Me repelen los textos que comienzan con declaraciones tipo “es el momento de soltar cuatro verdades…”. En particular, cuando proceden de alguien que colaboró con quienes seguidamente va a poner a parir. Pero aquí estoy, dispuesto a cantar las cuarenta sobre el actual rumbo de Minotauro. Al menos, en mi descargo debo señalar que no tengo cuestión pendiente alguna con la editorial: mi colaboración con ella fue muy grata en todos los sentidos, y mi relación personal con quienes se mantienen en la empresa no tiene problema alguno (hasta hoy, al menos).
Pero… Con las cosas sagradas no se juega. Creo que en el panorama de la ciencia ficción en español, la lista de cosas sagradas se reduce a sólo dos: Nueva Dimensión y Minotauro. La revista seria candidata al título de la mejor de todos los tiempos en el panorama internacional y la editorial que presentó durante ¡cuatro décadas! en cuidadas ediciones a lo mejor de la literatura fantástica mundial. De Lem a Bradbury, de Cortázar a Ballard.
Cualquiera tiene derecho a llevar su negocio como lo estime oportuno. La cantidad de editoriales que han publicado bazofia amparadas en el paraguas de los géneros fantásticos en España no es que sea numerosa, es que resulta mayoritaria. La diferencia, repito, es que con las cosas sagradas no se juega. Sería demencial que alguien adquiriera la Scala de Milán para dar conciertos de Locomía, como que comprara El Prado para exponer dibujos de Ibáñez. Pero esto es exactamente lo que está ocurriendo con Minotauro.
Obviamente, la razón por la que Planetaadquirió Minotauro fue tener los derechos de El Señor de los Anillos. También es un hecho que se tuvo el valor de apostar modestamente durante un periodo por los creadores españoles del género, sin que se obtuviera un éxito comercial que justificarael envite. Sin embargo, nada de eso justifica la situación actual, y las previsiones para los próximos meses.
El Minotauro fiero, el mito literario de muchos lectores, es ahora un cabestro, una mole castrada, que se arrastra penosamente por las librerías: sus títulos pasan inadvertidos incluso para los aficionados más fieles, los saldos se acumulan, a su nómina se suman autores indignos, se producen errores tan lamentables como la reciente publicación de unos cuentos completos a los que faltan cuentos –caso de Philip K.Dick-, se dejan series inacabadas por falta de resultados comerciales, se permite que autores como Ballard o pronto Gibson aparezcan en otras editoriales…
El último insulto, lo que puede considerarse literalmente como un escupitajo a la cara de todos los que amamos la ciencia ficción, es la incorporación reiterada a su catálogo de obras procedentes del submundo del esoterismo. Si hay algo que todos los lectores del género hemos odiado en cada minuto de nuestra afición es la confusión en librerías y en la mente de lectores poco ilustrados entre la ciencia ficción y la basura paracientífica. Que ahora Minotauro –la enseña de Mercaderes del espacio, de Las cosmicómicas o Soy leyenda- contribuya a esa confusión publicando a Iker Jiménez y sus adláteres es algo que hace que, literalmente, me den ganas de llorar. No estoy exagerando, no es una forma de hablar. Me produce pena, y también asco, porque corrompe y convierte en recuerdo un modelo al que he consagrado muchas horas de trabajo durante mi vida.
A los toros excepcionales se les indulta; al resto, al menos, se les da lo que se considera como una muerte digna. En la mentalidad taurina –que yo estoy lejos de compartir- se pretende eludir las humillaciones gratuitas. En consonancia, ruego a quien corresponda, si es que por milagro lee estas líneas, que por una vez el respeto a la cultura se anteponga a las consideraciones empresariales. Que impidan de una puñetera vez que Locomía dé conciertos en La Scala. Llévense Tolkien a Timun Mas, y con él a toda esa parafernalia que consideran más comercial que los buenos libros que Paco Porrúa publicó durante décadas. Y permitan que Minotauro sea un recuerdo de leyenda, y no una realidad vergonzosa.
Lo cierto, Julián, es que no puedo estar más de acuerdo contigo. La admiración hacía Minotauro ha sido inversamente proporcional al camino que la editorial ha recorrido desde que fue adquirida por Planeta. Ahora vaga por las librerías cual alma maldita digna de un personaje de Hawthorne. Es lamentable en lo que se ha convertido, por no hablar de su premio, cuya resolución en los últimos años me parece de República Bananera. Lo dicho,
R.I.P.
Es triste hasta el dolor, desde luego que sí, y no es un clamor producto de nostalgias ni melancolías mal llevadas. Podrían haber hecho esto con cualquier editorial y no sería lo mismo. Todo el simbolismo apocaliptico que hay detrás de lo que está pasando con Minotauro es aterrador.
Incluso uno descubre con gran pesar que las categorias alusivas a las diferencias cromaticas, olorosas y tactiles de la mierda se quedan cortas: sencillamente no puedes adaptarte, cada caida en el abismo de la miseria nadeante lleva menos tiempo del que se tarda en reaccionar.
Si con Gothika la perplejidad era mayúscula, la inclusión de las comerciales «naves del misterio» en los que se hace gala de «investigar» a base de usar términos técnicos como «energía» o «hipótesis» con la elegancia y eficacia de una fimosis con un cartón de Don Simón, es escaparse a todo sentido, sucumbir al Apocalipsis Semántico del que hablaba Barker en Neurópata.
Parece de chiste, pero entre tanta discusión sobre la definición del género nos están metiendo doblada una definición repugnante. Dios, el quejarse de las timunmasadas y el clonismo tolkeniano a estas alturas parece casi un acto suicida. Denme mil reinos olvidados, pero por favor que cosas como Gothika no se nos vendan como algo serio, ni demos más cancha a la estulticia sin control. Al final pasará con la cifi como con la filosofía en las librerías de El Corte Inglés: estará en Esoterismo, junto con libros de autoayuda de tipos como Oscho o basuras vergonzantes como El caballero de la armadura oxidada.
Creo vivir en una pesadilla, entre lo que Miller ha hecho con Spirit, lo que he podido ver del trailer de la adaptación de Watchmen y Minotauro, parece talmente que El Final De Los Tiempos Está Cerca.
