soy un gran defensor de este concepto, sobre todo para ironizar sobre los extremos (cosa que solía hacer Sheri Tepper). Pero en lo leído por aquí, eso se ha hecho DE CULO.

  6. A mí, sinceramente, es que las distopías me importan un bledo. Cuando escribo CF me interesa especular sobre otros temas mucho más interesantes (dándoles, eso sí, un aire aventurero), que el mero hecho de estar quejándome como una nenaza de lo mal que están las cosas. Coño, si las cosas están mal, no las cambiaremos regodeándonos en lo negativo, sino pensando en soluciones positivas.

  7. Víctor, ¿una narración distópica consiste en «quejarse como una nenaza de lo mal que están las cosas» y en «regodearse en lo negativo»?
    ¿Eso de dónde lo sacas? ¿Es tu visión particular del subgénero? ¿Y no te parece contradictorio hablar de pensamiento positivo y constructivo tras valorar lo distópico de una forma tan negativa y tan destructiva?

    Por otro lado… ¿Tú crees que las obras que he citado a modo de ejemplo en mi último párrafo se limitan a refocilarse en lo chungo del porvenir sin arrojar nada útil en el proceso? ¿Piensas que no abordan temas interesantes?

  8. «Coño, si las cosas están mal, no las cambiaremos regodeándonos en lo negativo, sino pensando en soluciones positivas.»
    En realidad, las distopías casi siempre pretenden convertirse en «profecías autofrustradas»
    http://es.wikipedia.org/wiki/Profec%C3%ADa_autofrustrada
    Es básicamente decir «señores, espabilemos, porque como sigamos por aquí…» A mí me parece más que interesante que vayan más allá del siemple pasarratos. No significa eso que el escapismo sea malo per se, y probablemente si el día después de que mi novia me deje voy a la oficina del INEM a ver si encuentro algo prefiera algo escapista. Pero es eso, escapismo.
    Claro que si todo el mundo se evade de la realidad y no se da cuenta de cómo están las cosas (algo que creo que Emilio refleja bastante bien) las cosas no mejoran. Por mucho que creamos en la fuerza de la amistad y el amor.

  9. Sí que abordan temas muy interesantes, pero disiento de tu manera de afrontar la ciencia ficción española última, diciendo que se ha vuelto «escapista», sólo porque las novelas no se amoldan a lo que tú entiendes como CF seria, es decir, la CF distópica. Eso es lo que se desprende de tu comentario de allá arriba, y, sinceramente, no estoy de acuerdo. La Cf es un campo muy complejo que abarca muchos niveles, y no se puede reducir a una idea tan simple como «si no es pesimista o distópica, es que es escapista.»

  10. Con frases lapidarias como «Y mientras tanto el panorama literario local va dándonos fruta de invernadero y no de temporada: viajes en el tiempo, naves espaciales, artefactos alienígenas, ucronías apollardadas, autómatas inteligentes… Tenemos hasta steampunk made in Spain, pero ojito que nadie proteste por la que nos está cayendo y la que nos pueda caer. En casa la tontuna y la decadencia nos salen cada una por una oreja, pero nosotros seguimos mirando a la luna.», te estás cargando de un plumazo y sin pensártelo dos veces, tildándolo de ñoño e infantil, el trabajo de mucha gente que está escribiendo CF ahora mismo. Cf con ganas de hacer pensar y meditar sobre diversos temas al lector, y que no entra en la categoría de pesimismo extremo que a ti te gustaría leer. Pues chico, qué quieres que te diga, tú sí que estás siendo destructivo al tildar todo lo que no te gusta de «Aquí lo único que hay cuando se abre la ventana son vistas a la parra, poco más.!»

  11. Bueno, en realidad creo que es más una crítica al escapismo puro y duro que a todo género distinto de la distopía. Tanto las ucronías (y, en sentido amplio, podemos incluir steampunk y derivados) como muchos otros géneros tienen capacidad para hablar de la realidad actual en clave metáforica (lo que se supone que es la literatura prospectiva). Y como ya he dicho, no es algo que sea obligatorio, pero la verdad es que se echa bastante en falta, sobre todo en España.

  12. Sí, si estoy de acuerdo contigo, Joserra. Lo que me molesta del artículo de Emilio es esa manera alegre y despreocupada que tiene de ser ofensivo contra todo lo que no encaja en sus moldes mentales. De hecho, eso de que «es más una crítica al escapismo puro y duro que a todo género distinto de la distopía» lo estás diciendo tú, en plan conciliador, no él. Lo que Emilio dice textualmente en su artículo es que en España toda la CF que se ha escrito en los últimos tiempos es «escapista», y es algo con lo que no estoy para nada de acuerdo.

  13. Pero que a mí me parece de puta madre que, si la brega es buena, se escriba tanto y tan variado. Mi problema no va con todo el material que se está haciendo, sino con el que NO se está haciendo ni a la de tres.
    Víctor, que tú sabes bien que yo disfruto como el que más de la literatura de evasión.

    Mi intención aquí no es «cargarme el trabajo de mucha gente» ni he dicho en ningún momento lo que es «CF seria» y lo que no. A nadie aquí le interesan las discusiones en plan «CF de la buena es esto y aquello». Tampoco he dicho que sea «ñoño e infantil» el panorama ni he dicho que me gustaría leer sobre «pesimismo extremo». Esa sólo es la lectura que tú le das a mi artículo. Lo valoras en pleno como algo destructivo, lo mismo que las distopías. Da que pensar. Y, en cierto modo, me da la razón.

    Yo lo que digo es que aquí se escribe de todo menos distópico. Y eso es un hecho. Con la que tenemos montada ahora mismo a nivel socioeconómico (que a eso venía lo que digo sobre la «tontuna y la decadencia», y no a otra cosa como parece que quieras hacer ver), no se entiende cómo es que nadie aborda el desarrollo que puedan tener, a corto o a largo plazo, los problemas de nuestro tiempo.

    Siempre he pensado que si la literatura de anticipación no afronta de tanto en tanto la realidad sin muchos ambages lo que está haciendo es fabular lo mismo que la fantástica, y con los mismos horizontes. Para mí no hay mucha diferencia a día de hoy entre un dragón que lanza bolas de fuego, un mago que lanza rayos y una nave espacial. Todo se me hace de la misma pasta juvenil (que no infantil). Y eso no es malo mientras sea una linea de producto a escoger como cualquier otra de las posibles. Pero… ¿tú que predomine por mayoría aplastante el entretenimiento distante en este momento lo ves normal? ¿Te parece saludable? ¿No crees que algo está fallando? ¿No te parece bien si digo que yo ahora preferiría leer sobre algo mucho más próximo y directo? ¿Y si digo que me he cansado del mismo menú te parece una falta de respeto? ¿Cómo es que encuentras tan duras mis palabras? ¿Lo ves ofensivo si digo que tanto empanamiento no nos es propio? ¿Por qué?

