No me gusta. No me gusta un pelo. Y seguro que estoy de acuerdo con él en la valoración del libro.
Jamás una reseña me hizo desear tanto leer un libro.
Pues otras mil páginas que me ahorro. Tanta fama de este hombre que siempre me tentaba la idea, y si lo trinco, y si lo trinco… Al final no lo trincaba pq las tramas me parecian una lata (a lo que hay que añadir que es el libro de cabecera de un amigo mío del peor gusto, le gusta el Harukami y el Alfonso Ussia, no te digo más)
A ver, es cierto que el buen Murakami tiene cierta tendencia al new age, y es cierto que la postmodernidad parece una excusa para, perdón, excusarlo todo, pero es que Santiego siempre hace lo mismo: mezclarlo todo y aprovechar para soltar generalizaciones absurdas e injustas, y es que no por mucho namedropping y linkdropping uno argumenta mejor. Es una lástima, porque este tío es capaz de lo mejor.
Nosénosé… A mi regalaron el último de Pynchon y 200 y pacientes páginas después me da que lo voy a utilizar como apoyo de la estiba de apuntalamiento del sótano. Mil páginas son muchas horas, tú… Una cosa es escribir como Dios y otra no contar nada.
De su valoración del libro, ni entro ni salgo, que no lo he leído.
De su análisis de guanabismo sólo puedo decir que lo encuentro enormemente certero. Incluyendo esa especie de complejo a no atreverte a decir «menuda bazofia» de ciertas cosas no te vayan a mirar mal ciertos sectores.
Y confieso que, tras leer su comentario sobre la novela, pocas ganas me han quedado de leerla, la verdad.
No es lo que dice de la novela lo que me empuja a leerla, sino la argumentación y el concepto de la literatura del que hace gala el autor de la reseña. Sospecho que como lectores estamos en las antípodas, así que viendo lo poco que le ha gustado y las causas que expone, estoy convencido de que voy a disfrutar de la novela. He leído bastante de Murakami, y no le veo localista (así que no entiendo lo del japonesismo cool), no he visto en sus libros eso del guanabismo, pues lo que más me gusta de él es precisamente la indefinición resolutiva de las tramas, el misterio no resuelto, que es lo que al reseñador más parece molestarle (mientras que considero Perdidos una obra maestra él lo considera un timo). Confunde un estilo de escritura con impericia.
Si bien es cierto que existe el guanabismo, también lo es que hay obras que no son para todo el mundo, y que hay libros que no todos los lectores entienden debido a un concepto muy cerrado (prejuicios, gustos, simpleza) de la literatura. Hay quien necesita que se le explique hasta el último hilo de lo expuesto incluso cuando el desarrollo y el tono de la obra van anunciando que son un modelo expreso de lo contrario. Y hay quien al contrario disfruta del camino cuando este es fascinante sin necesidad de llegar a destino.
Siendo la cuarta reseña de 1Q84 que leo, y la primera tan contraria, los motivos que expone no me convencen por su base, mientras que los de las otras tres sí los encuentro convincentes. Luego la novela podrá ser o no una mierdecilla, pero desde luego este texto me anima más que desanima a leerla, porque los peros que aparecen en él parten de lo que para mí es una idea errónea de la literatura.
Hay una última cosa, y es que dada la cantidad de blogs literarios que leo, muchos pertenecientes a esos «posmodernillos» que tan poco le gustan, el tono de esta reseña me parece una copia algo burda del Olmos malherido, Tongoy, Ibrahim y compañía, precisamente los del mundillo de Freesy Cool a los que critica.
Hombre, no tengo nada en contra de la de la indefinición resolutiva. Qué coño, me gustó Perdidos (aunque está lejos de ser una obra maestra, me temo, pero no voy a entrar a discutirlo). Pero si ciertas cosas que el tipo comenta (cosas referedidas no a atar los cabos sueltos o a explicarlo todo, sino más bien a la lógica narrativa, a que las cosas pasen porque al autor le sale de los cojones sin que tenga ninguna justificación narrativa y, encima, para eso tenga que hacer trampas y hacer que personajes que, sobre el papel, no son estúpidos se comporten como si lo fueran)… bueno, si esas cosas son ciertas, desde luego este libro no es para mí.
Me da igual lo maravilloso de su prosa o lo profundo y evocador de sus reflexiones. Para mí, un novelista es ante todo un narrador y deber rendirse a la lógica narrativa de lo que está contando. Si no lo hace, no es un buen escritor, aunque sea el mejor prosista del mundo.
Pero, bueno, es sólo mi «ferozmente subjetiva» opinión.
