Domingo Santos (15 de diciembre de 1941, Barcelona): seudónimo de Pedro Domingo Mutiñó, prolífico escritor, traductor, editor de colecciones de libros y revistas, antólogo y articulista, considerado como el patriarca de la ciencia ficción española. Su primera novela publicada, ¡Nos han robado la luna! (1959, Valenciana, col. Luchadores del Espacio nº 151), apareció poco antes de que cumpliera dieciocho años firmando como P. Danger. Otros seudónimos utilizados en su primera época como escritor de novelas populares de ciencia ficción, oeste o policíacas fueron Peter Danger y Peter Dean.
Su primera colección de género, Volveré ayer (1961, Edhasa, col Nebulae nº 72), incluye la novela homónima y dos cuentos. Le siguieron La cárcel de acero (1962, Edhasa, col. Nebulae nº 77), una historia sobre una nave generacional, y Gabriel (1962, Edhasa, col. Nebulae nº 85), la historia de un robot que carece de las limitaciones de las leyes de la robótica de Asimov y busca su identidad y humanidad; la novela fue reescrita posteriormente como Gabriel revisitado (2004, Juan José Aroz, col. Espiral nº 33).
Civilización (1964, Cénit, col. Selecciones SF nº 66), El visitante (1965, Ferma, col. Infinitum nº 5), Burbuja (1965, Ferma, col. Infinitum nº 8), Mundo de autómatas (1966, Ferma, col. Infinitum nº 13) y Los dioses de la pistola prehistórica (1966, Ferma, col. Infinitum nº 25) fueron sus siguientes novelas, así como las antologías Meteoritos (1965, Edhasa, col. Nebulae nº 111) y Extraño (1967, Ferma, col. Infinitum nº 28). En este periodo también incluyó varios relatos dentro de las conocidas antologías de ciencia ficción de la editorial Acervo.
En colaboración con Luis Vigil escribió varias novelas de fantasía épica de tintes eróticos, Nomanor 1. El mito de los Harr (1972, Buru Lan) y Nomanor 2. El bárbaro (1972, Buru Lan; reed. revista Nueva Dimensión nº 58, 1974), que tuvieron problemas con la censura franquista, La niebla dorada (revista Nueva Dimensión nº 58, 1974) y una cuarta que quedó inédita y se perdió. El extraterrestre rosa (1983, Cumbre, col. Hache nº 4; reed. 2003 Timun Mas, col. Gorgona) es una sátira del largometraje E.T. el extraterrestre, de Steven Spielberg. Hacedor de mundos (Ultramar, col. Ciencia Ficción nº 37) desarrolla una original visión solipsista del universo, regido por una elite de creadores. Futuro imperfecto (1981, Edhasa, col. Nebulae Segunda Época nº 50) es su colección más lograda, que incluye los cuentos: “Smog”, “Negocios del corazón”, “Extraño”, “El programa”, “Señor, su cuenta no existe”, “Encima de las nubes”, “…si mañana hemos de morir” y “Una fábula”. No lejos de la Tierra (1986, Orbis, col. Biblioteca de ciencia ficción nº 84) es otra apreciable colección personal, que contó con distribución en kioscos. Tras un largo paréntesis, publica El día del dragón (2008, Ediciones B – col. Nova nº 206), una oscura trama de multinacionales y nuevo terrorismo internacional.
En su obra breve reciente destaca la novela corta “Bienvenidos al bicentenario del fin del mundo”(1998, en Premio UPC 1997, Ediciones B, col. Nova nº 112), ganadora del premio de la Universitat Politécnica de Catalunya 1997 y finalista igualmente del premio Ignotus en 1998, y “Mi esposa, mi hija” (en Visiones 1997. Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror, 1997), que ganó el premio Ignotus en la categoría de cuento en 1998. Igualmente, ha colaborado asiduamente en multitud de publicaciones periódicas de género: Kandama, Cuenta atrás, Anticipación, Sol, Nueva Dimensión, Zikkurath, Blade Runner Magazine o Star Ficción.
Su estilo es en gran parte deudor de la ciencia ficción anglosajona y en especial de los considerados tres “maestros” del género: Isaac Asimov, Arthur C. Clarke y Robert A. Heinlein, aunque en su última etapa puede apreciarse un tratamiento más personal en cuanto a temáticas y personajes. Pese a su notable labor creativa, su influencia ha sido moderada y su contribución más sobresaliente sin duda fue la fundación, junto a Luis Vigil y Sebastián Martínez, de la mítica revista Nueva Dimensión (enero 1968–diciembre 1983, Dronte). ND dio a conocer multitud de autores y obras de la moderna ciencia ficción mundial y abrió las puertas a los jóvenes talentos españoles. Santos quedó solo al frente de la publicación en su recta final cuando, debido a problemas de distribución, tuvo que cerrar en el número 148, lo que la convierte en la revista española de ciencia ficción más longeva hasta la fecha. El extra número 2 (1970) estuvo dedicado íntegramente a su obra.