    Y ojo, que yo tampoco he dicho que no se pueda hacer reflexionar al lector con una space ópera. Un escritor competente te puede hacer meditar con casi cualquier cosa. Habría que ver por qué motivo necesitará para ello recurrir a unos escenarios y civilizaciones que están a años luz de los únicos que conocemos… Además, ¿a ti no te parece mucho más científico partir de lo conocido hacia lo desconocido en vez de hacerlo al revés?

    Insisto. Por mucho que me atribuyas otra cosa, yo lo que sostengo es que no reconozco a mi sociedad más cercana en su propia literatura, y eso si se analiza en profundidad es todo un problemón.
    Pero claro, tú una reflexión como esa la encuentras ofensiva y pasas a la defensiva. ¿Por qué? ¿Qué te carcome?

  14. Una cosa más, y ya que remachas tanto que no se están haciendo novelas escapistas… Dime algún trabajo del panorama actual que se haya construido empleando personajes, escenarios y problemáticas que nos resulten próximos y reconocibles. Algo bien conectado con la actualidad, que pueda leerse a gusto un tío que tiene ganas de mantener los pies sobre el suelo.

    Porque igual es que no me entero.
    Que yo sepa, está lo último de Sergio Mars, y seguro que me he perdido algún que otro título. Punto pelota.

    Distopías, insisto, ni una. O puede que una.

  15. Vale, entiendo lo que quieres decir. Lo que pasa es que, como siempre que leo un artículo tuyo, creo que te pasas de agresivo diciéndolo. Estamos de acuerdo en que hacen falta más distopías, y más denuncia social dentro de la CF, pero macho, admite que tus frases son tan radicales que parece que estás poniendo en la picota todo lo que no encaja en ese molde.

  16. Nada hay más negativo, más desolador, más distópico, que el subgénero zombi. Y ha sido ampliamente cultivado en los 2-3 últimos años.

    Otra cosa es que las posibilidades expresivas hayan sido desaprovechadas en la mayoría de los casos, que muchas historias se repitan como calcamonías y se hayan quedado en la pestilente superficie.

  17. Se me ocurre una cosilla, y es que las propias distopías como género en sí quizás ya no sirven (ay). Me explico como estudiante empollona de Ciencias Sociales que soy: las grandes distopías que todos/as hemos disfrutado: «nosotros», «1984», «farenheit 451», «un mundo feliz»… se escribieron en el período de la Modernidad, y nosotros/as estamos ya en la Posmodernidad. Quiere esto decir que esas obras responden a un principio racional, propio de la Ilustración, característico de su época y asumido por todos esos autores, que el cambio de paradigma ha invalidado, así que se me antoja bastante normal que hayan quedado un tanto en desuso y que sí parezca más adecuado el subgénero zombi, tal y como ha certeramente señalado mobymelville, subgénero realmente posmoderno por sus pautas de escenarios, motivaciones (o falta de ellas), etc. No creo que sea descuido de autoría, ni abuso del escapismo ni nada por el estilo.
    Por otra parte, creo que en la literatura española en las demás lenguas cooficiales sí que se ha seguido haciendo de vez en cuando distopía, con resultados dispares (perdonando el autobombo, yo misma publiqué en 2002 una en gallego: «tempos agradables»).

  18. Sin intentar mediar (aunque lo parezca): Víctor, más que agresividad, yo lo que he leído es vehemencia; que puede parecer lo mismo, pero que si buscamos una analogía, es más como las enseñanzas de Snipe en contraposición a las intenciones de Voldemort. No sé si me explico :-)

    El caso es que el problema lo ha acotado. Y en estas cuestiones, un artículo así (que no es, ni mucho menos, tan agresivo como pueden ser las entradas de El Teleoperador, por ejemplo), que genere polémica, parece necesario, porque si no es a hostias, en este país no nos movemos. Y tengamos en cuenta que habla del género como un todo, como un colectivo de autores e inquietudes donde no aparece un sólo trabajo que apunte en la dirección que señala Emilio. A todas luces, a mí también me parece inquietante, partiendo de una visión materialista y determinista (vamos, tirando de estadística. Si no sale ni una sola obra así, alguna razón habrá). Quiero decir, Víctor, que tú tienes muchas virtudes y no tienes por qué sentir este artículo como si te increpase por no escribir una distopía. Tampoco la esperaría, por ejemplo, de Iain Banks (aunque ¿quién sabe?).

    Moby y Conchi: Sí, hoy en día hay mucha literatura zombi, en todos los sentidos. Tanta repetición temática en tan poco tiempo huele a falta de ideas y a moda. Por lo que, si la estadística no engaña, algo bueno tendrá que salir, como, en el caso del audiovisual (y siempre desde mi punto de vista), sería Dead Set.

  19. No, si entiendo que Emilio se deja arrastrar por la pasión cuando escribe. En la lista de correo de Nocte casi todas sus entradas son así. Lo que pasa es que a veces el exceso de vehemencia puede llegar a molestar, sobre todo cuando las frases son tan tajantes que apenas dejan espacio a la interpretación. Sé que Emilio no lo hace con mala intención, y que sus objetivos son fomentar un género del que últimamente sentimos una gran carestía. Pero me gustaría que, para evitar malos entendidos, para otra vez esa «pasión» vaya mediatizada por una reflexión sobre la diferencia entre lo que se quiere decir y lo que, a posta o sin querer, en realidad se está diciendo.

    No he leído las entradas del teleoperador ese que mencionas, pero desde luego ya vengan firmadas por una pluma o otra, las opiniones expresadas sin mesura me parecen igualmente erroneas y fuera de lugar. Lo último que hay que perder es la cortesía y el respeto hacia el trabajo de los demás, y si alguien se piensa que porque sus opiniones estén expresadas de manera «agresiva» van a tener más razón, conmigo la tiene clara.

  20. Además, si lo que echas en falta son distopías, ¿por qué sencillamente no las pides? Hay muy pocos autores que estén escribiendo CF ahora mismo en España. Si quieres leer una distopía escrita por uno que te guste, pídela. A veces las soluciones más simples son las más eficaces.

  21. Álex: casi todos los comentarios que leo apuntan a los mismo, y no estoy de acuerdo: el zombi como moda y recurso fácil donde faltan las ideas. Un ejemplo de lo contrario sería la aplaudida Carretera. Sí, creo que podría encuadrarse dentro de esas visiones distópicas y caníbales.

    Como apunta Conchi Regueiro, cada generación tiene su manera de expresar el malestar. No quiero decir que haya necesariamente que escribir sobre zombis, ni que ese subgénero sustituye hoy a lo que fue distopía política totalitaria hace unos años. Señalo que sí que pueden estar escribiéndose esas especualciones literarias negras. Pero en otro formato, uno distinto a Orwell o Zamiatin.

  22. Conchi, yo no creo que las distopías hayan perdido su valor y su vigencia. Los Ignotus del 2008 y del 2007 en novela internacional fueron para dos distopías formidables: «La Carretera» de McCarthy y «Leyes de Mercado» de Morgan. El primero es un relato postnuke y el segundo lo puedes considerar postcapitalista. El postcapitalismo es algo completamente nuevo y pensado para abordar la mierda gigante en la que nos estamos instalando de un tiempo a esta parte. Lo sé de primera mano porque (puestos a darnos autobombo: http://www.cenital.net) yo eso lo estreno en castellano dentro de once meses, de la mano de AJEC.

