Fitz James O’Brien vs Leopoldo María Panero

Antes de comenzar quisiera aclarar que el versus en el título de esta reflexión es sólo una maniobra por mi parte para atraer la atención. Más bien la relación entre el autor de La lente de diamante y Panero es una relación de amor. Primero presentémoslos.

Fitz James O’Brien fue un cuentista y poeta irlandés que está considerado uno de los padres de la ciencia ficción (aparte de ser conocido como el Poe irlandés). Vivió una curiosa existencia. Fue un rico heredero y dilapidó toda su fortuna en fiestas. Con el objeto de malvivir escribía poesía y cuentos que vendía a los periódicos americanos de la época. Luchó en la Guerra de Secesión y destacó en el ejército llegando a ser capitán. Finalmente fue herido en combate y murió de una forma muy extraña. Se dice que un día se despertó encontrándose mejor de sus heridas, compartió entonces una botella de vino con sus médicos y, sentado en la cama, se desplomó muerto. Tenía 33 años.

Leopoldo María Panero es un escritor maldito español. Es muy famoso en su faceta poética y vivió en un manicomio. Cuando le oyes hablar (hay entrevistas diversas por la red y es el protagonista del documental El desencanto de Jaime Chávarri) casi todo lo que dice es fruto de su locura. Pero tiene destellos de genio que asombran. Una personalidad magnética con un cerebro afilado. ¿Loco? ¿Genio? Es difícil determinarlo.

Recientemente, gracias a las recomendaciones en el foro de terror de Sedice compré el volumen de relatos La lente de diamante y otros relatos de terror de O’Brien (editorial Valdemar, col. Tiempo Cero, 1993). Nada más leer el cuento quedé asombrado. Claramente es una historia pionera de la ciencia ficción. El protagonista es un joven que, desde el momento en que siendo niño un familiar le regala un microscopio, se obsesiona con la entonces naciente ciencia de la microscopía. Toda su energía y su vida a partir de este acontecimiento están dedicadas a obtener los conocimientos y herramientas para poder descubrir qué hay más allá del velo de lo visible.

Cuando llega a ser un aventajado sabio en este campo, incluso realizando descubrimientos menores que asombran a sus coetáneos, llega la decepción. Quiere ir un paso más allá, quiere ver más y más, sospecha que hay cosas asombrosas en el mundo de lo más pequeño que no pueden alcanzarse con los medios de la época… El cuento en este punto deriva hacía un aspecto espiritista y, a través de una sesión, se le muestra cómo construir el microscopio definitivo (la lente de diamante del título). Algunos pensarán que con esta solución pseudocientifica el cuento se escora hacia una temática que no es ciencia ficción, pero yo creo que en la época posiblemente el espiritismo también fuera una forma de ciencia (o más bien de modernidad científica, que es la materia principal de la ciencia ficción). Además, a partir de este punto en el cuento se describe lo que es un antecedente de muchas cosas: los cuentos de la era dorada del pulp donde se viaja a mundos microscópicos, El increíble hombre menguante y, desde mi punto de vista, incluso la realidad virtual y Matrix. Todo ello mezclado con una de las historias de horror más intensas y desasosegantes que he leído nunca.

Por otro lado, desde hace algún tiempo, en mi pila descansaba un libro de Panero, Cuentos completos, recopilados por Túa Blesa (Editorial Páginas de Espuma, 2007). Ya en la introducción se anuncia la admiración del autor por Fitz James O’Brien (y por Arthur Machen). De hecho varios de los cuentos son adaptaciones de cuentos de estos autores, que no traducciones en el sentido estricto ya que Panero cambia detalles a su antojo. En el libro hay un cuento que se llama “La visión” y es la adaptación de “La lente de diamante”.

Los cambios son menores durante el desarrollo del cuento: básicamente es el mismo hasta que llega el final. La mayoría de las variaciones consisten en una elección ligeramente diferente de las palabras que proporcionan más lirismo a la historia. Sin embargo, hay ocasionales cambios de mayor entidad que originan una mayor fuerza en el relato. Un ejemplo sería la comparación de la afición infantil secreta del protagonista por el microscopio con la masturbación. O el método de la revelación espiritista: en el primero la escritura automática y en el segundo la voz del espíritu a través de la médium. Pero el final cambia de tal modo que se hace mucho más oscuro aún. No quiero desvelarlo pero si alguien se decide a repetir mi experimento podríamos hablarlo en los comentarios con spoilers. El objetivo es dar crudeza a la historia y, en cierta manera, “panerizarla”. El relato original es una obra maestra pero, en mi opinión, la adaptación es todavía mejor.

En fin todo esto ha sido una sorpresa muy agradable y me he decidido a compartirla. Los dos libros son buenas lecturas y “La lente de diamante” es una historia magnífica.

One comment

  1. Panero es un genio de genios, sobre todo en la poesía. Tendré que leer sus cuentos ver qué tal.

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