Miles Vorkosigan ha vuelto. Tras varios años de ausencia dedicados a su saga paralela de literatura fantástica (La maldición del Chalion, 2001, y posteriores) su creadora retoma las aventuras del héroe más atípico del género con una nueva entrega escuetamente titulada Criopolis. Para quienes ya conozcan al personaje sobran las presentaciones, pero este puede ser un buen momento para hacer un alto en el camino y repasar el pasado y el presente de la saga.
La presentación oficial de Miles Vorkosigan tuvo lugar en la novela El aprendiz de guerrero de 1986. Con posterioridad su autora, Lois McMaster Bujold, ha ido ampliando la cronología del personaje con nuevas historias ambientadas en diversos momentos de su vida e incluso anteriores (como es el caso de Fragmentos de honor –1986– y Barrayar -1991-), donde se narran los orígenes de la relación de los padres de Miles además de explicar las causas de su particular condición física: cuando su madre estaba embarazada de él, fue expuesta a la acción de un gas tóxico que causó malformaciones en el feto. Aunque a lo largo de la serie el protagonista ha ido sustituyendo paulatinamente sus huesos y su aspecto físico ha mejorado de forma sensible, justo es señalar que este no le ha incapacitado para tener un historial romántico que haría enrojecer de envidia al mismísimo Han Solo.
Al contrario que otros héroes del género, cuyos autores se niegan a hacerles avanzar o envejecer, Bujold se ha arriesgado a explorar nuevas posibilidades e intenta dar en cada entrega una nueva vuelta de tuerca al status quo de Miles Vorkosigan sin que ello haya supuesto un deterioro o pérdida de interés de sus aventuras, sino todo lo contrario.
A grandes rasgos se pueden distinguir tres etapas en la biografía del personaje: una primera (ya comentada) que abarca su concepción e infancia; la segunda, que corresponde a su periodo de juventud como agente de SegImp y lider de los mercenarios Dendarii; y una tercera y última que empieza con Hermanos de armas (1989) donde Bujold siente la necesidad de hacer crecer y madurar a su criatura, por lo que imprime un cambio de rumbo a las aventuras de Miles, al que una enfermedad aparta del servicio militar activo para terminar convertido en el más joven Auditor Imperial al servicio del emperador (Recuerdos, 1996). Por si fuera poco, conoce a la mujer de su vida (Komarr, 1998), se casa (Una campaña civil, 1999) y en la penúltima novela de la saga, Inmunidad diplomática (2002), se estrena como padre. La serie se hace más localista y la aventura cede terreno frente al retrato psicológico de personajes y los diálogos, aunque para compensarlo aumente el peso del humor.
En Criopolis, Miles, ya con 39 años, es enviado en misión diplomática al planeta Kibou-daini (Nueva Esperanza II), donde las personas enfermas o moribundas son congeladas a la espera de que la medicina del futuro pueda revivirlas para encarar su cura y donde diversas compañías de criogenización compiten entre sí por hacerse con el control del negocio. Una de esas compañías planea instalarse en territorios del Imperio barrayarés, lo que provoca una discreta investigación de su Lord Auditor. Pero con Miles de por medio las cosas nunca pueden ser tan fáciles. Apenas ha puesto los pies en el suelo de Kibou-daini cuando ya tiene que enfrentarse a un intento de secuestro tras el cual acecha una intrincada red de misterios e intrigas, aderezados con las habituales dosis de humor e ingenio características de la saga. La criogenización es uno de los recursos argumentales más clásicos del género, base de obras tan famosas como Buck Rogers en el siglo XXV (1928) de Philip Nowlan o Puerta al verano de Robert A. Heinlein (1957).
Con este nuevo trabajo su autora continua explorando nuevos rincones del rico universo en el que vive su protagonista, al igual que hace en títulos previos como Cetaganda (1995) o Komarr. De hecho, la contraposición entre la rígida mentalidad barrayarana y el estilo de vida de otras sociedades galácticas es una constante de la obra de Bujold, que ha dado pie a algunas de la situaciones más divertidas de toda la saga. Por otro lado, como ya es habitual en las últimas entregas, el libro termina con un acontecimiento trascendental que alterará de forma significativa la vida del protagonista de cara al futuro, dentro de ese empeño de la escritora de hacer evolucionar al personaje a costa de asumir nuevas tareas y responsabilidades.
Una vez terminada su lectura tan solo nos resta esperar que Lois McMaster Bujold no se tome tanto tiempo para escribir el siguiente capítulo de las emocionantes aventuras del sin igual Miles Vorkosigan, uno de los personajes más divertidos y carismáticos del moderno space opera.
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