    Víctor, bajo la sacrosanta y omnipresente excusa del «respeto hacia el trabajo de los demás» hemos llegado a un panorama tan utópico como que aquí ya no se leen críticas negativas HACIA NADA. Y eso ahora mismo nos lo están reprochando los pocos lectores que tenemos, fíjate en la que nos está cayendo por Sedice y me cuentas.

    Que una cosa será la cortesía y otra el protocolo de lo políticamente correcto, el tenerse que sujetar el bálano con un papel de fumar. A mí me parece que no le he faltado a nadie al respeto, ni directa ni indirectamente. Si tú crees que con artículos como el que he puesto me he pasado tres pueblos y conviene llamarme al orden, no me quiero ni imaginar la que me puedes liar si ahora arramblo con un libro tuyo y te lo pongo de vuelta y media.

    Mal que nos pese, con la lectura uno se gana ese derecho. El derecho a decir «esto no me gusta por tal y por cual» o «ahora me gustaría más aquello otro», que es lo que yo había venido a despachar aquí y que resulta mucho menos peliagudo y personal. Y mal que nos pese, el hecho es que cuando se publica algo uno lo está sometiendo a revisión entre pares y por tanto dejando a merced de críticas de todo tipo. En un escenario saludable, cualquier lector sólo por el hecho de serlo tendría que poder difundir sus opiniones sobre el valor de lo que ha leído.

    No obstante, insisto: yo aquí no he ido a desmerecer la obra de nadie ni he emitido juicios de valor sobre la calidad de lo que se está publicando, te pongas como te pongas. Esto trataba sobre temáticas, y nada más.

    Por lo demás… Tío. Yo no creo en una sección de artículos para la reflexión en la que tengamos que ir midiendo las palabras para ver cómo podemos exponer nuestra opinión sin molestar a nadie.

    Y en el fondo tú tampoco. Por favor.

  23. Me uno a la acusación, pero no realizada hacia ningún escritor en particular.

    Cada uno escribe lo que le da la gana, desde luego, como defiende Víctor. Pero sí me parece pertinente denunciar una situación social en la que a ninguno nos atrae escribir críticamente en el (para mí) mejor género que existe para hacerlo por parte de quienes mejor lo conocemos.

    Pese a la vehemencia, aplaudo el texto de Emilio Bueso, porque hay que decir estas cosas y porque también me intranquiliza mucho la falta de distopías, tanto como la falta de huelgas reales, manifestaciones y saraos varios en España. La distopía es una posibilidad más que debería salir casi como una rabia al escribir. Me intranquiliza que no nos salga esa rabia a ninguno. Es la canción de los vencidos, de quien no ve ya ninguna esperanza.

    En cuanto a que la posmodernidad no admite distopías, creo que es cierto que la distopía monolítica, explícita, da un poco de pereza en una sociedad que no cree en sistemas absolutos. Pero eso solo debería implicar otro tipo de distopía, no necesariamente la desaparición del género. ¿Acaso han desaparecido las historias maniqueas con buenos y malos?

  24. Creo que la pregunta de César es interesante. Me parece que el género distópico ha menguado también en el extranjero. Tal vez tenga que ver con la caída de todo lo que tenga que ver con escribir sobre un futuro cercano, ante lo impredecible de este (y la rapidez con la que llega). Casi todo lo que se escribe sobre el futuro es apocalíptico, siempre hacia un callejón sin salida, lo cual no deja mucho sitio a este género. Por otro lado, cuando hablamos de la actualidad seguimos mentando a Huxley u Orwell, que parecen mantener su validez.

    Quizá es que ya vivimos en un mundo Orwelliano y ya no hay nada de lo que prevenir, sino contra lo que actuar.

    Sí es cierto que me gustaría leer más material que reflexione sobre asuntos de actualidad, aunque para eso no es imprescindible la distopía, ni mucho menos. Se puede tratar en cualquier género, y ahí tiene razón Víctor. A la mente me viene el remake de Galactica, Space Opera al uso llena de alusiones al terrorismo, control de los medios, roce entre el poder militar y el político, fundamentalismo religoso etcétera etcétera. También recuerdo un documental hace poco (de cuando el 30º aniversario, me parece) sobre la serie original de Star Trek, en la que una de las guionistas explicaba cómo burlaban la censura del canal gracias a la temática spaceoperística. «Está pasando en otro planeta«, decía sonriendo.

    Tal vez es la única forma de llevar esos temas a un público amplio en la actualidad, y escribir distopía hoy sólo sirva como material de referencia para artículos como este, como dije más arriba.

  25. «Por lo demás… Tío. Yo no creo en una sección de artículos para la reflexión en la que tengamos que ir midiendo las palabras para ver cómo podemos exponer nuestra opinión sin molestar a nadie.

    Y en el fondo tú tampoco. Por favor.»

    Yo sí que me lo pienso. Aunque respeto mucho tu opinión. Creo que se pueden defender las virtudes de un género y ser crítico con la situación sin necesidad de meterme con el trabajo de otros. Vamos, al menos yo lo veo así.

  26. Moby: cuando una editorial saca una línea específica sobre zombis, y cuando has compartido mesa con 10 de esos autores :-), llegas a mi conclusión.

    Que, por otra parte, es algo habitual a la hora de sacar partido de una tendencia que tiene raíces más profundas, como los títulos que mencionamos. Al fin y al cabo, todo Star Wars ha tenido su Star Crash o su adaptación turca al canto :-)

    Y, también como dicen Víctor y Moisés, un buen autor sacará petroleo de cualquier escenario.

    Víctor: ¡escribe una distopía, copón ya! :-) Ah, y si yo fuese un pelín autodisciplinado (y no escribiese mierdas, que es lo que hago)…

  27. No, que la escriba Emilio que él es muy buen escritor. Y además seguro que las distopías le salen de puta madre.

  28. De todas formas, me habéis picado el gusanillo. Escribiré una distopía, lo prometo, pero tendrá que ser dentro de un par de años, porque primero tengo que acabar la trilogía de los heraldos y la de licántropos de Minotauro.

  29. Insisto en que hay vida fuera del círculo que la mayoría frecuenta y conoce.

    Por ejemplo, Antonio Santos acaba de publicar una novela distópica titulada «Recalibrados».

    Hace tres años, Salto de Página se atrevió con una novela de mundo en ruinas del desaparecido Rafael Pinedo, llamada «Plop».

    También hay, por fortuna, líneas editoriales que se apartan del camino zombi-distópico emprendido por Dolmen.

  30. Espacio muestral.

    Emilio, simplemente no hay suficiente producción (y si la hubiera no habría suficiente mercado para absorberla) como para extraer conclusiones significativas de cualquier presencia o ausencia.

