Ayer vi por primera vez una de las película de Woody Allen que me faltaban: Melinda y Melinda. Me gustó bastante más de lo que esperaba -últimamente no me convence demasiado lo que rueda-, pero no escribo aquí para charlar sobre una película que no es prospectiva. Hay otros sitios para esos menesteres. Sin embargo, sí que su tema tiene mucho que ver con algunas cuestiones de la literatura prospectiva.
La película -espero no llenar esto de spoilers- va de dos autores teatrales (o directores de cine, no lo recuerdo bien) que discuten una idea para una obra. La idea contiene varios elementos que deberían estar: un personaje principal, dos parejas de amigos, algunos adulterios en determinadas circunstancias, algunos lugares recurrentes y algunas situaciones extremas (que pueden ser protagonizadas por cualquiera de los personajes). A uno le sale una comedia y al otro una tragedia, y ambas se le muestran al espectador.La película habla de la relación entre los directores y su visión de la vida, pero también me gusta pensar que hay una crítica soterrada a cómo algunos productores eligen las películas que rodar: "Cuénteme su historia en veinte palabras". Esta forma de valorar una película se puede apreciar en esa genial historia de Altman que es El juego de Hollywood, con un Tim Robbins en estado de gracia, que no puede contarse en veinte palabras
Una de las muchas conclusiones de esta Melinda y Melinda, rica en niveles de lectura, es que las obras narrativas no se escriben con ideas. Me recuerda también a una anécdota que escuché atribuida a Cela: un tipo, tras una conferencia del escritor, interviene y le dice: "Señor Cela, le aprecio tanto que le quiero regalar una idea genial que se me ha ocurrido para un libro". Y él le responde: "No, déjeme que le regale yo una a usted: un señor se enamora de una señora. Ahora escriba La cartuja de Parma".
¿Qué hace de cada historia de Melina y Melinda una historia interesante? ¿La idea? Es la misma. ¿Es tan buena esa idea que, se hiciera lo que se hiciera, el resultado sería bueno? Pues la idea está bien… Sí… Como potencial para una historia está muy bien, pero "una mujer deprimida interrumpe a dos parejas que han quedado para cenar" no dice nada en sí mismo.
Escribir que La mano izquierda de la oscuridad interesa porque la idea es buena implica despreciar su estructura, sus personajes, la atmósfera que crea. Bueno, con Ursula es fácil, podéis decirme, porque "es muy literaria".
Probemos con Clarke.
Escribir que El fin de la infancia interesa porque la idea es buena implica despreciar su estructura, sus personajes, la atmósfera que crea. Bueno, pero es una obra de las más líricas de Artie… No vale.
Probemos… No sé… ¿Con Asimov?
Escribir que Los propios dioses interesa porque la idea es buena implica despreciar su estructura, sus personajes, la atmósfera que crea.
Así que… ¿Es la literatura prospectiva "una literatura de ideas"? Sí, lo creo. Pero no creo que sea sólo "literatura de ideas". Es una literatura donde se parte de que las ideas tienen un potencial muy interesante para iluminar, potenciar, desarrollar, jugar, llorar, pensar, reírse y, desde luego, divertirse mediante esa construcción de palabras, estructuras, creación de atmósferas, subtextos, suspense, referencias, símbolos, connotaciones, identificaciones… que es la literatura.
Sin ideas quizás no haya literatura prospectiva. Pero, desde luego, cuando no hay literatura es cuando no hay literatura.
¿Resulta evidente que cuando no hay literatura no hay literatura?
Sí, yo también lo creo.
Hace tiempo comentaba Stephen King algo como lo siguiente:
«Si el escritor de novelas del oeste Louis L’amour y yo estuviéramos una tarde contemplando el mismo lago en un valle entre las montañas, posiblemente a ambos se nos ocurriría una historia. La suya, seguramente, iría sobre un conflicto con los derechos del agua entre ganaderos y ovejeros en el último cuarto del siglo XIX. La mía, sin duda, sería sobre una cosa innominable que surge del lago y devora a las ovejas».
No es lo mismo que comentas, exactamente, pero tiene cierta relación. La «idea» no es más que el pistoletazo de salida, el chispazo que te hace decir «voy a escribir algo sobre esto». Como cuando Umberto Eco decía que escribió El nombre de la rosa básicamente porque tenía ganas de matar un monje.
Y, por supuesto, ese chispazo puede tener en sí mismo una enorme potencia, un poder evocador tremendo que le permita sobrevivir incluso a una ejecución torpe. Hay ideas tan buenas que ni el peor escritor es capaz de estropearlas. O, al menos, es imposible quitarles toda su garra. Cuando eso pasa, la obra literaria resultante es fallida, desde luego, pero menos fallida de lo que sería con la misma ejecución torpe y una idea, un «pistoletazo de salida» sin fuerza ni garra alguna.
