Casa y dietas incluidas

– Y esta.. ¡Ramírez, Rodríguez! ¡Hagan sitio! Esta será su litera.
– Ya veo.
– Los ranchos salen de esos caños a las dos y media y a las ocho y media. Tiene diez minutos para comer, si no volviera a su puesto de trabajo en ese tiempo se le castigaría con dos días de aislamiento.
– No sucederá, señor.
– Eso es todo por mi parte, señor Martín. Nos vemos mañana a las siete en punto. Es un placer contar con un joven tan entusiasta en nuestro equipo.