Algún día nos despertaremos con un Ana Rosa Quintana como Premio Minotauro.
Te sientes sucio por desear la muerte de alguien tan querido antes de esta degradación moralmente malsana.
¿De qué aprenderán los nuevos lectores? ¿Acabará esto como ha pasado con el terror literario?
Ains.
¿Acabará siendo Minotauro una triste metáfora al estilo de Soy Leyenda? ¿Seremos al final nosotros «el monstro»?
Con movimientos alocados como los de Minotauro es cierto que da miedo seguir apegados a según qué etiquetas.
Me gustaría pensar que lo último (lo de la pseudociencia) ha sido sólo un resbalón, pero vista la deriva que ha tomado la editorial últimamente, no me extrañaría que dentro de nada tuviésemos las memorias del inefable Iker en alguna sección de Minotauro. Da pena. Mucha pena.
Corwin, más que de república Bananera es propio de editorial Planeta. Y una vez los vicios se pegan mucho mejor que las virtudes… Lo triste son los jurados que se están prestando a este juego. Aunque se entiende mejor la cosa si recordamos la crónica de la entrega de 2007 que hizo Fernando Ángel Moreno para Tierras de Acero
http://www.tierrasdeacero.com/beta/gen/index.php?mod=gru&sec=notva1&gusgus=1000¬not=585
Y recogiendo el guante de Knut, tan afilado como siempre, está claro que no interesa que las nuevas generaciones aprendan nada. Aquí se viene a producir y a relajarse cuando no se está produciendo. Para qué publicar y, sobre todo, promocionar obras novedosas, incómodas, subversivas, diferentes… cuando se puede ganar más dinero con los vampiros de mentirijillas, los carros de los dioses y las plagas que nos tienen que acojonar y acogotar.
Yo creo que hacen lo que hacen por dos razones: una, me parece que tratan de mantener en esta época de crisis el nivel de ventas de Minotauro (y su casa madre) por la vía equivocada, sobresaturando la línea con nombres no de género pero sí seguidos por la enorme masa televisiva de hoy día porque, no nos quepa duda, si a nosotros nos importan las etiquetas sea para loarlas o para vilipendiarlas, según el caso, y nos ponemos a discutir cada dos por tres de si una novela es blanca o negra, es evidente que a los editores les importa una mierda lo del blanco o negro porque sólo piensan en verde.
Dos, tratan de dar un aire de seriedad al curriculum de esos «nuevos autores» y a las temáticas de sus libros poniendo en la portada uno de los sellos editoriales de cabecera famoso, además, por su buen criterio a la hora de publicar y por su fidelidad hacia la calidad sin tener tan en cuenta con la cantidad.
Por cierto, que les da lo mismo lo que piensen autores y aficionados al género en este país. Van a seguir pensando en verde. Lógico, por otro lado.
V.
No hay que ser tan categórico. Vamos, la editorial se rige por preceptos comerciales, las personas que publicaban libros hace una década ya no están al mando y los lectores tienen bastante más de donde elegir.
Cualquier día de estos se verán novelas del tipo Código Da Vinci bajo la rúbrica de Minotauro y a nadie le ha de extrañar. Mientras venda, ellos estarán felices y estas críticas las usarán para empapelar el cagadero.
Mientras haya futuro siempre habrá Fantasía y Ciencia Ficción. Las editoriales pasarán, los libros quedan.
Yo mismo no podría haber expresado mejor mis propios sentimientos. Como ya dije en otro sitio, de la vergüenza pasamos al asco.
Si pues Julian, Minotauro, esa legendaria editorial que tantos clásicos inolvidables nos dio y que parecía estar experimentando un renacimiento ha caido a las profundidades insondables del mercantilismo barato, y atraerá a los seguidores del technothriller o la dragonada, pero ya no a los que vemos en la CF que se publica ahora literatura de ideas, literatura del quizás o del ahora, y para colmo mata y mutila sus colecciones de autor a cambio de don nadies buenos para nada. ¡Que indignación!
Es la lógica empresarial y la evolución social que nos ha tocado vivir. Antes pertenecías a un club, a una asociación, lo dabas todo sin que te pagaran un duro y encima te sentías a gusto. Esos tiempos han pasado y las actividades del tipo publico este libro porque es lo que me gusta también. Sólo lo harán los que hayan vivido en ese tiempo pasado glorioso. Y cada vez quedará menos gente con el valor de hacerlo, sencillamente porque el tiempo pasa y nosotros no somos inmortales.
Nuestra concepción del mundo vienen impuesta por un único factor: el económico, aunque a veces aparezcan héroes que nos hagan soñar con otro tipo de mundo.
Sin ánimo de quitarte razones, Julián, tampoco creo que Minotauro sea hoy por hoy el Maligno. Su política de recuperación de clásicos en las mejores condiciones (generalmente cartoné) es encomiable. Mismamente el año pasado han publicado en volumen único las mejores obras de Ursula K. Le Guin (La mano izquierda de la oscuridad, Los desposeídos, El nombre del mundo es bosque), Green Town de Ray Bradbury (El vino del estío, El verano del adiós), Solaris, Crónicas marcianas, Más que humano, Hacedor de estrellas, El fin de la infancia, el mundo sumergido, Mercaderes del espacio… por no hablar de la reedición de la Trilogía de Marte de Kim Stanley Robinson.
Y continúan publicando nuevos títulos de sus autores estrella: Ursula K. Le Guin, Ballard, etc. Aunque en los autores nuevos te doy la razón: no parece haber una línea clara en la que el lector se oriente, y así tienen cabida tanto reediciones de lujo de Tolkien, bestsellers tipo La Plaga y obras que hacen presagiar una «deriva esotérica» como el reciente ganador del premio Minotauro o la anunciada antología de Iker Jiménez.
Minotauro no es hoy la de antaño y es lícito que busque la comercialidad. De momento, yo prefiero ver la botella medio llena.
No creo que nadie esté criticando el «mercantilismo» perse, además no creo que lo económico sea una cosa centrada en exclusiva al ganar dinero.