    Fíjate en los títulos que propones como metas a emular: «Un mundo feliz» (1932), «1984» (1948), «Farenheit 451» (1953)… «La carretera» (yo no la llamaría exactamente distópica; es postapocalíptica, pero bueno…) (2006). Qué quieres que te diga… no me parece exactamente un subgénero muy representado (sí, podemos ir añadiendo títulos: «¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!», «Rebaño ciego», metido un poco con calzador del cyberpunk…) pero aun así no es precisamente el paradigma de lo abundante.

    Por estos lares hay cuatro gatos cultivando la ciencia ficción, y si no hubieran, también podríamos lamentarnos por la ausencia de ucronías, viajes en el tiempo, steam punk o space opera, pues en la riqueza temática y expresiva se encuentra la auténtica fuerza de la ciencia ficción. Se pueden expresar ideas demoledoras arropadas con… en fin, con hojas de parra. Por supuesto, nos encontramos todavía con el problemilla del volumen de producción. Las obras maestras, como las que has señalado, no abundan.

    En cualquier caso, hay ejemplos. Si incluímos «La carretera» como distopía no sé por qué no podríamos considerar como tal «Mecanoscrito del segundo origen» (con película prevista para este año o el siguiente), y viniéndonos a tiempos más cercanos, ahí está (como ya te comenté) «El cortafuegos» de Cofiño o con un giro humorístico «El triángulo D» de Manuel Buil, o incluso «Tokio ya no nos quiere» de Ray Loriga (la premisa suena a distópica, aunque reconozco no haberla leído) (además, se me había pasado «Recalibrados»).

    Vamos, que algo existe, y que con lo jodido que está publicar ciencia ficción por estos lares, tampoco sería esperable mucho más. Cada temática y subgénero dentro de la cifi satisface una demanda particular, y lo ideal sería que pudiéramos satisfacerlas todas (de hecho, podemos en gran medida, aunque parte del problema radica en que aún existe mucho prejuicio en contra de los apellidos hispanos, y muchas obras pasan desapercibidas por que los mismos que claman por su existencia, después no se preocupan por adquirirlas). Mientras tanto, habrá que disfrutar de lo que se tenga y apreciar los meritos (y deméritos en su caso) de lo que sí llega a las estanterías.

    El futuro próximo puede ser un estercolero (yo, particularmente, no soy excesivamente optimista), pero tan necesarias como historias que alerten sobre lo que podría ser (generalmente, como la historia ha demostrado, con un puntito de exageración) pueden ser aquellas otras que pinten un emparrado utópico e irrealizable que haga las veces de inalcanzable meta (oasis más allá del desierto), o incluso que cumplan la sana y simple misión de entretener (un objetivo minusvalorado).

    No seré yo quien determine qué funciones debe cumplir la ciencia ficción (sí puedo decidir qué quiero contar yo utilizándola, pero no me atrevo a generalizar). Eso sería limitarla, la forma más segura de volverla irrelevante.

  31. Sergio dijo: «Por estos lares hay cuatro gatos cultivando la ciencia ficción, y si no hubieran, también podríamos lamentarnos por la ausencia de ucronías, viajes en el tiempo, steam punk o space opera, pues en la riqueza temática y expresiva se encuentra la auténtica fuerza de la ciencia ficción.»

    Estoy completamente de acuerdo. No podemos juzgar la producción de género de un país donde, sencíllamente, apenas se produce nada. No deberíamos criticar el exceso o ausencia de estilos o temáticas en la CF de un país que no escribe CF. Primero tendríamos que conseguir que en España hubiese una cantera de escritores produciendo libros todos los años, quizás del orden de cien o doscientos títulos, que es lo que más o menos se saca en juvenil. Entonces veríamos cuántos de esos títulos corresponden a distopías, cuántos a new wave, cuántos a space opera, etc. Y entonces se les podría juzgar. Pero siendo como somos tres pelagatos los que mantenemos viva la CF española, para hacer una valoración objetiva de lo que se hace en nuestro país, tendréis que juzgarnos a nosotros como autores independientes y no a los libros como entes susceptibles de análisis estadístico. Es decir, que los críticos no deberíais decir «en España apenas se han escrito distopías», sino «Rafa Marín o Juanmi Aguilera apenas han escrito distopías.»

  32. La crítica no es: «No se ha escrito tal género que me gusta», sino «No surge literatura crítica en España» y, dentro de la cf, se comenta desde el género que lo representa.
    Nadie está exigiendo un subgénero en favor de otros.
    En cuanto a que hay pocos escritores de cf en España… No hay tan pocos, especialmente en cuanto a relatos breves y basta con ver la cantidad de títulos que se publican cada año, como ha sido objeto de debate últimamente.

    Y, una vez más, no se habla de los que hay, sino de que ni siquiera entre nuevos escritores que vayan surgiendo aparece interés por la crítica de la situación. Nadie pide a Aguilera o a Rudy que escriba tal o cuál cosa. Nos extrañamos de que nadie lo haga, incluidos los que lo decimos, que de vez en cuando también escribimos cosillas o de gente que empieza o de los que aún no han aparecido.

  33. «El postcapitalismo es algo completamente nuevo y pensado para abordar la mierda gigante en la que nos estamos instalando de un tiempo a esta parte».

    Ñeeec, corrección: es algo que ya en los 50 estaban desarrollando Frederick Pohl y Kornbluth, y remito a las estupendas «Mercaderes del espacio» y «El abogado gladiador», en las que se mete caña contra la especulación inmobiliaria, el liberalismo económico y demás cosas. Han habido muchas obras que se han inspirado claramente en éstas, como es la fabulosa novela de Richard Morgan o como es la hilarante «Jennifer Gobierno» de Max Berry. O la muy fallida «El día del Dragón» de Domingo Santos.

  34. Por otro lado comprendo el texto como lo siguiente: coño, que la ciencia ficción ha sido el género más preocupado por el aspecto «a dónde estamos yendo, qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos», y que se supone que en España somos todos muy críticos, muy independientes ¡muy de izquierdas!. Y bien ¿cómo se refleja todo eso en la cf? ¿Cómo es que aún no hemos tenido nuestros Futurians?

    ¿Voy a tener que ser yo el que mande mi trabajo al carajo para estructurar estos temas en una fábula? Tsk.

  35. A mi me «obsesionan» los temas postnucleares y distópicos, la manipulación, el colapso humano, la falta de recursos, las tecnologías caóticas, la adapatación de la supervivencia a lo límites de la cordura mental, etc. Creo que son temas muy interesantes hoy por hoy, en que el sentimiento que todo «se va a ir a la mierda» es más fuerte que nunca. Son problemas muy de actualidad, y creo que pueden mover al lector pues son reflejo de una sociedad decadente como la nuestra. Y disto mucho que se halla agotado los temas que trata este tipo de literatura, al revés queda mucho por escribir ( si es que nos queda tiempo).

  36. Es probable que en los próximos 2-3 años venga una moda hipercatastrófica que ríete de lo zombi. Banqueros sin escrúpulos en novela negra contemporánea, parias económicos en novelas sociales, distopías, etc. De hecho, a pesar de la propuesta en negativo de este artículo, ya las hay.