Hasta donde le he leído (4 novelas), Murakami cuida la coherencia narrativa siempre. Lo que no explica son los misterios de las distintas tramas. Es, tal como se huele el reseñador, el David Lynch de la literatura. Una cosa es plantear misterios, sugerir y no explicar y otra muy distinta cometer incongruencias, cosa que no hace. Ya digo que es una cuestión de que te vaya o no, de si necesitas resoluciones a los misterios planteados o la narración y la configuración de los mismos misterios ya te vale (un poco Pórtico o Rama multiplicado por varias subtramas en cada novela). Si la necesitas y no la hay, acabarás diciendo que es un timo; si no te importa, disfrutarás de Murakami porque crea situaciones fascinantes. Yo entiendo que a uno pueda no irle eso, por donde no paso es por que se diga que debido a ello la novela es una mierda. Di que no te ha gustado porque ese tipo de literatura no es para ti, pero no sentencies, hombre, que esa narrativa tiene una tradición y una validez importantes.
Todo esto, en mi fieramente subjetiva (toma popurrí) opinión.
En fin, Kaplan, es verdad que cuando se trata de meterse con grandes estrellas del sector editorial en ciertos sectores (pues un bloguero no deja de ser un lletraferit, que se dice en Cataluña), sea por envidia o por «esnobismo cultural», se cargan las tintas. ¡Qué malo es Murakami y qué bueno es Oé o Kawabata! Personalmente, admito que ante un fenómeno tal que Murakami (que gusta a mi amigo de pésimo gusto y a tantísima gente) me cargo de prejuicios. Emprendo la lectura a la contra, a mala leche, y si no es muy-muy bueno pasa a la categoría de bluff… Me pasa justamente lo opuesto cuando descubro algo que nadie o poca gente conoce, entonces mi lectura es muuucho más indulgente. Que le vamos a hacer, los prejuicios existen y me da que Santiego (y en cierta medida yo) tenemos un prejuicio anti-murakami claro.
Ese es el tema, Luis. Diría que es una moda, pero en realidad es una tradición, la del crítico que quiere lucir más que el escritor al que critica. No quiere analizar el libro, sino demostrar que es más puesto que quien lo escribió, y para ello, en vez de hacer una análisis desde un tono neutral, lo hace desde lo que parece el odio más absoluto. Tanto más cuanto más popular es el autor.
No me gusta. No me gusta un pelo. Y seguro que estoy de acuerdo con él en la valoración del libro.
Jamás una reseña me hizo desear tanto leer un libro.
Pues otras mil páginas que me ahorro. Tanta fama de este hombre que siempre me tentaba la idea, y si lo trinco, y si lo trinco… Al final no lo trincaba pq las tramas me parecian una lata (a lo que hay que añadir que es el libro de cabecera de un amigo mío del peor gusto, le gusta el Harukami y el Alfonso Ussia, no te digo más)
A ver, es cierto que el buen Murakami tiene cierta tendencia al new age, y es cierto que la postmodernidad parece una excusa para, perdón, excusarlo todo, pero es que Santiego siempre hace lo mismo: mezclarlo todo y aprovechar para soltar generalizaciones absurdas e injustas, y es que no por mucho namedropping y linkdropping uno argumenta mejor. Es una lástima, porque este tío es capaz de lo mejor.
Nosénosé… A mi regalaron el último de Pynchon y 200 y pacientes páginas después me da que lo voy a utilizar como apoyo de la estiba de apuntalamiento del sótano. Mil páginas son muchas horas, tú… Una cosa es escribir como Dios y otra no contar nada.
De su valoración del libro, ni entro ni salgo, que no lo he leído.
De su análisis de guanabismo sólo puedo decir que lo encuentro enormemente certero. Incluyendo esa especie de complejo a no atreverte a decir «menuda bazofia» de ciertas cosas no te vayan a mirar mal ciertos sectores.
Y confieso que, tras leer su comentario sobre la novela, pocas ganas me han quedado de leerla, la verdad.
No es lo que dice de la novela lo que me empuja a leerla, sino la argumentación y el concepto de la literatura del que hace gala el autor de la reseña. Sospecho que como lectores estamos en las antípodas, así que viendo lo poco que le ha gustado y las causas que expone, estoy convencido de que voy a disfrutar de la novela. He leído bastante de Murakami, y no le veo localista (así que no entiendo lo del japonesismo cool), no he visto en sus libros eso del guanabismo, pues lo que más me gusta de él es precisamente la indefinición resolutiva de las tramas, el misterio no resuelto, que es lo que al reseñador más parece molestarle (mientras que considero Perdidos una obra maestra él lo considera un timo). Confunde un estilo de escritura con impericia.
