No lo sabes, pero desde hace años formo parte de un comando onírico junto a doce monjes hindúes. Nos dedicamos a luchar contra una raza de invasores extradimensionales que necesitan pesadillas para alimentarse y se dedican a sembrar el terror en los sueños de todas las razas sapientes del multiverso. Concretamente lo hacen en la fase REM, cuando mueves los ojos tan rápido que eres capaz de intuir la frontera entre realidades. Esta noche, de hecho, he estado a punto de ser devorado por una bestia dodecápoda con una mandíbula circular que parecía una thermomix de ciudades. De no haber escapado la eternidad se habría convertido para mí en una espiral de dolor infinito.

Como recompensa a sus esfuerzos, mis compañeros de fatigas son agasajados con una vida de lujo y lujuria. Y en cambio tú, madre, me repites cada día que soy un vago indecente que no puede estar TAN cansado durmiendo lo que duermo, que esto no es un hotel y que a ver si me busco un trabajo de una vez.