Supongo que todos nosotros deseamos que estos amados géneros nuestros se reconozcan en lo que valen, que se integren en una normalidad respetada, pero eso no puede pasar por una desnaturalización completa. Las nuevas maneras que se ven en Minotauro no creo que sean criticables porque se muevan por el deseo de ganar dinero, sino porque están desnaturalizando descaradamente a todo un mercado, despreciando una historia.
Aquí no se está expandiendo un mercado sino arrinconando en una parcela cada vez menor algo que se sustituye por otra cosa. Ya en otros sitios he confesado mi gusto/amor por la macguferia a lo Iker y demás. Es un mundo en el que me muevo cómodamente y que conozco con cierta intimidad. Y nada tiene que ver con la literatura de género, pero nada, nada, nada. La expansión a esos mundos implica de suyo el extirpar la Posibilidad de toda aquella vena crítica de la cifi, parte de su esencia peculiarmente paradójica. En las diversas «naves del misterio» no existe en medida alguna la posibilidad de un discurso crítico. No paren Desposeidos ni Mercaderes del espacio, desde luego en sus «invasiones» no se perciben los espacios a la reflexión que uno encuentra en las páginas de El día de los trífidos o Soy leyenda, ni la capacidad crítica absolutamente racional de un Solaris.
Aunque únicamente fuera por eso, por el extirparnos cualquier atisvo de criticismo, el duelo se hace necesario.
Pero creo que con todo lo que a mi, en lo personal más me duele, es que asumamos tan rápidamente que cierta idea de «comercialidad» sea la idea de comercialidad.
Uno mira a las series de televisión de los últimos años, a los tebeos, y resulta sorprendente que esos medios tan tradicionalmente mal considerados estén dando a luz potentes historias, de diversa comercialidad, maduras, exquisitas. ¿No enriquecen estos hechos cualquier idea de comercialidad? Al menos me parece que hay visiblemente trazas de calidad comercial superior a la idea que tenemos asumida.
Entendemos que lo comercial se traduce en vender sin más, pero olvidamos que para vender hay que partir de una realidad concreta previa, el cuidad unos nichos de mercado, el aspecto seminal que se pierde cuando nos quedamos en exclusiva en el pensamiento verde. No se obtienen frutas sin un periodo vegetativo, uno no encuentra de la nada frutales que de pronto estén en floración. Debe haber ramas y raices, hojas y la posibilidad orgánica de ir a alguna parte. Minotauro está esperando cosechar en otros campos, olvidando fertilizar el suyo, airearlo, permitir que las raices crezcan y que el sistema vegetativo en general pueda estar preparado para producir frutos abundantemente y de calidad.
Ya hemos sufrido en otras ocasiones esa tendencia comercial parásita. Es practicamente imposible el encontar literatura de terror contemporanea que vaya más lejos de King. Todo lo que no sea vender en esas cantides es irrelevante, del modo que incluso es difícil encontrar en los márgenes nada.
Evidentemente si Gredos decide pasarse a publicar revistas de la índole de SuperPop podremos justificarlo con una tendencia sana hacia lo comercial y el natural desarrollo del pensamiento en verde. Pero uno, que le gusta esto de lo prospectivo no puede menos que llorar por todo cuanto se ha pedido del futuro.
Yo lloro por lo que Minotauro está perdiendo en el Futuro. Porque este género deje de enfocar lo misterioso con ánimo de resolver algo, no para denostar cualquier saber.
Ains, qué plasta estoy!
No, Mariano, el punto no es que se esté orientando una empresa hacia la comercialidad. Hay un montón de editoriales dedicadas a la macgufería. Es su negocio, es su vida, allá ellos.
El problema es usar el nombre de Minotauro para eso.
Si Gredos publicara el Superpop, me parecería criticable. Que alguien publique el Superpop, o que la empresa que es propietaria de Gredos creara otra línea para hacerlo, no.
Nuestras líneas de pensamiento no son necesariamente disjuntas: no veo con malos ojos productos bestselleros tipo La plaga (otra cosa es que personalmente me interesen), que buscan la comercialidad, pero sí apuestas esotéricas que desnaturalizan la línea editorial seguida hasta la fecha.
Lo cual no desdice el gran trabajo que Minotauro está haciendo por los clásicos de género, copiado por otros (Ediciones B con Cantos de Hyperion, mismamente). Libros que constituyen más del 50% de lo que Minotauro ha publicado el año pasado, y que parece no tenéis en cuenta en el balance. Lo que digo es: al César lo que es del César.
Muy bueno el ejemplo de Gredos, que precisamente es propiedad del grupo RBA, que no edita el Superpop pero edita entre otras cosas «Barbie princesas» y el «Lecturas». No quiero ni imaginarme si se les ocurre darle el sello «Gredos». Los alaridos que iban a dar los aficionados a las «letras clásicas» iban a oirse en Sebastopol (y por cierto, que la esperada publicación completa de las «Metamorfosis» de Ovidio no los iba a acallar).
Ahora mismo me estoy haciendo preguntas como… ¿no tenía Planeta otra editorial para meter estos «asuntos»? ¿esperan que los aficionados a la literatura fantástica, y más concretamente, los aficionados a lo que solía publicar Minotauro, nos veamos atraidos por esto? ¿creen que formamos parte del mismo «nicho» de mercado?
EEHhh, Con Gredos no se juega!!!!
No sé. Cuando menos resulta sorprendente que teniendo una editorial de referencia en el panorama, la quemen tirando guarraas que noentrarían en el Karma 7 (gran revista, en concreto, en edad de trece años, me acuerdo de un artículo, violado por una marciana con cabeza de perro…. que tela)
No me lo explico. ¿En qué están pensando para utilizar Minotauro para lanzar ikerjimenadas?
Julian dice que es meter en la Scala a Locomía, Knut que es como operarse la fimosis con un cartón de don Simón, no veo como superarlo sino es diciendo que es mearse en las orejas.
Y además, qué beneficios? hasta dónde sé, lo de Gothica no lo leyó ni la familia de la autora, y mira que se gastaron cuartos, los cafres…. Psrecen palos de ciego.
En fin Serafín, salvajada…
Como diria Mafalda esto no es el acabose sino el continuose del empezose. Que fue en concreto la decision de descatalogar a Angela Carter.
