El jardín de la memoria, de Rodolfo Martínez

Para abordar la reseña de la segunda parte de las aventuras y desventuras de Yáxtor Brandan me gustaría tomar como punto de partida dos párrafos extraídos del libro, dos párrafos que creo me pueden servir para desgranar poco a poco mis impresiones tras leer este más que recomendable libro titulado El jardín de la memoria. El primer párrafo lo encontramos al final, en los agradecimientos:

Y, por supuesto, vaya mi agradecimiento a todos aquellos lectores que disfrutaron con El adepto de la Reina y pidieron más. Sospecho que no es esto exactamente el <<más>> que querían, pero espero que la experiencia resulte igualmente satisfactoria.

Debo disentir. Esperaba esto, sin duda. Esperaba descubrir que Yáxtor Brandan era algo más que un tópico personaje de folletín apenas esbozado y lo he descubierto. En esta novela el personaje adquiere la profundidad que en la anterior, salvando el excelente final, no ofrecía. Ahora ya no carece de valores, de dudas. De personalidad. En El jardín de la memoria Yáxtor Brandan ofrece todo lo que se puede esperar de un héroe-villano como él. Su caracterización es excelente. Cada paso que da, cada acto, cada frase, le dotan de cuerpo, de volumen. Excelente el trabajo de Rodolfo Martínez en este aspecto.

Esperaba también encontrar personajes secundarios trabajados, al igual que en la primera novela de la saga. Y aquí están. Fléiter Praghem tiene todo el protagonismo que necesitaba y se agradece. Dasaraki Itasu y Renyokiru Mizuni, cada una a su manera, nos sirven como excusa para valorar la evolución de Brandan y al mismo tiempo poseen consistencia propia. Sus personalidades nos permiten reflexionar sobre el adepto y lo que le rodea desde varios puntos de vista, lo que enriquece la obra. Esperaba aventuras, pero también exotismo y una incursión sin complejos en nuevos espacios de Érvinder. Y aquí están. Honoi nos muestra el exotismo de un paisaje oriental que, sin ocultarlo, nos sumerge en el Japón feudal y nos permite disfrutar de las mejores escenas de la novela. Este escenario es fascinante, y el jardín de la memoria es uno de los grandes aciertos. Esperaba un villano de final de fase a la altura del libro, y ahí está. Una criatura terrible, nacida de un escenario imposible, que nos regala un brillante enfrentamiento con el héroe. Y claro, qué final. De los que gustan, de los que animan a leer el siguiente libro.

Sí, esperaba muchas cosas y las he encontrado todas. Quizá porque el espíritu con el que abordo estos libros es el adecuado, quizá porque Rodolfo Martínez sabe guiarnos con maestría en este tipo de aventuras al viejo estilo. Seguimos teniendo en mente las novelas de Ian Fleming y otras sagas de espionaje del mismo calibre, pero también he respirado el espíritu aventurero de un Dumas sin complejos. Siguen apareciendo aquí y allá guiños que, como en muchos libros del autor, te traen imágenes inesperadas que no sabes bien cómo encajarlas. ¿Soy el único que ha pensado en Stargate? En fin, que El jardín de la memoria no debería pedir disculpas por ser lo que es. Al contrario incluso, es un excelente paso adelante en una saga que invita a leer el tercer libro, ya anunciado en la última página.

El otro párrafo que tenía en mente lo extraigo de una de las (falsas) citas que abren cada capítulo:

Los grandes hombres deberían ser asesinados una vez prescribe su utilidad.

Esta frase me sirve para reflexionar sobre las intenciones del autor. Aunque es evidente que este libro está escrito para funcionar como un divertimento, no dejo de descubrir en cada capítulo escenas y reflexiones que hacen que la obra vaya un paso más allá. No es un paso muy grande, sí, pero está ahí. Y le da más valor si cabe.

No quería terminar sin hablar de la edición. No suelo hacerlo, pero creo que es relevante señalar el esfuerzo que ha hecho Sportula por mejorar la edición del anterior libro. Se agradece. Nos regala también varios apéndices más que interesantes al final de la obra que nos sirven para comprender lo en serio que se está tomando esta nueva saga el autor. Además Sportula ofrece el primer libro de Yáxtor Brandan en formato electrónico a un precio más que ajustado, siguiendo una política que no puedo más que aplaudir. Así se hacen las cosas.

En fin, un libro muy recomendable para los amantes de la aventura sin complejos y para los que disfruten de las sagas que se enriquecen con cada libro. Ya estoy deseando leer el siguiente.

9 comments

  1. Bravo Santiago por la reseña y bravo Rudy por los resultados. «El adepto de la reina» acaba de adelantar posiciones en mi pila gracias a este texto.

  2. Pues yo estoy a la espera de recibirlo… Me preocupa eso de que Yaxtor se haya vuelto bueno…. QUe careciera de valores molaba…

  3. Confieso que una de mis mayores preocupaciones mientras escribía El Jardín de la Memoria era la posibilidad de que estuviera, por así decir, «descafeinando» a Yáxtor. Creo que no es el caso (aunque lo tendréis que juzgar los que leáis la novela) y que lo de los «valores» de Yáxtor que Santiago menciona en su reseña no van por ahí, sino más bien por el hecho de que el personaje empiece a cuestionarse cosas que antes daba por sentadas.

    Por otro lado, confieso que es cuando veo reseñas como ésta cuando siento que lo que hago merece realmente la pena: un texto mío ha encontrado, al menos, un lector que se ha visto atrapado por él desde la primera página y, al acabarlo, se ha quedado con ganas de más. Difícil que un escritor obtenga mejor recompensa que ésa.

  4. Chapeau, brillante y colosal. Digamos que eleva el listón. A mi me gustó un montón el mundo de Ervinder, del Adepto (así que soy tierra conquistada de antemano)…. No sé, es como fantasía pero que mantiene, extraña pero contundemente, un nexo CF muy marcado, acaso porque los mensajeros evocan aspectos (dios me perdone) de la física de partículas, de la teoría de cuerdas, de Stargate, como bien dice Santi, que sé yo… El caso es que me resulto muy sugestivo y original. Pensaba que el jardín seguiría la pauta y no…. Todavía lo complica más y al coctel (novelas a Forstyh de la guerra fía, algo de steampunk, Bond, por supuesto) hay que añadir Shogun y una ración extra de Ghost in the Shell, más el universo ya de por si alucinante de Ervinder. El final es adictivo y bru-bru-brutal

    Nota. Yo no díria que Yaxtor quede descafeinado (aunque ciertamente es menos hijoputa esta vez, digamos la verdad, es casibueno). Ocurre que su protagonismo, tan central en el Adepto, queda compartido con unos secundarios muy sólidos, que en la anterior entrega se limitaban a ser «representaciones» del folclore de Bond. Pienso sobre todo en esa pareja, impagable, que forman la reina y el emperador (una reina adolescente que aglutina la consciencia de sus predecesoras y un emperador, también adolescente, conectado a los recuerdos de sus antepasados). De traca. Yo creo que lo mejor que puedo decir es que nunca había leído algo parecido.

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