  37. Una reflexión muy interesante y un debate de gran interés. Siento llegar tarde, pero me gustaría aportar al menos un dato estadístico y una idea nueva:

    Víctor Conde dijo: «No podemos juzgar la producción de género de un país donde, sencíllamente, apenas se produce nada. Primero tendríamos que conseguir que en España hubiese una cantera de escritores produciendo libros todos los años, quizás del orden de cien o doscientos títulos»

    Según mis cuentas (véase sección de Novedades Literarias de España) en 2010 se publicaron 64 títulos de ciencia ficción de autor patrio (sentido laxo, incluyo sudamericanos) y seguro que se me escapan algunos. Entre ellos incluyo reediciones, ensayos, antologías con contenidos de ciencia ficción, y hasta 3 monográficos en revistas generales. Por supuesto, entre ellos hay juvenil, escapista, y autoediciones. Si hablamos de novelas, alrededor de 40. Escasa producción, ciertamente, pero alguna distopía ha habido.

    El problema que le veo es que es una temática con una gran potencialidad, no sólo temática como apunta con gran acierto Emilio, sino también como salida editorial. Bien escrita, no veo que desentonara para nada en líneas editoriales como la de Mondadori, por ejemplo, porque es un tema que puede interesar igualmente a un lector no de género. Y como todos sabemos, un gran sello ofrece excelente edición y buena distribución, que al final es el caballo de batalla de todo. Osea, un auténtico nicho de mercado por explotar.

  38. Según lo que llevo leído, debo entender que la CF se divide en dos: la distópica, o sea, la «alta literatura», y la escapista, o sea, la «baja literatura». Me parece una dicotomía muy parcializada, y no muy precisa con la realidad, pero es lo que el artículo de Bueso da a entender.

    En lo que a distopías respecta, pues, ya hay en el mercado de la novela realista, en particular la novela negra, me parece, y los dramas del mainstream mucho escenario distópico, que, como ya llegó, ya vivimos en él, no necesita de la CF para ser propuesto. Lo de la capitalismo salvaje, o los totalitarismos, o la dominación corporativa, o la alienación tecnológica a lo cyberpunk, etc, pues ya está sucediendo y los autores que recogen esos temas no necesitan de la CF para exponerlos. Entonces, se han vuelto temas de actualidad, mejor tratados en la novela realista que en el género fantástico. En mi opinión, pero sólo es mi opinión, prefiero ver esos temas en los ensayos y en los noticieros. Ese tipo de literatura a mí me aburre.

    Ahora, si lo que se plantea es una nueva forma de distopía de CF, algo que no tenga que ver ni con Huxley ni con Orwell (y ya que estamos) ni con los chicos del cyberpunk, entonces sí que sería interesante verla desarrollada. Y quizá tendría una nueva aceptación, tanto a nivel editorial como en el mercado. Y quizá hasta reciba el beneplácito de los críticos de la CF como CF de «altura».

  39. Lo del capitalismo salvaje, o los totalitarismos, o la dominación corporativa, o la alienación tecnológica a lo cyberpunk, etc, pues ya está sucediendo y los autores que recogen esos temas no necesitan de la CF para exponerlos.

    Lo has explicado mejor que yo.

  40. Moisés ¿y cuando «Los mercaderes del espacio» no sucedía? ¿No hubo un crack de la bolsa en el 29?

  41. Tengamos en cuenta el argumento principal del artículo en cuanto al porqué de la escritura de distopías:

    Se suponía que aquí veníamos, entre otras cosas, a denunciar los peligros de un futuro incierto, señores.

    Creo que lo que se ha denunciado siempre del futuro está ya en el presente, y para hablar del presente quizá sean más apropiados otros géneros, como dice Laura. Los technothrillers de Chrichton (como el último, Next, sobre el peligro de las patentes biológicas), por ejemplo, han cumplido mejor en ese aspecto que la ciencia ficción en muchos años.

    Si obviamos que hoy por hoy la ciencia ficción (escrita) no es por sí misma un medio muy eficaz para denunciar nada, la necesidad o urgencia de escribir distopías tampoco es la de antaño pese a lo que pudiera parecer en el artículo. La cosa gira más bien en torno al presente. Tal vez funcione mejor cambiar cómo queremos mostrar el presente (ucronía) que la cada vez más difícil labor de proyectar un futuro, aún distópico.

  42. ¿Y esa sentencia de que la cf escrita no es por sí misma un medio muy eficaz para denunciar nada?
    Precisamente es el género que elimina lo anecdótico para ir al fondo de problemas abstractos del ser humano, que es la base de toda crítica y que es tan necesaria hoy. Precisamente una de las mayotres virtudes del género está en su ductilidad y profundidad para criticarlo TODO, a partir de hipérboles y extrapolaciones, de símbolos y replanteamientos, de plasmación de alternativas y de profundización en problemáticas. Otra cosa es que se sepa adaptar a los tiempos o no. Pero siempre será una proyección con distancia de problemas cuya inmediatez nos eclipsa muchas de sus causas y consecuencias.
    No puedo estar más en desacuerdo con la afirmación de que no es tiempo de distopías.

  43. Fernando, claro que es un medio genial para la denuncia literariamente hablando, digo más, la vertiente distópica de la ciencia ficción es probablemente mi preferida. Lo que quiero decir es que la literatura de ciencia ficción llega a una cantidad de gente tan pequeña (menor aún en España, país al que se refiere el artículo) que, por muchas posibilidades que tenga el género, al final se trata de, como se suele decir, «convencer a los convencidos».

    Por otro lado hay una actividad tremenda en la red al respecto, que multiplica el número de veces en que el autor debe preguntarse si vale la pena plantear la denuncia en forma de novela, algo que no les ocurría a los de la edad de oro.

  44. Tratar un tema por medio de una novela no es una cuestión de alcance, sino de posibilidades del lenguaje de la novela. Moisés, planteas la novela como si transmitiera un mensaje único e inamovible, pero lo que consigue la novela es mucho más complejo que eso: se trata de un medio de reflexión que por su propio formato hace ver complejidades de la realidad de un modo diferente a un ensayo o a una noticia periodística. No hay un único mensaje en una novela, sino una complejidad de interacciones. Las novelas son solo herramientas para desarrollar inquietudes de un modo en que otros lenguajes no llegan.

    Admás, como en tantos otros temas, no se trata de que haya un bando de convencidos (los que tenemos la razón) y uno de ingenuos (los que se equivocan a los que no va a llegar la distopía), sino de un texto complejo e interesante que a quien lo lea le va a invitar a la reflexiñon y a la desautomatización de su realidad. A mí La mano izquierda de la oscuridad me hizo reflexionar sobre la equidad sexual, aunque ya fuera un convencido sobre el tema. Por otra parte, ¿asumes que todos los lectores de cf estamos de acuerdo política y culturalmente? ¡¡Qué alegría acabas de darme!!