Vale, y ahora que ha quedado claro que Minotauro es una mierda y tal, ¿qué? ¿Alguna propuesta constructiva para el futuro de la ciencia ficción al margen de la Escuela del Resentimiento?
Se trata de un chiste, ¿no, Javier? Porque si no te parece «constructiva» la labor de la página en la que estamos teniendo esta conversación, ya me dirás.
En cuanto a lo del resentimiento, a mí me parece incluso feble la reacción. La que fuera mejor editorial de cf en castellano se ha convertido en su enemigo público numero uno. Mientras iniciativas como Prospectiva procuran normalizar el género e igualarlo en trato a la literatura general, Minotauro coloca en la misma balda a J. G. Ballard y a Iker Jiménez. La que fuera mejor editorial del género le está diciendo a los lectores, alto y claro, que el género de ciencia ficción va de ovnis y esoterismo, que lo mismo es el misterio de las caras de Bélmez o los ummitas de San José de Valderas que El mundo sumergido o Crónicas marcianas.
¿Resentimiento? Lo que no sé es cómo no se propone un boicot directamente.
Yo es que no me refería a esta página, me refería a esta discusión. Me cabrea incluso tener que aclararlo, porque demuestra que leemos las cosas como nos da la gana.
Lo del resentimeinto va (aparte de por Bloom) porque los problemas de la ciencia ficción española van mucho más allá de lo que haga o deje de hacer Minotauro/Planeta, que es algo de lo que ya me he pronunciado en otro sitio y paso de repetirme.
Porque, vamos a ver: si no se publica a autores españoles en casi ninguna editorial de las que se autoproclama de género, la imagen que se da es que la ciencia ficción española NO EXISTE y ante ese panorama es casi lógico que el nicho lo ocupen los magufos.
Afortunadamente, los únicos que se guían por las baldas de la librerías son los analfabetos funcionales…
«Porque, vamos a ver: si no se publica a autores españoles en casi ninguna editorial de las que se autoproclama de género, la imagen que se da es que la ciencia ficción española NO EXISTE y ante ese panorama es casi lógico que el nicho lo ocupen los magufos.»
El «nicho» lo llevan cuarenta años ocupando las traducciones.En la década de los 80 sería, probablemente, cuando más ciencia ficción se leía en España, pero dejando de lado los boslilibros ¿se publicaba entonces a muchos autores españoles?
Por cierto, entonces lo de los OVNI estaba en pleno apogeo, pero ni Minotauro ni otras editoriales decidieron apostar por el fenómeno.
Me parece que va a haber que diferenciar, cuando se habla de la ciencia ficción en España, del panorama de las editoriales españolas y del de los autores españoles, que aunque tengan relación, no son lo mismo.
Ya, bueno, es que el apogeo literario de los magufos patrios no viene de los OVNIS, viene del bombazo del El Código Da Vinci. No sé hasta qué punto un thriller pseudohistórico es ciencia ficción, a todo esto.
He hablado de editoriales españolas y de su relación con los autores españoles. Las traducciones no vienen al caso aquí (aunque sea la razón por la que hay tanta gente que escribe con una prosa que parece una mala traducción del inglés) porque las traducciones se siguen leyendo, aunque no las saque Minotauro, e incluso juraría que salen más rápido y se leen más que en los ochenta. Que teniendo en cuenta que Mirroshades no se tradujo hasta el 98 (y porque la publicó Siruela) tampoco es para sacar pecho con aquellos años en este aspecto…
En los ochenta no había la industria editorial ‘de género’ que hay ahora. Una industria que en pocos años, además, ha pasado de apostar por autores nacionales a dejar de hacerlo, con unas consecuencias bastante claras. ¿Alguien se pregunta por qué?
Y no deja de ser gracioso en un momento en que en las letras nacionales pega el rollo Nocilla, afterpop o como quieran llamarlo, que bebe, y mucho, del cyberpunk. Es más, casi diría que son como el verdadero cyberpunk español que nunca existió (como muestra, la antología Mutantes que publicó Berenice y que se supone el ‘canon’ de ese grupete).
Ah, ahora lo pillo. A pesar de ello, insisto en que ese mensaje, tal como está, no puede tener otra contestación que la que te he dado.
Porque:
a) Tu extraña idea de que Minotauro se ha visto casi obligada a publicar a los paranormales por ausencia de narrativa española de cf, para cubrir hueco, se me antoja tan absurda que incluso estoy dispuesto a apostar por que no la comparte nadie en absoluto. Minotauro ha ido a recaudar, y punto.
b) No mencionas en ningún momento que te refieras específicamente a la cf «española». (El futuro de la cf, dices, nada más.)
c) Se puede hacer algo por el futuro de la cf no sólo desde la narrativa, también desde la crítica. Tampoco aclaras a qué campo de esos dos diriges la pregunta.
Es decir, que lamento tener que aclararte que no leo como me da la gana, sino que, y sólo lo digo para aclarar tu comentario previo, te has expresado con enorme ambigüedad (es que si digo «como el culo» igual te enfadas, y yo no querría tal cosa. Si escribes un texto airadillo basándote en una extraña teoría que sólo tú compartes y que encima elides en el mensaje, no es extraño que se te dé una respuesta acorde con lo que se desprende del texto. Sé más explícito en el futuro y no tendrás que dar aclaraciones «innecesarias».
Vale, la nueva respuesta que doy a tu texto, ahora que has tenido a bien informarnos de dónde proviene, es: no creo que se pueda hacer nada, y ahora que Minotauro da prevalencia al magufo por encima de la calidad literaria, menos. Ya ayudó, y mucho, a cargarse el género con su premio, a base de poner la zanahoria de la fantasía o el terror o la parapsicología a los pocos autores que podían escribir ciencia ficción en este país. ¿Tú crees que no habrá habido quienes les hayan enviado una novela de cf en estos últimos años? ¿No crees que de las ediciones que llevan del premio deberían tener unas cuantas publicables de las presentadas que no ganaron, incluso de las finalistas?
Total, que entre unos y otros han logrado que la cf no tenga atractivo para los pocos escritores que podrían desear hacerla, pues otros géneros son más rentables. Por otra parte, Minotauro, que es quien más obras debería de tener en la recámara (por su premio), ha decidido que da más dinero publicar magufos que narrativa seria. Yo también miro hacia el ejemplo que supone Somoza, y me gustaría que los pocos que pueden seguirlo lo hicieran. Pero reconozco que las vibraciones que les llegan desde las editoriales (esta de Minotauro ya es definitva) no son muy halagüeñas.