Santos fue igualmente un editor destacado, pues llegó a dirigir la colección Ciencia Ficción de Acervo (durante su primer periodo), Ultramar Ciencia Ficción, EtiquetaFutura de Júcar y Cronos de Destino. Bajo su batuta se publicaron los títulos más señeros de la ciencia ficción mundial y varias obras cumbre de la ciencia ficción española, como Lágrimas de luz, de Rafael Marín, o Mundos en el abismo e Hijos de la eternidad, de Juan Miguel Aguilera y Javier Redal. Como editor de revistas, fue responsable de Anticipación (1966, Ferma), precedente directo de Nueva Dimensión, y el tercer y cuarto intento de edición española de la revista americana Asimov’s Science Ficción, una efímera editada por Megamultimedia (enero 2001–abril 2002,) y otra lujosa editada por Robel bajo la cabecera Asimov Ciencia Ficción (octubre 2003–diciembre 2005, Robel), editorial en la que también se publicaron diversos volúmenes independientes y la reedición completa de la saga de El Orden Estelar, de A. Thorkent (seudónimo de Ángel Torres Quesada) en 28 volúmenes dobles.
Como traductor su labor es ingente, firmando títulos dentro y fuera de las colecciones que dirigió. Está considerado como un traductor correcto aunque en ocasiones algo descuidado, debido a algunas obras cuya fecha de entrega fue muy reducida. En su faceta de articulista destaca: “El perpetrador anónimo” (en el fanzine BEM nº 21, premio Ignotus 1994) y “Nueva Dimensión: la revista española de ciencia ficción” (en la revista SFX nº 5, finalista en 1998).
Como antólogo destacan las colecciones Antología no euclidiana I (1976, Acervo, col. Ciencia Ficción nº 15), continuada en Llorad por nuestro futuro. Antología no euclidiana II (1978, Acervo, col. Ciencia Ficción nº 28), y Lo mejor de la ciencia ficción española (1982, Martínez Roca, Super Ficción nº 75), que constituyó el primer intento serio por confeccionar una antología española con las temáticas y autores más relevantes de la época, como Alfonso Alvarez Villar, Juan G. Atienza, Luis Eduardo Aute, Gabriel Bermúdez Castillo, Carlos Buiza, Carlo Frabetti, Enrique Lázaro, Juan José Plans, Javier Redal, Ignacio Romeo, Jaime Rosal del Castillo, Carlos Saiz Cidoncha, Angel Torres Quesada, Luis Vigil o el propio Santos, entre otros. Previamente había seleccionado Antología española de ciencia ficción (1967, Edhasa, col. Nebulae), con narradores hoy día prácticamente olvidados, a excepción de algunos citados anteriormente. Otras antologías fueron: Cuatro pasos al futuro (1977, Acervo, col. Gaudeamus nº 5); Lo mejor de la ciencia ficción soviética I, II y III (1986, Orbis, col. Biblioteca de Ciencia Ficción nº 62, 63 y 64); La ciencia ficción a luz de gas (1990, Ultramar, col. Ciencia Ficción nº 97) que recopilaba obras clásicas de Hawthorne, Melville, Chejov, L’Isle Adams, Bellamy, Bierce, Twain, Lasswitz, Hope Hodgson, Apollinaire, Kipling, Conan Doyle o Lovecraft; La Ciencia Ficción de Edgar Allan Poe (1985, Ultramar, Grandes Éxitos de Bolsillo nº 21); Fragmentos del futuro (Juan José Aroz, col. Espiral nº 38, 2007), que incluía material excedente de su etapa en Asimov Ciencia Ficción y fue finalista de los premios Ignotus 2007 en categoría Antología.
En agradecimiento a su inestimable contribución al género, la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror decidió bautizar con su nombre el concurso de relato que patrocina, y cuyo fallo se hace público durante la celebración de la HispaCon o Convención anual de fantasía, ciencia ficción y terror. Igualmente, decidió convocar un premio Ignotus especial, denominado “Gabriel” en honor a su obra más conocida, para galardonar a las personalidades más relevantes del fantástico español, y que el propio Santos recibió el año 2003.