Chocky, de John Wyndham

¡Albricias! Minotauro nos ofrece un título nuevo en su colección de clásicos, no una reedición, y recupera una novela de John Wyndham que llevaba 30 años descatalogada en España. A la postre, se trata de un título menor, que difícilmente puede merecer esa etiqueta de clásico, y hay una razón comercial de fondo en su publicación puesto que Steven Spielberg adquirió los derechos para adaptarla –y dirigirla-. Pero sin duda hay que conceder que se trata de lo primero que se publica en la editorial en el último año que no avergonzaría a Paco Porrúa, así que recibámoslo antes que nada con la esperanza de que sea un primer paso hacia la presencia continuada de buenas novedades en la casa.

No es casual el interés de Spielberg en esta novela: cualquiera que haya visto ET o IA puede darse cuenta de que Chocky es material para inspirar una película similar. La historia se cuenta en dos patadas: Matthew, un niño espabilado pero corriente, comienza de un día para otro a hablar con una amiga imaginaria, Chocky. Su presencia, sin embargo, se va mostrando paulatinamente intrusiva: mantiene al niño ausente, le hace interesarse por temas inadecuados… De forma que cualquier lector medio despierto –ni siquiera es necesario que sea habitual del género- se olerá la tostada de lo que está pasando antes de mediado el libro.

Wyndham no lleva aquí un trabajo de la envergadura de El día de los trífidos, sino que ejecuta con ligereza una novela que hoy seguramente se publicaría como juvenil. Los diálogos fluyen, la narración en primera persona a cargo del padre de Matthew es eficaz y verosímil, y la dosificación en el leve misterio es conveniente para mantener la atención del lector. Curiosamente, la novela es bastante poco siniestra, bastante menos de lo que resultaría en las manos de Ray Bradbury, por mencionar un contemporáneo que tocó temas similares. El propio Wyndham escribió una obra con protagonistas infantiles, tono más oscuro y resultados algo más relevantes, Los cucos de Midwich, también adaptada en varias ocasiones al cine.

Por su ligereza y brevedad, Chocky se hace de inmediato una lectura simpática, así como un reflejo de una época no tan lejana –la novela es de 1968- en la que la educación y las relaciones padres-hijos eran bien distinta. Matthew, de apenas 11 años, sale y entra en casa cuando le parece, y en una ocasión, para despistar a la prensa, simplemente se marcha todo el día con unos sándwiches. En un momento dado en que desaparece durante más de una semana, la reacción de sus preocupados padres contrasta con el imaginable fenómeno mediático que produciría un hecho similar hoy.

Esperemos que el interés por la obra de Wyndham, un buen artesano inglés, conduzca a la recuperación de algún otro título relevante, como Las crisálidas, o por obras contemporáneas suyas de calidad como La muerte de la hierba, de John Christopher.

2 comments

  1. Secundo lo escrito en el último párrafo. A ver si esta novela funciona y vemos la reedición de esos clásicos, sobre todo el de Cristohper. ¡Qué novela más buena y más triste!

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