Pues eso. Espero haberte entendido esta vez bien y que te satisfaga más la respuesta..
Ah, y creo, sinceramente, que si hay una persona que no se guía por las baldas de las librerías esa es el analfabeto integral. No saber leer lo hace un poco difícil. En todo caso, lo mío era una metáfora («ha puesto en la misma balda, categoría, división, liga»). Quizás debí aclararlo mejor, no todo el mundo tiene por qué entenderlas.
Yep.
«Yo también miro hacia el ejemplo que supone Somoza, y me gustaría que los pocos que pueden seguirlo lo hicieran». Yo espero que no. Ha pasado de escribir excelente literatura fantástica (La dama número trece) a pésimos «thrillers científicos» o refritos lovecraftianos. Para ejemplo a seguir en el mundo de la ciencia ficción me quedo con la trayectoria de Gardini y Negrete, entre otros.
Me refería a que hay un público para la ciencia ficción si la editorial se emplea como lo hace con Somoza. Es decir, que haberlo haylo. En cuanto a la calidad, Clara y la penumbra es una gran novela, Zig Zag mala, y la lovecraftiana aún no la he leído, pero me aseguraban que está realmente bien. Lo de Negrete me lo tendrás que aclarar, porque es precisamente uno de los que dejó el género por campos más productivos.
IMHO la lovecraftiana es peor que ZigZag.
A Negrete no le doy por perdido para el género -sus novelas ubicadas en Tramórea tienen un trasfondo de cf muy claro-, pues me consta que le sigue gustando y considero que está en standby a la espera de tiempos mejores. A mi juicio es el mejor estilista de los escritores que ha dado el género, y sólo por eso merece la pena tenerle siempre en consideración. De ahí que hable de trayectoria y no de momento actual.
Pues a mí la novela de Somoza me parece bastante buena. Para nada es un refrito, de hecho puede interpretarse, además de como un homenaje a Lovecraft, como una parodia de los refritos y los excesos de los seguidores más fanáticos de su obra.
Por otra parte es una interesante reflexión sobre los religiones y todo está incluido en un entorno de la ciencia ficción clásica, con toques de ciencia ficción transhumanista, muy al estilo de Egan.
Con respecto a lo de Minotauro. No entiendo tampoco la decepción por la falta de novelas de ciencia ficción española en el mercado, si esta estuviese compensada por buenas novelas de fantasía, por ejemplo. Lo digo como lector que soy de ciencia ficción en su mayoría, cuando se trata de géneros fantásticos. Son modas, y como tales son pasajeras. Lo que no es un simple moda es la banalización de contenidos propia de editoriales como Minotauro.
El problema no está en la temática paranormal, y si lo es, creo quien con lo considere así o bien no tiene un conocimiento muy amplio de la ciencia ficción (cosa que me parece casi imposible en la mayoría de los que han participado aquí) o sus prejuicios irracionales no le hacen pensar con claridad. La ciencia ficción y el terror desde el siglo XIX está lleno de grandes nombres que eran unos magufos, esoteristas o escribían sobre esos temas y los platillos volantes, eso por no mencionar que hasta un miembro fundador del CSICOP como Asimov en los cincuenta escribía cuentos donde apareceían «poderes mentales». Uno de los tebeos más emblemáticos de Jack Kirby no es más que una exposición de la tesis de Erik von Däniker. Y Alan Moore parece estar poseído por el espíritu de P. K. Dick con sus aficiones por la magia y los dioses serpiente.
Como digo la cuestión no está en la temática paranormal (que a mí tampoco me gusta y que me parece que es perniciosa para el género) sino en la ínfima calidad de ese tipo de ficción que nos quiere vender ahora Minotauro. Dentro de la mediocridad ni siquiera pueden incluirse y podría aplicarse a ellas una ley de Sturgeon inversa, son el cinco por ciento de literatura pésima frente al noventa y cinco de basura sin más.
Yo el peligro que veo no está en que se publique menos ciencia ficción española sino en el desprestigio que puede sufrir el género cuando se asocia el supuesto premio más importante (al UPC no lo menciona ni dios en los medios generales de comunicación) con ese tipo de ficción. Si ya se ve mal el género fantástico ahora se verá peor, y ese daño es irreparable, me parece a mí.
Instan, no estoy de acuerdo contigo, no en lo que explicas, sino en las conclusiones, y te voy a explicar por qué.
En el caso de los OVNIs, qué duda cabe que la cf de los años 40, 50 e incluso posterior está plagada de platillos volantes. Pero entonces no estaba claro que fueran un camelo. De hecho, incluso el Departamento de Defensa Americano investigó el tema (proyecto Blue Book).
Pero entonces, cuando se empezó a investigar seriamente el tema, se vio que la gran mayoría de los avistamientos eran simplemente confusiones o invenciones. Los científicos, por fin metidos en el tema a fondo, como Carl Sagan, dejaron bastante en evidencia todo el asunto y desde entonces ninguna instancia oficial se ha tomado eso en serio y menos le ha destinado un céntimo de los presupuestos.
Parecido proceso siguió la hipótesis Von Daniken, desmontada por los arqueólogos, la parapsicología, etc.
Así pues, simplemente ocurre que la cf tiene su evolución que va paralela al conocimiento humano. El Frankenstein de Mary Shelley podía ser creíble a principios del siglo XIX, y más a la vista de los experimentos de Galvani. Por eso lo consideramos ciencia ficción.
Pero ¿crees que ahora podría considerarse ciencia ficción a una historia sobre cadáveres reanimados con corriente eléctrica? No, porque no tendría ninguna posibilidad de ser creíble, que es lo que distingue a la ciencia ficción de la fantasía.
Por eso, a estas alturas, meter OVNIs, telépatas y demás «fenómenos» en la cf pues…
Estoy de acuerdo con lo que dices Anraman, sobre todo con esto:
Así pues, simplemente ocurre que la cf tiene su evolución que va paralela al conocimiento humano. El Frankenstein de Mary Shelley podía ser creíble a principios del siglo XIX, y más a la vista de los experimentos de Galvani. Por eso lo consideramos ciencia ficción.