Si bien es cierto que existe el guanabismo, también lo es que hay obras que no son para todo el mundo, y que hay libros que no todos los lectores entienden debido a un concepto muy cerrado (prejuicios, gustos, simpleza) de la literatura. Hay quien necesita que se le explique hasta el último hilo de lo expuesto incluso cuando el desarrollo y el tono de la obra van anunciando que son un modelo expreso de lo contrario. Y hay quien al contrario disfruta del camino cuando este es fascinante sin necesidad de llegar a destino.
Siendo la cuarta reseña de 1Q84 que leo, y la primera tan contraria, los motivos que expone no me convencen por su base, mientras que los de las otras tres sí los encuentro convincentes. Luego la novela podrá ser o no una mierdecilla, pero desde luego este texto me anima más que desanima a leerla, porque los peros que aparecen en él parten de lo que para mí es una idea errónea de la literatura.
Hay una última cosa, y es que dada la cantidad de blogs literarios que leo, muchos pertenecientes a esos «posmodernillos» que tan poco le gustan, el tono de esta reseña me parece una copia algo burda del Olmos malherido, Tongoy, Ibrahim y compañía, precisamente los del mundillo de Freesy Cool a los que critica.
Hombre, no tengo nada en contra de la de la indefinición resolutiva. Qué coño, me gustó Perdidos (aunque está lejos de ser una obra maestra, me temo, pero no voy a entrar a discutirlo). Pero si ciertas cosas que el tipo comenta (cosas referedidas no a atar los cabos sueltos o a explicarlo todo, sino más bien a la lógica narrativa, a que las cosas pasen porque al autor le sale de los cojones sin que tenga ninguna justificación narrativa y, encima, para eso tenga que hacer trampas y hacer que personajes que, sobre el papel, no son estúpidos se comporten como si lo fueran)… bueno, si esas cosas son ciertas, desde luego este libro no es para mí.
Me da igual lo maravilloso de su prosa o lo profundo y evocador de sus reflexiones. Para mí, un novelista es ante todo un narrador y deber rendirse a la lógica narrativa de lo que está contando. Si no lo hace, no es un buen escritor, aunque sea el mejor prosista del mundo.
Pero, bueno, es sólo mi «ferozmente subjetiva» opinión.
Hasta donde le he leído (4 novelas), Murakami cuida la coherencia narrativa siempre. Lo que no explica son los misterios de las distintas tramas. Es, tal como se huele el reseñador, el David Lynch de la literatura. Una cosa es plantear misterios, sugerir y no explicar y otra muy distinta cometer incongruencias, cosa que no hace. Ya digo que es una cuestión de que te vaya o no, de si necesitas resoluciones a los misterios planteados o la narración y la configuración de los mismos misterios ya te vale (un poco Pórtico o Rama multiplicado por varias subtramas en cada novela). Si la necesitas y no la hay, acabarás diciendo que es un timo; si no te importa, disfrutarás de Murakami porque crea situaciones fascinantes. Yo entiendo que a uno pueda no irle eso, por donde no paso es por que se diga que debido a ello la novela es una mierda. Di que no te ha gustado porque ese tipo de literatura no es para ti, pero no sentencies, hombre, que esa narrativa tiene una tradición y una validez importantes.
Todo esto, en mi fieramente subjetiva (toma popurrí) opinión.
En fin, Kaplan, es verdad que cuando se trata de meterse con grandes estrellas del sector editorial en ciertos sectores (pues un bloguero no deja de ser un lletraferit, que se dice en Cataluña), sea por envidia o por «esnobismo cultural», se cargan las tintas. ¡Qué malo es Murakami y qué bueno es Oé o Kawabata! Personalmente, admito que ante un fenómeno tal que Murakami (que gusta a mi amigo de pésimo gusto y a tantísima gente) me cargo de prejuicios. Emprendo la lectura a la contra, a mala leche, y si no es muy-muy bueno pasa a la categoría de bluff… Me pasa justamente lo opuesto cuando descubro algo que nadie o poca gente conoce, entonces mi lectura es muuucho más indulgente. Que le vamos a hacer, los prejuicios existen y me da que Santiego (y en cierta medida yo) tenemos un prejuicio anti-murakami claro.
Ese es el tema, Luis. Diría que es una moda, pero en realidad es una tradición, la del crítico que quiere lucir más que el escritor al que critica. No quiere analizar el libro, sino demostrar que es más puesto que quien lo escribió, y para ello, en vez de hacer una análisis desde un tono neutral, lo hace desde lo que parece el odio más absoluto. Tanto más cuanto más popular es el autor.