1Q84, de Haruki Murakami

Este pasado octubre se publicó en España el tercer volumen de 1Q84, la última novela de Haruki Murakami. Es curioso ver cómo Tusquets ha abordado esta edición que en su original se ofreció a los lectores en tres partes. Aquí se optó por la extraña fórmula de publicar los dos primeros libros en un primer volumen con el subtítulo en portada de «Libros 1 y 2» y en fechas recientes el tercero. El lector español ha tenido que esperar seis meses –es mi caso- para poder disfrutar de la globalidad de la obra, aunque tendríamos que consolarnos al pensar que en Japón los lectores tuvieron que pasar por algo parecido.

Murakami es un escritor de reconocido nivel mundial y en los últimos años es también un referente de la lectura en España: prácticamente toda su obra está traducida y en catálogo. Desde mi punto de vista, tiene una virtud por encima de todos las demás: la increíble delicadeza y facilidad a la hora de describir escenas íntimas. Estas escenas lo mismo pueden ser semi-pornográficas o, directamente, pornográficas, diálogos extraordinarios o situaciones en los que las reflexiones interiores de los personajes son la clave. Si este es uno de sus puntos fuertes, no lo es menos su habilidad para enumerar las características del entorno en que se mueven sus personajes. Japón, o mejor dicho, la sociedad japonesa, se ve plasmada con una minuciosidad entomológica. Esa sociedad que resulta esquiva para los occidentales, está mucho más cercana de lo que parece según nos la ofrece Murakami.

Es indudable que 1Q84 es una obra de género fantástico y que, por analogía con otras anteriores, está dentro de una ciencia ficción algo heterodoxa. El parecido del título con la novela de George Orwell 1984, que se amplía si pensamos que en japonés la Q y el 9 se pronuncian exactamente igual, ha hecho que se equiparara con una distopía. Sin embargo nada más lejos de la realidad. 1Q84 está, si acaso, mucho más cercana a una ucronía, aunque realmente su referencia más cercana son las historias en mundos paralelos de Philip K. Dick. Los personajes se encuentran en una realidad que es igual a la suya pero con diferencias apreciables que resultan visibles sólo para algunos de los personajes. Esos pequeños detalles son fundamentales para diferenciar el mundo que uno de los protagonistas no duda en llamar 1Q84. Por ejemplo los policías no usan revolver y sí pistola, los norteamericanos y soviéticos comparten una base lunar y, más interesante, hay dos lunas en el firmamento. Estas «divergencias» sólo son apreciadas por una de las protagonistas, Aomame, que junto con Tengo son los dos personajes principales de la novela.

En ambos se dan dos caracteres muy interesantes y contrapuestos. Aomame es una persona independiente que funciona con una gran personalidad sin someterse a ningún mandato, mientras que Tengo es un disciplinado profesor que obedece prácticamente a todos. Son el ying y el yang que inevitablemente estarán destinados a encontrarse y complementarse.

La trama se centra en Japón en el año 1984 donde Tengo, además de ser profesor de matemáticas, trabaja como “negro” de una editorial que ha de revisar, y mejorar, una novela, “La crisálida de aire”, escrita por una joven de 17 años llamada Fukaeri. Esta joven ha estado prácticamente toda su vida en una “comuna” religiosa más próxima a una “secta” que a una iglesia. Aomame, por su parte, es una experta en artes marciales, fisio-terapeuta y, lo más interesante, asesina profesional a sueldo. Una asesina con unas características muy especiales ya que todas su víctimas son “merecedoras de castigo”, centrándose en varones maltratadores (es una especie de Dexter en femenino). La publicación de la novela, que vende miles de ejemplares, desencadenará una serie de extraños sucesos y coincidencias que los llevarán en paralelo en busca de la verdad.

La estructura de 1Q84 en los libros 1 y 2 es la del “clave bien temperado”, que consta de dos volúmenes con 24 preludios y 24 fugas. En la obra hay estos dos volúmenes y 24 capítulos por cada uno de ellos. Los preludios corresponderían a Aomame y las fugas a los capítulos protagonizados por Tengo. En el tercer volumen se incorpora una nueva estructura con un nuevo personaje central que protagoniza sus propios capítulos. Este personaje nuevo es un antiguo conocido por los lectores de Murakami: Ushikawa, que aparecía en Crónica del pájaro que da cuerda al mundo y que aquí se recupera como implacable investigador del paradero de Aomame.

Como ya nos tiene acostumbrado Murakami en sus otras obras, la trilogía está trufada por las descripciones de las “curiosas” costumbres japonesas, incidiendo en una de las obsesiones del autor: la comida. A través de esos personajes nada convencionales vemos las modas y las relaciones sociales entre los japoneses y sus ritos de jerarquía que parecen allí tan importantes.

Todo eso es 1Q84, una novela en tres actos que es capaz de enganchar al lector por sus múltiples cualidades y en las que está presente la fantasía, la religión, la ciencia ficción y el thriller en su estado más puro. Murakami logra una vez más gustar a casi todos. Tal vez no sea su mejor novela (Tokio Blues es sin duda mi favorita), pero es uno de sus más interesantes trabajos que se lee con fervor no exento de admiración.