Es algo que me quedó pendiente de comentar. Pero tampoco significa mucho en sí mismo, ciertamente es algo que está fuera de onda. Pero como bien sabes los argumentos cambian, los OVNIS ya no son marcianitos verdes, son «seres interdimensionales» y me parece que la mayoría de los espectadores de la última película de Indiana Jones no han tenido problemas con el concepto, o lo han perdonado.
Eso es traducible a estos autores que cambian la terminología, para dar una imagen de modernidad a algo que está apolillado. Y lo peor de todo es que buena parte de los lectores, como resultado del enorme analfabetismo científico (y cultural en general) que hay en nuestra sociedad.
Pero muchas personas que puede no ser críticas con esos contenidos, o no son conscientes de lo desfasados que están, es posible que no lo sean ante malas narraciones. De ahí la conclusión a la que llegaba antes.
En cualquier caso son pequeños matices ante la triste realidad del daño que puede hacer al género la deriva de Minotauro.
No pensaba participar en esta discusión, francamente.
Y sin embargo, no puedo por menos que apuntar un par de cosas que creo que se están obviando. Probablemente de un modo inconsciente y no deliberado, sin duda, pero creo que obviarlas hace que el panorama que se nos está presentando quede, como poco, distorsionado.
Paso a explicarme. Y aclaro, antes de nada, que estoy de acuerdo en lo lamentable que resulta el cambio de timón hacia la magufería por parte de Minotauro y lo más lamentable aún que resulta que eso pase con una editorial como Minotauro con unas características claras y hasta emblemáticas que la hacían única.
Aclarado esto, no puedo por menos de decir un par de cosas.
La primera. Se está, en cierto modo, «demonizando» a Planeta. Y líbreme Dios -o quien sea- de ponerme a defener a un gigante empresarial. Sin embargo, quizá no debemos perder de vista que si Minotauro pertenece a Planeta es porque su propitario original se la vendió.
El respeto, e incluso admiración, a la personalidad y la trayectoria profesional de Francisco Porrúa no nos deberían hacer perder de vista el hecho de que él vendió su editorial a Planeta. Y, francamente, me resulta difícil de creer que no conociera lo que es Planeta y cuáles son sus tácticas editoriales y empresariales. Si un simple lector puede verlas a poco que siga la forma que tienen de editar, un editor con la experiencia y categoría de Porrúa debería verlo incluso con más claridad.
Y no, no estoy intentando echar mierda sobre una «vaca sagrada» (aunque renuncio a que no se vea así lo que estoy diciendo). Me limito a constatar que Porrúa vendió su editorial a Planeta y que, por fuerza, tenía que saber a quién se la estaba vendiendo.
Segundo. Hay que reconocer, nos pese o no, que durante unos años Planeta lo intentó con Minotauro. Trató de mantener, dentro de lo posible, la personalidad de la editorial original. Y reconozcamos de paso que eso, ese intento, fue bastante más de lo que esperábamos (sí, me incluyo) la mayor parte de los lectores de género por esa época.
Como digo, lo han intentado. Luego, una vez echado números han visto que no rentaba seguir intentándolo y han decidido tirar por el camino que más les rentaba comercialmente.
La táctica habitual de Planeta… que no creo que pueda sorprender a nadie a estas alturas.
Repito una vez más que sí, que encuentro lamentable el rumbo que está siguiendo Minotauro. Pero, antes de apresurarnos a demonizar a la «malvada empresa multinacional» quizá hay que deternse un momento, tomar cierta distancia y pararnos a considerar ese par de detalles que he mencionado.
Porque, una vez que Minotauro fue vendida a Planeta, cualquier persona que esperase que la primera mantuviera su personalidad y sus estándares de calidad aunque eso no reportase los beneficios mínimos aceptables para Planeta… bueno, creo que podemos definir a esa persona como ingenua.
Es como quejarse porque estás en el infierno después de haber hecho un pacto con el diablo. ¿Qué esperabas?
Llámame ingenuo, pero a pesar de los precedentes de Martínez Roca o Destino yo en su momento sí creí que Minotauro iba a conservar parte de su identidad; que si bien no iba a seguir publicando todas las cosas que nos traía de Porrúa sí que se iba a caracterizar por seguir apostando por un tipo de literatura fantástica de calidad. Y al principio sí que lo pareció, cuando en un año más o menos dieron salida a todo lo que estaba contratado de antes de la compra a un ritmo bestial (cuatro o cinco novedades mensuales, aquella colección de bolsillo que tanto nos ilusionó…) Después apostaron por su rumbo con la apertura a los autores de nuestra lengua, la creación del premio que animó a escribir novelas… Cojonudo.
Quizás vivimos demasiado el presente y olvidamos las cosas que quedan ya ocho años por detrás (glubs, cómo pasa el tiempo). Quizás porque ya se hablaron en su momento. Por ejemplo en Cyberdark se echaron muchas flores a Minotauro en los años 2003 y 2004. Quizás demasiadas. Supongo que es el exceso que caracteriza a los aficionados.
Pero es difícil negar que el nuevo rumbo merecen esto y mucho más. En eso parece que estamos todos de acuerdo ;)
Confieso que, tras la desconfianza inicial al saber de la compra (algo que creo que compartimos más o menos todos los aficionados) yo también fui optimista respecto a los planes de Planeta para Minotauro. Y hasta me ilusionó la línea que parecían llevar, como tú mismo dices. Como dije antes, durante unos años, pareció que realmente intentaban conservar esa personalidad… y creo que lo hicieron hasta que dejó de parecerles rentable.
Sin embargo, visto ahora, retrospectivamente… ¿es tan raro que pasara lo que ha pasado, era tan inesperado, si hubiéramos podido ver las cosas con la suficiente distancia en lugar de estar implicados emocionalmente como aficionados al género, no nos habríamos dado cuenta de que era inevitable, una vez los números cantasen?
Y, sobre todo… alguien que no era un simple lector, que estaba metido en el mundo editorial y tenía un amplia trayectoria al respecto a sus espaldas, ¿no lo vio venir, no se lo esperaba, realmente confiaba en que las cosas fueran de un modo distinto?
