Billones de Terabytes centelleando. Avanzadillas Neuman-Besa sincronizando el solapamiento, combatiendo el retardo sináptico del tiempo estadístico.
Tras el Estallido, no quedó otra que emular la vida en las tecnoburbujas. Virtualizar todas las mentes. Replicar todos los momentos interactuando entre sí.
No era fácil.
Un día más. Salió del trabajo y entró en el bar dispuesto a olvidar. Buscó su hueco en la barra y pidió el primer doble. Mediado el vaso, registró un amistoso golpecito en el hombro.
—¡Coooc-coco… cooocooco-coño… An-Ant-Anto…!
Antonio, su mejor amigo antes del Estallido. No habían vuelto a verse desde el copiado.
—¿Cócoo… có-co-com… comó co-co-cómo… e… es-tás?
Gesto de resignación.
—Bu-bu-bu… Bu-bu-bueno… Ti-ti… Ti-ti-tiran… rando-do.