Hay libros malos, hay libros buenos, hay libros para el verano. Libros estos últimos que, sin ser malos, no son desde luego buenos, y producen una cierta indulgencia por sus detalles curiosos, por tratar temas que resultan simpáticos, por estar narrados con dinámica inanidad, ese tipo de cosas. Aquí tenemos uno; se hace difícil elaborar ...