Se me ha olvidado hablar de lo que comentabas de Porrúa. Desconozco completamente las condiciones de la venta y si se podría haber llegado a algún acuerdo en lo que a la continuidad se refiere. Me da que con la pasta que debieron poner por medio debió ser que no. Al menos por ahora ha guardado la coherencia y no ha comentado nada en público (creo).
Lo que me pregunto es si la situación actual no es más que un caso de desconocimiento de lo que es la literatura fantástica. Total, si los libros McGufos los siguen colocando en muchas librerías en las estanterías de ficción fantástica, por qué Minotauro no iba a caer en manos de un editor que piensa exactamente lo mismo.
Que fuera previsible no es un eximente, no lo hace menos criticable que si no lo hubiera sido. Si preveo que un tipo me va a robar, y al final me roba, le llamo ladrón igualmente.
Yo veo normal que una empresa busque el beneficio. En la sociedad actual, quien no lo crea es un ingenuo. Era esperable que Minotauro, tras su compra por este grupo, no iba a seguir la misma trayectoria. En primer lugar, porque la editorial era la prolongación de las convicciones de una persona que ya no iba a estar, Porrúa; en segundo, porque todos sabíamos que de Minotauro llevaba años tirando de Tolkien, y que el resto de lo publicado, con alguna excepción, vivía de las rentas de los Anillos. Sí, todo eso lo sabíamos, pero ese conocimiento previo no conlleva bula de indulgencias.
En todo caso, yo llevo ya un par de años viendo una especie de resignación, que es quizás lo que entiendo que planteas como camino más lógico, Rudy. Tan sólo cuando el cambio de orientación ha sido tan drástico se ha reaccionado de forma virulenta. Porque si lo esperable era la fuga hacia el best seller, o a cosas tipo Dan Brown (como Vía Magna; o más acertadamente como La Factoría, en colección aparte, no mezclado), comprobar que el sustituto (cohabitante -y esto es lo peor- con las reediciones de obras maestras del género, y por tanto puesto en la misma categoría) es esa subliteratura magufa a la que los aficionados a la ciencia ficción tanto detestan porque es precisamente su opuesta (¿cómo era aquella frase tan acertada de Alejo sobre Caballo de Troya?), ha sido ya inaceptable.
Es mi opinión, pero creo que, aun siendo esperable parte de lo que iba a ocurrir, no se está exagerando en absoluto con la actitud de Minotauro.
A ver, no pretendo defender a Minotauro (que se defiendan ellos solos, si es que sienten que necesitan defenderse, cosa que dudo, la verdad)… lo único que pretendía era aportar un par de detalles al paisaje que creo que se obviaron. Y que, me parece, eran importantes para tener un panorama completo. O más completo.
Yo en ningún momento he dicho que defiendas a Minotauro. De hecho, me he ceñido al contenido de tu mensaje, que, resumiendo, viene a recordar que desde el momento en que Porrúa se lo vendió a Planeta ya se podía adivinar lo que ocurriría. Vale, pero creo que eso no influye en el tono de la reacción de los aficionados.
¿Raro lo que ha pasado? En absoluto. Pero, en mi opinión, la falta de extrañeza no es un elemento decisivo que tenga que cambiar en algo el tono de esa reacción. Es decir, que seguramente a nadie le extraña que hayan tirado por otro lado, pero no veo eso como un factor determinante para echar pestes de ellos. Era esperable, pero aun así denostable.
Hmmm. Vale. Entiendo lo que dices.
Mejor, al menos por mi parte, lo dejamos aquí. Supongo que no me he sabido explicar en mi mensje original. Y, francamente, quizá sea lo mejor.
Pues tras esa coletilla, ahora no sé si soy yo quien no se ha expresado bien. El resumen es que tienes razón en tus aclaraciones, pero que creo que no influyen en el resultado. Por dejarlo claro con un ejemplo: no se le puede reprochar a un escorpión su manera de actuar, está en su naturaleza, pero aun sabiendo eso, si se cuela en mi dormitorio voy a hacer lo imposible por cargármelo.
Todo lo dicho aquí me parece razonable, y cualquier empresa tiene derecho a hacer lo que crea conveniente para sobrevivir, por desafortunado que pueda parecerme o parecernos. Pero…
Planeta no necesita corromper Minotauro para sobrevivir. Es una maldad sin demasiado sentido. Puede publicar macgufadas en cualquiera de su otro centenar de marcas.
Por otra parte, sé cuál es la razón de fondo, que no se ha apuntado todavía. Cada editorial del grupo Planeta tiene sus propios balances. La decisión de publicar este material es la de alguien que busca salvar su cabeza y el sello; en su momento, recordemos, ese tipo de balances le costó el puesto a Paco García Lorenzana.
Pero yo, lamentándolo mucho, no tengo aquí en juego más que mi pasión como lector . Y mi conclusión, desde ese punto de vista, posiblemente injusto pero creo que válido, es que prefiero ver a Minotauro desaparecer que seguir humillada.
En cuanto a la venta de Porrúa, no sé si existía alguna cláusula para evitar que se produjera algo así. Pero si existiera, supongo que dirá que la editorial debe permanecer activa en el terreno de la literatura fantástica. Y ante cualquier posible proceso legal, tanto Gothika como las porquerías previstas este año son literatura fantástica.
Es muy posible que la resolución menos, no sé si llamarla traumática, hubiera sido precisamente ésa: que Minotauro desapareciera, con la parte más comercialmente rentable de su catálogo asumida quizá por algún grupo editorial. Desde luego, el gusto que dejaría algo así sería mucho menos amargo que el actual, de eso no cabe duda.
Lo cual, por otro lado, si nos paramos a pensarlo, es lo que ha pasado. Minotauro no existe. Existe otra editorial, que forma parte de un gran grupo, que ha asumido parte de su catálogo y tiene el mismo nombre. Pero no es Minotauro. Mirémoslo así y tal vez nos ahorremos problemas de cabreo e indignación (que entiendo, por otra parte).
