El viajero

Para los compañeros de las Bibliotecas Municipales de La Chata, Chamartín y Vallecas Villa

Aburrida de permanecer siempre en la misma novela insulsa de amor y lujo, el personaje decidió traspasar las tapas del volumen y saltar al libro adyacente en la estantería de la biblioteca.

Aterrizó en un relato de espías, y, tras recorrer sus páginas, convenció al malo malísimo (harto de ser eternamente perseguido) para que le acompañara en su viaje.

Continuó explorando libros, desplazándose de ejemplar en ejemplar, alterando las historias, sumando nuevos compañeros de aventuras (la princesa encerrada en el torreón se quedó en una obra de Gioconda Belli, los personajes kafkianos se embarcaron en una space-opera, el Minotauro en una novela de Verne), recorriendo sin descanso los estantes.

A día de hoy, los bibliotecarios prosiguen leyendo y releyendo los volúmenes, tratando de dar con ellos. Los lectores, por su parte, están encantados de no encontrar nunca un libro igual.

3 comments

  1. Lo malo es que de vez en cuando ocurren desgracias… como los vampiros pululando por el maravilloso mundo de los gusiluz ;)

  2. Hola Alberto. Que alegría me da reencontrarte por aquí y ver que sigues al pie del cañón, escribiendo historias tan buenas como esta. Un cordial abrazo y hasta siempre.

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