    Por otra parte, ¿estás defendiendo que solo se escriban distopías si van a ser un éxito comercial? Eso es casi un sinsentido, aunque nos apeteciera, por supuesto.
    Habrá autores que reflexionen sobre el tema y lectores que reflexionen sobre el tema independientemente de que piensen si va a llegar lejos o no. También quedaría por discutir si una distopía escrita de cierto modo no podría ser un éxito comercial…

    Tres errores entonces:

    1. La novela debe convencer a alguien de algo. Falso. Además de representar una actitud paternalista, se contradice con la propia naturaleza del lenguaje literario.

    2. Derivado del anterior, la distopía solo servirá para convencidos. Falso. Como si no hubiera matices dentroi de un grupo de personas que piensan de modo similar. Además no parece claro que todos los lectores de cf pensemos de un modo similar.

    3. Se debe escribir crítica solo si va a llegar a una mayoría. Falso. No se sabe nunca a quién llega, pero por otra parte aquí denunciamos que no le surja a nadie el interés por escribir distopías, que no creo que tenga que ver con que no vayan a tener público. Evidentemente, un escritor que escriba en busca del éxito comercial, se planteará a cuánta gente llega. Pero la mayoría de los escritores escriben por lo que les obsesiona, lo que les interesa, lo que sienten… En suma, lo que necesitan escribir. Si llega o no llega, como hemos dicho, depende de muchos factores.

    Por último, se ha dicho más o menos implícitamente más arriba que como la realidad ha superado a la ficción ya no se puede escribir distópicamente. Alguien ha puesto el magnífico ejemplo de «Leyes de mercado» y cabe preguntarse si de verdad el futuro no les había lacanzado traumáticamente a los autores anteriores sde cf, como a nosotros. Aún no estamos en una soceidad absolutamente distópica e incluso las ha habido más dsitópicas que esta y que provocaron revoluciones. Y se escribieron utopías y distopías entonces, porque son solo lenguajes para tratar temas. ¡No panfletos!

    Además plantear que la cf no puede escribirse porque el futuro ya está aquí es una idea que parte de que la cf debe ser profética o de que las novelas de cf no son simbólicas y no disponen de recursos numerosos y complejos para simbolizar.

  45. Por otra parte, ¿estás defendiendo que solo se escriban distopías si van a ser un éxito comercial?

    Claro que no, pero el artículo de Bueso (el contexto de todas mis réplicas) no habla de si es necesario escribir distopías (o ciencia ficción de denuncia), sino de que a la ciencia ficción en particular le urge y le corresponde, como género literario, ponerse la capa y el antifaz de denuncia por los tiempos en los que vivimos. Y yo digo que es cierto que ese ha sido su papel tradicional en estas cuestiones, pero que eso ha cambiado.

    Tienes razón en que la ciencia ficción no tiene por qué profetizar el futuro, pero es que a menudo, a distopías como 1984 las metemos en el saco de la ciencia ficción sólo porque hablan del futuro. El problema es que las trasladas al presente y ya no hay por dónde ponerle la etiqueta. Esto quiere decir que no es necesario en absoluto recurrir a la ciencia ficción, como dijo Laura, para alegorizar sobre el control de la información, las patentes de genes, el cambio climático, la pérdida de privacidad en la red, la corrupción, las corporaciones como nuevos amos del mundo, wikileaks, etcétera etcétera. Por eso dije al inicio que estaba de acuerdo con que sí me gustaría leer más cosas sobre la actualidad. Pero no se me ocurre cómo, a la hora de abordarlo, la ciencia ficción podría mantener el protagonismo que tuvo en el pasado.

  46. Creo que no defendemos aquí que la prospectiva distópica sea el único medio, sino un medio ideal y, según el caso, el mejoir medio para la denuncia. Cito de nuevo el ejemplo de Leyes de mercad y el de Jennifer Gobierno, pero en sí también son una denuncia La carretera o La conjura contra América. todas ellas más o menos recientes. La propia Blade runner es muy actual y una película en esa línea sería un buen medio de denuncia.
    También obras que muestren una España más tecnologizada que la nuestra, pero en la que los trabajadores no tengan derechos o en que la iglesia vuelva a gobernar o en que la enseñanza esté completamente dedicada a la formación empresarial, sin ningún avance teórico o sin claros beneficios sociales a corto plazo. O una distopía

  47. … que transcurra solo 20 años en el futuro en España.
    O una distopía sobre un planeta alienígena que no coincibe el concepto de solidaridad o un planeta donde la violencia de gñénero sea un derecho social….
    Y paro, pero se puede sgeuir todo lo que se quiera y, desde luego, con temas mucho menos burdos que los que he dicho. La carretera me parece una excelente distopía sobre nuestra sociedad, pero desde lo simbólico. ¿De verdad no es tiempo para distopías?

  48. Mariano dijo: «En 2010 se publicaron 64 títulos de ciencia ficción de autor patrio (sentido laxo, incluyo sudamericanos) y seguro que se me escapan algunos. Entre ellos incluyo reediciones, ensayos, antologías con contenidos de ciencia ficción, y hasta 3 monográficos en revistas generales. Por supuesto, entre ellos hay juvenil, escapista, y autoediciones. »

    Bueno, Mariano, pero como tú bien indicas, esos 64 títulos incluyen muchísimas categorías. Si empezamos a cribar, ¿cuántos de esos títulos realmente llegaron al gran público? ¿Cuántos fueron «novelas inéditas no autoeditadas con capacidad real para llegar a los centros comerciales y las librerías generales»? Seguro que menos de cinco. Lo cual no contradice del todo lo que yo dije: España no es un país productor de ciencia ficción, al menos a nivel profesional. Es como el cine español. Se hacen mil cortos, mediometrajes y películas en España al año, ¿pero cuántas se estrenan realmente y llegan al gran público? Al final, son ésas las únicas que cuentan para la estadística.

  49. Víctor Conde: «Vale, ¿por qué no escribes una?»

    Estoy escribiendo una. Además de hyablar de distopías en mi trabajo y dedecicarles a ellas casi todas mis investigaciones. No creo que haya alumnos míos leyendo esto, pero si alguno hay, podrá decirte cuánto me dedico a la crítica contra la mano que me alimenta. Mucho.

    Aún así, que yo la escriba o la deje de escribir no es la respuesta a la situación social, a una sociedad que no mueve trabaja la distopía ni la crítica activa combativa.

    Tampoco afirmo, como ya he argumentado, que solo deba escribirse eso o que sea el único medio.

  50. Hombre, no es la respuesta pero sí un granito de arena :)
    Yo la compraré cuando la publiques, desde luego.

  51. No aspiro a publicarla; al menos por el momento. La escribo porque disfruto escribiéndola, pero se agradece el interés. ;)

  52. Yo creo que la premisa falsa desde la que parte este artículo de Bueso es considerar que la CF tiene como *obligación* ponerse la capa de la denuncia y hacerlo *especialmente* por medio de distopías. Está imponiendo un modelo artístico a los escritores, que ya no estarían entonces escribiendo lo que les «obsesiona» sino lo que *deben» hacer. Para mí eso es distorsionar de entrada al arte literario.