Desconozco, por supuesto, si existió algún tipo de cláusula o condición en la venta de la editorial a Planeta. Eso sólo lo pueden saber los implicados en el asunto, me imagino. Sin embargo, incluso aunque hubiera cláusulas de ese tipo destinadas a que Minotauro no perdiera su personalidad (cláusulas incluso mucho más draconianas que la expuesta de que permanezca ativa publicando literatura fantástica), ¿no es un poco ingenuo asumir que, tarde o temprano, si a Planeta le interesase, no iba a ser capaz de respetar la letra de esas cláusulas y saltarse a la torerá su espíritu?
¿No es un poco ingenuo asumir, cuando estás vendiéndole tu alma al Diablo, que éste no la pervertirá, por muchas cláusulas al respecto que incluya y firme en el contrato de venta?
Vale, Porrúa tiene parte de culpa. Aclarado esto, muerte a la nueva Minotauro. Quiero decir: Porrúa miró por su beneficio y acabó vendiendo la editorial; la Minotauro planetiana miró por su beneficio y giró hacia la anticf; el aficionado a la cf ha de mirar por su beneficio e ir a muerte contra ese giro. Ley natural.
Creo que el aficionado tiene claro el reparto de culpas y responsabilidades, aunque está bien aclararlo. En todo caso, la situación es la que es, y es horrible.
La situación, como dices, es horrible, sin duda. Creo que en eso estamos todos de acuerdo.
Dicho lo cual, quizá lo más productivo sea considerar a Minotauro muerta y recordarla por lo que fue y pensar simplemente que lo que ahora se llama Minotauro es una editorial que no tiene nada que ver y que simplemente se ha apropiado del nombre.
En cuanto a lo que dices de «el aficionado a la cf ha de mirar por su beneficio e ir a muerte contra ese giro», ¿de qué estamos hablando exactamente?
Si es por expresar nuestro cabreo por lo que ha pasado… bien, adelante, nos desahogamos y nos quedamos a gusto. Si estás hablando de medidas más… serias, ¿cuáles? ¿Dar toda la publicidad posible dentro de nuestras capacidades a que «eso» no es Minotauro y ha pervertido su espíritu? ¿Plantear un boicot contra los productos de esa editorial y, de nuevo dentro de nuestras capacidades, darle la espalda, ignorar lo que hace, no darle la menor publicidad a cuanto haga?
Quiero decir que aparte de lamentar lo que ha pasado, de encabronarnos por ello y de gritar nuestro cabreo al aire (y posiblemente al vacío, me temo), ¿qué más?
Todo lo que planteas, es decir, lo que se está haciendo.
Tras aburrirme un poco bastante leyendo (algo por encima) todo este largo «patracol» sobre Minotauro, diré que habéis descubierto la sopa de ajo.
En efecto, desde el momento en que Planeta compra Minotauro, esperar que siguieran haciendo la misma política editorial de la Minotauro argentina creada por Porrua, era, como decía una novia mía ya difunta «un poco de boborros».
Ahora miradlo de otra manera: Planeta ha creado un sello editorial nuevo, que, mira qué casualidad, se llama «Minotauro», lo mismo que una antigua editorial ya desaparecida… No es tan extraño: ha ocurrido otras veces que un editor se llama como otro de hace 40 o 50 años atrás.
Por lo demás:
Arrrrrrrrrrresulta que la política de compras de Planeta es la siguiente: comprar editoriales para publicar en ellas una línea concreta de libros. O dicho de otro modo: a Planeta le llega este o aquel manuscrito y mira en qué sello de su escudería lo coloca. ¿Seix Barral? ¿Destino? ¿Martínez Roca? Cada una tiene una línea determinada y a ella se dirigen unos determinbados autores. Cierto que con la compra de esas editoriales en algunos casos se ha mantenido un simulacro de algo parecido a la editorial anterior (aunque la pobre Seix Barral de ahora levantaría a los muertos de la tumba, si la vieran…), y cuando la editorial anterior era un cajón se sastre, la cosa no se nota tanto (Martínez Roca).
Minotauro interesaba por Tolkien, y punto. y se aprovechaba el sello editor para colar en él novelas más o menos «fantasiosas» de supuesto prestigio, acompañadas por un (otro) premio made in Planeta con el bombo publicitario habitual. Pero la cosa, en esto no ha salido demasiado bien, y el premio Minotauro no tiene nada a pelar al lado del Planeta y del Nadal (que, conviene decirlo ya, tampoco tiene nada que ver con el Nadal de Destino desde que la compró Planeta: antes se elegía la novela mejor, y ahora se da el premio al mejor recomendado por el agente literario, el director de la colección, etc.; y del Planeta ni hablemos: cada año acierto el ganador el día antes leyendo los nombres de los finalistas que se cuelan en la prensa… ).
Por todo ello, pues, creo que os lamentáis en vano. Lamentáis un pasado que no existe y una editora que publica libros lo mismo que una empresa fabrica chapas para botellas de cerveza. Empezar un rosario de quejas, de propuestas boicoteras o un libro de reclamaciones, no sirve de nada ni tiene sentido. Minotauro es otro sello de Planeta, y funciona como los demás sellos de Planeta. Los directores y el personal cambian con frecuencia (los motivos de estos cambios editoriales se revelaron hace tiempo y son muy divertidos: cambian a directores de colección para que no se hagan amiguetes de los autores…, pero esta es otra historia) y el que entra no sabe de qué va la película.
O sea, que son ganas de quejarse para nada. Dejadles ser felices en su miseria.
Hace algún tiempo que no entraba pero ..¿ Y qué Juan Carlos?
Tienes mundo, tienes rodaje, sabes de lo va la movida …
¿Y qué?
La situación s que Minotauro no era una simple etiqueta: era una marca asociada con un tipo de producto muy determinado. Mantener la marca sin mantener el producto es publicidad engañosa. Paso con la coca-cola,paso con los Levis y paso con otros tantos productos que se le ha reclamado el regreso al modelo tradicional.
A nadie se le pasaria por imaginación llamar ingenuo a nadie porque no le gusta una determinada receta de coca-cola y desde luego a nadie se le pasaria por la imaginación negarle su derecho a despotricar.
Si tu novia antigua decia que era cosa «boborra» tambien yo tenia que «las torres de marfil son fria».