En resumen y por usar aquella vieja frase de «el medio es el mensaje». Hay mensajes lo bastante «importantes» para que ni el medio más lleno de ruido consiga ahogarlos. Aunque siempre será preferible un medio que amplifique el mensaje y lo haga llegar al receptor con toda su potencia.
Decir que la ciencia ficción es «literatura de ideas» no me parece un modo desacertado de describir el género. Creo que el problema está, no en esa expresión pues, como digo, me parece acertada: desde el momento en que la llamas «literatura de ideas» estás diciendo implícitamente que, por mucho que la idea importe y que importe más que en otros géneros hasta el extremo de ser definitorio, no deja de ser literatura y debe usar mecanismos literarios para su propósito, y debe usarlos bien o deja de ser buena literatura, con ideas o sin ellas.
El problema parte, tal vez de un mal entendimiento de la frase. Decir que algo es «literatura de ideas» (o «literatura de viajes» o «literatura de aventuras» o «literaruta romántica») no implica que lo único que importe sean las ideas (o los viajes, o las aventuras, o el romance). Sin embargo, a veces se ha entendido así, por cierto sector de los aficionados. Ése «si la idea es buena, la ejecución de la misma no importa».
Sin embargo, creo sinceramente que ésa es, incluso dentro del mismo fandom, una visión minoritaria y no me parece que represente la opinión de la mayoría.
Perdón por este comentario que ya se está alargando demasiado, pero no puedo por menos de comentar algo que me ha venido a la mente al hilo de todo esto.
Hace un par de años Juan Miguel Aguilera fue invitado por un club de lectura de una biblioteca de Gijón. Se me pidió un texto sobre él y ejercí de presentador de Juanmi ante los lectores en la charla que hubo. Uno de esos lectores, hablando de esto y lo otro, comentó que a él el estilo no le importaba, en tanto la historia le llevase y los personajes le molaran y el ambiente fuese interesante.
Lo que no pude evitar decir es que, aunque él no fuera consciente, la historia le llevaba y los personajes le molaban y el entorno le interesaba precisamente gracias al estilo. Que era el modo en que la historia estaba contada y los personajes estaban descritos lo que hacía que la primera tuviese garra y los segundos fueran atractivos.
«Pero yo no soy consciente de todo eso», dijo el lector.
«Eso significa que el escritor ha hecho bien su trabajo», repliqué. «Ha sabido contar las cosas de modo que entres en la historia y no puedas salir de ella hasta el final, y ni siquiera has sido consciente de los mecanismos que estaba usando para ello. Pero esos mecanismos están ahí. Y eso es estilo».
En fin, pido disculpas de nuevo por lo desmesurado del comentario. Y mejor termino.
Dos cosas:
Una: yo, lamentándolo mucho, cada vez que oigo lo de «literatura de ideas» en relación con la ciencia ficción, me echo a temblar. Supongo que ya algunos se imaginaran por qué. No es que no lo sea, pero es que algunos sólo la ven como eso: una idea.
Dos: ¿qué es un spoiler?
Juan Carlos, SPOILER se llama generalmente en internet (no sé si se aplica a otros ámbitos) a aquella información que desvela algunos detalles del guión de una película o de una novela y que si se no se ha visto o leído aún, pueden chafar la experiencia a aquellas personas que vayan a verla por primera vez. Por eso se avisa de que algo importante se va a desvelar.
Por ejemplo:
¡¡¡SPOILER!!!
Charlton Heston realmente al planeta al que llega en «El planeta de los simios» es la Tierra.
¡¡¡FIN DEL SPOILER!!!
Éste es ingenuo, pero como ejemplo sirve.
Pues muchas gracias. O sea, que es lo que en un lenguaje normal se llama «reventar el final». Qué desilusión. Yo esperaba que fuese una guarrería de la pradera. Jarrr, no puedor…
Literatura de ideas:
Cuanto se divertian. de Asimov. Hay una idea sobre el impacto de la tecnologia en la educación y una carga emocional sobre la comunicación. NO no hay spoilers.
La estrella. de Clarke .. Hay una idea sobre astrofiscia e historia y muchisma emocion.
Todos vosotros zombies. Hay una idea sobre viajes por el tiempo y mucha emocion.
Flores para Algeron…una idea de ciencia-ficción y muchisma emocion .
Como vereis no hay spoilers pero dudo mucho que nadie que haya leido los cuentos est en desacuerdo.
CF: ¿Literatura de emociones?