    En cuanto a las distopías, pues que las haya, magnífico, que no las haya, también. Aparecen y desaparecen de acuerdo con los vaivenes sociales. Las sociedades oscuras «profetizadas» por distopías del pasado ya se están cumpliendo. Orwell y Huxley y otros como ellos tuvieron razón y estamos viviendo en sus mundos oscuros. Por eso las «distopías» dejaron de ser futuristas y se enraizaron en la novela realista de hoy. ¿Que no se puede escribir distopía futurista enmarcada en la CF? Por supuesto que se puede. Y se hace. ¿Es obligatorio? Pues creo que no, porque yo también puedo denunciar sin pintar un futuro negro y también puedo pintar un futuro negro sin denunciar. La CF no es menos literaria, ni menos valiosa, ni menos denuncista o banco de ideas, ni menos nada por no albergar distopías. La CF es mucho más grande que una simple andanada de malos presagios. Es eso y otras cosas, muchísimas más.

    Con respecto a llegar a las mayorías, pues yo creo que sí es importante. Poco impacto habría causado Orwell si hubiera escrito 1984 sólo para sí mismo y lo hubiera guardado en un cajón. Si algún impacto tuvo -y es grande- es porque pudo llegar a las mayorías. Todo arte que se guarda a sí mismo podrá ser muy arte, pero su función social es nula.

  53. Nadie ha dicho que sea obligatorio.
    Nadie ha dicho que no sería mejor llegar a las mayorías.
    Una distopía no es una simple andanada de malos presagios.

  54. 1. Oh sí. Todo el artículo de Emilio Bueso se resume en que los escritores españoles de ciencia ficción DEBEN escribir distopías y hacerlo ya. Eso es obligación, moral si quieres, pero lo es.
    2. Y se ha hablado acerca de lo comercial, que a mí me parece también importante, pues el comercio editorial es el que permite que una historia, distópica o no, llegue a las mayorías. Y pienso que si la historia es buena, es decir, si es de alta calidad literaria, con mayor razón debe llegar a las mayorías. ¿Por qué no, entonces, ver el lado comercial, también?
    3. Una BUENA distopía NO es una simple andanada de malos presagios, pero también existen las malas distopías. Exigir que la CF se dedique y se enfoque sólo en las distopías es un camino riesgoso, pues podemos terminar con un par de buenas distopías y un cerro de andanadas de malos presagios. No es recomendable exigir *nada* a los escritores. Que ellos escriban lo que les «obsesione»: es cuando surgen las mejores obras.

  55. Víctor Conde dijo: «…esos 64 títulos incluyen muchísimas categorías. Si empezamos a cribar, ¿cuántos de esos títulos realmente llegaron al gran público, a los centros comerciales y las librerías generales”? Seguro que menos de cinco. Lo cual no contradice del todo lo que yo dije: España no es un país productor de ciencia ficción, al menos a nivel profesional»

    Algunas más que cinco, pero es una cifra que en modo alguno contradice tu afirmación: en España la producción de ciencia ficción es escasa y, lo que es más grave, la tendencia es a ir reduciéndose más y más no sólo en cuanto a títulos sino también respecto a tirada, distribución, etc. con lo que su teórico impacto es aún menor.

    Por eso me parece muy interesante el artículo de Emilio: muestra un posible nicho de mercado apenas explotado y de indudable interés para lectores generales y, por tanto, grandes sellos.

  56. Me siento orgulloso de ser editor de una página con capacidad para obligar a los escritores a escribir lo que a mí me gustaría leer… Espero que nadie descubra nuestros comandos urbanos que, armados con escopetas, obligan a los lectores también. El gran plan no debe ser desvelado.

    @Victor Conde
    «>¿De verdad no es tiempo para distopías?

    Vale, ¿por qué no escribes una?»
    ¿Porque hay un grupo de lectores que lo queremos es leerlas, no escribirlas? Tanto que se habla de mercado y resulta que sí hay un mercado para las distopías. Un mercado incluso más grande que el de la space opera, la fantasía épica o el terror, échate un ojo a muchas editoriales generalistas con títulos claramente distópicos. A los que no os entiendo es a los escritores comerciales que no hacéis caso a oportunidades de pingües beneficios como esas…

  57. Creo que tu párrafo final ha desviado la atención de lo de las escopetas. Querría recalcarlo. Que luego disparas a la gente y te dicen que si no habías avisado, que si no había quedado claro, que si estaba justo, justo con una idea para escribirlo…

  58. Joserra, también hay un glorioso mercado para el romántico… Por qué no nos metemos? Porque para hacer algo bien hay que tener fe en el producto… Te tiene que gustar (o bien, te tiene que gustar el señor anticipo que te paguen por escribir lo que no te inspira demasiado)

    Ahora, que no se escriben novelas distópicas no creo. Joserra y yo sabemos la cantidad de originales que llegaron a un cierto premio, y no faltaban las distopias (creo recordar al menos tres sobre 30).

    A mi particularmente me aburren soberanamente (leerlas, escribir calamidades para gente impresionable no podría. Para eso pongo la tele). Muchas son variantes de zombies tipo la carretera, de las de corre, corre… Otras, pajas mentales sobre el fin de la sociedad y el capitalismo. Mala de la muerte es Cyclus Apocalipticus nosequemás (2006), del padre Fortea, traslación del Apocalipsis a la CF. Curioso libro, no obstante.

  59. Ah, ¿pero existe un mercado «asegurado» para las distopías? ¡Qué revelación rallana en la iluminación mística! Que no se olvide el comando urbano anarco-capitalista armado de apuntar a nuestros autores a la SGAE, para que cobren los pingües beneficios de las majors editoriales.

  60. Sobre mi opinión al respecto de lo que deberían hacer o no los escritores, os recuerdo que escribí una columna no hace mucho. Debe haberse olvidado:
    http://www.literaturaprospectiva.com/?p=6410
    A mí, personalmente, me molesta que hablen de que se obliga a la gente a hacer ciertas cosas, sobre todo cuando es lo último que pretendo. Pero vamos, debe ser a mí solo.
    El daño que han hecho los Morancos a la ironía en este país es incalculable. Mariano, tú también has dado el argumento de que existe un posible mercado, dos comentarios más arriba. Te retractas de él, he de suponer.

  61. Joserra, ¿donde proclamo yo lo que deben o no deben hacer los escritores? Hablo de un posible (repito, posible) nicho de mercado, cuando muchos (no todos) los escritores se quejan de lo malita que está la cosa de publicar y que te lean cuando escribes cosas de ciencia ficción. Por supuesto, cada escritor puede hacer lo que le parezca más conveniente, pero es que eso es tan obvio……..

    Y no me desdigo de nada ¿o acaso la ironía y el sarcasmo son patrimonio exclusivo del follonero?

  62. Yo nunca he hablado de «alta y baja literatura», he hablado de historias de anticipación escapistas e historias de anticipación que afrontan los problemas de nuestro tiempo. Eso no es ningún juicio de valor destructivo ni implica necesariamente unas connotaciones desdeñosas, por lo tanto si aquí hay gente que insiste en que con mi intervención estoy ninguneando tal o cual trabajo será porque tiene mala conciencia, o algo.

