Los premios de la cf: Hugo 1953

El propósito de esta sección es revisar la historia de los principales premios de ciencia ficción que se han ido otorgando desde los últimos 50 años. Los premios literarios son un fenómeno bastante peculiar en sí y suelen desatar grandes debates, especialmente sobre si el ganador se lo merece o no. En un mundillo tan dado a discutirlo todo como la ciencia ficción estos “contrastes de opiniones” han alcanzado en más de una ocasión el carácter de auténticos terremotos entre los aficionados. Sin embargo, no hay nada como el tiempo para colocar las cosas en su sitio y descubrir si, realmente, los resultados fueron justos o no. Mi intención es repasar las novelas ganadoras en orden cronológico y enfrentarlas a sus contemporáneos; aquellos libros que fueron nominados (o no) y perdieron. Creo que este repaso nos va a dar más de una sorpresa.

El primer premio importante del mundillo de la ciencia ficción fue el Hugo, concedido por los aficionados que acuden a una Worldcon a la mejor producción del año anterior (los Hugo del 2009 se otorgan a lo editado en el 2008), un sistema muy parecido al de nuestros Ignotus. Dado que las Worldcon fueron, a pesar del nombre, un acontecimiento específicamente estadounidense, no es de extrañar que todos los ganadores hayan sido de esta nacionalidad o, como mucho, ingleses. En sí, este hecho no es del todo negativo, especialmente en los primeros años del género, cuando el mundo anglosajón poseía una preminencia innegable en el campo de la ciencia ficción (más tarde la cosa ya sería más discutible).

Curiosamente, la idea de otorgar unos premios a la mejor producción del género en el último año no cuajó hasta la undécima Worldcon (Filadelfia 1953). Podríamos jugar a adivinar qué premios se hubiesen otorgado en otros años y, de hecho, esto ya se hace. Los retro-Hugo son unos premios que se están concediendo a aquellas novelas publicadas antes de que existiesen los premios Hugo. Sin embargo, y en mi opinión, en cierta forma se hace trampa. Cincuenta años son muchos años, y los retro-Hugo reflejan el gusto actual, no el contemporáneo. Ahora puede ser muy fácil decir que en 1928 la mejor novela podría haber sido Orlando de Victoria Woolf pero es muy posible que los aficionados de la época hubiesen preferido Armagedon 2418 A.D. de Philip Nowlan (por si alguien no lo conoce, las aventuras de Buck Rogers).

En cualquier caso, los Premios Hugo no pudieron nacer con mejor pie ya que el libro elegido en 1953 fue El hombre demolido de Alfred Bester, no solo la mejor novela de aquel año sino una de las mejores del género de todos los tiempos. Un libro que se enfrenta sin rubor con cualquier otro mainstream que se hubiese escrito en aquellos años y que sale triunfante en la comparación. En parte novela policíaca, en parte descripción de una sociedad futura basada en la telepatía, en parte análisis psicológico de personajes, en parte novela de aventuras y, en conjunto, una obra maestra se mire por donde se mire.

¿Podría algún otro título haberle hecho sombra? 1952 fue un buen año para la ciencia ficción, si bien algunos de los autores más importantes publicaron ese año libros mediocres o de segunda fila, caso de Asimov (Las corrientes del espacio), Heinlein (Jones, el hombre estelar), Clarke (Islas en el cielo) o Van Vogt (Razas del futuro). Sin embargo también hubo títulos importantes de grandes autores, aunque, en mi opinión, ninguno se acerca a la novela de Bester. Por ejemplo, vieron la luz en formato libro dos fix-up de relatos realmente memorables: Fundación e Imperio de Asimov y Ciudad de Simak. Probablemente su condición de refrito hizo mucho para que los aficionados no les votasen. A fin de cuentas era material antiguo (en algunos casos con más de diez años) que casi todo el mundo conocía. Por otro lado, hay que reconocer que Bester gana con holgura a Asimov y Simak: su obra perdura como algo original y novedoso mientras que los relatos de sus posibles competidores no dejar de tener a día de hoy un aire anticuado, un cierto olor a naftalina.

Sin embargo, hubo otros posibles competidores que es probable que los votantes no se planteasen por desconocimiento. Obras de autores noveles o un tanto alejadas de la ciencia ficción que, seguramente, fueron pasadas por alto. Por ejemplo, La pianola de Kurt Vonnegut, una furiosa distopía, pero también su primera novela (o sea, la obra de alguien poco conocido y alejado de la ciencia ficción) y un tanto por debajo de la calidad de sus futuros éxitos. O Limbo de Bernard Wolfe, la única incursión de esta autor en la literatura (por tanto, de nuevo un desconocido para el gran público), y que, probablemente, sea la única novela que podría rivalizar con  Bester. Esta fábula sobre una sociedad de mutilaciones voluntarias con el fin de evitar las guerras es tan siniestra y oscura y cuenta con un humor tan negro que se ha convertido en otro de los libros canónicos del género. Sin embargo, considero que Bester es mejor autor, escribe más ágil y directo y no lastra su obra con párrafos divulgativos sobre el psicoanálisis, más bien soporíferos, como hace Wolfe en demasiadas ocasiones. Con todo, si el Hugo no hubiera sido para El hombre demolido, Limbo se lo habría merecido con creces.