    No entiendo qué delirio es ese de enviar las distopías a otros géneros como (!?) la novela negra. Estamos hablando de literatura de anticipación, de historias que suceden en un futuro que tampoco tiene porqué ser inmediato. Me parece que hay varias intervenciones en este debate que se han subido a la parra hasta extremos que son puro Kafka… ¿Si ahora escribo yo una novela que explore las consecuencias de este desempleo masivo a cincuenta años vista, eso no será ciencia ficción sino otra cosa? ¿Hola? ¿Hay alguien en casa?

    Tampoco he venido a decirle a nadie qué es lo que tiene que hacer con su vida, su obra o su potorro. Allá cada cual. Yo a lo que voy es a que estamos en un momento histórico en el que cabría esperar mil narraciones distópicas y se está publicando cualquier cosa menos eso.

    Vale, a mí me gustaría que fuera bien distinto y eso se nota en el artículo, pero jamás he hablado de obligaciones ni de deberes. Esas palabras mayores las han puesto otros en mi boca llevando al límite lo que era un artículo DE OPINIÓN. ¿Por qué se le ha dado una lectura como esa? ¡Pues porque se está dejando de lado sistemáticamente la que probablemente sea la dimensión más constructiva del género, y un hecho como ese no es plato de gusto de nadie, y menos de los autores!

    Que yo no tengo inconveniente en que la gente se dedique a hacer entretenimiento. Yo mismo me refocilo en toda suerte de obras evasivas, a diario. Pero es que una cosa es que se cultiven mil historias de escape y otra bien distinta es que no haya ni una dispuesta a afrontar la que nos está cayendo.

    Dicho lo cual, yo doy por terminado este debate. Comienza a necesitar algo de ventilación.

  63. Hombre, no lo des por terminado ignorando el muy obvio paralelismo con la novela negra que tiene la novela distópica que denuncia el ultraliberalismo. Pero muy muy obvio. A los libros de Pohl/Kornbluth, Barry, Morgan y demás me remito.

  64. ¿Qué tal una distopía sobre la sensibilidad ante los análisis de una situación? ¿Y sobre un mundo dominado por personas que desprecian cualquier tendencia a lo reflexivo o a lo pesimista? ¿O que se sienten atacados cuando se habla de un modo general?

    Lo estoy viendo: una preciosa distopía repleta de textos felices, sin problemas, sin críticas y en la que se deja de lado a quien no sonríe ante las maravillas dulces y épicas de la literatura…

  65. Insisto, Fernando: Estás dando por sentado que lo que no sea pesimista y distópico, carece de contenido. Y es un error gordísimo.

  66. De todos modos admito que mi primer mail fue una tontería. Yo estoy totalmente a favor de las distopías, pero sí que extraje del artículo de Emilio un desprecio hacia el resto de los subgéneros de la CF que me tocó la fibra sensible. Pero que vamos, que sí, que las distopías son útiles y necesarias. Pero no por escribir otros tipos de novelas como las de aventuras o las románticas o las de terror siginifica que dejes de «criticar al sistema». Cada libro tiene su parte de entretenimiento y su parte de reflexión. Es cuestión de cada escritor el inclinar más la balanza entre un plato o el otro.

  67. Y también, como Emilio, pongo fin a mi intervención en esta tertulia, que esto ya se alarga demasiado.

  68. Lo que es «evasivo» es de bajo contenido o nulo. Lo que es distópico es lo que vale. Esa es la sentencia de E. Bueso y de otros que opinan como él. Sí, es una opinión y sólo eso. La mía también es una opinión y sólo eso. *Opino* que se desvaloriza toda la CF que no es distópica como si careciera de contenido, lo cual no me parece ni cierto ni preciso. Hay mucha CF de contenido que no es distópica y no necesita serlo para tener contenido. La distopía sólo es una manera más, de las muchas que hay, para «enfrentar» los problemas del mundo -ya que es tan importante eso-.

  69. Quería comentar dos cosas.
    La primera es que el subgénero distópico, como todos los demás, es hijo de su tiempo. Orwell escribe 1984 en 1948 como exageración del estalinismo imperante en la Unión Soviética. Una distopía actual tendría que partir de exagerar (no otra cosa son las distopías sino exageraciones de los males actuales) los principales problemas del siglo XXI, cuyo principal activo no se le escapa a nadie: el neoliberalismo capitalista. Exagerar esta realidad actual, de empresas más poderosas que algunos países, de mercados publicitarios que deciden la forma de ser individual y social, de tecnologías punteras y redes informáticas no puede conducir mas que a algo que ya conocemos: el ciberpunk y el near future. Es decir, que escribir ahora mismo distopía es escribir near future. Un subgénero se diluye en otros, dando la falsa imagen de que no se escriben distopías, cuando la realidad es que ya se escribieron hace 20 años. Todo el ciberpunk es una distopía de la actualidad, echadle un ojo.
    Lo segundo que quería comentar es que aunque el artículo me parece oportuno (es cierto que si hay una época susceptible de ser exagerada para advertir de hacia dónde nos conduce es esta), también adolece, siempre según mi opinión, de la típica cortedad de miras fandomita. No sólo se siguen escribiendo distopías de enjundia en otros idiomas, como por ejemplo Nunca me abandones (a La carretera no le veo el elemento distópico por ninguna parte, es claramente un postapocalíptico), sino que también se escriben en castellano (El oficinista, de Saccomanno, premio Biblioteca Breve 2010) o dentro del territorio español (Londres es de cartón (2010), escrita por Unai Elorriaga originalmente en euskera). La ganadora del premio Herralde La vida antes de Marzo, de Gutierrez Aragón, aunque breves, también cuenta con pinceladas distópicas.
    Es decir, se siguen haciendo distopías, incluso en España, pero hay que buscarlas, y ahora más que nunca, donde siempre han solido darse, en la literatura general. Ni Orwell ni Huxley eran «escritores de ciencia ficción» tal como entendemos. Es decir, que quizás nos parece que no se hacen distopías porque no las buscamos donde debemos.

  70. ¿Será el premio Minotauro 2011 una distopía?

    http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=686073

    «Ziénaga es un paraíso de cemento y neón, bajo un cielo invariablemente gris durante el día y anaranjado por la noche. Pero en los foros de los cazadores de antigüedades se habla de otro mundo fuera de los muros de la ciudad. Un mundo muy diferente al de las versiones oficiales, según las cuales un desierto inhóspito rodea las escasas zonas habitables del planeta. Sin embargo, las autoridades estatales se apresuran a sofocar estos rumores y los llamados «misticoides» son considerados rebeldes y castigados por el sistema.

    Un atardecer, a la hora entreluz, mientras se dirige con sus amigos al burdel de lujo más afamado de la metrópoli, Perseo Stone tomará una decisión. Y les confesará un plan insólito que hará tambalear su mundo.

    Montse de Paz, en la mejor tradición de la novela clásica de ciencia ficción, nos ofrece un relato sobre la pérdida de la inocencia y la búsqueda de la libertad.»

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