Sarban (seudónimo de John Williams Wall) publicó ese año El cuerno de caza, otra de las obras maestras de la ciencia ficción. El hecho de que saliese en un sello inglés probablemente explique que la mayoría de los asistentes a la Worldcon de Filadelfia no lo conociesen. Una pena. El cuerno de caza es una de las mejores ucronías jamás escritas y, en concreto, una de las más brillantes a la hora de describir una posible Europa dominada por los nazis. Sarban también podría haberse llevado el Hugo por encima de Bester y con total justicia. Sin embargo, no tengo tan claro que los aficionados la hubiesen votado. Bester es “uno de los nuestros”, Sarban no. Bester escribía según los parámetros de la ciencia ficción, los rompía y superaba, pero partía de ellos. Sarban jugaba en otra división. Su visión pesimista, oscura y llena de una sexualidad perversa para la época, hubiese dejado descolocados a la mayoría de los fans de aquellos años, que, sin duda, habrían preferido a Bester, igual de genial pero más cercano a sus inquietudes.

Por último, no puedo dejar de mencionar dos novelas que pasaron sin pena ni gloria pero que, leídas hoy, y sin llegar al nivel de El hombre demolido, han sobrevivido con gran dignidad. Una es Pistolero Cade de Cyrill Judd (seudónimo de C. M. Kornbluth y Judith Merrill), aguda crítica antimilitarista llena de aventuras y con toda la mala leche habitual que se gastaba Kornbluth. La otra El clamor del silencio de Wilson Tucker, el principal antecedente de La carretera de Cormac McCarthy, una de las más negras visiones sobre un mundo post catástrofe que la ciencia ficción haya creado. Es posible que estos mismos rasgos que ahora nos parecen tan importantes fuesen los que hiciesen que los lectores de 1953 no depositasen en ellas mucha fe. Pero son dos dignas novelas que, en otras condiciones, podrían haber sido una interesante competencia para Bester.

7 comments

  1. Una visión de lo más interesante, especialmente la comparativa que se traza entre la novela ganadora y sus posibles «competidoras».

    Sin embargo, veo que el artículo se centra exclusivamente en el ganador en la categoría de novela. Ya que siempre he pensado que la ciencia ficción (y sobre todo en los años cincuenta) da lo mejor de sí misma en distancias cortas o medias (cuento, cuento largo, novela corta), ¿hay posibilidad de que esta serie se amplíe también para incluirlos?

  2. Muy a favor de está propuesta de ampliación. Aunque claro, el autor dirá con toda la razón que ya tiene bastante con comentar las novelas, que no es poco.

    Pero comparto la opinión de que las novelas no son todo lo que hay, y ni mucho menos lo mejor.

  3. Bueno, en 1953 los Hugo sólo se concedieron en la categoría de novela, así que en este año no es posible hacer esa comparativa. Por otro lado no me veo capaz de hacer ese trabajo para los años en que sí se empezaron a conceder los premios en la categorías cortas. Principalmente por dos razones: por un lado la cantidad de relatos es ingente y, desde luego, no me leído ni la décima parte. Por otro lado, muchos de los relatos están sin traducir y no suelo leer en otros idiomas, algo que también suele pasarle al lector medio al que, probablemente no le interese mucho el debate sobre cuentos no publicados en español. Por tanto no me siento cualificado ni con fuerzas para semejante empresa.
    En cambio, las novelas son un campo más manejable, suelen estar traducidas y suelen ser más conocidas por parte del gran público. De ahí que prefiera centrarme en ellas.
    Lo que no quita para que la opinión de Rudy sea de lo más correcta e interesante. Efectivamente, muy a menudo los relatos son más representativos que las novelas.
    Si alguien se siente capacitado para esta empresa, adelante, seré el primero en disfrutar con la idea. Yo, personalmente, no me atrevo con semejante «monstruo».

  4. Desde luego, comentar también los cuentos es un trabajo brutal, es cierto. Y complicado. E incluso puede que imposible (tener acceso a todos los relatos que se publicaron en esos años debe ser una tarea…). Y comprendo que te centres en las novelas, aunque es una pena.

  5. Bueno, se podrían ir reseñando las antologías presentadas por Asimov, aunque sólo incluyan los premiados.

  6. Ya, es una idea, pero no me convence. Creo que la gracia de la columna (si la tiene) está en comparar el ganador con los perdedores y eso no se podría hacer con las antologías de Asimov. Pero, claro, como ya dije antes, si alguien se anima con los relatos…

  7. Creo que los años ’50 fueron los mejores en cuanto a calidad, tanto en literatura como en cine. Ahí tenemos «Crónicas marcianas», «Yo, robot», «El día de los trífidos», «Ciudad», «El hombre demolido», «Fahrenheit 451», «El fin de la infancia», «Mercaderes del espacio», «Más que humano», «Las estrellas mi destino», «Un caso de conciencia», «¿Quién?, «Cántico a San Leibowitz», etc, etc
    Y en películas: «Ultimátum a la Tierra», «El enigma de otro mundo», «La guerra de los mundos», «La humanidad en peligro», «This Island Earth», «El experimento del Dr. Quatermass», «Planeta prohibido», «La invasión de los ladrones de cuerpos», «El increíble hombre menguante», «La mosca», etc, etc.
    Creo que el trabajo que lleva dedicarse sólo a las novelas ya es más que suficiente para darle a uno un buen dolor de cabeza.
    Me encanta la sección.
    Un saludo

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